jueves, 31 de enero de 2013

De escribir y crear: Las cinco cosas que he aprendido siendo blogger



Soy blogger desde hace más de 7 años.  Cuando comencé, no entendía muy bien que significaba el término "blogger". Y de hecho, aún intento comprenderlo, a medida que crezco en la experiencia, que la vivo cada día. Pero podría decir que, contando aquel primer ensayo de blog que intenté en Windows Live Spaces, podría decir que tengo casi diez años escribiendo vía 2.0. Comencé en pequeños post referidos a fotografía en mi fallecida cuenta de DeviantART y después continué en diversas plataformas. Pero nunca conseguí continuar durante más de dos o tres meses. Más de una vez, abandoné por aburrimiento, por falta de constancia o por el hecho simple, que aún no había encontrado mucho que decir. Hasta que abrí mi primer blog, digamos que "formal" y lo mantuve online por casi dos años. Fue una experiencia un poco agridulce: aprendí mucho sobre el oficio del blogger - si es que existe tal cosa, claro - y sobre todo sobre mi misma. Como libre pensadora, como prospecto de escritora y como apasionada de la comunicación verbal. Pero el resultado no fue bueno: convertí el blog en algo parecido a un enorme libro de texto sin ninguna personalidad y cuando lo cerré, sentí alivio. Se había convertido en una especie de carga cotidiana sin valor emocional.

Porque cualquiera sea su temática, un blog es una experiencia emocional. O así ha resultado para mi, claro. Durante todos los años en que he intentado llevar una bitácora diaria sobre mi manera de ver el mundo, he descubierto el enorme poder que posee construir, palabra a palabra, un espacio personal en el mundo virtual. Hay mucho de analizar y comprender tu punto de vista desde una óptica totalmente nueva y sobre todo, una experiencia de convivencia que te hace - podría decir, obliga - a construir un punto de vista mucho más flexible sobre el mundo. Así que, durante esta casi década de ir de un lado a otro en los terrenos de la virtualidad, he aprendido algunas cosas:


1) El valor de la Constancia:

Un blog es, ante todo, una plataforma de comunicación, una manera de comprender tu perspectiva sobre las cosas de una manera nueva. No obstante, un blog, o digamos, cualquier experiencia que implique cierto ritmo, es también un ejercicio de constancia. Siendo bloggera he aprendido el valor de comprender mi propia necesidad de escribir, de comunicar y la manera en que lo hago. La experiencia de mantener un blog personal, me ha permitido encontrar esa forma de mantener el interés - no solo de mis lectores, si no el mio propio - sobre esta gran conversación compartida que es, al final de todo, cada entrada que publico. La experiencia de contar historias  - pequeñas, personales, importantes o no - me ha hecho analizar mi forma de mirar el mundo de las palabras y como sobrellevar esos momentos de silencio involuntario. En resumen: Encontrar la manera de continuar siempre hacia adelante y descubrir algo más de mi misma a través de esta experiencia.

2) Tolerancia:

Ser un blogger es basicamente ser un opinador libre. Un blog, sea de la temática que sea, es una gran sala de discusión donde convergen infinitas ideas. Así que, el otro gran aprendizaje que he obtenido de la experiencia ha sido a tolerar - comprender, asumir - todas las opiniones que pueden converger sobre un mismo punto, incluso las que son contrarias a las mías o directamente antagónicas a las que profeso de manera personal. Y ha sido ese ceder y flexibilizar mi punto de vista, lo que ha hecho que la experiencia como blogger me haya enriquecido como persona. Ha sido extraordinario, poder debatir ideas e interesantes puntos de vista con un público tan abierto como distinto. No solo he encontrado tema suficiente para el análisis y la reflexión personal, si no que mi blog, como ente individual, ha crecido gracias a esa interacción constante entre mis amables lectores y lo que expongo en cada entrada. Una experiencia extraordinaria por donde se le mire.

3) Investigación, revisión de fuentes:

Cuando comencé a escribir vía web, nunca supuse que la experiencia me daría la oportunidad de comprender el real valor de la investigación sistemática. Desde niña, había tenido la inclinación por la investigación, pero la experiencia como blogger me permitió no solo acentuarla, si no encontrar un método propio de indagación y búsqueda de información propio. Y ha sido una experiencia gratificante: sin duda, como curiosa nata, aprender los rudimentos de la indagación y la búsqueda de información e historias, me ha hecho crecer no solo como blogger si no como amante de las palabras.

4) Respeto:

Durante mis años como blogger, he aprendido la importancia y el poder de la opinión, sobre todo, al hacerla pública. Y ha sido esa conciencia del peso real de una información que se hace viral y más allá, emite un punto de vista determinado, lo que me ha hecho comprender su valor y respetarlo. He aprendido, entre equivocaciones y aciertos, que cada artículo que escribo, que cada punto de vista que expreso, posee un poder en si mismo. La información tiene la capacidad de construir una red de infinitas conexiones que van más allá del medio que las transmite. Y el blog, cualquier espacio personal, no escapa a esta perspectiva, no importa el número de lectores o la audiencia a la que pueda llegar.

5) El privilegio de ser escuchada:

Muchas veces he escrito entradas en este, su blog de confianza, llevada por la angustia, el miedo, la felicidad o la simple emoción. Ha sido mi ventana al mundo para expresar una serie de idea que de alguna manera, necesito sean comparadas y analizadas por un público silencioso que probablemente tenga una opinión valiosa sobre lo que digo o pienso y que me gustaría escuchar. Y justamente, es esa capacidad del blog - como ente emisor, como puente de comunicación - lo que lo hace tan valioso. Ha sido extraordinario, poder construir una forma de expresión tan abierta al diálogo, tan amplia en sus alcances. He hecho grandes amigos, he aprendido por la experiencia como encontrar un punto de unión incluso en los punto de vista de más disimiles. Un aprendizaje invaluable.

Una lista corta, sin duda. Me llevaría años resumir todo el aprendizaje que he obtenido a través del aparentemente sencillo ejercicio de escribir una desordenada bitácora de lo cotidiano. Pero aún así, creo que resume un poco lo que este recorrido, atolondrado y extraordinario, ha sido para mi.

¿Llevas un blog? ¿Como ha sido tu experiencia? ¿Quieres contarmela? Nos leemos en los comentarios!

miércoles, 30 de enero de 2013

Entre cámaras y lentes: ¿Cual es el equipo básico que todo fotógrafo debe tener?



Llevo unos cuantos meses deseando escribir este artículo y el motivo es simple: Siempre que un grupo de fotógrafos se reune a conversar, el tema que suele tocarse con más frecuencia es sobre los equipos. Los recién comprados, los más actuales, los necesarios, los soñados, los inaccesibles. De hecho, estoy convencida que hay una época en toda etapa de crecimiento en la vida fotográfica donde el fotógrafo se obsesiona con la necesidad de encontrar -y tener - el supuesto equipo ideal: es una especie de carrera de obstáculos. Conseguir una cámara mejor, una la óptica más precisa se convierte en una búsqueda constante, en una competencia desordenada hasta que finalmente, comprendes que lo que hace una buena foto no es mecánico, si no conceptual. Pero eso es otro tema que tocaré - de nuevo - en este, su blog de confianza.

Cuando comencé a pensar en escribir este artículo, me tropecé con un par de problemas de planteamiento. Usualmente, la pregunta que todo fotógrafo suele hacerse, antes o después, es cual es el equipo mínimo que debe tener un profesional de la fotografía para tener un desempeño idoneo. La respuesta varia por supuesto, como varian los factores que hacen necesario un equipo o mejorar el que ya tienes: desde a cual es tu interés fotográfico hasta la manera como racionalizas tu crecimiento y aprendizaje visual. No obstante, hay ciertos aspectos que parecen coincidir, incluso entre las opioniones más disimiles. Y quizá, llegué a pensar,  se deba a que de hecho, si existe un equipo básico, digamos que todo profesional y creador visual debe poseer. ¿O no?

La respuesta parece ser un punto medio entre ambas posibilidades.

Por supuesto, para escribir la siguiente lista, me dediqué durante algunas semanas a preguntar a diferentes fotógrafos su opinión. Leí un poco, investigué aquí y allá, pero sobre todo, analicé mi experiencia fotográfica de manera personal. Al final encontré algo semejante a una lista concreta, que sin embargo, no es absoluta de ninguna manera. Y creo que esa relatividad es justamente, lo que hace que el conocimiento fotográfico - su evolución - y por tanto las necesidades de cada fotógrafo sean tan distintas.

Pero vamos al grano: ¿Cual es el equipo básico que todo fotógrafo que desea crecer dentro del ámbito de la fotografía debería tener? En mi personalisima y nada autorizada opinión, podría resumirse de la siguiente manera:



1) Una cámara que satisfaga tus necesidades principales al fotografiar:

Suena muy general eso ¿no?. Lo es, en realidad. No hay un equipo concreto recomendable ni mucho menos, una cámara "necesaria". Como suele decirse, la mejor cámara es la que tienes a disposición. No obstante, si deseas crecer dentro del mundo de la fotografía, el equipo necesita permitirte hacerlo. Escoge una cámara réflex con lente intercambiable, con la que puedas probar diferentes ópticas y además, aprender la modalidad de fotografía manual. No importa la marca o el modelo: eso ya queda a tu estricta preferencia, pero lo que si es necesario que sepas es: tu cámara es tu herramienta más útil. Intenta que responda a tus perspectivas dentro del mundo fotográfico.

2) Un lente luminoso y preferiblemente, de vidrio:

De las primeras cosas que aprendí cuando comencé a educarme en el mundo fotográfico  fue que es más importante tener una buena óptica que un cámara de muchos megapixeles. Un buen lente, te permitirá no solo una nitidez superior, si no además, la suficiente luminosidad para captar con mucha más facilidad buenas imágenes. Así que dedica algún tiempo a escoger la óptica que quieras usar: analiza tus opciones, tomando en cuenta tus intereses y la manera como te expresas fotográficamente. ¿Lo tuyo son los paisajes? ¿Los retratos? ¿La Macro fotografía? Hay un lente para cada estilo y que te permitirá los mejores resultados.

3) Una buena Tarjeta de Memoria ( Suficiente ):

Este fue uno de los temas controvertidos al momento de encontrar una opinión unánime. Hay quién insiste que es mejor comprar una tarjeta de memoria con la bastante capacidad de almacenamiento como para fotografiar sin preocupaciones con respecto al espacio virtual que utilizas. Pero otros fotógrafos me comentaron que es recomendable una tarjeta de capacidad media o pequeña, que obligue al fotógrafo a pensar cada fotografía que obtiene. De manera que, en este particular, la tarjeta de memoria que utilices debe responder a tus intereses y al tipo de trabajo que desempeñes. ¿Fotografías en ráfaga? ¿Eres de los que necesita tomar muchas imágenes para escoger la mejor? Compra una de mucha capacidad. ¿Cada disparo para ti cuenta? Una mediana a pequeña, te obligará a analizar cada imagen que tomas.

4) Un buen bolso de lona:

Un bolso fotográfico pareciera ser poco importante en comparación a otros equipos y artículos fotográficos necesarios, pero con el tiempo, descubres que es uno de esos imprescindibles anónimos que valoras especialmente. Y es que un buen bolso ( con separadores, espacio suficiente para colocar el cuerpo de la cámara y la óptica que utilizas, impermeable ) te permitirá no solo preservar de daño y accidentes tu equipo, si no además, te hará más sencilla la tarea de ser ordenado al momento de resguardar tu equipo. Dos de mis profesores me insistieron que el bolso ideal debe ser amplio, con separadores acolchados, revestimiento impermeable y además, tener varios bolsillos donde puedas guardar piezas pequeñas a la mano. Como siempre, la decisión de cual comprar depende de tus necesidades y presupuesto, pero en general, existe una gran variedad de precios y modelos donde escoger.

5) Un trípode robusto:

Aunque creas que no lo vas a necesitar de inmediato, invierte en un trípode robusto, a ser posible de metal, con piezas articuladas  que te permita sostener con comodidad y seguridad tu cámara. Evita los de pieza de plástico o aluminio: los primeros suelen carecer de precisión y los segundos, soportan peso restringido.

6) Un Flash pistola o de Zapata:

Otro punto controvertido. Tres de los fotógrafos a lo que es les pregunté me insistieron que no es necesario, sobre todo en las primeras etapas de educación fotográfica, tener un flash pistola. No obstante, uno de mis profesores insistió que aunque no lo utilices con frecuencia, un Flash pistola puede ser un tipo de iluminación útil, sencilla y fácil de usar para fotografía de retrato, callejera y documental. Asegurate que el flash que comprará tenga un modo manual y te permita la sincronización con tu cámara.

7) Protector de Pantalla LCD:

Otro de los artículos controvertidos. Varias fotógrafos no parecieron especialmente impresionados por las supuestas bondades de la pantalla protectora - como no sea evitar que el cristal pueda ensuciarse con el uso - pero otros, me insistieron que era imprescindible proteger la pantalla de las inclemencias del clima e incluso el contacto con la piel del fotógrafo, lo que puede afectar la precisión de la toma. De manera que la decisión de que sea parte de tu equipo, depende que tanto pueda molestarte que la pantalla de tu cámara pueda ensuciarte o que tanto te afecta que lo haga.

8) Parasol para objetivo:


Otro de los accesorios fotográficos en discusión debido a su utilidad.  Su principal función es evitar halos y reflejos no deseados en la imagen, debido a la incidencia lateral de la luz en el lente, lo que hace que produzca reflejos incontrolables. No obstante, para algunos fotógrafos una buena medición de luz y una correcta posición a la hora de fotografiar puede evitar el efecto, de manera que, su utilidad está en debate.

Una lista corta por supuesto. O así le debe parecer a la gran cantidad de entusiastas de la fotografía que consideran indispensable una larga lista de artículos fotográficos. No obstante, resume lo que he aprendido durante los años de educación fotográfica: A veces menos, es sin duda, más.

¿Tienes algún imprescindible que quieras agregar? Nos leemos en los comentarios!


martes, 29 de enero de 2013

La Mujer y lo contemporáneo: Cinco cosas que he aprendido sobre la feminidad.




Hablar sobre lo femenino - lo que es, lo que no es o lo que debería ser - en esta época no es sencillo. Por supuesto, la ventaja es que ahora lo femenino existe, puede crearse como concepto, puede pensarse como identidad, puede disfrutarse como idea personal. Durante siglos, la mujer no existió. Fue una especie de rostro anónimo social que gravitaba en sus deberes orgánicos y el rol social lapidario: Era la madre silenciosa junto al fogón, la que cuidaba a los niños, la que sostenía el hogar. Era la hija que aprendía como "ser una buena mujer". Era la joven esposa asustada y preocupada de "complacer". Más tarde, la madre y el ciclo parecía extenderse de manera infinita, ordenarse en una especie de cadena de producción social donde la mujer acababa transformandose en una identidad borrosa, inexistente, utilitaria.

De manera, que ya de por si esa es una ventaja de esta época: poder hablar de lo femenino como elemento individual, como género más allá de su figura como madre y esposa. No obstante, esa herencia histórica es ineludible, continúa allí, flotando en algún lugar de nuestra conciencia cultural. La raíz de ese machismo sutil, de esa feminidad de extremos, de ese estereotipo en ocasiones aplastante. Inevitable, tal vez.

No obstante, en medio de esas dos extremos de una misma idea - la contraposición entre existir y ser una idea social - la feminidad continúa siendo una experiencia, un concepto que se construye a diario, creandose a medida que la mujer, la real, la falible, la fuerte, la poderosa, va avanzando en descubrir el núcleo mismo de su identidad. Y esa experiencia no excluye a nadie: todas somos participes de esta gran historia.

De manera que, con el tiempo, he llegado a aprender algunas cosas sobre mi misma, sobre mi feminidad y sobre mi identidad como mujer, que han hecho mucho más fuerte esa búsqueda de individualidad. ¿Y cuales son esas cosas?  Las siguientes:


1) Ni madre ni esposa, solo tu misma:

Hace unas cuantas décadas atrás, las mujeres no teníamos demasiadas opciones. La biología imperaba. De manera que la decisión era obvia: o eras esposa y madre, o no eras mujer. Pero en esta época, tienes la potestad de decidir. Lo que quieras, lo que deseas, lo que construyes. Tu útero no te define, tampoco tus emociones. Puedes ser madre sin dejar de tener aspiraciones, puedes ser esposa sin perder individualidad. Puedes ser fuerte y aun así sensible. Puedes ser, en resumen, lo que quieras.

¿Te parece obvio? No lo es tanto. En la mayoría de los países de Latinoamerica, la maternidad se sigue considerando ineludible. En muchos países de Asia, las niñas de doce años o incluso menos, son entregadas en matrimonio a hombres que les triplican la edad. Se insiste en sujetar la identidad femenina a una idea tan vieja como retorcida: la de estar supeditada a las expectativas sociales y culturales primitivas.

De manera que sí, la mujer moderna tiene opciones. Y ninguna de ellas define su feminidad. La feminidad es sin duda esa manera esencial en que una mujer comprende el mundo, su entorno, su realidad.

2) Ni puta, ni marimacho, ni odiadora de hombres, ni feminista: La feminidad está en tu mente.

Ocurre a diario: la sociedad insiste en etiquetar la feminidad de alguna manera, como si a través de un titulo - o un insulto - pudiera comprenderla mejor. Sintetizarla, limitarla. Entenderla, quizá. Y esa necesidad, parece haberse trasladado a nuestra concepción cultural sobre lo que debe ser la mujer. O se supone que debería en todo caso.

No obstante, la mujer actual no necesita vestirse de rosa y encajes para reafirmar su feminidad.  Tampoco es menos mujer por llevar pantalones y el cabello corto. La mujer de mi generación esta luchando para destruir esa imagen empalagosa y esquemática, para alcanzar una identidad propia, construyendola a base de creatividad, poder y conocimiento. La mujer actual es fuerte, hermosa, libre por derecho propio, su mejor obra de arte. Y es esa búsqueda, esa reafirmación, una nueva idea en si misma, una manera concluyente de comprender quién es, a donde se dirige y que desea.

3) Mi cuerpo es un templo. Mi sexo, una forma de expresión.

Durante mucho tiempo, la sexualidad de la mujer fue tachada de pecaminosa. Apoyada en una idea deformada de control religioso y moral, la feminidad "aceptable" no tenía relación alguna con su cuerpo, su manera de expresar el deseo sexual, su necesidad de hacerlo. Pero la mujer de nuestra época está aceptando poco a poco - tal vez con esfuerzo - que su cuerpo es un templo: de placer, de deseo, de lujuria, de experimentación, de creación. La mujer de nuestra época está comprendiendo que el sexo es deseo, que puede ser frívolo o significativo, que puede ser solo una necesidad orgánica o una expresión de amor. En resumen, la mujer actual sabe el valor de su sexo más allá de la metáfora y disfruta del deseo con la libertad de quién puede ejercerlo como forma de expresión.

4) La Religión no tiene el derecho de restringir tu identidad: El poder Divino de lo femenino.

Una vez, pregunté a una de las monjas del colegio donde me eduqué, porque aceptaba ejercer aquel papel pasivo, sumiso y servil dentro de la jerarquía eclesiástica. Se lo pregunté no por reproche si no por sincero asombro. ¿Su respuesta? Una larga discusión sobre el valor de la humildad y luego,  castigarme sin recreo por dos semanas. Lo previsible supongo. Pero años después, ya estando en la Universidad, alguien me comentó que aquella misma mujer - una cuarentona irascible y áspera que siempre pareció indudablemente triste - había abandonado la escuela, colgado los hábitos y era maestra de escuela en un lugar remoto de Venezuela. Y se había casado. La noticia me alegró pero sobre todo me conmovió. La comprendí como una liberación, una manera de expresar una opinión sobre el mundo y si misma.

Por años, la religión fue una manera de control moral que ejerció poder absoluto sobre la mujer. Siglos, donde lo eclesiástico condeno a la mujer por el mero hecho de serlo. La religión como mordaza, como huella moral que parecía exigir de la mujer silencio, una lenta castración de su espíritu. No obstante, la mujer de esta época, comprendió finalmente que la religión no es una soga moral que impone un criterio, si no una manera de crear. ¿La prueba? El auge de creencias donde la Divinidad femenina es protagonista, la necesidad de un encuentro de lo esencial de la Divinidad creacionista en contraposición con la mecanicista. Una manera de fe que libera, no limita.

Dios como mujer.

5) La independencia: el poder de crear y ser.

Cuando era una niña, mi abuela me dio el mejor consejo que me ha dado nadie: "Ten siempre en el bolsillo lo suficiente para comer, para ir y venir a tu antojo. No le obsequies tu libertad a nadie". Una idea que siempre medité y que siendo adulta, ha sido uno de mis principios irrenunciables. La mujer fue durante mucho tiempo educada para depender del hombre, para resignarse a su minusválida moral y social. No obstante, la mujer de mi generación sabe el poder de la libertad, el poder de sostenerse sobre sus propios pies y concebir su mundo, su manera de crear con total libertad.


Cinco aprendizajes que parecen obvios, que quizá damos por sentados, pero que durante siglos fueron imposibles de concebir tal como lo hacemos hoy. Y tal vez por ese motivo, las interrogantes se multiplican, para bien. ¿Quienes somos las mujeres actuales? ¿A donde vamos? ¿Que deseamos más allá de ese papel histórico que aun se insiste en otorgarnos? Muchas de estas preguntas carecen aún de respuestas: quizá por las construimos todos los días, a cada paso, una a la vez.

C' est la vie.

¿Cuales son tus aprendizajes sobre lo femenino? ¿Los quieres compartir conmigo? Te espero en los comentarios!

lunes, 28 de enero de 2013

Stardust

Stardust by Miss Aster
Stardust, a photo by Miss Aster on Flickr.

Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.

Jorge Luis Borges

Un crimen sin rostro: La violencia en los Zoologicos Venezolanos




En criminología se dice que los primeros síntomas de una psicopatía profunda se manifiestan en la infancia, donde el sujeto que la sufre tortura animales pequeños. Varias veces, he leído que la gran mayoría de los asesinos en serie empezaron torturando y matando a un animal doméstico. La sabiduría popular asegura que quién mata a un animal, pronto matará a un hombre.

Así que me pregunto ¿Que podemos esperar de un país donde se permite, se admite, se tolera y se oculta el maltrato animal en lugares de custodia y cuidado como Zoologicos? ¿Que tipo de destrucción cultural y social está rozando Venezuela para que se admitan y se amparen hechos como el ocurrido en el  Parque - Zoológico  El Pinar de Caracas?

Le explicaré, apreciado lector, si usted no tiene idea de qué le hablo: Ayer corrió como pólvora - el inevitable boca a boca en este país donde la información veraz dejó de existir -  la noticia que un Cunaguaro  -  llamado también ocelote (del náhuatl océlotl) (Leopardus pardalis, antes Felis pardalis) . - había sido torturado por desconocidos DENTRO del recinto del Zoológico de la ciudad de Caracas donde se le mantiene en cautiverio. Hablo, estimado lector, que en un Zoológico  que a más señas, se encuentra ubicado en una populosa zona de la Ciudad, el animal sufrió una grave amputación de sus patas delanteras. Todo esto, mi estimado Lector, se lo cuento de oídas. Luego de haber transcurridas las primeras cuarenta y ocho horas de tener la primera información sobre lo ocurrido, todavía no tenemos una declaración oficial de autoridad alguna, no sabemos si el animal sobrevivió a una agresión tan violenta, no tenemos idea quién la perpetró o motivado a que. Lo peor, las autoridades del Zoo, se niegan a dar informaciones algunas porque todo el revuelo que provocó la noticia, el consiguiente horror que todos los ciudadanos sentimos ante un hecho tan repudiable, es, en sus palabras "Un show mediático", "polítiquería pura". Porque en este país, cualquier queja, cualquier reclamo, critica, justificada o no al órgano de Poder, al encargado administrativo, al responsable directo, al vocero, a cualquier autoridad mayor o menor, es considerada parte de un "plan", de una "conspiración" para desprestigiar a un gobierno sordo y mudo que ignora, que rehuye la responsabilidad. Un gobierno hipócrita y además de todo, cobarde.

¿Que ocurre en esta sociedad, que clase de descomposición moral tan profunda padecemos que un animal puede ser sacrificado en un recinto donde se supone debería ser protegido? ¿Que autoridad anónima e indiferente permite, con su omisión, con su ausencia de medidas para actuar en el momento que un hecho tan atroz como este ocurra? ¿Por qué no hay un comunicado donde se nos explique, como ciudadanos que ocurrió? ¿Donde se encontraban los miembros del equipo de seguridad interna del Zoologico cuando ocurrió la agresión? ¿Acaso no existen las medidas de seguridad suficientes para custodiar un espacio cuando único fin debe ser el de cuidar a los animales bajo su cuidado?

Pero la tragedia no acaba allí: No solo el Zoológico el Pinar continúa a estas horas - 10:43 de la mañana del Lunes 28 de enero de 2013  - sin emitir ninguna declaración pública sobre el particular, si no que además, llama a los grupos de Proteccionistas y amantes de los animales que se han interesado por el caso "politiqueros". ¿Eso es lo único importante para las autoridades de la Institución cuyo único fin es la protección del animal en cautiverio? ¿Esta es la única palabra, declaración o argumento que escucharemos de quienes tenían el deber de preservar la integridad física de un animal y no lo han hecho? Probablemente sí.

Ayer miraba con lágrimas en los ojos la fotografía del animal mutilado. Y sentí la misma impotencia - dolorosa angustia -  que me provocó el caso de las Toninas en Valencia, otro hecho de absoluta crueldad contra los animales en custodia por el Estado que quedó impune. Me sigo preguntando ¿Que ocurre con esta sociedad rota, violenta, destructora, cruel, sin voz como no sea para la imprecación para que estos hechos se repitan? ¿Que se mueve bajo crímenes de este calibre, que pueden parecer poco importantes en comparación con la debacle general que estamos padeciendo como sociedad, pero que demuestran la ruindad moral en donde estamos cayendo? Más preocupante aún ¿A donde nos dirigimos? ¿Que cultura de la crueldad, de lo amoral se construye cada día?

Dice la sabiduría popular: Quién mata a un animal, pronto matará a un hombre. ¿A quién matará la sociedad que destroza al débil?

Una pregunta sin respuesta, quizá. O una que no queremos escuchar.

La noticia, aquí ( Incluye fotografías gráficas ) 

domingo, 27 de enero de 2013

La noche de los pequeños milagros: Luna de Enero.





Hoy es la primera Luna llena del año. Una vez leí, que los Navajos estaban convencidos que era el día donde la Madre Tierra, esa deidad enorme y sin nombre que parece fluir de la mera idea de divinidad, brinda pequeños milagros a todos los que los piden. Una idea preciosa, sin duda. Durante estos últimos días y por razones bastante distintas, he pensado en los milagros. ¿Que son? ¿Creemos en ellos realmente? La mayoría responderá que no, pero seguirá sonriendo al encender una vela, cerrando los ojos al besar, asustandose en la oscuridad. Prodigios de la imaginación, los llamaba mi abuela. Yo los llamo, por supuesto, pequeños milagros. ¿Que haríamos sin ellos?

La Dama blanca:


Siendo el plenilunio de enero el primero de la estructura anual, tradicionalmente se le han atribuido algunas de las virtudes de los Dioses cuya energía se vincula al primer mes del año: La dualidad de Jano, Dios de las dos caras, la fuerza del renacimiento de Felicitas, el equilibrio y energía armónica de Pax y la belleza y la sensualidad de Venus. Para la tradición Italiana de la magia, la primera Luna del año es propia para la videncia y otras formas de creación mágica que impliquen la visión trascendente y concentrada de la energía personal y como dije, para pedir deseos.  Para beneficiar la concentración y la fuerza espiritual, suelen llevarse a cabo rituales como el siguiente:

Para su realización necesitaremos:

Dos velas blancas.
Una flor de pétalos blancos.
Un vaso con agua ( nunca fría )
7 hojas de Laurel


Disposición:

Coloca las velas a tu derecha e izquierda. Frente a ti, el vaso con agua fría y la flor. Distribuye las hojas de alrededor del conjunto, formando un círculo. Ahora, cierra los ojos e imagina que un circulo de luz blanca te rodea. Siente que el ambiente en la habitación donde te encuentras se caldea levemente, a medida que el resplandor del círculo de luz se hace más poderoso y definido. Cuando sientas que tu nivel de concentración ha llegado a un punto óptimo abre los ojos y bendice los elementos que utilizarás de la siguiente manera:

"En nombre de la Diosa blanca, secreto del bosque del pensamiento
consagro, purifico y lleno de fuerza estos instrumentos mágicos
que me permitan encontrar la senda del conocimiento
en mi espíritu.
Así sea"

Ahora enciende la vela a tu derecha diciendo:

"Que el canto de plata y luz de la Diosa sea mio"

ahora, la vela a tu izquierda:

"Que el secreto proverbial del conocimiento
se revele a mi espíritu y al nombre secreto de razón
Así sea"

A continuación, toma la flor y deshojala. Cuando lo hayas hecho, toma los pétalos y forma a tu alrededor un círculo - siguiendo el sentido de las agujas del reloj - mientras invocas de la siguiente manera:

"Que sea en la fuerza blanca del misterio de la Dama
el conocimiento, el fervor y la ternura
el poder de la convicción
El renacimiento de todas las ideas y mi convicción
Soy la voz del tiempo nuevo
En mi nace la voz eterna
del conocimiento y el poder de mi espíritu creador
Así es"

Cuando hayas completado el círculo, toma la copa de agua y levantala, invocando de la siguiente manera:

"Que sea el Universo en mí
El eterno llamado ancestral
Soy hombre y soy mujer
la Luz de la Luna y el Sol en mí
Así sea"

Ahora bebe un trago de agua y siente como el líquido resbala por tu garganta y disfruta de la manera como tu cuerpo reacciona al estimulo sensorial: la sensación como el agua refresca tu paladar y brinda a tu cuerpo una maravillosa sensación de relajación. Ahora, cierra los ojos e imagina que te encuentras en un valle amplio y rodeado de enormes árboles de robustas ramas. Bajo tus pies, la hierba crece fresca y alta, la noche se extiende como un manto púrpura. La luna brilla en lo alto, enorme y reluciente. Levanta los brazos hacia el resplandor plateado que ilumina la noche y comienza a danzar, sin orden ni concierto, disfrutando de la forma como tu cuerpo se inclina y se mueve libremente. El sonido del viento te envuelve y más allá, escuchas el alegre barboteo de un río cercano. La luz de la luna te envuelve, es un brillo poderoso y cegador que llena el mundo, que carece de confín y que cada vez se hace más poderoso, a medida que tu baile se hace más rápido, más enérgico, más sentido. Siente como la fuerza de la naturaleza impregna tus movimientos, los hace poderosos y exquisitos, palpita en cada pensamiento y emoción que la luz de la luna te hace sentir. El parpadeo de la divinidad en ti.

Ahora abre los ojos, disfrutando de ese poder tan personal que nos brinda creer y crear. Para culminar el ritual, permite que las velas se consuman y luego, come y bebe algo para librarte de la energía sobrante.

sábado, 26 de enero de 2013

Brujeando en sábado: Pomona, la Diosa oculta.






Hacer brujería - o como se suele decir, muy poéticamente, magia - es un poco encontrarte contigo misma, con todos los rostros de la mujer ( o el hombre ) que viven en tu mente. Porque somos multiplicidades, somos rostros diferentes cada vez. Y resulta muy agradable, mirarte, comprenderte, crear, a partir de esas experiencias, de la necesidad de comprenderte como un todo que unifica todas esas voces, esas interpretaciones de tu propia mente. En lo particular, cuando enciendo la primera vela del ritual y levanto las manos para invocar, lo hacen conmigo la niña que aprendió a soñar mirando La Luna, la mujer joven que confió su idea del mundo a una Divinidad creadora y a la adulta, que siente fe y esperanza en la palabra y la necesidad de expresarse. Una manera de ver el mundo, una forma de soñar.

Una Diosa, una visión:

De manera que, siguiendo con el razonamiento anterior, decidí comenzar a llevar una especie de anecdotario sobre las diferentes visiones de la Diosa - la capacidad creativa - que nace en cada uno de nosotros. En esta ocasión, hablaré de una Diosa que muchas tradiciones paganas consideran la personificación de la creatividad, la capacidad mental y la fertilidad como capacidad de creación artística: Pomona.

Etimologicamente hablando, la palabra fruto y su denominación latina: pomun dan nombre a la Diosa Pomona . Según la Tradición Mitológica romana, la Diosa se paseaba por los jardines de su reino cargando un cesto con manzanas que representaban la vida eterna y junto a los pastores encargada de podar, regar, cuidar e injertar los árboles. No obstante, la historia de Pomona podría tomarse como los primeros vestigios del arquetipo de la virgen guerrera: abstraída y dedicada a la jardinería no se ocupa de los halagos y requiebros de sus pretendientes hasta que un día Vertumno - divinidad romana también relacionada con el aspecto de la tierra, las estaciones y fertilidad - la cortejará aprovechando sus facultades de cambio para aparecer ante ella con diferentes personalidades y disfraces intentando vencer su desinterés. El tema fue muy popular durante el siglo XVII en los Países Bajos, apareciendo con frecuencia Vertumno disfrazado de vieja conversando con Pomona en su jardín, en el que también aparecen elementos arquitectónicos: fuentes, estatuas, templetes, balaustradas, etc. Fue tan popular que existe una serie de tapices confeccionados en la Manufactura de Bruselas en los que se representan varios momentos de la historia de Pomona.


Para la Tradición de Brujería que practico, Pomona es la divinidad cuya energía se asocia a la fertilidad carnal, la salud y la alimentación. En su nombre se llevan a cabo rituales que celebran la creatividad artística  como forma de expresión del espíritu y la fuerza del espíritu utilitario, a través del cual puede manifestarse la sensibilidad más elevada del pensamiento humano. Uno de ellos es el siguiente:

Necesitarás:

2 velas amarillas
Una manzana roja
Incienso de azahar.


Disposición:


Coloca las velas a tu derecha e izquierda respectivamente, la manzana y el incienso de Azahar frente a ti. Ahora, cierra los ojos y disfruta de la sensación que te llena encontrarte a solas con tus pensamientos. Toma siete largas y profundas bocanadas de aire mientras imaginas que un hilo de luz de color verde, te recorre de los pies a la cabeza, liberándote de la tensión y el cansancio. Siente que el aire a tu alrededor se hace más cálido, denso, casi palpable. Te envuelve, acariciándote con delicadeza. Una profunda sensación de bienestar te invade. Cuando sientas que tu nivel de concentración ha llegado a un punto óptimo, abre los ojos y enciende la vela a tu izquierda, invocando de la siguiente manera:


"El valle en Flor de mi pensamiento
canta las odas de la Diosa
soy el viento
soy la tierra
soy el mar
soy el fuego
la sombra y la luz en paz
Invoco a Pomona
Señora del sentimiento en mis manos
para que sea parte de mi creación espiritual
Así sea"

La vela a tu derecha:


"Soy la Guardiana del templo secreto
en mi pecho vive la luz de la felicidad
Danzo en nombre del Sol y la Luna
Creo en mi la fuerza y la felicidad
Así sea"


A continuación, toma la manzana entre tus manos. sostenla y acaricia con tus dedos la piel que la recubre. Siente su textura, su firmeza. la suavidad de su consistencia, la vida que palpita en ella. Aproximala a tu nariz y disfruta de su aroma, la sensación que despierta en tu cuerpo. Ahora, imagina que te encuentras en un campo, lleno de una vegetación muy fuerte, iluminado por el sol. Siente la fuerza de los rayos del sol que te bañan con un delicioso calor. Sostienes la manzana entre tus manos y sientes que una energía vivía y espléndida se extiende desde tus manos y forma un circulo de luz a tu alrededor. La radiante luminosidad del Sol se hace cegadora, sientes que purifica cada uno de tus pensamientos. Una paz profundamente significativa llena tu mente, vinculada a esa fluida sensación de vitalidad que te recorre por entero.

Abre los ojos y tomando una bocanada de aire, muerde la manzana. Siente como su sabor se derrama en tu lengua, como todo tu cuerpo vibra de placer mientras masticas lentamente y tragas el pequeño bocado de fruta. Sonríe, siente la paz de la naturaleza recorriendote, la profunda sensación de comprensión de tu parte más primitiva y sensorial que te llena mientras continuas comiendo la manzana. Siente el poder del antiguo tiempo en ti.

Por último, enciende el incienso de azahar y permite a tu mente divagar, relajarse ante el influjo exquisito del aroma. Para completar el ejercicio mágico que llevaste a cabo, permite que las velas se consuman. Come y bebe algo para equlibrar la energía que has obtenido mediante el ritual.

viernes, 25 de enero de 2013

Proyecto un Libro cada viernes: Baila, Baila de Haruki Murakami





Al primer vistazo "baila, baila" de Murakami pareciera ser otra de las escenas surreales, casi onirícas a que nos tiene acostumbrados el escritor. Una historia que, como las anteriores, recorre la realidad de una manera totalmente distinta, en estratos que parecen deslizarse entre  silencios, y un ambiente poético casi hipnótico. No obstante, "Baila, baila" tiene algo más: Murakami le brinda una identidad nueva que sorprende a sus lectores de siempre y quizá a los más recientes, que apenas descubren lo singular de su prosa. Y es que esta es una novela donde la música - el rock - es el protagonista, donde el sexo delinea la personalidad de los habitantes del mundo creado por Murakami y un misterio, que como todos los de Murakami, nos hará recorrer el mundo de lo que es real y lo que no lo es.

Porque no podría ser una novela de Murakami si los protagonistas, la historia misma, no transitara entre la realidad y la fantasía  la belleza y el horror, el miedo y el éxtasis  De nuevo el escritor consigue impregnar su narración de ese cruce de caminos inevitables entre lo que es el tiempo del que sueña y el mundo del que llega a creer. Y es que quizá el mérito de Murakami, sea recordarnos que toda ficción es un arte abstracto, un mundo a medio crearse, una idea que no se ha definido aun. En "Baila, Baila" la realidad parece abrirse hacia una nueva interpretación, hacia una idea que se desdobla sin sentido, más allá de lo que las palabras mismas construyen. Una visión totalmente nueva de lo que creíamos conocido y veraz.

La historia: Entre rock, sexo y amor.


El protagonista de "Baila, baila" es quizá uno de los más atípicos dentro del estilo de Murakami. Un periodista cínico, curtido en el arte de la palabra y de vuelta de todo, decide indagar su pasado y curar sus heridas abiertas, las de siempre, las de la juventud, la de los sueños, las que aún duelen. No obstante, este cínismo de la vejez espiritual, del dolor de la experiencia, comienza a resquebrajarse en la búsqueda del amor, en el debate de la soledad - y la idea que la sustenta - y la necesidad del amor.

No obstante, a diferencia de sus anteriores novelas, el protagonista parece desvanecerse en el hilo conductor de esta nueva gran reflexión  sobre el aislamiento, la amistad y el amor. No obstante, a diferencia del resto de su obra, en esta ocasión el clima no está tan logrado, tal vez por la necesidad del autor de construir una idea sobre otra idea: todo pensamiento es consecuencia, todo lo que vivimos es parte de una decisión anterior. La narración se esmera en justificarse, en describirnos esa gran idea de una realidad donde cada palabra tiene un eco propio, y tal vez, es esa meticulosidad - el hecho mismo intentar sostener la propuesta a toda costa - lo que haga que de vez en cuando, carezca de cierta solidez. Tal vez por lo anterior, no diría que "Baila, baila" entra en lo mejor de Murakami, en esa gran indagación sobre el mundo y su circunstancia, pero al final, la idea se transmite con un lirismo puro y duro que deja huella:   todo lo que hacemos en la vida está conectado. Lo que resuena de nuestras acciones pasadas tienen su repercusión en el futuro, en el presente, en toda nuestra historia. Y a veces hay que volver atrás para reiniciar. Para volver a mirarnos, para concebir el mundo como esa gran aldea de pensamientos y emociones que parecen entrecruzarse entre sí.

No obstante, la magia de Murakami persiste e impregna este libro de nuevo: ese sueño de la razón donde una sonrisa vale el Universo y el amor se crea a si mismo como una idea que nace cada día. Tanto si eres de los devotos lectores de Murakami como si esta será tu primera experiencia en su mundo, te aseguro que será un recorrido inolvidable por los reinos de la imaginación.

Donde puedes conseguir el libro:

Si vives en Caracas, la Librería "Lugar Común" de los Palos Grandes. 

Como siempre, si quieres leerlo en formato digital, déjame en los comentarios una dirección de correo electrónico y te lo envío!




jueves, 24 de enero de 2013

Delirios mañaneros: Las tres razones que siempre doy para cursar Digital 1 ( así tengas 20 años fotografiando )





Una vez, uno de mis profesores  de fotografía decía que el principal error que cometen los fotógrafos a diario y que puede terminar destruyendo sus trabajo, no es técnico, si no el de creer que aprender le resta profesionalidad. Parecerá extraño, pero siendo una disciplina tan nueva  - en comparación con el resto de las artes visuales - la idea de educarse como fotógrafo continúa siendo desconcertante para algunos. He escuchado comentarios del tipo "Fotografiar no es tan difícil  solo debes estar en el lugar correcto y en el momento preciso, lo demás viene de la inspiración" o uno que incluyeron en una de las entradas de este, su blog de confianza, que demuestra el relativo menosprecio que se tiene por la educación fotográfica: "La fotografía no se aprende, es como respirar".  Cuando lees o escuchas cosas semejantes, comprendes que a nivel académico, la fotografía todavía tiene mucho que luchar contra un escollo mayor: El fotógrafo que insiste en pensar que la fotografía es solo un arte sensorial.

Y lo es sin duda alguna. Todo fotógrafo brinda a su trabajo una considerable carga emocional, incluso los más comerciales. No obstante, la Fotografía tiene una singularidad que hace que la ecuación de su aprendizaje no sea tan simple: la técnica mal empleada puede entorpecer el lenguaje visual. Porque aunque es común escuchar "el arte es imperfecto" también es evidente que una fotografía con problemas técnicos evidentes, tendrá que sostener la carga que la torpeza en la ejecución pueda afectar el lenguaje que se intenta transmitir. Todos lo hemos visto alguna vez: fotografías que parecen sugerir una idea, crecer en lenguaje...para después desplomarse por problemas técnicos que pareciera ser enormes en comparación con lo verdaderamente sustancial de una imagen. Y que ocurra un fenómeno semejante - siendo la fotografía un arte sensorial y casi siempre emocional - es poco menos que lamentable.

De manera que, decidí dar mis tres razones por las cuales todo fotógrafo debería comenzar desde lo básico para comprender su profesión como una combinación de su propio talento combinado con la correcta ejecución. Cinco ideas que he vivido en carne propia y me han convencido que una buena base, te permite un gran crecimiento no solo como profesional de la fotografía, si no, como creador visual:

1) Pulir los conocimientos autodidactas:

Sucede con frecuencia en Venezuela donde aún no existe una licenciatura académica concreta que pueda avalar la fotografía como profesión: la gran mayoría de las fotógrafos que conozco - incluyendome - comenzaron siendo autodidactas. Por supuesto que, con el acceso a internet, actualmente la investigación y la comprensión de la técnica fotográfica tiene múltiples fuentes para consulta, pero nunca será tan eficiente como pulir con un método de trabajo que te permita comprender desde lo aparentemente sencillo hasta lo complejo. ¿Conoces el funcionamiento de tu cámara aplicado al arte? ¿La manera como las diversas opciones técnicas pueden permitirte crecer como creador visual? ¿Comprendes todas las ventajas que te brinda el equipo que utilizas? ¿Puedes utilizarlas en beneficio de tu lenguaje visual? ¿Es tu equipo y la técnica que conlleva utilizarlo un obstáculo para tu desempeño como fotógrafo? Si te ha preocupado cualquiera de estas preguntas en algún momento, llegó el momento de tomar tu educación fotográfica en serio.

2) De la técnica al lenguaje: Pequeños detalles que hacen la diferencia.

Lo contrario a lo anterior: En ocasiones una fotografía es espléndida a nivel técnico...pero con graves y evidentes problemas en el plantemiento de fondo que pueden entorpecer el lenguaje visual. Es lamentable, que fotógrafos con años de experiencia, comentan errores compositivos, de construcción visual y planteamiento del lenguaje visual que pueda dañar de manera significativa el mensaje a transmitirse. De manera que, nunca está demás, aprender desde la base todo lo que engloba la construcción de una imagen. ¿Conoces las reglas de composición? ¿Sabes cuantos tipos de composición existen? ¿Cuanto influye el uso de la luz o no en el momento de expresar una idea visual? ¿Que tipo de errores compositivos pueden afectar una imagen? De nuevo, si estás preguntas te han preocupado alguna vez, llegó la hora de responderlas con seriedad.

3) Pregunta. Y mucho. ¿Y la Crítica? También es importante.

Siempre insistiré, la mejor manera de aprender es preguntando. Pero debido justamente al hecho que la educación fotográfica es aún un fenómeno poco frecuente en nuestro país, pocos son los fotógrafos que tienen la oportunidad de disfrutar de la dinámica de preguntar sobre lo que les interese. Un tutorial vía internet puede resultar comprensible, pero nunca podrá sustituir esa gran experiencia de preguntas y cuestionar lo que sabemos, lo que estamos aprendiendo y lo que queremos aprender.

¿Y sobre la crítica? La gran mayoría de los fotógrafos autodidactas nunca reciben crítica saludable. Desde los comentarios bien intencionados de las redes sociales dedicadas a la imagen hasta las opiniones destructivas, pocas veces el fotógrafo nacional puede disfrutar de recibir una retroalimentación certera de su trabajo. Si la necesitas, si has sentido que tu trabajo mejoraría con opiniones constructivas, llegó la hora que busques un buen grupo de aprendizaje que te permita obtenerlas.


Probablemente te parezcan razones sencillas, pero en lo particular, viví las tres situaciones y aprender, mejorar en algo que amo tanto como la fotografía, cambio mi manera de ver el mundo de la imagen para siempre. ¿Estas pensando seriamente en comenzar a educarte y llegar a un nuevo nivel en tu educación fotográfica? Entonces hazlo, te aseguro que la experiencia valdrá la pena.

miércoles, 23 de enero de 2013

El buen lector nace, pero también se hace: Mis cinco métodos para convertir toda la lectura en un placer




Es una pregunta que me hacen con muchísima frecuencia: ¿Como lees tantos libros?  Por supuesto, la respuesta no es sencilla - en apariencia - pero se podría resumir en una sola palabra: Método. No hay nada misterioso en mi manera de asumir mi hábito por la lectura. En realidad, con el correr de los años y sobre todo luego de que mi pasión se transformara en mi trabajo, comprendí que paladear un libro  - casi con sensualidad - es un ejercicio de imaginación, una manera de mantener saludable y fuerte el músculo más poderoso del cuerpo humano: el cerebro. Así que, he descubierto que leer es una forma de no solo disfrutar de un vicio tan delicioso como valioso, si no además, encontrar una manera que forme parte de tu vida.

¿Y en que consiste mi método para degustar la lectura de cualquier manera y en todo momento? Se podría sintetizar así:

1) Disfruta lo que lees:

Muchas veces, un lector flojo solo es un lector que no ha encontrado el libro adecuado que leer. No todos tenemos los mismos gustos e inclinaciones literarias, y definitivamente la literatura no es un tipo de expresión que todos percibimos de la misma manera. Así que, no te preocupes si no sientes el menor deseo de leer grandes clásicos o si las historias inmortales te dejan indiferentes. La lectura es un hábito personal y descubrir lugares de tu mente que te son totalmente desconocidos. Escoge libros por los que sientas afinidad, que te hagan sentir curiosidad. ¿Lo tuyo es el romance? ¿El terror más gore? No sientas vergüenza y disfrútalo.  Leer es una aventura que comienza en tu mente. Pregunta recomendaciones a lectores de confianza, busca historias que atrapen tu imaginación y te despierten emociones. No hay buenos o malos libros: hay un libro para cada lector.

2) Ve a tu ritmo:

Así que conseguiste un libro con una historia que te apasiona y estás muy motivado para terminarlo...pero temes no hacerlo. Es común que un lector con poco hábito de lectura, abandone un libro por descuido o cansancio.  Seguramente le ha ocurrido antes y es una de las excusas más frecuentes que escucho cuando alguien intenta retomar el  hábito de leer: "Nunca termino un libro". Dejar de leer un libro sin completarlo puede desmotivarte para continuar, claro pero eso no quiere decir que no puedas retomarlo. No te rindas:   prosigue la lectura incluso meses después que la empezaste. No hay una regla que diga o te obligue a terminar un libro en un lapso de tiempo concreto. De hecho, en ocasiones, me ha parecido sumamente estimulante retomar la lectura de un libro que abandoné - lo he hecho, claro - y encontrar un elemento novedoso en esa historia que quizá me aburrió al principio o me dejó un poco decepcionada. Cada libro es un mundo y se recorre de manera distinta. Disfrutado  Paladeado con gusto y sin presiones. De pronto, descubrirás que leer un libro como quién paladea una buena comida - con lentitud y atención - hará la experiencia totalmente nueva.

3) Los buenos momentos de lectura:

Siempre he dicho que las escuelas tienen una gran responsabilidad en la destrucción del hábito de lectura del adulto. En las escuelas se obliga a leer, se presiona al alumno con calificaciones y castigos para que termine de la lectura de los libros asignados. ¿El resultado? Que el adulto que fue educado bajo esa percepción asume la lectura como un hecho incomodo, una obligación impuesta.  De manera que para comenzar a disfrutar de la lectura, hay que crear un nuevo hábito: leer por placer. Disfruta de la lectura como parte de una rutina que te resulte agradable. Lee en tus momentos privados, tomando tu bebida favorita, en tu cuarto predilecto. Muy pronto descubrirás que leer puede ser no solo la mejor manera que tienes para relajarte si no además, la manera más sencilla que encontrarás para estar a solas y disfrutar de momentos de tranquilidad.

4) Encuentra tu propio mundo en las palabras:

Como dije antes, leer es un ejercicio de imaginación. Así que disfruta tus lecturas a todo nivel, construye una experiencia sensorial con cada una de ellas. Imagina las escenas con detalles, brinda rostros a los personajes, enamorate de las historias. ¿Te parece ridículo  no lo es tanto. Al leer, todos nos hacemos niños, de alguna manera entramos en ese mundo de la imaginación que abandonamos al crecer y en el que todo podía ocurrir. ¿Recuerdas cuando jugabas de niño donde eras ese policia valiente, el bombero invencible, el héroe poderoso? Una buena lectura puede obsequiarte la misma emoción, esa sensación de crear un mundo a tu medida.

Uno de mis profesores de la Universidad sugería que para leer libros especialmente densos, lo más recomendable era traerlos a la realidad. Y luego añadía: "Y una vez que lo hiciste, arrojate en su mundo y vuela a la fantasia". Un libro es una invitación para extender tu mente en todas direcciones, para encontrar perspectivas nuevas, para paladear aventuras a todo nivel. De manera que, toma ese libro que tanto te despierta la curiosidad y con la primera palabra, comienza a recorrer un mundo desconocido. Ese que está en tu mente a punto de crearse.

5) Uno a la vez:

Si eres un lector veterano, seguramente disfrutas como yo, de leer varios libros a la vez. Pero si recién comienzas - o retomas - el hábito de la lectura, te recomiendo que vayas paso a paso. Leer dos o tres libros a la vez, te confundirá y sobre todo, hará que probablemente abandones un par en beneficio de terminar uno de ellos...que puede tampoco termines. Te recomiendo entonces, comenzar un libro y tratar de terminarlo, como quieras y de la manera que quieras. Si no lo logras, toma el siguiente. Tente paciencia y no te presiones: aprender a leer - otra vez - es como construir un edificio hermoso y enorme. Requiere tranquilidad, planeación y dedicación. Y te aseguro: valdrá la pena.

¿Consejos sencillos? Sin duda, pero te aseguro que todos han ayudado, de una manera u otra, varios lectores que conozco a retomar el habito de leer. ¿Tienes algún truco que quieras compartir conmigo? Te leo en los comentarios!

martes, 22 de enero de 2013

Delirios mañaneros: El lenguaje visual. La referencia, la copia, el anonimato, la pérdida del lenguaje visual.







Decía el inefable Joan Fontcuberta que la imagen fotográfica se ha convertido en una repetición de motivo sin sustancia. Una frase muy dura que comienzas a comprender cuando le echas una ojeada a las plataformas y redes sociales dedicadas a la imagen y encuentras la misma fotografía repetida en infinitas versiones. Sobresalta, encontrar el mismo motivo, el mismo uso de colores, incluso la misma composición y disposición de objetos para decir poco menos que nada. Las sucesión de imágenes se hace interminable, hasta el punto de volverse abrumadora, desconcertante.

En el mundo de las palabras, existe un fenómeno parecido, al cual se le llama "Saciedad Semántica". Probablemente, a todos nos ha ocurrido alguna vez: repites la misma palabra muchas veces, hasta que deja de tener sentido, se hace incomprensible y hueca. Para Fontcuberta, lo mismo ocurre con las imágenes: a fuerza de repetirlas, copiarlas, estirar su significado hasta que se desmenuza en la percepción, el lenguaje visual pierde sentido, se fragmenta, se pierde. Una idea curiosa, sobre todo en un mundo de imágenes, donde la fotografía dejó de ser una exposición de motivos y se convirtió en documentación de lo cotidiano. ¿Que construimos cuando las imágenes carecen de individualidad y comienzan a ser exactas, copias del mismo concepto? ¿Que se expresa en un Universo visual carente de originalidad que parece repetirse, olas superpuestas de la misma idea que llegado a un punto deja de tener todo significado? Un pensamiento preocupante.

Lo vi una vez, lo veo siempre:

Esta mañana, durante ese rato silencioso que ocurre entre el despertar y la primera taza de café, di una vuelta por la red social de imágenes Tumblr. Siempre he disfrutado su variedad, esa innumerable colaboración mundial que hace de ella un banco de imagenes interminable. Y tal vez justamente, esa variedad de fuentes, esa incontable cantidad de usuarios incluyendo imágenes de todas partes del mundo, es lo que produzca el fenómeno que de pronto, me pareció notar como si hubiese visto por primera vez.

Vi la primera fotografía casi por azar: Una cama deshecha, con una portatil abierta, junto a una taza de café. Detrás, la perspectiva abarca una ventana abierta y una bella ciudad a media luz. Continué explorando la red y de pronto me tomé con la misma fotografía ( en concepto, en manejo visual ) pero de otro autor. Y de nuevo, otra vez. La misma imagen. La ventana abierta, la cama desordenada, las almohadas blancas, la portatil abierta o cerrada. La taza de café medio llena, vacía o dispuesta cuidadosamente entre las sábanas como al descuido. Sonreí, asombrada - y un poco preocupada - y de pronto, decidí navegar utilizando las habituales etiquetas de identificación. Y el fenómeno se repitió hasta el infinito: la misma cama, bajo la ventana que se abre a una ciudad cualquiera - dejé de notar cual era a la décima fotografía, pero casi siempre es Nueva York -, las sabanas con pliegues, las almohadas como abandonadas. Y de pronto, tuve esa misma sensación de secuencia absurda, de idea que se repite sin sentido, de anomalía, que suele producir la Saciedad Semántica. Solo que esta vez, hablamos de fotografía, esa enorme herramienta y arte de pura creatividad, que se supone capta las interminables variaciones de las experiencia visual de la mente humana. ¿Que estaba sucediendo? Me pregunté mientras continuaba mirando la misma fotografía una y otra vez, hasta que con un sobresalto cerré la página y me quedé, entre mareada y abrumada, tratando de comprender la idea. ¿A donde va el lenguaje visual cuando la originalidad se ha perdido?

Tal vez a ningún lugar.

De la copia, la recopia: La idea ausente.

Por supuesto, todos sabemos el viejo dicho: "Todo está inventando". Y no seré yo quien contradiga esa idea tan antigua como todo arte. Igualmente, es evidente que el arte sobrevive a pesar de eso, y la fotografía no es la excepción. Tal vez se trate como apuntaba Cartier Bresson, que a mayor facilidad, mayor desastre creativo. O sea simplemente el hecho, que nos acostumbramos a creer que las imágenes pueden o no expresar un mensaje mientras sean visualmente atractivas. ¿Es eso válido? ¿Cual es el limite entre la referencia, la copia, la repetición del motivo? ¿Es la referencia una necesaria contaminación visual? ¿Hacia donde se construye el lenguaje visual que una y otra vez medita sobre ideas vacías  Habría que meditar además, del hecho que la imagen es esa captura de lo momentáneo, el presente convirtiendose en pasado. ¿A donde vamos visualmente hablando? ¿Que idea del mundo es esta donde la originalidad y la individualidad carece de sentido? ¿Cuanto de lo que pensamos y creamos es copiado a una idea más vieja? ¿Cuanto hay de nosotros en cada obra que firmamos autoral? Son ideas que no puedo dejar de meditar, mientras insisto en mirad red tras red social y me encuentro las imágenes, las mismas, una y otra vez, formando parte de una especie de cultura general de la imagen anodina.

Insistiré siempre: No soy quién para decir que es bueno o que es malo en fotografía. Pero siempre será preocupante esa perdida de la identidad en beneficio de lo simplemente estético, de la capacidad para hablar un leguaje particular que cada fotografía lleva aparejado. Resulta angustioso sin duda, pensar que hay un cierto anonimato en la copia, esa idea superficial de fotografiar por fotografiar, que parece amenazar la integridad misma de ese pensamiento que parece animar toda imagen fotográfica: Hablar un lenguaje personal.

Más allá de la belleza ¿Donde queda el lenguaje que se construye?

Una pregunta sin respuesta.

C'est la vie.


Para Leer: 

Por un Manifiesto Post fotográfico de Joan Fontcuberta http://www.lavanguardia.com/cultura/20110511/54152218372/por-un-manifiesto-posfotografico.html#

lunes, 21 de enero de 2013

Delirios y dilemas: La zona del miedo ¿Cual es la tuya?





Mi conocimiento del idioma Japonés se puede resumir a la palabra "Unagui" y tal vez "Wakame". De manera que cuando decidí inscribirme en un curso de Japonés que me tendrá ocupada las próximas veinticuatro semanas, tenía bastante claro un par de cosas: Una que será una experiencia dura y dos, que es una experiencia que deseo vivir. De manera que en abril, cuando me siente en el pupitre y entre a un mundo totalmente nuevo de aprendizaje, creo que de nuevo, entraré a ese lugar tan inquietante pero delicioso que llamo en mi mente "zona de miedo". Y que estupendo será eso!


Sí, lo bauticé así, la "Zona de miedo" . Esa región de mi mente donde están todas esas cosas que no quiero hacer o que me producen un temor paralizante. Allí esta mi temor al ridículo  que aunque he logrado manejar e incluso que me parezca bastante gracioso en ocasiones sigue allí. También puedo encontrar mi fobia social, mi temor a los espacios cerrados, mi frustración por haber sido una mediocre bailarina de ballet clásico. Y claro está, ese irredimible y siempre presente, temor al cambio. Este último, lo he dominado lo suficiente como para esforzarme en vencerlo, pero de vez en cuando, sigue atormentandome, como un inquieto fantasma en el desván de mi mente. Así que cada año, la decisión es tomar algunas cosas de esa "Zona del miedo" y sacarlas a la luz. Traerlas a que brillen bajo la realidad, que pueda luchar contra ellas, a gritos y tropezones, y lograr ese pequeño triunfo de seguir avanzando hacia esas puertas cerradas en mi mente, todos esos temores, heredados y propios, viejos y nuevos, que muchas veces pesan tanto como verdaderos candados. Siempre ha sido una labor concienzuda, esa de construir algo nuevo sobre el miedo, sobre lo que me produce angustia y temor. Es una manera de crecer, supongo, pero más allá de comprender hasta que punto eres creador de tu presente y con toda seguridad de tu futuro.

Del temer y no temer: allí el dilema.

Siempre he pensado que el miedo es un gran aliciente. Sé que suena extraño, pero he llegado a la conclusión que temer - y vencer el temor - es la manera más inmediata de crear algo valioso, algo totalmente nuevo en nuestra vida. Y es que el miedo es justamente esa contradición al deseo, a la iniciativa y a la necesidad de construir. El miedo nos detiene, nos ata, nos limita. Y es el miedo, lo que nos deja sin armas ni herramientas para comprender nuestra vida desde una perspectiva realista.

De niña, era muy miedosa. Le tenía miedo a la oscuridad, a los espacios cerrados - y a veces a los abiertos también - , a hablar en público. Era una niña tímida y callada, que solía sobresaltarse si le hablaban directamente, escondida detrás de un libro abierto. Fueron años complicados: Mi madre es una mujer extrovertida y no podía comprender mi torpeza social, esa sensación de encontrarme perdida en un mar de ideas que no podía controlar. Pasé buena parte de mi infancia temiendo, muy preocupada por lo que podía ocurrir o lo que no ocurría.

En contraposición, mi abuela era una mujer muy valiente. La más valiente del mundo, me pareció desde que fui a vivir a su casa. Me asombró no solo que nunca tuviera miedo a nada, si no que además, sintiera que el miedo era bueno, fuera real y sobre todo, derrotable. Recuerdo que me asombraba escucharla caminar a oscuras por su casa, enfrentarse al enorme perro de la vecina con una sonrisa, bailar en público aunque ella misma confesara que tenía muy mal ritmo y dos pies izquierdos ( de allí, los heredé ). El caso simple es que para mi abuela, el miedo era una lucha, un proceso, para encontrar el poder de vencerlo. Y ese pequeño triunfo, siempre fue una manera de comprenderse, de relacionarse con el mundo.

Fue ella la que me habló por primera vez de la "zona del miedo". Me lo explicó, mientras juntas, nos tomábamos un té en la oscuridad absoluta. Una manera de vencer mi miedo que resultaba tan agradable como dulce. Sentadas una frente a la otra, solo escuchaba en la penumbra el sonido de su voz y el buen sabor del té de azahar que era su favorito.

- ¿Pero esa zona del miedo no te hace daño? - pregunté. 
- Solo te hace daño si lo permites. La zona del miedo es un cajón en tu mente con todas las cosas que debes hacer para crecer.
- ¿Como hablar en público?  - la mera idea me dio escalofríos.
- Como hablar en público - repitió - la zona del miedo es encontrar contra que debes luchar para encontrar la libertad de hacer lo que quieras.

Estuve pensando en esas palabras meses enteros. Y ellas pensaba cuando me levanté, en mitad de una difícil clase de biología - siempre me llevé mal con las ciencias exactas - y di una pequeña exposición, en voz alta y clara. Tenía las manos tan heladas que dolían y la barbilla me temblaba, pero cuando terminé...sonreí.

Y siempre he sonreído desde entonces. Lo he hecho cuando completé, contra todo pronóstico, mi segunda carrera universitaria. Lo hice cuando abandoné todo para correr a fotografiar. Lo hice cuando comencé a escribir a ciegas, tontas y locas para obtener el trabajo de mis sueños. Todas las veces en que he roto la linea de la zona del miedo y avanzo un poco más, sonrío. Porque triunfo. Porque es una manera de crear.


De manera que, sonreiré, seguramente, cuando mi instructor de Japonés comience a hablar y no entienda una sola palabra. Y lo haré cuando me duela la muñeca tratando de dibujar los ideogramas  Y lo haré, claro, cuando diga mi primera frase correcta en Japonés.

Un nuevo reto, un nuevo miedo que vender.

¿Cuales son tus retos dentro de la zona del miedo? ¿Has pensado en eso?


domingo, 20 de enero de 2013

La bruja habla: ¿Que significa ser bruja actualmente?




¿Que es una bruja? ¿Que la hace serlo? ¿Por qué se llama una mujer así misma de esa manera? Son preguntas que me suelen plantear mis estimados lectores y de hecho, las mismas que me han hecho durante buena parte de mi vida adulta. Hace unos cuantos años, el terreno era más difícil  hablar sobre brujería, tradiciones  la divinidad femenina y otros tópicos semejantes, generaba asombro, cuando no desconfianza. No obstante, con el correr de los años y sobre todo, con la popularización del concepto de paganismo a varios niveles distintos, la percepción ha cambiado para bien. De hecho, hay toda una renovada curiosidad sobre la perspectiva de una Divinidad con aspectos femeninos y más aún, basada en planteamientos de igualdad  una espiritualidad mucho más abierta y menos dogmáticas que la usual. Todo un nuevo descubrimiento de lo femenino como elemento equilibrante y más allá, como poderosa expresión del yo colectivo.

De manera que, la bruja regresó de su anónimato histórico para ocupar su lugar cultural, ese que siempre ocupó siendo la curandera, la sabia, la consejera, la madre, la anciana, la poderosa. La bruja, como idea histórica más allá del prejuicio a que estuvo sometida durante siglos.

El ABC de la tradición de la Diosa:

Tal vez debido a ese renacer de la conciencia femenina, la curiosidad en torno a lo que es el paganismo, la Diosa como representación del poder esencial y todas sus vertientes culturales ha aumentado enormemente. En lo personal, lo disfruto y siento que este gran pregunta Universal ¿Quienes somos como mujeres? ¿Quién es la Diosa? está abriendo espacios para el debate, la discusión y la argumentación sobre la mujer de una manera totalmente nueva. Y que hermoso es eso, luego de años de temor y confusión. Que satisfactorio es comprender, que el cambio hacia esa conciencia nueva de lo femenino, comenzó.

Pero volviendo al tema central de este artículo, decidí redactar un pequeño breviario con los términos y preguntas más habituales con respecto a la idea de paganismo, bruja y divinidad y femenina. Una manera sencilla de mostrar que la creencia es una manera de crear y sobre todo, de comprender tu propio mundo.

Y ¿Cuales serían esos términos  preguntas e ideas con respecto a la brujería que más despiertan curiosidad  los siguientes:

1) ¿Por qué te llamas bruja?

Me llamo bruja porque profeso la creencia en la brujería. En términos simples, la brujería es la Tradición de la Diosa, una serie de creencias no dogmáticas y en ocasiones de carácter hereditario, que propugnan que la Divinidad Universal, esa gran inteligencia creadora,  tiene rasgos eminentemente femeninos. No obstante, al hacerlo, no se refiere al hecho que Dios es mujer como concepto antropomórfico ( aunque la representación figurativa es femenina, sin duda ) si no que es creativa y amorosa, en contraposición con la concepción Patriarcal del Dios masculino y mecanicista

No obstante, tanto el término "bruja" como "brujería" son vulgarizaciones procedentes del Medioevo, donde toda creencia "pagana" ( otro término acuñado durante la cristianización de los pueblos rurales europeos ) fue considerada maligna y contraria a Dios. El concepto correcto de mis creencias es "Hija de la Diosa", debido a que me considero unida e integrada con esa energía Universal creativa.

2) ¿Eres pagana?

Según la inefable wikipedia, fuente de sabiduría de estos tiempos postmodernistas, Pagano (del latín paganus), etimologicamente significa "habitante del campo", "rústico" y es un concepto que se encuentra por primera vez en inscripciones cristianas de principios del siglo IV1 en el ámbito cultural del Imperio romano para designar a quienes en aquella época adoraban a los dioses y, por ende, rechazaban la creencia en un dios único que, según las creencias judías y cristianas, se habría revelado en la Biblia.

Pagano, es de hecho, un termino general, que intentó abarcar toda creencia contraria a la iglesia o externa a la Iglesia como institución. Un vulgarismo que definió en su momento a todo aquel practicante de cualquier corriente religiosa que no estuviera relacionada con la idea Cristiana del Dios monoteista. Así que "pagano" es un término despectivo con respecto a las creencias no cristianas.

La respuesta por tanto es, no, no soy pagana. Pertenezco a la Tradición de la Diosa.

3) ¿Que es la Diosa?

La Diosa, como el Dios cristiano, es un apelativo que define esa idea de trascendencia Universal en la que todos creemos de alguna u otra manera. No obstante, la Diosa en la creo, que como comenté, tiene características femeninas, no impone dogmas ni se define como una idea espiritual única. La Diosa, es de hecho, una abstracción que busca demostrar y explicar esa capacidad creativa del espíritu humano en su búsqueda de respuestas. Por supuesto, esto es un concepto novedoso y fruto del análisis simbólico: durante muchísimo tiempo, la divinidad primitiva fue mujer y creadora de vida en un sentido bastante literal.

4) ¿Haces magia?

Depende de lo que se entienda como magia. Si estás imaginando que vuelo en una escoba o saco una "varita mágica" para defenderme de mis astrales enemigos, la respuesta es un rotundo no. Pero la magia, como se me enseñó, no tiene mucho que ver con esa idea extravagante y fantasiosa que es tan popular. Para la Tradición de la Diosa a la que pertenezco, la magia es el poder de encauzar mi energía personal para crear un cambio externo. De manera que "magia" abarca desde mi capacidad para comprender el mundo que me rodea y relacionarme con él, hasta mi idea sobre la trascendencia. Magia, es mi capacidad para encontrar lo mejor de mi misma y crear una idea creativa con respecto a mis conceptos y mi manera de interpretar la realidad. Magia es crear una conexión efectiva entre mi mundo emocional y el mundo que me rodea. Magia es mi capacidad de crear.

5) ¿Haces rituales y celebras la Luna y el Sol?

Sí, por supuesto. Los rituales, celebraciones y creencias en la Tradición de la Diosa que practico tienen raíces históricas orales y las recibí de mi abuela, como ella la recibió de la suya y así sucesivamente. Por supuesto, hay tradiciones donde las creencias son estructuradas que se crean a partir de una convención conceptual ( como ocurre con la Wicca ) pero que son tan válidas como la mía. De hecho, cada corriente de pensamiento tradicional, tiene una identidad propia y eso me parece tan adecuado como poderoso: es una manera de unificar ideas trascendentales y sobre todo, afianzar la identidad como grupo.

Volviendo al planteamiento, sí,  celebro La luna llena, como simbolo de la Diosa y su representación más metafórica. También celebro los Equinoccios y Solsticios a través del año, para conectar mi manera de ver el mundo con los ritmos naturales. Una manera de comprenderme a mi misma a través de mi entorno.

6) ¿Crees en Dioses?

Creo en que la energía se manifiesta de maneras muy distintas. ¿A que llamo energía? a toda idea capaz de crear un cambio en el mundo que llamamos real.  Los Dioses, de la misma manera que los Santos Cristianos, son advocaciones para comprender la realidad a través de ideas que la definen y la caracterizan. Por supuesto, tales creencias son de indole totalmente personal y dependen de la cultura, apreciación y perspectiva del creyente. Pero todas son igualmente válidas.

7) ¿La Brujería solo se transmite de manera hereditaria?

No. La brujería o mejor dicho, la Tradición de la Diosa, puede ser transmitida vía oral y familiar - como en mi caso - o a través de grupos más o menos organizados que han dedicado tiempo y esfuerzo en crear una tradición propia. Como comenté antes, toda creencia es igualmente válida mientras respete su entorno y la manera de pensar de sus participantes.

8) ¿Que es el Libro de las Sombras?

Es, en esencia, un diario de anotaciones mágico, entiéndase como mágico todo aquello capaz de crear y construir un cambio en el mundo exterior. El Libro de las Sombras, contiene rituales personales, costumbres mitos y creencias de su autor y es una manera de contener toda la idea personal de quién lo escribe con miras a ser trasmitido a alguien más. En Libro de las Sombras es de carácter privado, usualmente cada bruja tendrá muchos a lo largo de su vida: en ellos recopilará su viaje espiritual de la manera que le sea más cómodo y personal.

9) ¿No te parecen que tus creencias son primitivas? ¿Supercheria?

Te hablaré de un ritual que conozco: Un hombre bendice a un grupo de mujeres y hombres en nombre de su Dios. Luego meditan todos juntos sobre la fe y después el hombre que dirige el ritual bendice la comida y bebida que comerán en grupo. Esta bendición, por obra de la Magia, transforma el pan y el vino en simbolos de la carne y la sangre del Dios.

¿Muy primitivo verdad? En realidad hablamos de una Misa tradicional Cristiana.

De manera que, lo primitivo o lo poco convencional de tus creencias, es solamente una cuestión de perspectiva personal.

10) ¿Las Brujas creen en el Diablo? ¿Lo invocan?

El Diablo es un concepto Cristiano. En las creencias de la Diosa, no existe una figura de "maldad" en contraposición a la bondad. De hecho, la idea que tenemos sobre el mundo es que el bien y el mal coexisten de manera equilibrada y forman parte de cada criatura con capacidad de razonar. Así que si no forma parte de nuestra creencia, ¿Por qué invocaríamos al Diablo?

11) ¿Bailan desnudas las brujas a la Luz de la Luna?

Aquí la respuesta solo es una: si puedes - y quieres - sí. La desnudez del cuerpo de una mujer es para la Tradición de la Diosa en la que creo sinónimo de belleza, pureza y poder, de manera que hay algunos rituales que la incluyen como requisito. ¿Me preguntas si yo lo hago?  Claro que sí.


Todo parece sencillo ¿No? En realidad, lo es. Hablamos simplemente de esa abstración tan inocente que llamamos fe y que es común a todos nosotros ¿Tienes alguna  otra pregunta que quieras hacerme? Déjamela en los comentarios y con todo gusto te la respondo!

sábado, 19 de enero de 2013

Delirios del Sábado: el Poder femenino en latinoamerica. ¿A donde vamos?







Hace unos días, leía sobre las estadisticas de salarios y beneficios que recibe una mujer en latinoamerica en comparación con sus pares masculinos en cargos profesionales similares. La diferencia es preocupante: casi un 20% entre ambos renglones. En ocasiones, la cifra puede analizarse desde la frialdad del método: En Latinoamerica y según cifras de la ONU, la escolaridad de la mujer es significativamente inferior a la del hombre y en un numerosos países, el acceso universitario de las mujeres es inferior al del hombre. No obstante, también hay un ingrediente cultural. Y no hablamos ya del celebre machismo enfrentado a su reacción inmediata, el feminismo, si no indagar en el motivo por el cual, culturalmente, la mujer continúa considerándose inferior al hombre. Con frecuencia me pregunto,  por qué los varones en algunos lugares del mundo han tenido –y siguen teniendo– tantas dificultades para relacionarse de manera igualitaria y respetuosa con las mujeres y con otros varones. ¿Por qué crearon tantas estructuras culturales, políticas, económicas, sexuales y religiosas que han oprimido a la mujer y la han excluido de todos los ámbitos durante tanto tiempo? ¿Por qué el poder para ser y actuar sólo está en manos masculinas? Son preguntas que he leído repetidas en numerosas variantes durante años, y a las cuales aun no he conseguido una respuesta apropiada. Pero continúo intentándolo.

Es una pregunta inevitable. Como mujer en un país eminentemente machista, muchas veces la pregunta choca con esa necesidad de justificación que toda cultura tiene con sus propios defectos y errores. Recuerdo que cuando cursaba la licenciatura de leyes, varias veces debatí en clase sobre el hecho que en un margen representativo, las socias y juezas son mucho menores, en número estadístico  a sus contrapartes masculinos. Mi pregunta, netamente académica, chocaba de inmediato con esa risible discusión que suele surgir del planteamiento: ¿Eres feminista? ¿Eres una odiadora de hombres? ¿eres una machorra? Una disyuntiva, esa, la de debatir ideas en un medio hostil para su debate.

Recuerdo haber repetido hasta el cansancio que no era feminista. Mucho menos extremista ideológica  En realidad, mi gran necesidad era indagar hasta que punto el género es predominante y es determinante, al momento del desempeño laboral. Algo lo bastante práctico como para obtener una respuesta igualmente objetiva. Pero nunca la obtuve. Al contrario, la idea parecía golpear una fibra sensible que nunca supe manejar muy bien. La mayoría de las veces, me encontré en medio de largas discusiones que nunca llevaron a otra cosa que un debate estéril sobre posturas culturales.  Y en realidad, el asunto de lo femenino y lo masculino, en el plano cultural, social y laboral, es más amplio que eso.

La bruja y la mujer: La que habla, la que cree. 

Lo he mencionado varias veces. Cada vez que me defino como "bruja", suele ocurrir un inevitable choque de conciencia entre mi interlocutor y lo que intento decir. Puede ocurrir que quién me escuche como un adjetivo caprichoso que escogí para definirme o que simplemente, asuma que uso la palabra para expresar una postura mental. Pocas veces, alguien lo engloba dentro de una creencia religiosa o una postura cultural con caracteristicas propias. La primera vez que me enfrenté a esa disyuntiva, fue en las aulas de la escuela donde me eduqué. Para más señas, las religiosas que lo dirigian, eran francesas, bastante ortodoxas y para cualquiera de ellas, el comentario sobre la mujer como Divinidad, la mujer primigenia, era poco menos que ofensivo. Resultaba extraño, desconcertante, tener que discutir la idea con mujeres que parecían encontrar escandaloso el hecho que yo insistia en la igualdad no solo en un plano de ideas, si no a nivel social. Por supuesto, más escandaloso era mi insistencia en comprender la religión cristiana y católica como una forma de alineación moral. No en vano, las figuras consagradas por la divinidad, son siempre masculinas a considerarse superiores y no iguales a las mujeres. El arquetipo del Dios Padre, masculino y monoteísta, ha tenido un fuerte impacto en la conciencia masculina, individual y colectiva, al presentarse como un ser supremo que no convive con ningún otro ser divino, como si prefiriese la soledad a la vinculación.

De manera, que crecí con esa sensación de enfrentarme no solo a la idea social, si no a las propias mujeres que estaban bastante convencidas que la postura en general - la mujer supeditada al hombre - era normal. Y esa lucha era tan absurda, que muchas me remití a las raices históricas de nuestra cultura intentando comprender el motivo:  Me sorprendió encontrar que en las culturas nativas precolombinas no existen evidencias de un monoteísmo masculino sin representación sagrada femenina, ni una discriminación sexual y cultural hacia la mujer de las mismas dimensiones que la judeocristiana o islámica. El pueblo Mapuche representa a sus deidades de manera cuaternaria, doblemente femenina y masculina, a través de un símbolo mandálico que la machi sacerdotisa/curandera pinta sobre el parche del kultrún (tambor ritual de madera y cuero): un círculo con una cruz de cuatro brazos iguales que representan a Küshe, la diosa mujer anciana, Fücha, el dios hombre anciano, Ülcha, la diosa mujer joveny Weche, el dios hombre joven. El ave sagrada de los mapuches, el Choiqué, suele considerarse un ser primordial andrógino. Esta cultura, una de las más antiguas de los Andes patagónicos de Sudamérica, rara vez recurre a las imágenes antropomórficas. Aquel mandala -símbolo de totalidad y diversidad– es suficiente para expresar la importancia y dignidad de ambos géneros en sus vidas y costumbres, en la dimensión divina y en la terrena.

Una idea desconcertante en si misma. Sobre todo, en las raices históricas de esta América misógina y en ocasiones, frontalmente agresiva contra el género masculino. Hay pequeños avances por supuesto: Mujeres Presidentes, mujeres logrando encontrar ese equilibrio entre el poder cultural femenino y el masculino. Un punto de unión entre ambas ideas. No obstante, nunca me parece suficiente. Tal vez no me resulta satisfactorio aun, que la mujer tenga aún que ser definida por su función biologica antes que su capacidad intelectual, que lo masculino sea una idea que se impone sobre su igual femenino. Y en ocasiones me pregunto, mientras camino por las calles de mi ciudad, rodeada de mujeres, en este país de madres y esposas luchadoras, como evolucionará esta idea. Cual será el futuro de esta semilla femenina que crece en esta America tan joven y adolescente.

Para mi, la respuesta quizá se construye día a día. Probablemente es así.

C'est la vie.

Para leer:

La mujer latinoamericana, la más poderosa y la más maltratada: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/07/actualidad/1331154707_868060.html

viernes, 18 de enero de 2013

Un libro cada viernes: Vida de Pi - Yann Martel






La primera vez que escuché hablar sobre el libro "La Vida de Pi" fue en una conversación con contertulios bastante inusuales: Un activista PETA y una amiga atea. Y me sorprendió que ambos coincidieron, por sus particulares y dispares razones, que era una obra magnifica. Algo asombroso, si tomamos en cuenta que ambos me insistieron en puntos similares: "Una historia sensible, profunda y emocionante". Lo más sorprendente del tema, es que mi amiga L. atea hasta los huesos, me insistió que era el libro "más inspirador que había leído en mucho tiempo", mientras que mi amigo M., que era una "aventura de la imaginación". Dicho todo lo anterior, me pareció necesario intentar comprender tanto entusiasmo por un libro con un argumento tan poco común.

Porque de hecho, "La vida de Pi" es uno de esas historias que te parecen inverosímiles y absurdas, incomprensibles. De hecho, la sinopsis de contraportada del ejemplar que tengo dice lo siguiente: "¿Qué pasaría si nos encontráramos en la delicada situación de tener que compartir un bote salvavidas con un tigre llamado Richard Parker, un orangután llamado Orange Juice, una hiena y una cebra? Seguramente no sería tan curioso como lo que le ocurre a Pi (Piscine Molitor Patel, nombrado así por una piscina municipal). Este joven indio pasa 227 días en alta mar con singulares pasajeros navegando no solo el océano sino también entre las aguas que separan el delirio y la cordura..." Recuerdo que por días enteros, el libro permaneció en mi mesa de lectura, recordandome que debía leerlo sin que yo me decidiera a hacerlo. Porque de hecho ¿Como asimilar la idea de la fábula que a su vez es metáfora moral? ¿Podría sostenerse una historia semejante?

La respuesta es un rotundo, sí.

Porque "La vida de Pi" es uno de esos libros que son, por su negativa a caer en lo habitual y su reinvención del género,  pequeñas joyas literarias. La narración pende sobre un delicado equilibrio entre espiritualidad, filosofia, inocencia infantil y un gran viaje introspectivo que sorprende por su profundidad. De hecho, mientras lo leía, tenía la sensación que la historia, bordeaba esa linea invisible entre la fantasía más pura hasta la dureza de comprender el alma humana como parte de una forma de pensamiento. Es, sin duda alguna, un libro de ciencia ficción, tal y como pareciera ser su tronco esencial, pero la fantasía es la excusa para rozar esa sensibilidad del hombre que deambula hacia la esencia misma de su pensamiento, de su manera de ver el mundo. La religión, el pensamiento existencialista, el poder creativo de la mente humana, se entrelaza en una idea que intenta abarcar la raíz misma del pensamiento religioso. ¿Quienes somos? ¿Que es el mundo? ¿Como nos relacionamos con él? Una mirada sencilla pero aguda sobre la naturaleza del mundo interior del hombre y su entorno.

Y en tanto la novela avanza, mitad absurda, mitad hermosa, siempre evocadora, lo surreal parece tomar el lugar de la realidad. El mundo alrededor deja de existir para convertirse en algo más: un alegato a las ideas, al pensamiento, al instinto de bondad y espiritualidad que el libro sugiere es inherente a la mente humana. Resulta curioso que la relación entre Pi y el tigre Richard Parker marca uno de los pilares principales de la historia y se repite constantemente a lo largo del libro, del mismo modo que la religión marca de manera clara el ritmo del mismo: la relación de Pi con el Islam, el Cristianismo y el Hinduismo. No obstante, el libro jamás rebasa la linea de la experimentación y la reflexión para tocar el sermón moral. Sin duda un gran acierto de su autor, conseguir, a pulso y con un evidente esfuerzo poético, trasladar la fe - como idea y concepto - y la espiritualidad más arraigada a un terreno curiosamente anónimo y atemporal.

Sin duda un libro extraordinario, una aventura de la imaginación que recomiendo a todos los que sueñan y aspiran a una idea trascendental más allá del mero pensamiento religioso.

Donde puedo comprar el libro:

Lamentablemente, aún no lo he visto en ninguna librería venezolana. Pero si deseas leerlo, déjame en los comentarios una dirección de correo electrónico y te lo enviaré!

jueves, 17 de enero de 2013

Divagaciones Urbanas: Caracas en tres actos de locura.





Ser caraqueño no es sencillo. Es algo que todos los habitantes de esta sufrida ciudad estamos bastante claro. Somos sobrevivientes de una ciudad complicada, caótica y dura que de tiene personalidad propia.  Porque Caracas es Caracas donde la pongan, malcriada, extravagante y terca. De alguna manera, Caracas es un sueño compartido, pero también una manera de ver la vida. Tal vez por eso, el caraqueño se reconoce donde sea, por su acento saltarín - así me han dicho -, su paranoia y esa manera tan particular de ver la vida. El caraqueño que solo se orienta si tiene una montaña al Norte, el que asume Caracas como una singularidad de su vida. Caracas, la de todos.

Tal vez es por ese motivo - esa identidad del Caraqueño esencial - es que siempre habrá anécdotas que contar, para reír  para recordar porque Caracas tiene un rostro y es tan variopinta como característica  Y de eso sobra: Creo que todo Caraqueño podría "echar un cuento" de esos entrañables, de esta ciudad que se burla de si misma, que es tan niña como ingenua, triste como desolada. Que es en suma, todos los rostros de su constante y disparatada madurez.

Pero sí, siempre hay que contar. Y mi cuento de hoy, el cuento caraqueño, es sobre los locos de Caracas.  Porque ¿Quién no se ha tropezado más de una vez con esa multitud de personajes que deambulan por la calle? Y no me refiero al indigente, olvidado, si no al loco. Al loco que ríe, que grita y declama. Al loco que pasea de un lado a otro, otro caraqueño al borde. Yen este cuento que echaré hay tres: tres locuras distintas de esta Caracas entrañable.

Del loco al cuento: del Hoyo al manicomio urbano.

El primer personaje me lo topé caminando con mi inefable amiga E. por Sabana Grande. Tenía al menos dos años que no recorría el insigne Bulevar caraqueño y tuve una extraña sensación de nostalgia cuando lo hice ayer. De niña, me encantaba caminar por él: me sentía tan bohemia visitando las viejas tiendas, sentandome a leer a solas en el Gran Café, sentando en esas extrañas funciones matutinas del cine Broadway, hoy extinto. Apenas hay nada de eso en el bulevar remozado, con aires de casco histórico a medio construir. Pero a mi me sigue gustando: Hay un aire de barullo y desorden que mentalmente me hace recordar una Aglaia más joven y menos cerebral.

De hecho, estaba pensando justo en eso cuando el primer personaje se acercó. Delgada hasta lo enclenque, con unos extravagantes lentes de sol, vestida de rojo carmesí, con un apreciable tufo a alcohol y contoneandose visiblemente, la mujer se acercó al lugar donde E. y yo estabamos sentadas con ademanes de gran señora. Se planto al frente y luego de pedir dinero, comenzó una perorata insólita salpicada por gotitas de saliva que intenté esquivar.

- Es que mi hija es una niña loca - puntualizó gesticulando exageradamente - y necesita orientación. Como la vida, como todo lo que hacemos. Quiere irse con el muchacho que le gusta ¿Que piensan ustedes? ¿Debo dejarla ir?

Dijo todo esto en una parrafada dramática que casi me habría hecho reir de no estar tan asustada y paranoica, a-la-manera-de-Caracas. Porque había algo casi conmovedor en el histrionismo de aquella mujer vestida de rojo gastado, cansada y exaltada. Había algo de la Caracas que sobrevive a diario, del trajin de todos los días, de la locura de las historias que la crean. La miré, con los ojos muy abiertos y asombrados, hasta que finalmente y supongo que aburrida de la poca emoción que mostramos E. y yo ante su discurso, se fue. La miré alejarse, levantando las manos, imagino que aún proclamando. Mi amiga E. soltó una carcajada bajita.

- Por eso me gusta venir a Sabana Grande.

Esto ES Sabana Grande. Pensé.


Más tarde, compartiendo un almuerzo tardío con un grupo de amigas, llegó el segundo personaje del día. Nos encontrábamos en la Tradicional Crema Paraiso, y había algo de infantil en aquella reunión de niñas mujeres que bebían con toda seriedad su merengada de helado. Miré al extraño por el rabillo del ojo. Un sujeto arrugado, extraño, con el cabello blanco y largo atado en una trenza sucia. Lo miré deambular de un lado a otro, hasta que se detuvo en nuestra mesa, supongo que atraido por las risas y los comentarios en voz alta. Nos miró largamente, hasta que dejamos de comer y conversar para mirarlo.

- Nadie comparte comida! no lo hace nadie - nos gritó - todo el mundo se mira, pero no se ve. No le importan los pobres. No les importa el mundo. Todos comeran y nadie compartirá. Al final, seguramente, echaran la comida a la basura. Olvidada. A nadie le importa el que no come.

Sentí una inmediata culpabilidad, mientras masticaba un trozo de hamburguesa. Mi amiga E. me miró sobresaltada y con gesto amable, tomó un buen pedazo de la pizza que comía y se la extendió al hombre. Hubo algo poetico, muy a lo metáfora-de-Caracas, en la escena, en el hombre lanzando epítetos casi filósoficos en la mesa de un café tradicional venido a menos. ¿Donde esta Caracas? me pregunté mientras el hombre guardaba el pedazo de Pizza y murmuraba un agradecimiento apresurado. ¿Quién es Caracas? Indiferente, utópica y dura. La Caracas de este hombre desgreñado, anciano, con ojos saltones y enrojecidos. ¿Quienes somos?

Seguía pensando en el asunto cuando me subí a un autobus, un rato más tarde. La tarde comenzaba a caer y había en la ciudad, en La Caracas, real, la herida, la dura, ese ambiente extraño de agitación que antecede lo nocturno. Caracas, la verdadera. Y había mucho de esa Caracas inhóspita, árida, en el hombre que se subió para pedir limosna. Ya nos hemos acostumbrado a este tipo de pasajeros incómodos: Mostrando alguna herida sangrante, desagradable, que evitamos mirar. El olor al alcohol. Y la historia: del accidente que padeció, la familia que mantener. Hay algo amenazante en la mirada de este hombre, pienso mientras extiende la mano exigiendo dinero. Aquí no hay nada de mansedumbre, la humildad del mendigo. La mirada desafiante - tu no has vivido lo que yo - la expresión resuelta. La Caracas de la diferencia, la brutal, la que no queremos mirar. La Caracas que le infringió esa herida supurante y evidente a este desconocido hijo de sus calles, a este hombre que la padece y la sufre. Lo observé vociferar, y luego cantar, a la nada, a solas. No hay nadie más que yo aquí, parecía decir. O no me importa.

Se bajó del autobus un poco antes que yo y lo vi caminar, cojeando, levantando el puño. La Caracas de los tristes.

¿Quién es Caracas? ¿Quienes somos los caraqueños? ¿A donde pertenecemos? A veces es dificil saberlo, pero el mero pensamiento resulta desconcertante. Porque esta identidad del que nace - y a veces muere en esta ciudad - es indeleble, dura y profunda.

Es una ideal venial, quizá.

C' est la vie.