lunes, 31 de mayo de 2010

Inanna


Inanna, originalmente cargada por Miss Aster.

Mi fotografía de la semana para el reto "Burbujas" de Retos FDV

Medussa


Medussa, originalmente cargada por Miss Aster.

Mi fotografía para el reto de 52 autoretratos que llevo a cabo.

El Verbo redentor o de mi pasión por leer


Sueño que estoy soñando. Y mientras me veo reflejada en ese eco onírico, escribo, sonriendo, recordando - tal vez viviendo un poco - una escena que atesoro con especial cuidado, entre las manos de mis ideas, protegido de sabor del viento del olvido y resguardado del sol de la realidad inclemente. La memoria es un territorio misterioso e inesperado. Un lugar de la aventura, una perinola (¿se seguirá usando en alguna región de Venezuela?) de sensaciones que giran ante la situación más trivial. La memoria que va siempre acollarada de la imaginación —esa “loca de la casa” como la llamaban en la Edad Media, frase finalmente reeditada por Rosa Montero en su magnifico libro-, nos transporta, nos envuelve, nos hace anclar en un tiempo paralelo al actual. No obstante, la memoria no es el unico atributo de la idea como lenguaje. Digamos que es una de las formas más evetuales como podemos atesorar - dar sentido, aglutinar, condensar, crear - el mero deseo de comprender quienes somos y porque somos de esa manera.

¿A que viene esta disertación? se preguntará alguno de mis amables lectores. Debo decir que no hay un motivo concreto, pero de haberlo sería ese sabor infinitamente exquisito de recordar a través de la lectura, de rememorar a través de las frases y las palabras de algun querido habitante de nuestra personal memoria literaria. Ah, sí, definitivamente, una sensación magnifica, una moral contricta que se abre en dos apreciaciones, en un único nudo de verbo y gracia.

Tomar un libro y comenzar a recordar es un ejercicio intelectual magnifico, intimo y sin paragón. ¿Quién era cuando leí por primera vez la Fábula Gótica Drácula, con sus pequeños devaneos pálidos de damas victorianas y caballeros valorosos en busca de un monstruo de sed voluptuosa? ¿Como era esa jovencita que se afanaba por recorrer los laberinto de Somerset Maugan, conmovida y pesarosa por la historia del chico cojo? Ah, veo pasar el tiempo, mientras recorro mi biblioteca y recupero titulos, historias, momentos, sabores, sensaciones, pequeños terrores. Hubo una época en que me encontré profundamente obsesionada con la Prosa de Stefan Sweig - que delicadeza, que profundidad, el temor de la belleza en medio del desastre - para luego retozar entre los campos futiles de Oscar Wilde - danzo, danzo, en medio del tiempo, no me reconozco, soy apenas una sombra-. Luego, me volví un poco meláncolica con Dickens y más tarde disfrute de mi perturbada visión de la verdad a través del puntilloso y destructor verbo de Virginia Woolf. Un bautizo de Fuego con Boukosky. Una revelación de la mano de Chordelor de Laclos. Un largo baile en sombras con Trevor Fisher. Deguste lentamente la belleza de la época dorada de un tiempo cristalino con Tolstoy. Me regodee en la culpa con Dostoievski. Ah, Nobokov, en esas tardes calientes y remotas de los veranos sin lluvia de mi adolescencia. Que sabor exquisito el de la fruta prohibida. Caminé a largas zancadas, con un ejemplar de "El benefactor" de Sontag bajo el brazo. Todo el tiempo de voz impregnado de palabras, de un dulce viento, mudo y acariciador que dotó de corporeidad hasta el último recuerdo. Soy quién soy, desde luego, gracias a la palabra, el puño cerrado, alzado en protesta. Una maravilla sagrada, fundida en el oro de la ambivalencia y la conciencia. La eterna busqueda, el espíritu alzandose más allá de sus confines, en tierna satisfacción.

A lo largo de casi tres décadas uno se transforma asi mismo en un producto de su propia idealización del espiritu más personal. Cambian nuestras ideas, nuestros gustos, nuestra visión de la realidad; cambiamos pero hay pequeñas reverberaciones que se mantienen constantes.

Un tiempo de reliquias de los confines más privados del pensamiento, una pequeña ceremonia intima con el rostro de un libro. La Gran creación de la razón personal.

domingo, 30 de mayo de 2010

Sobre los jueces improvisados y otros devaneos Morales


Siempre me sorprenderá los infinitos matices de moralidad que mucha gente tiene para juzgar a los demás. Tal vez se deba que para mi, la idea de moralidad sea simplemente una convención social que no puede incluir todas las aristas del comportamiento humano o que, para ser sinceros, erigirme en juez del comportamiento ajeno me parece la manera más sencilla de crear un seudo ego irracional que podría limitar mis aspiraciones más ideales. Cualquiera sea el caso, me fastidia - y me aburre además - las "grandes lecciones morales" que algunas personas se toman la tarea de dar solo por favorecer su propia opinión sobre sus privadas opiniones, o lo que es peor, sobre su manera de ver la vida. De manera que y aunque jamás me tomaré el atrevimiento de esgrimir juicios de valor sobre los demás, siempre respetaré la postura pretendidamente mesiánica de quienes están convencidos que tienen la capacidad de "demostrar" las verdades a través de opiniones irrestrictas. Tal vez esa indiferencia sobre la postura de sus ideas extremistas sea la mejor manera de hacerles entender su fugaz importancia.

¿Y a que viene toda esta divagación, se preguntará mi amable lector?

A que hoy, de nuevo, alguien intentó darme una "lección" sobre mi proceder a través del método más inocuo de todos: un sermón indirecto. Sin preguntarme cosa alguna, sin tomarse la molestia de contrastar mi versión sobre lo que le molesta con la suya, no solamente expresó un juicio sino además, culminó el tema intentando ridiculizarme de la manera más ingenua.

¿Y cual fue el motivo de tan azaroza discusión? Una fotografía, que mi improvisada "juez" asumió era imposible de realizar de la manera en que logré plasmarla: es decir, de forma técnica en lugar de manipulación digital. Lo más risible del asunto, es que considero mi fotografía bastante normal, sencilla. Asi que no entra en discusión mi idoneidad fotografia, mi talento creativo, sino su opinión sobre mis motivos para "ocultar" porque hice la fotografía de la manera en lo hice. ¿Y lo peor? que al parecer su "integridad moral" solo atañe a mi capacidad para explicar como logré un sencillo efecto fotografico en una imagen que no considero ni entre las mejores de las que se mostraron el proyecto fotografico en el que participo, y mucho menos, la más elaborada. Al final de todo, lo que me hace reir de todo esto, es que la "Juez" , quién me acusa con toda tranquilidad de "Falsear" mi fotografía, no solo no le parezca "justo" preguntarme si hice la fotografía de alguna manera o cual fue mi método, sino que le sea mucho más fácil acusarme sin tener idea si tengo algo que decir...

En fin, creo que el valor del aprendizaje es precisamente ese: saber que cada vez que ocurre algo semejante, no solo aprendo un poco más sobre mi misma sino mi manera de comprender la sociedad en la que vivo.

Pd: Coincidencialmente, la fotografía que motivo la diatriba y que adorna la entrada, la titulé "Hecate" , la Diosa de los Tres rostros y de las encrucijadas morales. ¿Casual?

Si el posible lector le parece un tema interesante para analizar, le recomiendo leer otra reflexión sobre el particular que complementa perfectamente la opinión que expongo, puede encontrarlo aqui en el blog de la estupenda fotografa Carmen Moreno

Culpabilidades solitarias o placeres culpables


Nunca he entendido porque mucha gente se averguenza de sus placeres culpables. Me refiero en concreto a esos pequeños pecados de gusto y forma, que se ocultan celosamente porque nos provocan una cierta culpabilidad o por algo tan sencillo como evitar que los demás se burlen. En realidad, creo que esas exóticas variaciones de lo que definimos como nuestra "personalidad", nos otorgan una cualidad tridimensional, un rostro mortal y vulnerable que en mi opinión, es absolutamente necesario para comprender el concepto exacto de quienes somos. En lo personal, los disfruto muchisimo y en ocasiones he llegado a pensar que sin esos extraños paréntesis de gozo y transgresión a mis propios principios de la estética y la intelectualidad, no podría sobrevivir en mi Universo de ideas.

En mi caso, se trata de los libros de terror, best sellers sin ningun tipo de valor argumental como no sea el miedo puro y duro. En ocasiones me dedico a leer hasta el cansancio los clasicos del gore literario americano: Clive Baker y su prosa soterrada y cruda, Stephen King, Rey por derecho propio de los estereótipos basura, John Farris y su melancolia obstusa, incluso Brian Lumley y su cansada epopeya de la epica intrascendente. Debo decir que no hay nada mejor para mí, que tenderme en el piso de mi habitación, con una taza de café al lado y leer durante horas las vulgares descripciones, los dialogos sin peso y las situaciones estereótipicas que pesputean las historias. De alguna manera comparo estos libros con los spaguetty Western ( género filmico que también disfruto mucho, en secreto claro ) donde los extremos son tan uniformes como lo el absoluto del concepto: el bueno es bueno, la maldad inconmensurable y el sexo descafeinado y machista.

Ah, sí, Proust Dios Padre me perdone, pero ahora debo seguir leyendo Cementerio de Animales y volver a horrorizarme con el niño muerto que emerge de la tierra para reclamar la sangre de sus padres. Entre tanto, el café tiene mejor sabor y la música de solterona que escucho (ah, otro placer culpable ) nunca ha sido más adecuada y dramática.

C'la vie.

sábado, 29 de mayo de 2010

Sobre el perdón y otros devaneos Morales



El perdón es una idea polémica y que muchas veces me parece absurda. Si la meditamos, surgen una serie de preguntas, más relacionadas con algo tan abstracto con los sentimientos que involucra, que con el concepto en sí. Se habla a la ligera de olvidar, de poner la otra mejilla, de la tolerancia y el amor.

¿Pero que sucede si creo que el perdón, no solo es equivalente a la acción que debemos perdonar si no también, a nuestra personal opinión sobre lo sucedido? ¿Y si creo que simplemente hay cosas que no solo son imperdonables, sino además, no compatibles con la idea de esa misericordia a ciegas que se nos recomienda ofrecer?

¿Por qué debo perdonar? Y no hablo de los argumentos morales que muchos repiten de memoria sin detenerse a analizar sus propios pensamientos al respecto. El perdón es valioso, necesario, poderoso y redentor, no lo niego. Lo que realmente no entiendo, es porque debemos pensar en que perdonar puede consolarnos de la tristeza, la decepción y la angustia.

El perdón no es una panacea. El perdón es un acto de principios y como tal, creo que debe ser consecuencia de una profunda necesidad de convalidar ciertos aspectos morales y humanisticos muy personales.

¿Tiene un perdón aparente, impulsado solo por un relativo deber moral, verdadero sentido? ¿Es válido perdonar automáticamente? ¿Enmienda eso el error? No son preguntas sencillas y probablemente no tenga respuestas sencillas.

Una vez leí que no puedes perdonar sin olvidar. Si no me equivoco, la cita proviene de uno de los libros de metafisica que de vez en cuando hojaba en la casa de una de mis tias, fanática de esta filosofia del pensamiento. Debo decir que había muchas sentencias extrañas y un tanto estrambóticas en los los libros, escritos por Conny Mendez y que mi tia coleccionaba con fruicción, pero sin embargo, esa frase siempre la tengo muy presente. De hecho, recuerdo incluso el ejercicio que recomendaba la escritora, como remedio infalible contra el rencor: "recuerda una ocasión en que hayas reido con esa persona que te hizo daño, y cuando logres sentir de nuevo en tu memoria el alborozo de esa ocasión, todo resquemor desaparecerá mágicamente.

Uhmmmm...magicamente, esa puede ser una palabra truquera.

En mi caso, No soy rencorosa en realidad, aunque tengo un temperamento impulsivo y violento, no lo puedo negar. Me irrito con facilidad y muchas veces, me encuentro discutiendo a gritos por las razones más pequeñas. Sin embargo, no guardo rencores. Intento no hacerlo, al menos la mayoría de las veces. Pero debo decir que mi formula para disipar ese sentimiento torvo y sofocante que llamamos furia, no es la que recomendaba la bienintencionada Conny, sino algo que leí en la biografia de la viuda de Medgar Evers, lider de los derechos civiles americanos asesinado en en junio de 1963 por un extremista del KKK.

Myrlie Evers es una mujer que sabe lo que realmente quiere decir la palabra perdón. Su esposo fue asesinado en el garaje de su casa, frente a sus hijos de 10 y 8 años, por un hombre blanco que no solo se jactó de su crimen, sino que fue absuelto de culpa por un jurado de Jackson, Mississippi. La familia Evers, con Myrlie a la cabeza tuvo que esperar casi 30 años para obtener justicia, que solo llegó luego de un tortuoso proceso legal. Por casi 3 décadas, la familia de la victima tuvo que soportar las evasivas de un sistema judicial viciado por el racismo, las burlas del propio asesino, un ya anciano Byron De La Beckwith y la soledad absoluta del dolor y la impotencia.

Sin embargo, la estoica Myrlie jamás sucumbió la odio. Incluso en los momentos más dificiles, se concentró en la justicia, más que en la venganza. Y cuando se le preguntó, luego que el asesino de su esposo recibiera una irrisoria condena de 20 años de cárcel por el asesinato de Medgar, porqué nunca se había dejadp vencer por el rencor, ella simplemente sonrió y contesto: "el odio solo te afecta a ti mismo. La persona a quién odias, no sabe o no le importa lo que sientes. Así que es mucho más constructivo pensar en lo que puedes lograr a través de tu voluntad, que destruirte a ti mismo lentamente."

Como la formula "magica" de Conny Mendez, tampoco olvidé la manera lapidaria como la Señora Evers definió 30 años de lucha personal contra la injusticia y la destrucción de los principios. Y entre ambos extremos ( la ingenuidad de Mendez y su aspiración a una energía curativa y la firmeza de voluntad de Myrlie ) concluí que el perdón es una intima cualidad del alma, poderosa y magnanima, pero en ningun caso simple de comprender. Y creo que debemos analizarla detenidamente, no como una imposición de una tolerancia falsa, sino como nuestra capacidad de consolar y reconstruir nuestra propia espiritualidad.

viernes, 28 de mayo de 2010

De la belleza crepuscular o envejecer con dignidad y plena belleza: si, me gustó It´s complicated


Amo a Meryl Streep. Desde muy pequeña y siendo una empedernida cinéfila, he sido una fan acérrima de sus peliculas: desde las grandes y epicas peliculas de autor de su juventud hasta las más recientes, una muestra irreverente de su magnifico y singular sentido del humor. La admiro y no solo por su talento - indudable -, su versatilidad - comprobada -, su maravillosa capacidad para mutar de un personaje a otro con inaudita facilidad - magnifica - sino por su dignidad. La espléndida dignidad de sus arrugas, su hermoso cabello canoso, su cuerpo agil pero fragil de mujer en plena cincuentena. La he visto envejecer ante las cámaras y es Meryl Streep la personificación de la digna y reposada belleza de una artista plena: la sonrisa llena de pequeños y hermosos pliegues de experiencia, los labios delgados y en ocasiones tensos, la larga nariz un poco sorprendente, la piel de porcelana que comienza a perder su lozania. Pero todas estas diminutas imperfecciones no hacen más que enaltecer esa pureza reposada de su vejez de exquisita belleza, esa magnifica inteligencia que parece traslucir en cada pequeño gesto, en su magnifica expresividad capaz de crear mundos de pequeñas palabras, de universos centellantes de un lenguaje tan sutil como emotivo. Una sonrisa capaz de despertar ternura o una mirada, que habla de un tiempo perdido y hermoso que comienza a convertirse en nostalgia.

Y mientras veia su más reciente pelicula "It´s Complicated", acompañada de un rollizo y maduro Alec Baldwin, no pude menos que reir conmovida ante una escena que resume su actitud hacia la vida, esa esperanza frutal y hermosa que cada dia somos jovenes de nuevo. Esta hermosa dama, llevando un bello atuendo holgado que realza su esbeltez, se tiende sobre la silla de un cirujano plastico, incomoda, temblorosa y cohibida. El joven doctor la mira, analizando sus facciones y luego con una sonrisa de circunstancias, le pide que explique su problema. Meryl sonrie, en la piel de la bellisima Jane, una mujer al final de sus cincuenta que comienza a replantearse sus dudas existenciales con una ferocidad espléndida, y con una ternura inaudita, sonrie, suspira. El rostro sonrojado. La vitalidad brillando en sus ojos.

- Se trata de este párpado doctor - dice al final. Toma una bocanada de aire. Se señala un pequeño pliegue de piel que cae sobre su ojo derecho y que rompe la simetria de su bello rostro surcado de diminutas arrugas - no sé si exista una solución...pero...

- Sí, por supuesto que la hay - le interrumpe el joven médico. Se acerca. Saca una regla de calculo, mide la piel que cuelga sobre el ojo de la mujer y luego, la mira sin expresión. La vejez para este hombre no es hermosa, eso es evidente. Y tal vez por ello, sonríe con cierta frialdad mientras continua con su diagnóstico - verá, tendremos que subir ambos párpados. Es una operación relativamente sencilla: haremos un corte sobre su frente, estiraremos su piel... y tendrá quizá seis meses de dolor de cabeza, pero se verá...

La siguiente escena: Meryl corre por el pasillo del médico, riendo, sofocada de una felicidad tan pura como espontánea. ¿Alivio quizá? No lo sé. Tal vez sea una simple osadia, esa de mirar ese rostro que probablemente no reconoce en el espejo e intentar recobrarlo a golpe de bisturí y cierta indiferencia hacia la paciente experiencia que lo talló cada día. Pero yo si siento alivio, lo siento como una profunda ráfaga de emoción al ver la belleza de esta vejez de flor, esta ternura crepuscular que alguna vez espero reconocer en mí. Y la veo tan joven y pienso que la juventud no es más que un deseo y tal vez un sueño que alcanzamos un poco cada dia en paz.

Ah, Meryl, que hermosa la vejez que lleva tu rostro. Y que felicidad me hace sentir aspirar a esa bienaventurada y serena paz en el futuro.

Un pequeño guiño de pura emoción, sin duda. Un atisbo de pura banalidad.

De creadora a Ramera:




Frecuentemente, mis amigos más cercanos suelen preguntarme sobre que tanto tienen de cierto toda la serie de mitos, más o menos extrafalarios, que rodean el concepto de la sexualidad pagana. Por supuesto, que más allá normal necesidad que todos sentimos hacia los placeres hedonistas y el concepto sexual, existe toda una serie de formas anecdóticas y alegorias - por completo exageradas y falsas - que han targiversado el sentido que mi Religión y otras creencias basadas en estructuras de fe pre cristianas, a otorgado a la unión fisica del hombre y la mujer. La Divinidad creadora tiene un rostro creacionista y sexual, por supuesto, y este se muestra como una forma redentora de una profunda estructura religiosa dentro de nuestras creencias.

El concepto de la diosa Suprema cuenta con el rechazo absoluto de las religioones que hacen una distinción tajante entre lo espiirutal y lo carnal y consideran que la salvación se alcanza mediante la negación y, en última instancia, el abandono de lo corporal. Estos credos transcendentes propoonen una divinidad separada de la naturaleza y rechazan toda deidad que la contiene. Una de las maneras en que los sacerdotes de estas religiones denigraron a la Diosa - y en consecuencia a sus creyentes -consistió en escindir su naturaleza esencial y atribuir su espiritualidad, sabiduría y virgnidad a un principio masculino abstracto y sus cualidades y apetencias fisicas a un principio femenino al que consideraron excesivamente concreto.

El modo más evidente de atacar a la divinidad femenina consistió en criticar a sus sacerdotisas y creyentes, que a menudo practican el sexo ritual, y en negar la santidad del sexo, que desempeñó un papel tan importante en el culto de la Diosa. Con frecuencua esta postura incluía la negación de la posibilidad de que una mujer fuera sagrada. Pitagoras, decretó " existe un principio del bien que ha creado el orden,la luz y al hombre, y un principio del mal que ha creado el caos, las tinieblas y a la mujer". En fecha muy posterior, el Santo Cristiano Pablo - conocido misógino- ilustró con ejemplos la idea que el sexo era una necesidad lamentable de la humanidad, que lo mejor era evitarlo y que es preferible que "el hombre no toque a la mujer".

Al invadir Canaan, los hebreos aprobaron leyes que despojaron a la sacerdotisa sagrada - practicante tradicional del sexo sacramental - de su categoria, incluidos los derechos hereditarios de los que había disfrutado, como consta en los primeros archivos de Sumeria. Poco a poco, los templos desempeñaron exactamente la función contraria a la esta entonces cumplida, es decir, antes eran considerados lugares de culto mistéricos donde al sexualidad tenía un lugar preponderante. Ahora, desde el mismo habitáculo, se condenaba el placer de la carne, por considerarlo ofensivo a la fe. Los hombres rezaron a la espiritualidad y a la liberación de los placeres carnales en los mismos sitios donde antes habían venerado la comunidad sexual.


Los templos dejaron de ser sitios de culto gozoso para convertise en centros de penitencia o temor. La actividad sexual de la mujer ya no se consideró un proceso de purificación y la unión con lo divino se redujo a un hecho estrictamente espiritual. La Diosa y sus hijas fueron condenadas por impuras.

Por parte del gobierno y la elite cultivada, en la India la sacerdotisa sagrada - que conserva las costumbres mágicas y ritualistas del sexo más antiguas - se considera una simple "molestia", un arcaismo que no tiene razón de ser un estado moderno. La prostitución sagrada prosperó en la india hasta que fue atacada por la potencia colonial británica. Y, más adelante, por los indios anglófilos.

Aunque la primera ley contra la utilización del sexo como vehículo religioso se aprobó en Madras en 1947, a casi todos los estados Indios les basta con desalentar dicha practica, que se extingue gradualmente.

Después de que la encarnación femenina de lo divino quedara presuntamente expurgada de la sinagogas, perduraron vestigios bajo la forma de Sofia ( la sabiduría ), en otra época conocida como Prunikos ( impura o prostituta ).

En el bíblico libro de los proverbios, la sabiduría la creación del mundo y evoca su cercanía a la divinidad masculina "recreandose en el orbe de la Tierra y teniendo mis delicias con los hombres". Podría tratarse de una alusión velada a la prostitución sagrada, aunque en otra sección del mismo texto los ritos sexuales de Ishtar se identifican con la perversidad y corrupción. Llama a Isthar " la Gran prostitua", lo mismo que a Babilonia ciudad de la que es Divinidad regente. La condena como la peor de las tentadoras que se seduce implacamente a los hombres y afirma que, si se equivocan, los perdona y los conduce a su propia ruina.


En resumen, para el paganismo y todas las creencias que se apoyan en su estructura de principios y valores morales, el sexo es una expresión sagrada de espiritualidad. Es una forma de comunicación con la divinidad, un vehículo de compresión del tiempo Universal a través de la unión del hombre y la mujer en el templo carnal. Para la Brujería, el sexo es un camino para una profunda comprensión del yo más intimo, una creación profundamente significativa que destruye las barreras y limitaciones cognoscitivas y por instante, nos comunica directamente con el Cosmos divinizado a través de la figura de la mujer. La carnalidad, el deseo, el placer sexual en si, componen en si mismo una poderosa metáfora del autodescubrimiento más personal y raquídeo, un canto a nuestra primitiva conciencia de la creación más personal.

Mis amigos cristianos casi siempre sonríen un poco sorprendidos cuando trato de explicarles estos conceptos. Y estoy conciente que debe ser tremendamente complicado de comprender para quienes han crecido con la rigida visión católica del sexo, aceptar que su cuerpo es una forma de manifiestación divina. No obstante, siempre percibo que hay un momento de súbito reconocimiento de esa conciencia, más allá de cualquier principio moral o cuestionamiento social. Un centelleo de pura expresión divina más allá de la razón.

Sí, la Diosa aun sonrie entre los velos secretos de la voluptuosidad.



Baile de estrellas


Siendo el pleninulio de mayo uno de los más poderosos del año, especificamente por su vinculación energética con la Fiesta del Fuego, se recomienda llevar a cabo una meditación especial, para asi vincularnos con el poder de la llama y la tierra que despierta en nosotros la celebración del sol.


Para su realización necesitaremos:


Dos velas verdes.

hojas de romero.

un cuenco para quemar.


Disposición:


Coloca las velas a tu derecha e izquierda. Frente a ti, el cuenco para quemar. Introduce las hojas de romero en el recipiente. Ahora, cierra los ojos y bendice los elementos que utilizarás de la siguiente manera:


"En nombre de la Diosa blanca, secreto del bosque del pensamiento

consagro, purifico y lleno de fuerza estos instrumentos mágicos

que me permitan encontrar la senda del conocimiento

en mi espiritu.

Asi sea"


Ahora enciende la vela a tu derecha diciendo:


"Que el fuego de la luna sea mio"

ahora, la vela a tu izquierda:

"Que el fuego del tiempo sea mi nombre"


Después, toma las hojas de romero y quemalas dentro del recipiente. Espera hasta que estén ardiendo y el olor de la hierba invada el lugar donde te encuentras. A continuación, cierra los ojos, sosiega tu mente y respira lentamente. Visualizate en el bosque del mediodía. El sol esta bajo en el cielo. Oyes un ruido, se da la vuelta y llega a vislumbrar a un ciervo mientras pasa saltando. Y antes de que puedas alcanzarlo, este se ha ido.


Imaginate persiguiendote tan rápido como puedas y de pronto, escuchas un redoble de tamboores y el sonidos de unos pies, llevando el ritmo en el suelo del bosque. Entra en un claro y ve un circulos de hombres bailando. Se retuercen y patean alrededor de una figura con cuervos. Este viste una piel de ciervo y lleva las grandes cornamentas del animal sobre su cabeza. Acércate a él y siente que la sabiduría de la figura se hace parte de ti. Representala con el mayor detalle posible y siente que tu parte más primitiva, originaria y esencial se hace más fuerte y cercana a tu conciencia.


Ahora siente que tu conciencia regresa a su nucleo más racional, conservando esa fuerza magnifica y enorme del núcleo más poderoso en tu interior. Para culminar el pase energético del ritual, permite que las velas se consuman y luego, come y bebe algo para librarte de la energia sobrante.

jueves, 27 de mayo de 2010

Pequeños fragmentos de pensamiento Universal o de mi obsesión por los misterios


Como creo haber mencionado varias veces en entradas pasadas, soy una fanática de la crónicas historicas y las pequeñas teorias de la conspiración que tienen como elementos primordiales pequeños enigmas perdidos en las versiones digamos que más aceptadas de nuestra cultura anecdótica. Es uno de mis pasatiempos más viejos y a la cual he dedicado una considerable atención. He pasado muchas horas leyendo sobre la extraña construcción de algunas piezas de Vivaldi, intentando descifrar versos yámbicos en latín, calculando la divina proporción en animales y plantas, analizando el simbolismo de las algunas estatuas de mi ciudad ( con claras reminiscencias masonas ), delineando teorías absurdas pero absolutamente deliciosas sobre diversos monumentos y construcciones de la vieja Caracas. Una costumbre tan inutil como querida que nunca he abandonado del todo, aunque durante época me he obsesionado realmente con algunas de estas pequeñas tretas de la imaginación a la que intentamos darles significado. Por ese motivo, he dedido recopilar mis personales investigaciones en una serie de entradas que llamaré "Memorias de Asmodeo", en referencia al supuesto demonio - para utilizar el lenguaje clásico - que según la Tradición es el Guardian de los secretos y misterios del mundo.

Quiero comenzar con una de mis investigaciones relacionadas con el ámbito artistico y que probablemente es una de la que más he disfrutado: intentar descifrar el misterio del celebre cuadro de Poussin "Les bergers d' Arcadie ( circa entre 1637 y 1638).

¿En que consiste el misterio?

Supuestamente, Poussin pertenecía a un grupo esóterico, relacionado con ciertos circulos mistéricos Europeos, que tenían la misión de custodiar celosamente un secreto dinástico transmitido de generación en generación entre nobles de origen Fránces. Tal secreto tenía relación la frase: Et in Arcadia Ego, visible dentro de la obra insigne del Poussin y además, la escena en general que retrata la obra: Tres pastores rodeando una misteriosa tumba, simbolos y custodios simbólicos de un enigma universal. Los entusiastas de la teoria, insisten que la escena no es más que la reproducción de una tumba real ubicada en el extraño y controvertido pueblo de RENNES-LE-CHÂTEAU, al sur de Francia y que ha custodiado durante siglos, un enigma a la que solo unos pocos elegidos han tenido acceso. ¿De qué podría tratarse el misterio de la Arcadia? Nadie puede decirlo con seguridad, aunque hay versiones que le atribuyen cualidades mágicas e incluso, lo relacionan con el tesoro perdido de los Templarios o el mismo origen de la supuesta orden del Priorato de Sión.

¿Que tanta verdad hay en estas afirmaciones?


Comencemos con los hechos.

Et in Arcadia ego o Los pastores de Arcadia (en francés, Les Bergers d’Arcadie) es una de las obras más conocidas del francés Nicolas Poussin. Se trata de una composición realizada óleo sobre lienzo que mide 85 cm de alto y 121 cm de ancho y que actualmente se encuentra alojada en el Museo del Louvre, París, Francia.

La pieza puede catalogarse dentro del género mitológico, alegórico y pastoral: representa a tres pastores - evidentemente idealizados - y a una mujer, todos de pie frente una tumba austera.


Fue una recreación pictórica recurrente para Nicolas Poussin ( que nació en 1594 y murió 1665, en pleno apogeo del misticismo Europeo que dió origen a sectas esotéricas como los Rosacruces). De hecho, el pintor recreó escenas semejantes en dos cuadros distintos: En una recurrencia más que insólita, representa de una manera muy parecida a la misma escena bucólica representada por pastores idealizados - idea muy habitual en el arte clásico - rodeando de nuevo la austera tumba. Su segunda versión, que es la que ha entrado en los análes de la leyenda, es la más famosa.

La frase que adorna la tumba es un evidente memento mori. “Et in Arcadia ego” se traduce literalmente "y yo en la Arcadia". Sin verbo aparente y sin significado obvio, se ha interpretado de muchas maneras: yo, la muerte, reino incluso en la Arcadia, aunque el pintor nunca hizo referencia al posible significado de la frase que repitió no en uno, sino en tres cuadros subsiguientes. Tal carencia de forma y fondo de la aseveración, ha llevado a diferentes expertos a las más disimiles conclusiones: por ejemplo, el biógrafo de Poussin, Andre Felibien, interpreta que quiere decir que "la persona enterrada en esta tumba ha vivido en la Arcadia"; en otras palabras, que ellos también en un tiempo disfrutaron de los placeres de la vida sobre la tierra. Usualmente, se considera normalmente que la interpretación correcta es la primera. De cualquiera de las dos formas, el sentimiento pretendía establecer un contraste irónico al representar la sombra de la muerte sobre el usual entretenimiento y alegría que se supone que disfrutaban las ninfas y demás habitantes de la Arcadia. Tradicionalmente, se considera un símbolo de la caducidad de la vida, incluso en sus momentos más idílicos.


Una extraña visión:

Aunque el cuadro de Poussin no guarda mayores diferencias con las obras que le precedieron sigue teniendo una especial e inquietante reminiscencias a simboloso novedosos para el tema y que fueron añadidos por el pintor debido a razones desconocidas: sitúa a unos pastores con sus atributos, coronas y bastones, en un paisaje plácido y luminoso, al contrario de las anteriores versiones, donde los pastores representaban la futilidad de la vida y la intrascendencia del deseo material. Sus rostros, eternizados en una expresión de beatifica tranquilidad, han perdido todo gesto de turbación ante la muerte, el cráneo que había en una versión anterior ha desaparecido, su actitud de leer y descifrar nos indica que son pastores cultos, lo cual para el tema y la metáfora que se repetía en las anteriores recreaciones es una completa contradicción, una paradoja sin sentido.

Según algunos historiadores, la primera versión de Poussin de este tema (hoy en Chatsworth House) fue probablemente encargado como una imitación de la versión de Guercino, aunque no hay ninguna huella donde pueda sustentarse tal afirmación. Aunque tiene un estilo más Barroco que la versión posterior, característico de las primeras obras de Poussin, puede advertirse en la escena los sutiles cambios que darían un sentido totalmente nuevo ( y sorprendente) a la obra. En el cuadro de Chatsworth los pastores están descubriendo de forma activa la tumba semiescondida, y leyendo la inscripción con expresiones curiosas. Las pastoras, en pie a la izquierda, posan de un modo sexualmente sugerente, muy distinto de su austero contrapunto de la versión posterior. La versión posterior tiene una composición mucho más geométrica y las figuras son mucho más contemplativas. La cara de estas pastoras, que recuerdan a una máscara, cumplen las convenciones del clásico "perfil griego".

El enigma latente en medio de la belleza.

Como dije antes, la frase latina "et in Arcadia ego" que adorna la tumba aparece incompleta, debido a que carece de algún verbo que exprese alguna acción. Una salvedad, que no obstante podría ser explicada porque el latín, como otros idiomas, permite estructuras elípticas omitiendo formas del verbo “ser” que se encuentran sobreentendidas. Este supuesto defecto alimenta una de las teorias de la conspiración más recurrentes en la historia del arte. Se asegura que la frase forma un enigma posiblemente anagramático, que convalidarian las teorías conspirativas sobre la existencia de un supuesto Priorato de Sión. "Et in Arcadia ego" sería el presunto lema de la familia Plantard y del Priorato de Sión, según una reivindicación aparecida por vez primera en 1964.

Más allá de la leyenda:

Como mencioné, la representación que hace Poussin del viejo mito de la Arcadia, no es absoluto original y mucho menos extraña dentro del anecdótario artistico Universal. Podría tomarse que algunas diferencias de forma y de fondo, caracterizan la obra del autor, pero sin embargo, tales rasgos insólitos no son suficiente para darle sentido a la aseveración que guarda un críptico mensaje plasmada en la escena.

Sí analizamos con detenimiento el cuadro "Los pastores de Arcadia". Vemos un grupo de tres personajes masculinos y uno femenino que leen la inscripción "Et in Arcadia ego" (Y yo en la Arcadia) en un sepulcro. Como dije, el tema recurrente no supondría una mayor diferencia en la aproximación que del tema se ha hecho anteriormente. Una pregunta lógica que podría ayudarnos a desentrañar la supuesta teoría que Poussin transmitió un mensaje cifrado a través de la pintura es tan sencilla que tal vez, se tome por algo absurda.

¿Qué significa esta escena?

La explicación es tan simple que le da una absoluta transparencia a una idea al parecer compleja. Para la antigüedad greco-latina, la Arcadia (aparte de ser una región real de Grecia) era el lugar en que Virgilio ambientó sus "Bucólicas" en las que retomó la poesía pastoril que ya había tratado Teócrito de Siracusa en sus "Idilios". Obviamente, esta idea confirma y sostiene que tanto el tema bucólico y la enigmática frase no son originales de la obra de Poussin: existe todo una antecedente histórico que la sustenta como una pequeño juego de sombras en diversas obras anteriores. La primera aparición de una tumba con una inscripción conmemorativa (a Dafnis) en los paisajes idílicos de la Arcadia aparece en la obra de Virgilio Bucólicas V 42 ff. Virgilio cogió a los rústicos sicilianos idealizados que habían aparecido por vez primera en los Idilios de Teócrito y los ubicó en el primitivo distrito griego de Arcadia. En las diversas eglogas, encontramos pastores idealizados que cantan poemas a sus amadas o a la naturaleza en un mundo, reflejo del mito de la Edad de Oro, en que conviven hombres y seres sobrenaturales. La idea fue retomada en el círculo de Lorenzo de Médicis en los años 1460 y 1470, epoca en la cual la expresión creativa relacionada con la adoración de la naturaleza y la metáfora de la perdida de la inocencia tendría muchas vertientes distinta. En su obra pastoral Arcadia (1504), Jacopo Sannazaro estableció la percepción de comienzos de la Era Moderna sobre la Arcadia como un mundo perdido de idílico encanto, recordado con tristeza. En los años 1590, sir Philip Sidney hizo circular copias de su romance La Arcadia de la Condesa de Pembroke, que pronto dio a la imprenta. La primera representación pictórica de este familiar memento mori que fue popularizado en la Venecia del siglo XVI, ahora más vívido y concreta con la inscripción ET IN ARCADIA EGO, es la versión de Guercino, pintada entre 1618 y 1622 (Galería Barberini, Roma), en la que la inscripción gana fuerza debido a la presencia de un cráneo en el fondo, debajo del cual están grabadas las palabras. El género tendría un nuevo giro en la la literatura renacentista ("Ninfale Fiesolano" y "Ninfale d'Ameto" de Boccaccio) para culminar en un gran éxito de la época, la "Arcadia" de Sannazaro (publicada en 1508) que haría que se extendiese la moda bucólica por toda la Europa occidental, algo a lo que tampoco fue ajena España (Garcilaso, Montemayor, Lope, Cervantes...). Ahora bien, toda esa artificiosa felicidad no excluía la muerte. En su Bucólica V, (traducida por Fray Luis de León como Égloga V) encontramos los siguientes versos:

"Y con dolor, pastores, y gemido
un túmulo poned, y en el lloroso
túmulo, aqueste verso esté esculpido:
Yo, Dafni, descansando aquí reposo;
nombrado entre las selvas hasta el cielo;
de hermosa grey pastor muy más hermoso."



De esa contraposición entre felicidad bucólica y muerte nacerá el tema del "Et in Arcadia ego" que tampoco, como señalé antes, fue invención de Poussin. Antes que él lo trató en 1618 Giovanni Francesco arbieri, más conocido por su apodo de Il Guercino (El Bizco), en su obra Et in Arcadia ego.


Evidentemente, la comprobación histórica no ofrece lugar para la duda o la especulación histórica. La escena esquemática general podría resumirse de la siguiente manera: Un par de pastores de Arcadia encuentran una de la muerte) sobre la que aparece posada una mosca (nuevo símbolo de la fugacidad de la vida). En el pedestal en que se asienta aparece la célebre frase que así adquiere su pleno significado: Et in Arcadia ego sum (Yo [también] estoy en la Arcadia) o Et in Arcadia ego vixi (Yo [también] viví en la Arcadia).


La forma verbal se presenta como una advertencia, en lugar de una cita o simple epitafio. Simplemente anuncia un destino inevitavle: p al final has de morir. Lejos de interpretaciones esotéricas, esta obra es un memento mori (recuerda que has de morir) muy cercano al género de las vanitas (así llamadas por la traducción latina de una frase del Eclesiastés, "vanitas vanitatum et omnia vanitas" -vanidad de vanidades, todo es vanidad-) que fue muy cultivado durante el Barroco: Pereda, Van Steenwyck, Linard.


Estoy convencida que Poussin se hizo eco de la obra de Il Guercino en dos cuadros con igual título, "Los pastores de Arcadia", y con idéntico significado. La primera versión es de 1629-1630 y en ella aún aparece la calavera aunque lejos del protagonismo que adquiría en la obra de Il Guercino, la segunda versión es de 1638-1639 y es la protagonista del asunto Rennes. Con posterioridad (1655), todavía aparecería la versión homónima de Benedetto Castiglione en la que cambia la inscripción del sepulcro que ahora es temporalis Aeternitas (eternidad temporal).

Me parece un poco exagerado, por tanto que las afirmaciones esotéricas se concentren en Los pastores de Arcadia, y más en la frase "Et in Arcadia Ego", de la cual se ha dicho es un anagrama que ocultaría una "terrible" verdad, oculta detrás de mi misterio centenario. Muchas veces, se ha intentado forzar el extremo, afirmando que "et in Arcadia Ego" es una anagrama de Le corp De Dieu ( el cuerpo de Dios ), lo cual me parece un completo desatino: los anagramas se distinguen por formar frases enteras mediante la utilización de las letras exactas de su expresión origen, lo cual es no es el caso: como es facilmente comprobable, en la frase resultante sobran una "t", una "g", una "n", una "i" y tres "a", y faltan una "l", una "p", una "d", una "e" y una "u".

Otras de la teorias que sostienen los defensores de la teorias y enigmas en la obra de Poussin asegura que el paisaje que se muestra en la obra no es otro que el monte Cardou -que aparecía pintado en en cuadro de Poussin junto a Rénnes y el castillo de Blanchefort- donde ocultaría una tumba que contendría un valiosisimo secreto, custodiad por el esaparecidos caballeros del Temple y cuyo origen y significado claves secretas de geometría geograficas. No obstante, hasta ahora, no existe una sola prueba fáctica que demuestre el hecho que la silueta bosquejada por Poussin pertenezca a la región antes descrita. Aunque no tendría nada de extraño que Poussin hubiera copiado un paisaje real (aunque por lo conozco de su biografía jamás estuvo por las cercanías de la región que se afirma representó en el cuadro) la verdad es que tampoco eso es cierto. De hecho, si se compara la topologia del lugar (RENNES-LE-CHÂTEAU, al sur de Francia ) con al menos doce lugares de geograficos distintos, encontraremos las mismas caracteristicas generales: Dos montañas altas, en cuyo centro se alza una loma oblonga. Siendo así, la aparente idea que el pintor intentó plasmas un mensaje enigmático en una escena repetida hasta la saciedad en la forma pictórica universal, carece en mi opinión de sentido y sobre todo, de asidero.


Por supuesto, todas mis afirmaciones no son absolutas y son por completo discutibles. A pesar de todos mis señalamientos ( basados en datos históricos y artisticos comprobables) continuan existiendo algunos cabos sueltos que llaman mi atención. Luego de leer algunas de las recopilaciones que hacen referencia al origen del tema Arcádico, encontré que casi todos nacieron bajo la corte de René de Anjou, duque de Lorena, quién ha sido señalado muchas veces como el primer Gran Maestre del supuesto Priorato de Sión. ¿Casual o guarda alguna relación con la insistencia de algunos cronistas históricos que de la Corte de Lorena, comienza el rastro incipiente del misterioso legado dinástico que finalmente descansa en Rene de Chateau? No podría decirlo. Dejo al criterio de cualquiera de mis amables lectores, comprobar por si mismo la veracidad de los datos que aquí ofrezco o encontrar una explicación alternativa a mis planteamientos. Creo que en realidad, ese el sentido de todo buscador de la verdad y amante del misterio: cuestionar y discutir todo lo en apariencia tiene un unico sentido. De hecho, me encanta pensar que la fría racionalidad jamás podrá empañar el lustre de un teorema de la imaginación, una voz raquídea en medio de la cotidianidad.

Como he repetido muchas veces, los pequeños demonios de la conciencia tienen la apariencia de una provocadora sugerencia. La libertad absoluta Una pequeña crónica de Asmodeo, sin duda.

cé la vie.



miércoles, 26 de mayo de 2010

De la identidad femenina o el imaginario de la Mujer como Diosa


Pocas dimensiones se han visto tan sometidas a cambio en las últimas décadas como la identidad femenina. Los mensajes que recibimos las mujeres acerca de cómo debemos ser son múltiples y contradictorios. Se nos bombardea con nuevas informaciones, se nos amplían los espacios públicos y se nos invita a ocuparlos. Sin embargo, los roles anteriores y sus mandatos siguen vigentes y nos debatimos entre antiguas lealtades y caminos inspiradores que se nos abren.

La mitología, con su antigua sabiduría, se nos ofrece para ayudarnos. Ella nos habla a través de símbolos; es decir, en términos de imágenes que nos resultan familiares en la vida diaria, pero que en el contexto mitológico poseen connotaciones específicas, además de los significados convencionales.

Las huellas arqueológicas nos muestran que desde el período paleolítico superior aparece la presencia de la deidad femenina. Conocida con muchos nombres, la gran diosa era venerada como una fuerza femenina conectada con la naturaleza y la fertilidad, responsable de la creación y la destrucción de la vida.

En la mitología griega antigua, los atributos de la gran diosa se dividieron entre diosas diferentes, que representan dimensiones específicas femeninas antes encarnadas en una figura única omnipotente. Las diosas griegas son imágenes de mujeres que han vivido en la imaginación de la humanidad durante más de tres mil años. Los arquetipos más estudiados desde la perspectiva sicológica corresponden a seis diosas ubicadas entre los 12 dioses del Olimpo. Estas son Hestia, Hera, Artemisa, Atenea, Afrodita y Deméter. A esta última se agrega su hija Perséfone, cuya mitología no se puede separar de la de su madre. Autores junguianos han dividido estas siete diosas en tres categorías: vírgenes, vulnerables y alquímicas.

Las diosas vírgenes corresponden a Artemisa, Atenea y Hestia. Artemisa es la diosa de la caza y de la luna, Atenea la diosa de la sabiduría y la artesanía, y Hestia, la diosa del hogar. Las diosas vírgenes representan la cualidad de independencia en las mujeres. Al contrario de las demás diosas del Olimpo, estas tres no podían enamorarse. Los apegos emocionales no las desviaban de lo que consideraban importante. Como arquetipos, expresan la necesidad de autonomía de las mujeres y la capacidad que éstas tienen de centrar su conciencia en lo que tiene sentido personalmente para ellas.

La segunda categoría corresponde a las diosas vulnerables: Hera, la diosa del matrimonio; Deméter, la diosa de las cosechas, en su rito principal, se enfatiza su rol de madre; Perséfone corresponde al arquetipo de la hija. Estas diosas representan los papeles tradicionales de la esposa, la madre y la hija. Son los arquetipos orientados hacia las relaciones, cuyas identidades y bienestar dependen de tener un vínculo significativo. Po-seen una conciencia de tipo difuso, asociada a una actitud receptiva y atenta a los otros.

Afrodita, diosa del amor y la belleza, se ubica como única integrante en la categoría de diosas alquímicas. Se alude con ese nombre al poder de transformación que ella por sí sola poseía. Creaba amor, belleza, sensualidad, sexualidad y nueva vida. Entablaba relaciones por decisión propia y nunca fue victimizada. Su conciencia era receptiva y al mismo tiempo estaba concentrada. El arquetipo de Afrodita motiva a las mujeres a perseguir más la intensidad que la permanencia de las relaciones, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas al cambio

El conocer a las diosas nos permite darnos cuenta de que podemos ser varias mujeres a la vez. Diversas situaciones vinculadas a la época histórica, medio socioeconómico, familia en que nos toca nacer, así como también nuestra etapa de vida, hacen que se enfaticen ciertos arquetipos sobre otros. De este modo, adquirimos identidad en su ejercicio, desarrollando lealtades frente a ellos, permaneciendo desconocedoras de otros que yacen dormidos en nuestro interior. El reconocerlos y sentir que podemos funcionar con las diosas en conjunto nos permite integrar distintas dimensiones y armonizar aspectos de nosotras mismas que parecen excluyentes. En compañía de ellas podremos avanzar en un desarrollo personal, que respete e incluya nuestras contradicciones, deseos y necesidades.

martes, 25 de mayo de 2010

Celebrando el día Friki

Sí, nunca lo he ocultado: tengo una enorme predilección por esa singular cultura del comic, los juegos de video, los animé y cuanta pequeña excentricidad pueda conformar esa otra mirada a lo que consideramos lenguaje creativo. De manera que hoy, que alrededor del mundo se celebra esa particular manera de ver al mundo, me uno compartiendo con mis amables lectores una pequeña muestra del poder de la imaginación, la creatividad y el humor inteligente.

Que la fuerza los acompañe!


De las voces de mi mente y otras alucinaciones personales


Ninguno de nosotros puede escapar por entero a la historia, ni a la personal ni a la que crea la memoria histórica de la cultura a la que pertenecemos. Podemos empujarla hacia el fondo de nuestra mente, tal vez intentar ignorarla, por supuesto, pero estará allí de todos modos. No obstante, creo que todos alguna vez hemos decidido no solo olvidar ese pasado, esa bruma ecléctica que forma la silueta de nuestros pensamientos y simplemente crear a partir de un instante de furia. Y no hablo de una cólera ciega y sin sentido, sino de una sensación de pura liberación, de absoluta conciencia personal, ese momento ilógico e inconexo donde toda idea secular pierde sentido y se forma así misma. Un suspiro en las sombras, una idea plena de pura equidiscencia más allá de la mera identidad cultural a la que pertenecemos.

Deambulo por la calle, a trompicones, recorrida por breves y exquisitos escalofrios de emoción. La coléra bendita, la rebelión absoluta. De pronto, siento deseos de correr. Asi sin más. Correr sin que me importe a donde llegaré, porque lo hago. Simplemente lo deseo. Envuelta en esa inocencia lúdica de quién ignora cualquier barrero, o no la reconoce como propia. Los puños apretados. La respiración agitada. Las sienes palpitandome al ritmo de este deseo sinuoso y dioclesiano. Comienzo a correr, primero abriendome paso entre los transeuntes con cierta renuncia, luego empujando y riendo, enloquecida, más allá de toda idea coherente. Sí, completamente satisfacha, ausente de todo dolor y toda incertidumbre, perpendicular y oblonga, una necesidad que palpita en esa voz secreta que se niega a la aceptación y la pasividad. Corro, mientras escucho los improperios que me dedican, la ira simple de esa humanidad crasa y diamentral incapaz de comprender esta felicidad sin sentido, esta mera capacidad de creación en el gesto de oponerme a la sectaria y finisima línea del reconocimiento de una idea general, mansa, sin razón o valor.

Hay veces en que resulta absolutamente necesario dar rienda suelta a una cólera capaz de sacudir nuestro mundo interior por completo. Hay un momento - aunque tales ocasiones no abunden demasiado, siempre hay un momento - en que uno tiene que soltar toda la artillería que lleva dentro. Y debe hacerlo en un respuesta a una idea frontal, a un temor finisecular y sin forma, una ofensa muy grande contra el alma o el espíritu. El yo instintivo y radical, emergiendo con la fuerza de un grito enorme y descontrolado, la voz de nuestra necesidad y deseo reverberando en todas direcciones, creandose a si misma. Un instante único, donde todas las voces de la conciencia más razonable, pierden sentido ante esa frenética ira, ante ese anhelo de perdernos en el fuego ígneo de ese caos informe y maravilloso. Un grito salvaje, abrumador, devastador, que sin embargo es el principio de un deseo profundamente fecundo y personal.

Un fragmento de luz radiante, la voz de la iluminación, en medio del tiempo y la banalidad.

Me detengo. Los brazos extendidos hacia el sol que nace y que muere entre mis dedos. Una carcajada, un suspiro de pura y fatal ansiedad. Cierro los ojos y el mundo solo es este resplandor, sin forma, casi abyecto en su belleza, de un sol imaginario y devastador.

Ah, sí, viva, tan desperadamente viva. En busca de un significado.

C'la vie.

lunes, 24 de mayo de 2010

Hija del Viento


Hija del Viento, originalmente cargada por Miss Aster.

Mi fotografía de la Semana del proyecto de 52 autoretratos que llevo a cabo.

La voz de las estrellas






La Vía Láctea es una franja de estrellas que aparece recorriendo la esfera celeste, como faja del luz difusa. En diferentes panteones ha sido considerada formada bien, por la LECHE de diferentes Diosas, o bien se pensaba estaba formada por las semillas del vientre de la Diosa, o lo que es casi lo mismo, estaba formada por la capacidad de creación de la Diosa como expresión celeste o divina.

Las estrellas de la Vía Láctea, ha sido considerada en diferentes mitos, como ríos de leche que surgen de las mamas de la Diosa ( de ahí que también se llame a la Vía Láctea: Galaxia "Fluido de Leche"). Y se identifica por Diosas Madres de distintos panteones, con cuyas mamas nutricias, "Alimentaba" a los seres humanos, a los difuntos y a otras Divinidades, producía la Fertilidad o la Resurrección (germinación). Y representa por tanto a la Diosa Nutritiva, a la Diosa del Mar (celeste) donadora de Prosperidad: de leche y de lluvia, con cuyas Aguas procuraba la Fertilidad de la Naturaleza.

Un buen ejemplo es el mito griego que considera a la Vía Láctea como la leche de la Diosa Galatea "Diosa de Leche". O el mito que narra que la Vía Láctea surgió del pecho de la Diosa Hera, tras Heracles mamarlo y morderlo con tanta fuerza, que la leche se derramó por el cielo y creó la Vía Láctea. En otros mitos egipcios, griegos y escandinavos, la Vía Láctea es considerada LA LECHE QUE ESCAPA DE LAS UBRES DE LAS DIOSAS VACAS Hator / Hathor, Io o Audumla.

El lenguaje del infinito:


Para un gran número de expresiones culturales, la via láctea concretiza a la Diosa vaca Hathor, como personificación de la Vía Láctea, el relieve del Alto Egipto del año 4000 adne Dibujo 1, como cabeza de vaca con cuernos rodeada de estrellas. De esta abstracción manifiesta Raphael citado por Giedion (1981, 87): "En realidad estamos ante una representación de la parte superior de un cuerpo de mujer: las estrellas de cinco puntas están sobre sus pechos y sustituyen a los dedos en que terminarían sus brazos levantados, y la estrella de seis puntas sustituye a la cabeza (indicando un desmembramiento ritual parcial)."

Y más tarde añade: "las estrellas de cinco puntas están sobre sus pechos", alude a las mamas de las que surge leche, y que identifica por tanto con la Vía Láctea.

A través de la historia, diferentes tradiciones magicas han concretizado a la Vía Láctea como la leche de Diosas. Las diferentes obras de arte arcaicas, como imagen femenina con muchas mamas o con mamas exageradas, de las que son ejemplos:

* La famosa escultura de la Gran Diosa Artemisa / Diana de Éfeso, con muchas mamas del Ier milenio adne Dibujo 2, acompañada de otros atributos, reflejo de ser la Madre Naturaleza, que personificaba otros astros y constelaciones.

* La imagen de una poderosa mujer, tallada en marfil de quince centímetros, que mantiene los brazos encima de las enormes mamas, de Lespugue, Lourdes, Alto Garona, Dibujo 3 datada en el año 20000 adne. Es imagen de la Diosa de cuyas mamas surgiría la Vía Láctea como ríos de leche.

* También es representación metafórica de la Vía Láctea, las mamas en la cabeza que porta la escultura africana femenina de Jema, civilización de Nok de Nigeria Dibujo 4, datada en el año 250 adne.

*Y lleva implícito la misma metáfora de la Vía Láctea, las tres pares que porta el "sombrero" de la máscara funeraria, usada en funerales de los "fon", de los Badfandji de Camerún Dibujo 5. Las tres pares de mamas son simbólicas y evocadoras de la función Nutricia, cuyas mamas alude a la Vía Láctea como ríos de leche. Y con la que se reclamaría la intervención Divina para que, con sus mamas, dé Vida y Alimente a los muertos, al igual que una madre amamanta a sus hijos. Y le produzca la Resurrección.

Para la Tradición de brujería que practico, la vía Lactea ( sería justo decir que la cúpula celeste en realidad ) simboliza la trascendencia del espiritu humano sobre la muerte, el eterno poder creador de la mente del hombre y la capacidad innegable de la naturaleza de vincular al ser humano con el infinito. Para celebrar este secreto vinculo, se llevan a cabo rituales donde se celebra el poder del eterno enigma del Universo al que estamos instrinsecamente unidos. Uno de ellos es el siguiente:


Necesitarás:

7 velas blancas.
Un cuenco para quemar.
Un puñado de granos de mirra.

Disposición:

Forma con las velas un circulo en medio del cual te sentarás. Coloca frente a ti, el cuenco para quemar con los granos de mirra en su interior. Ahora, cierra los ojos e imagina que un hilo radiante y plateado te rodea. Este filamento luminoso se encuentra unido a tus muñecas y tobillos y parece flotar en medio de la oscuridad de la habitación donde llevas a cabo el ritual. Visualiza como estos diminutos fragmentos de luz se unen para formar un espiral, que te envuelve y te llena de calor y bienestar. Cuando tu nivel de concentración halla llegado a un punto óptimo, abre los ojos y enciende las velas, comenzando por la que se encuentra frente a ti y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, mientras invocas de la siguiente manera:

"Luz de Luna
Voz de las estrellas
Canto del Universo
Te invoco hoy
Para que seas mi pensamiento
mi guia
y mi convicción
Que sea el cielo nocturno
la medida del divino resplandor
el secreto de la noche eterna
la luz infinita y poderosa
la energía Divina
La inteligencia Universal
Así sea"

A continuación, enciende los granos de mirra, procurando que todos comiencen a arder. Cuando hayas conseguido un fuego alto y el olor comience a extenderse a través de la habitación donde te encuentras, cierra los ojos e imagina que te encuentras flotando en el mar. La noche te cubre y en la oscuridad, la luz de las estrellas resplandece con un brillo plateado teñido en ocasiones de púrpura. Dejate llevar por la paz, la sensación de infinita comprensión que te llena, mientras flotas a la deriva, sostenido por el agua, sintiendo la vibración de las olas contra tu piel, la cálida caricia de ese silencio oscuro y exquisito que te rodea. Disfruta del resplandor de las estrellas, cada vez más poderoso, más firme, un estallido ígneo y cegador que parece lentamente cubrir todo el cielo, centellando y haciendo brillar el agua que te rodea. Siente la fuerza del misterio, la profunda sensación de maravilla que te colma. La huella de la Diosa en ti.

Regresa a tu nucleo de conciencia más habitual. Apaga las velas, comenzando por la primera que encendiste y siguiendo el sentido contrario de las agujas del reloj, mientras invocas:

"El poder del tiempo en mí
La fuerza del secreto en mi espíritu
soy la voz y la creación
Crea poder en mí
crea fuerza en mí"

Para completar la estructura mágica que has llevado a cabo, permite que los granos de mirra ardan hasta consumirse y luego come y bebe algo para que puedas asimilar mejor la energía que has obtenido mediante el ritual.

domingo, 23 de mayo de 2010

El Gato y la Bruja


Para la imaginería popular, la figura del gato y la bruja se encuentran irremediablemente unidas. De alguna forma, la identidad cultural que se le ha atribuido a las practicantes de la Antigua Religión, tiene como elemento fundamental una extraña simbiosis de elementos reconocibles que la identifican como tal. El gato, es por supuesto, una de las características más visibles que definen esta ambigua definición de "bruja".

Los origenes de esta creencia son diversos. En la tradición Celta se relata que las brujas consideraban como sus mejores amigos a los gatos erizos, en especial los de color negro. La Bruja utilizaba a su gato, como su sirviente mensajero o secretario y también se decía que era alguna persona transformada por un conjuro, doblegando su voluntad.


Durante la Edad Media nace la falsa creencia de considerar al gato negro como de mal agüero, por pensar que cumplían mandatos de las brujas y esto dio lugar a que los fanáticos sacrificaran a miles de estas bellas e inocentes criaturas. En otros continentes como el Africano los brujos de las tribus zulúes preferían a los gatos de color cobrizo en lugar de los negros.

Según cuenta la leyenda, en el Arca Noé, los ratones se reproducían de una manera alarmante, haciendo peligrar las provisiones por lo que Noé preocupado solicitó ayuda del Señor, quien le indicó que debía acariciar tres veces la cabeza del león. Noé hizo lo que Dios le dijo y el león estornudó surgiendo de sus fosas nasales una pareja de gatos que restablecieron de inmediato el equilibrio en la embarcación.

La historia Natural del gato:

El gato es un felino cuya historia y origen se remontan al antiguo Egipto. Los egipcios inoculaban a los gatos algunas gotas de su sangre para protegerlos de las enfermedades y los malos espíritus. Estaba prohibido matar a un gato, y la pena por hacerlo era de muerte, era tanto el respeto que existía por este noble animal que cuando el gato moría los egipcios se afeitaban las cejas en señal de duelo.

Los gatos eran animales salvajes que comenzaron su proceso de domesticación hacia el año 3000 a. C., debido a la abundancia de ratones que pululaban en los silos de grano que existían en Egipto. El gran valor del gato como cazador de ratones hizo que los egipcios intentasen y lograsen su convivencia doméstica, pese a lo cual el gato no perdió su status divino. La religión del antiguo Egipto incluyó el gato entre sus símbolos sagrados, estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad.



La misma belleza del animal hizo que la diosa Bastet, símbolo de belleza y fecundidad, fuese representada con cabeza de gato.

Fue tal la adaptación del gato a la vida cotidiana de los egipcios, que su muerte era motivo de duelo familiar; Herodoto, en Los nueve libros de la Historia, manifiesta que los moradores de la casa se rapaban las cejas en señal de duelo. Tras su muerte, su cuerpo se embalsamaba y momificaba en locales sagrados, y en el lugar de su enterramiento se colocaba junto a ellos ratones embalsamados. En 1890 fueron halladas en la ciudad de Bubastis amplias necrópolis con más de 300.000 momias de gatos.



Los griegos, conocedores del valor del gato como cazador de ratones, intentaron comprar una pareja para hacerlos criar en Grecia; dada la naturaleza sagrada del gato los egipcios se negaron a esta transacción. Pero los griegos, a pesar de este argumento o quizá debido a él, robaron una pareja que llevada a Grecia extendió la raza al resto de Europa.

Para los antiguos griegos, el origen del gato se remontaba a Artemisa, diosa de la caza, que había dado vida al gato para poner en ridículo a su hermano Apolo, que previamente había creado al león para asustarla.



Otra leyenda explica porque los gatos tienen su cola doblada, los gatos siameses tenían la misión de proteger las ánforas llenas de oro en los templos dedicados a las divinidades. Estos animalitos cumplían tan bien su tarea que de mirar la vasija sus ojos se volvieron estrábicos, y como sujetaban firmemente las asas con su cola esta tomó la forma que le conocemos.



Por otra parte los Celtas creían que los ojos de los gatos representaban las puertas que conducían hacia el reino de las hadas.

Entre los galos, se castigaba la muerte de un gato con el equivalente de una oveja y su cordero, o a la cantidad de trigo necesaria para cubrir completamente el cadáver del gato suspendido por la cola, con el hocico tocando el suelo.


El estigma Felino:

Los gatos llevaron una existencia más que placentera hasta que la Iglesia, hacia mediados del siglo XIII, comenzó una terrible persecución contra ellos, considerándolos como símbolo del diablo y cuerpo metamórfico de las brujas.



El gato aparecía ligado al paganismo de la Edad Media a través del culto de la diosa Greya, diosa del amor y de la curación según la mitología nórdica. Esta diosa guardaba en su jardín las manzanas con las que se alimentaban los dioses del walhalla y en su iconografía aparecen dos gatos tirando del carro de la diosa y, como dice Julio Caro Baroja, una tergiversación de origen mítico es la de "confundir al animal que acompaña a un numen o divinidad con la divinidad misma". Por ello, el gato se convirtió en la base de las "purificaciones" de la Iglesia.

El aniquilamiento de los gatos fue de tal magnitud que cuando la peste negra azotó Europa en el siglo XIV, causando más de veinticinco millones de muertos, apenas sí quedaban ejemplares para luchar contra las ratas, principales propagadores de la enfermedad. Y sin ninguna duda, la plaga fue tan devastadora debido al desenfrenado exterminio de los gatos. La Iglesia alentó de tal forma la persecución de los gatos que llegó a convertirse en espectáculo la quema de estos pobres animalitos en las hogueras de la noche de San Juan.

En el siglo XIV, el Papa Clemente decidió acabar con la Orden de los Caballeros Templarios, acusándoles de homosexualidad y de adorar al demonio en forma de gato.



En el año 1400, la especie estuvo a punto de extinguirse en Europa. Su existencia se reivindica a partir del siglo XVII debido a su habilidad para la caza de ratas, causantes de tan temibles y desoladoras plagas. A partir del siglo XVIII el gato vuelve a conquistar parte de su antiguo prestigio, y no sólo se utiliza como cazador de roedores e insectos, sino que su belleza lo hace protagonista de cuadros, muy especialmente de los de la escuela inglesa, y de motivos escultóricos.



Para controlar a las ratas a bordo de los barcos, los armadores del siglo XVIII decidieron embarcar gatos. Allá donde naufragaban los barcos, los gatos solían escapar con vida. Esto explica cómo estos felinos han llegado a lugares tan dispares como la isla de Marion, en la zona subantártica, o a las Galápagos.



La historia de la brujería relata un sin número de anécdotas sobre la transformación de las brujas y brujos en animales. Todas son de índole similar. En una de estas historias la protagonista, cansada de que un gato se bebiese la leche recién ordeñada todas las noches, esperó al animal y consiguió en su persecución herirle en una pata. Al sentirse herido el animal gritó como un ser humano. Al día siguiente una pobre vieja, considerada como bruja, amaneció herida en una pierna lo que acrecentó más aún esta creencia.
El Gato negro:



La dualidad del gato como símbolo de la divinidad y de la representación demoníaca, dio lugar a que en las supersticiones relacionadas con él se le considere representante de la mala o la buena suerte, según la circunstancia o lugar en que naciesen.

Se dice que un gato negro es realmente un vaticinio nefasto, si se cruza en el camino de una persona de derecha a izquierda. También que pierde este carácter de maldad si tiene un lunar blanco en alguna parte del cuerpo.

Existen pueblos en que el encuentro de un gato negro camino de la iglesia el día de la boda da buena suerte, mientras que en otros es símbolo de desgracias conyugales.

Se cree que el gato negro trae buena suerte en los juegos de azar, sobre todo si se toca alguno antes de que empiece el juego.

También se cree que tener un gato negro en casa es símbolo de buena fortuna.

Otra superstición mantiene que encontrarse un gato (no importa el color, sino la dirección) viniendo de cara por el camino trae buena suerte, mientras que verlo de espaldas trae mala suerte. Asimismo, es de buen augurio que un gato nos adelante en el camino.

Cuando un pescador sale de pesca, considera de buen augurio que un gato le preceda, pero muy malo si se le cruza en su camino.

La gente del mar suele estar muy atenta al comportamiento del gato a bordo. Es tradición popular que si el gato corre, juega o salta pronostica tormentas y galernas; si se arroja el gato por la borda o es ahogado en el mar sobrevendrán calamidades al navío y su tripulación.


El Gato y la Adivinación:



Se piensa que la conducta de los gatos manifiesta:

Si está boca arriba en el suelo, anuncia lluvia.

Si está sentado de espaldas al fuego predice frío y mal tiempo.

Si se lava las orejas avisa que habrá una visita masculina si se lava la derecha y femenina si se trata de la izquierda.

El gato y la salud:


Como remedio contra las enfermedades existían diversas pócimas en las que intervenía algún elemento del gato. Por ejemplo, para curar la tos ferina se hacía un brebaje con nueve pelos de la cola de un gato negro desmenuzados y remojados en agua que se daba a beber al paciente.

Se decía que pasar la cola de un gato negro por los párpados curaba los orzuelos.



El gato y otras supersticiones:

En España se dice que una persona afortunada tiene siete vidas como los gatos.

Según la creencia popular el matar un gato o sus crías trae mala suerte, de aquí que algunos prefieran pagar a otros para que los maten en caso de ser muy necesaria su desaparición.


Soñar con un gato es de mal agüero.

En algunas regiones del sur de Estados Unidos todavía se piensa que, si se permite a un gato acercarse a un cadáver humano, una horrible desgracia caerá sobre la familia del difunto.
En Sicilia, un gato negro representa el mal de ojo.

En Kentucky existe la creencia de que la visita de un gato negro a una casa es señal de buena suerte, excepto si decide quedarse, en cuyo caso significaría infortunio.

En la Gran Bretaña del siglo XIX, el que un gato negro se paseara por delante de unos novios a punto de casarse representaba felicidad y fecundidad para los contrayentes.


En el pasado, los marineros consideraban que traía buena suerte tener un gato negro a bordo, aunque no se podía pronunciar la palabra "gato", pues hacerlo acarrearía grandes desgracias.


Las mujeres de los marineros solían tener un gato negro en casa para asegurarse de que sus maridos volverían sanos y salvos.

Pero más allá de todas las creencias y extrañas leyendas relacionadas con el gato como figura simbólica, puedo decir con certeza que cuando un felino te adopta como su amigo, será sin duda tu mejor y más fiel compañero, dándote muestras constantes de su inmenso cariño. En mi caso, mis gatos son mis más cercanos confidentes, mis complices preferidos, la luz de la primera en mi corazón. Por supuesto, que sé muy bien que mi pequeños traviesos están convencido que soy una mascota amable que les da de comer y los llena de mimos. En ocasiones los imagino, conversando entre ellos, y riendose de mi atolondrada torpeza humana.


Pero, en fin...

C´la vie.

Pd: Por supuesto, el caballero cuya fotografia adorna la entrada no es otro que Leonardo Berlutti, mi adorado malcriado.

sábado, 22 de mayo de 2010

Del Tarot y otros pequeños Misterios




Soy una apasionada del Tarot, tanto de la concreción mágica los arcanos como de su belleza metafórica. Tengo una númerosa colección de cartas que atesoro como una de mis posesiones más preciados y siempre que puedo, miro el mundo a través de su lírica belleza. Siento una fascinación casi infantil, por esa crudeza misteriosa y sentida que se esconde en su puro simbolismo.

Una letania lejana de la voz de los Dioses.


El poeta T.S. Eliot era también un amante inveterado de las antiguas voces. En “The Wasteland" le otorga un sentido inquietante y onírico seis cartas, tres de las cuales inventó e incluyó en su propio concepción personal del Tarot: The Drowned Phoenician Sailor, The Belladona, la cual es relacionada directamente con La Emperatriz y The One Eyed Merchant. Las otras cartas restantes - The Man with Three Staves, The Wheel y The Hanged Man - son partes del tradicional maso de cartas. Sin embargo, creo que para Elliot, el valor de las cartas radicaba en su capacidad de crear arquetipos reconocibles, un rostro familiar en medio del juego de espejos del subconciente humano. Al menos, asi lo menciona en las notas a "The Waste Land", donde añade además haber sido introducido en las artes del Tarot, aclarando que su comprensión de ellas tiene un sentido meramente intelectual y razonable.

El tarot es una fuente de conocimiento profundamente ancestral, y no solo por el sentido místico que pueda otorgarsele. Creo que la belleza de los arcanos recide precisamente en esa multiplicidad de valores conceptuales que posee en si mismo, la capacidad de convertirse en un diorama de ideas y conceptos reconocibles inclusos para quienes no están familiarizados con los arcanos. El tarot se manifiesta como un vehículo capaz de estructurar las formas inconcretas de nuestro espiritu, siluetas apenas esbozadas que aun así, nos son cercanas y comprensibles. Tal vez, su magia reside precisamente en eso. Una antigua alquimia donde la razón y el instinto puro se unen para crear un lenguaje propio.

La otredad del valor absoluto de una idea, concluyó acertadamente Elliot.

Un eco reconocible en los pasillos del tiempo, es mi opinión.

La paradoja desnuda de una contradicción que de alguna convalida un nucleo de significado: Una antigua y maravillosa sabiduria.

viernes, 21 de mayo de 2010

El Dios Sádico


Como pagana, la idea cristiana de la culpa me produce angustia y desconcierto. Es una contradicción ideológica con las creencias que me educaron. La responsabilidad moral que tomo por mi comportamiento y mis acciones es totalmente personal, intima y sin posibilidades de conceptualizar un imaginario "chivo expiatorio" sobre quién descargar las consecuencias. Considero un facilismo teólogico incongruente y dioclesiano, la filosofia judeo Cristiana que sostiene que energía independiente a la racionalidad social, es quién sostiene la posibilidad del "mal". El sufrimiento, el miedo, la violencia, no son obra de la omisión o la acción de una creación sofista, sino de una estructura cenital ajena a cualquier dominio o comprensión humana. Una idea perturbadora, sin lugar a dudas y sobre todo, carente de coherencia y valor.

Constamente, releeo El dios sádico de François Varone, debido a que los argumentos que se exponen en sus páginas son congruentes con la liberalidad de mis ideas más intimas. Creo firmemente en la recreación de un mesianismo humano,basado en liberación del deseo. Un evangelio del Reino de las ideas, sin dudas. A grandes rasgos, esta es la tesis que propone:

1. El sufrimiento humano no es consecuencia del pecado original.
2. El sufrimiento humano no tiene para Dios ningún valor compensatorio ni reparador: no constituye placer ni exigencia jurídica de Dios.
3. El sufrimiento humano no le alcanza al hombre como si fuera efecto de una disposición divina o algo permitido concretamente por Dios a modo de prueba, advertencia o de castigo para tal o cual persona o grupo.
4. El sufrimiento humano es la consecuencia normal de la fragilidad física y moral de la humanidad y del mundo. El sentido de tal o cual sufrimiento es, pues, puramente inmanente al acontecimiento y a sus causas concretas, en principio reconocibles.
5. A esta primera causa que es la fragilidad se añaden, por desgracia, la maldad, la violencia y la injusticia del hombre.
6. La condición humana de fragilidad y de vulnerabilidad representa una provocación y un escándalo para el deseo ilimitado del hombre y provoca en él reacciones, activas o pasivas, que sólo consiguen agravar aún más el sufrimiento y la falta de sentido.
7. Aún sin ser querido ni enviado ni organizado por Dios en tal o cual acontecimiento para tal o cual persona, el sufrimiento en general forma parte del mundo material "en devenir".
8. Esta condición de fragildad y de vulnerabilidad son instrumentos del "devenir" histórico y personal de la humanidad.
9. El sufrimiento en sí mismo no es portador de valor. Su verdadera eficacia es que provoca el deseo y la libertad y es ocasión de fe y de perseverancia.



Un espiral de aspiraciones casuisticas, sin lugar a dudas. Un nudo gordiano, donde el hombro lobo de Hobbes tiene la forma del rostro que vemos al espejo. La recreación moral de la culpa es por tanto, nuestra manera más primita de expresar el temor al vacío, el temor cenital en el infinito rallano en la locura que se alza entre las ideas más veniales.

Sea pues, el mundo, en un laberinto de ideas inexpugnables. Una palpitación de oscuro dolor, quizá.


Aunque sea interesante, no es consuelo; pero por lo menos esto me ayuda a repensar, si no la verdadera razón del sufrimiento, todos los sermones con los que me llenaron la cabeza, diciéndome que todo el dolor era consecuencia de mis malas acciones, que los justos como Job, deben de soportar todo sin una queja, que hemos venido a este valle de lágrimas a sufrir y cargar nuestra cruz; y sobre todo que tengo el derecho de cuestionar y de cuestionarme. Mis preguntas no tienen respuesta, no se si acaso algún día la tendrán, sin embargo hay aún dentro de mi un ser que quiere creer a pesar de todo. Mañana si voy a ir a la escuela, esto de estar enfermo y en casa hace daño.

jueves, 20 de mayo de 2010

Pelea a gritos con mi alter ego:




Me gusta los soundtrack filmicos, los rondos venezianos y la Opera, no me gusta Plácido Domingo ( sus notas altas son demasiado ampulosas ); me gusta la luz -obsesivamente enamorada de los juegos de luces de hecho-; no me gusta sentir calor; me gusta la lluvia - las noches de tormentas violentas -, no me gusta la húmedad; me gusta viajar, no me gustan los aviones - soy irremediablemente claustrofóbica -; me gusta la noche - de tormenta o las muy claras e infinitamente hermosas, no me gustan las tardes - prefiero las mañanas -; me gusta mi cabello - Oh, si, a pesar de ser rebelde, grueso y dificil de peinar-; no me gusta que a la gente crea que es artificial -sí, me han preguntado si son extensiones o una peluca -, me gustan mis ojos, no me gusta que revelen lo que pienso o siento con tanta claridad; me gustan mis manos, no me gusta cuando están inmoviles, necesito una actividad continua; me gusta escuchar música a niveles enloquecedores, no me gusta el ruido; me gusta ver el cielo, no me gusta que sea transparente - prefiero los infinitos matices de colores escondidos en las nubes; me gusta ver las estrellas, no me gusta que la gente crea que es romántico o un cliché; me gusta el frío, no me gusta ser tan friolenta; me gusta el sabor del viento, no me gusta el polvo; me gustan las plantas, no me gustan las flores - a menos que estén plantadas en macetas- ; me gusta despertar muy temprano, no me gusta dormir demasiado -no puedo, de hecho -; me gusta ir al cine sola, no me gusta que me vean con lástima por hacerlo; me gusta el café, no me gusta beberlo en vasos plasticos - para mí, el beber café es un placer-; me gusta la fruta, no me gusta que esté muy madura; me gustan los tés, no me gustan los tés de cajita; me gusta el chocolate, no me gusta sentirme culpable por comerlo; me gustan las botas - delicadas, sin broches o adornos, de cuero o cabrintilla, no me gustan los zapatos; me gusta la soledad, no me gusta el esteoritipo que parece aparejado por mi necesidad de estar sola; me gusta tomar fotografias, no me gusta la opinión común que existe que al parecer es muy fácil hacer arte por medio de la imagen; me gusta salir acompañada, no me gusta que me acompañen a todos lados; me gusta tener mi espacio, no me gusta la idea que tal vez estoy exagerando con respecto a mi concepto de intimidad; me gusta mi blog, no me gusta la sensación que en ocasiones me vuelvo obsesiva con lo que escribo en él; me gusta manejar, no me gusta como manejan los demás; me gustan las cafeterías, no me gustan cuando están a reventar de clientes; me gusta observar, no me gusta ser observada; me gusta el campo me gusta la ciudad, no me gusta la gente que vive en ella; me gusta el arte y la música clásica, no me gusta que crean que soy snob o elitista por eso; me gusta el agua, no me gusta que tenga sabor; me gusta el vino tinto, no me gusta que me duela la cabeza despúes de tomarlo; me gusta ser desordenada, no me gusta el hecho que nunca encuentro algo cuando verdaderamente lo necesito; me gusta ser apasionada, no me gusta ser obsesiva; me gustan mis gatos, no me gusta no poder tener más; me gusta que me escuchen, no me gusta que intenten encajarme en un arquetipo; me gusta el jazz, no me gusta que sea un símbolo de estatus;me gusta ser sarcástica, no me gusta que la gente no lo note; no me gusta el dinero, me gusta gastarlo; me gusta leer, no me gusta presumirlo; me gusta escuchar cantar a capella, no me gusta mi voz; me gusta reir, no me gusta la risa finjida; me gusta dar sin motivos, no me gusta que la gente crea que el interés es imperceptible en determinadas ocasiones; me gusta caminar, no me gusta correr; me gusta jugar, no me gusta parecer infantil; me gusta que no aparento mi edad, no me gusta que me subestimen por eso; me gusta quien soy, no me gusta que a veces se me olvida.

¿Quieres leer un poco de sincronia espiritual? Visita a Carmen Moreno :D