domingo, 25 de septiembre de 2011

Proyecto 30 Libros: Uno para aprender a Perder.




25. Uno para aprender a perder:

Arthur Rimbaud es un enigma en si mismo: escribió lo que se considera una de las mejores obras literarias de todos los tiempos antes de cumplir los viente años, revolucionó a propios y extraños con su irreverencia, fruto de una desazón infinita y una furia inabarcable. Creo un nuevo lenguaje, y luego, se hizo anónimo. Terriblemente anónimo, perdida toda identidad como un jornalero en algun destino imposible del Africa Meridional. Una especie de personaje Conradiano que desapareció en el medio de las arenas áridas de un tiempo imposible. No hay otra manera de definir a Rimbaud como un espiritu temerario, errabundo, enorme y extraordinario. Un hombre que perdió todo, tal vez para encontrarse así mismo.

Por ese motivo, al pensar en la destrucción como idea creativa, en la perdida, el olvido, la cañida definitiva en los abismos, es imposible no recordar el libro que se convirtió en un epitome del dolor y la belleza más cruda: Una Temporada en el Infierno. Un verdadero brevario de la ira, el hombre en busca del yo a través de la ira hacia si mismo y la contemplación del propio dolor.

Una temporada en el infierno (Une Saison en Enfer) es un poema extenso y cambiante, muy propio de la mente de un poeta como Arthur Rimbaud.

El poema fue publicado en 1873 y llegó a convertirse en un ícono de la poesía maldita, y luego en la biblia de los surrealistas, quienes lo alabaron hasta el absurdo. Se dice que durante su elaboración Rimbaud consolidó su condición de adicto al opio, y algunos críticos observan agudamente que este es el motivo de que Una temporada en el infierno sea tan esquivo para el intelecto.

Arthur Rimbaud: El Hombre y el Mito

La inquietante personalidad de Jean Arthur Rimbaund (1854-1891) ya entró desde hace muchos años, y definitivamente, en la categoría de los mitos. Su figura adolescente se vuelca desde el fondo de los tiempos contra nosotros, injuriándonos, crispado por la cólera que se revuelve en su espíritu, ofreciéndonos una imagen única de lo que el autor comprende como literatura. A los diecinueve años cambia su obra rebelde, revolucionaria y vidente por una vida  aventurera. Es cuando deja de escribir, pero ya entonces era el autor que más caminos había encontrado para su expresión. Como diría Paul Claudel, Una temporada en el Infierno es la obra de un místico en estado salvaje.

Arthur Rimbaud nació en Charleville, una pequeña y tranquila ciudad del norte de Francia, cercana a la frontera belga, el 20 de octubre de 1854. Sus padres fueron el capitán Frederic Rimbaud y Vitalie Cuif, hija de una familia de pequeños terratenientes de la zona. Compartió su infancia y vida en el hogar con su hermano Frederic y sus dos hermanas, Vitalie e Isabelle.

El padre abandonó la familia cuando Arthur tenía seis años, dejando a está con unos ingresos muy reducidos. La madre, que se hizo cargo de la administración de la casa y cuidado de los niños, tuvo una gran influencia en el desarrollo del primer carácter del joven Rimbaud.

En realidad Vitalie fue una madre muy rígida y estricta en lo concerniente a la educación de sus hijos. Todos los días los iba a buscar a la salida del colegio y no les permitía mezclarse con otros niños. Inculcó en ellos unas enseñanzas profundamente religiosas.

A los once años Rimbaud entró en el instituto de Charleville, destacando pronto como uno de sus más brillantes alumnos. Fue uno de los mejores y más prometedores estudiantes, siendo considerado siempre como un modelo por los profesores del centro, y obtuvo casi todos los premios en los exámenes finales cuando tenía sólo catorce años, frente a alumnos de mucha más edad.

Influyó mucho en su formación el profesor Izambaud, que tenía sólo veintiún años cuando llegó al instituto en 1870, convirtiéndose en un amigo y mentor del destacado alumno y fomentando el desarrollo excepcional y precoz de Rimbaud.

El comienzo de la guerra Franco-Prusiana en 1870 coincidió con el final del curso escolar, en el que Arthur recogió gran cantidad de premios del instituto. Pero este sería el final de su formación académica. No tenía aún dieciséis años.

Rimbaud se escapó de casa por primera vez en el verano de 1870. Después de viajar sin billete en el tren hasta París y de pasar casi una semana en los calabozos de la policía, fue Izambaud quien lo devolvió junto a su madre en Charleville. Pero este fue sólo el inicio de sus numerosos vagabundeos de aquella época por el norte de Francia, París e incluso Bruselas.

Durante el tiempo que pasaba en su pueblo natal su forma de comportarse cambió radicalmente. El estudiante ejemplar se había convertido en un gamberro: se paseaba con aspecto desaseado, el pelo largo, la ropa raída, fumando en pipa y bebiendo y blasfemando por los bares de la zona.

Sin embargo, también fue una época de producción intelectual. El descubrimiento de la obra de Baudelaire y Verlaine, junto a su estudio en profundidad de los tratados ocultistas e iluministas influyeron en su poesía.

En sus "Lettres du Voyant", 2 cartas escritas en 1871, esboza su doctrina poética: La poesía debe dejar de ser una expresión personal, reflejo del mundo que la rodea, y no ser un fin en si misma sino un medio para explorar el más allá y un vehículo para llegar hasta él. La literatura estará ligada con el don profético y con el misticismo. El poeta se convertirá en un médium. "Je est un autre" (Yo es otro), repite varias veces. Es célebre también :"Le Poète se fait voyant par un long, inmense et raisonné dèréglement de tous les sens" (El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos).

Entre sus poemas de este tiempo destaca "El Barco Ebrio", donde Rimbaud alcanzó una de las cumbres de su arte y produjo también una de las grandes obras maestras de la poesía francesa. Sólo contaba dieciséis años.

Rimbaud envió sus poemas a Verlaine, que se sorprendió de la originalidad de los mismos y contestó con una invitación a viajar a París. No sólo le mandó dinero para el billete del tren, sino que le alojó con él y su esposa.

La llegada se produjo en el otoño de 1871. Por entonces Verlaine vivía con su mujer y sus suegros en una respetable villa de París. Rimbaud se presentó extraordinariamente sucio y desaliñado, sin equipaje de ningún tipo excepto una considerable carga de piojos. Si añadimos a esto el comportamiento salvaje del joven poeta, no es de extrañar que la familia lo rechazara inmediatamente. Verlaine, sin embargo, distaba mucho de la estrechez de miras de sus suegros y enseguida se unió fuertemente al recién llegado.

La familia de Verlaine culpó a Rimbaud de ser una mala influencia sobre él, pero lo cierto es que el primero ya tenía antecedentes de alcoholismo y comportamiento violento antes de la llegada del su joven amigo. Ambos poetas mantuvieron una relación complementaria e intensa durante los siguientes años.

Cuando Rimbaud se fue de la casa, Verlaine lo buscó y lo encontró varias semanas más tarde viviendo en la calle y en un estado penoso. Lo alojó durante cierto tiempo en habitaciones y estudios de amigos poetas y artistas hasta que alquilaron una pequeña habitación.

Cuando su poesía y su persona fueron rechazados por los círculos de letras de París, Rimbaud no hizo nada para congraciarse, sino que ponía todo lo que estaba de su parte para hacerse desagradable. Una noche, en una cena literaria se comportó de manera vergonzosa y nunca más volvió a ser invitado. Rimbaud, bastante borracho, marcaba el final de cada verso que era recitado con la palabra merde, pronunciada con voz clara y fuerte. Cuando el fotógrafo Carjat se encaró con él, el poeta desenvainó el bastón-espada de Verlaine. Finalmente, los otros comensales lograron calmarle.

Los dos poetas pasaban el tiempo bebiendo ajenjo y manteniéndose en un estado de más o menos permanente ebriedad. Experimentaban con el opio y otras drogas, y cuando cerraban los cafés continuaban sus juergas y orgías en el pequeño cuarto hasta bien entrada la mañana. Estos excesos de todo tipo eran buscados deliberadamente por Rimbaud, como parte del camino que debería desembocar en el completo desarreglo de todos los sentidos.

El período que va desde mediados de 1872 hasta julio del 1873 fue abundante en viajes para los dos amigos. Ambos partieron de París en julio de 1872 con destino a Bruselas. Mathilde, la esposa de Verlaine, corrió a buscar a su marido con el propósito de llevarlo de regreso a Francia; pero no lo consiguió, ya que Verlaine decidió continuar con Rimbaud.

En septiembre de 1872 se trasladan a Londres, en donde permanecen hasta abril de 1873, fecha en que Rimbaud retorna a la granja familiar en Roche, y en la que comienza a escribir "Una Temporada en el Infierno", su más célebre libro de poemas.

Pero Verlaine, que se siente angustiado y solo, sin su amigo y sin su familia, convence a Rimbaud para volver a Londres. Esta nueva etapa en Inglaterra supone para los dos poetas una época de desencuentros, peleas y rencillas.

Rimbaud despreciaba a Verlaine por su debilidad y por su autocompasión. Verlaine detestaba las burlas, las "escenas" y el comportamiento cruel y violento de su joven amigo.

Finalmente, en julio de 1873, Verlaine abandona a Rimbaud para volver a Bruselas, desde donde escribe a su familia y amigos anunciando su intención de suicidarse. El 8 de julio telegrafía a Rimbaud pidiéndole que acuda a reunirse con él.

Cuando Rimbaud llegó al hotel donde se alojaba Verlaine, lo encontró ebrio y sumamente excitado. Intentó tranquilizarlo, sin conseguirlo, durante largo tiempo. Cuando, cansado, le comunicó que partiría de inmediato hacia París fue cuando se produjo el desenlace que terminaría con la amistad entre los dos poetas.

Verlaine sacó una pistola y disparó dos veces, hiriendo a Rimbaud en una muñeca. Después Verlaine se desmoronó. Entró en una crisis de llanto y le tendió el arma a Rimbaud, rogándole que acabase con él. Más tarde, y ya más calmado, acompañó a su amigo al hospital, en donde le vendaron la herida. Finalmente fueron juntos hasta la estación del ferrocarril, ya que Rimbaud continuaba inflexible en su propósito de abandonar Bruselas.

Cuando vió que su amigo se disponía a subir al tren, Verlaine volvió a perder por completo el dominio de si mismo. Rimbaud vió como empuñaba la pistola dentro del bolsillo del abrigo y, temiendo que le disparase de nuevo, huyó para pedir protección a la policía.

Verlaine pasó dos años en prisión como consecuencia de las acusaciones que el estado belga vertió sobre él. En cuanto a Rimbaud, este episodio provocaría el final de su intensa relación con Verlaine, con el que volvería a encontrarse fugazmente en otra única ocasión, en 1875, tras la salida de la cárcel de este último.

En julio de 1873 Rimbaud vuelve a Roche y termina "Una Temporada en el Infierno". El poeta llevó a París algunos ejemplares del libro, que había editado personalmente en Bélgica, y los repartió entre sus amigos y conocidos. Pero "Una Temporada en el Infierno" fue mal acogido por los círculos literarios parisinos y Rimbaud regresó apesadumbrado a Charleville, donde arrojó al fuego todos sus papeles y manuscritos.

No se sabe con certeza si el último trabajo literario de Rimbaud fue "Una Temporada en el Infierno" en 1873 o si algunos de los poemas de las "Iluminaciones" fueron escritos con posterioridad a esta fecha. Sin embargo, los biógrafos están de acuerdo en afirmar que Rimbaud abandonó definitivamente la literatura entre los años 1873-1875; es decir, cuando solamente tenía veinte años de edad.

Rimbaud estuvo en Inglaterra en 1874, y después partió para emprender una vida de vagabundeo que durante los cinco años siguientes le llevaría a recorrer toda Europa, aventurándose incluso hasta El Cairo, Alejandría y las Indias Orientales. Así, en 1879 ya había cruzado los Alpes a pie, se había alistado en la armada colonial holandesa y desertado en la isla de Java, había visitado Egipto y trabajado como capataz en la isla de Chipre, sufriendo en todos estos lugares enfermedades y penurias. En 1880 encontró trabajo al servicio de un comerciante de café en Adén (en el Yemen actual), el cual lo envió como delegado comercial a Harar (en la actual Etiopía). Fue el primer hombre blanco en viajar a la región de Ogaden en Etiopía y la narración de su expedición fue publicada por la Sociedad Nacional Geográfica de Francia en 1884. Más adelante probó también fortuna como traficante de armas e incluso como tratante de esclavos, en distintas expediciones al interior de África.

Durante todo este tiempo Rimbaud permaneció en contacto con su familia por medio de numerosas cartas, en las que constantemente se quejaba de las duras condiciones de su vida diaria. Cualquier rastro de su afán literario había desaparecido y su principal ambición era entonces el ahorrar tanto dinero como fuera posible, para poder vivir holgadamente a su retorno a Francia.

Durante este periodo de expatriación, Rimbaud empezó a ser reconocido en Francia como poeta. Verlaine había escrito sobre él en "Los Poetas Malditos" (1884) y publicado una selección de sus poemas, que fueron recibidos con entusiasmo. Habiendo tratado de ponerse en contacto con Rimbaud, y sin haber obtenido respuesta, Verlaine llegó a pensar que éste había muerto. En 1886 se publicaron en La Vogue los poemas en prosa de las "Iluminaciones", que Verlaine presentó como el trabajo del último Arthur Rimbaud.

Rimbaud tuvo que vender todas sus propiedades en Etiopía cuando, en febrero de 1891, enfermó de un tumor en la rodilla. Fue enviado a Francia donde poco después de su llegada a Marsella tuvieron que amputarle la pierna derecha.

En julio volvió a la granja de su familia en Roche, pero su salud empeoró. En agosto regresó a Marsella, donde permaneció en un hospital hasta su fallecimiento, el 10 de noviembre de 1891.

El único libro que Rimbaud publicó durante su vida fue "Una temporada en el Infierno", editado a expensas del propio poeta. Rimbaud sólo llegó a recibir de la editorial los cinco o seis volúmenes reservados al autor, y el resto de los ejemplares nunca fue distribuido. En el año 1901 se encontró en un almacén belga la totalidad de la edición de esta obra, que nunca fue pagada ni recogida por el poeta.

Sin embargo, durante la última etapa de su vida Rimbaud gozó de cierta notoriedad entre los círculos literarios franceses. Esto se debió en parte a la aparición de una selección de sus poemas en el libro "Los Poetas Malditos" de Verlaine y a la publicación de las "Iluminaciones" en la revista La Vogue en 1886; y también en parte al aura de leyenda que comenzó a forjarse en torno a la figura del poeta. Así se refleja en el texto aparecido en la revista La France Moderne, en febrero del 1891, cuando sus redactores creyeron haber dado con el paradero de Rimbaud en África:

"¡Esta vez lo hemos encontrado! Sabemos dónde se halla Arthur Rimbaud, el gran Rimbaud, el único Rimbaud verdadero, el Rimbaud de las Illuminaciones. Proclamamos conocer el escondite del famoso desaparecido."

Después de la muerte de Rimbaud se realizaron numerosas recopilaciones de su obra. La clasificación generalizada de sus primeros poemas los divide en dos grupos: "Poemas" (escritos antes de la llegada de Rimbaud a París en 1871 y que son los recopilados y prologados por Verlaine en "Poesías Completas" (1895)) y "Nuevos Versos y Canciones"  (publicados con posterioridad).

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