domingo, 27 de enero de 2013

La noche de los pequeños milagros: Luna de Enero.





Hoy es la primera Luna llena del año. Una vez leí, que los Navajos estaban convencidos que era el día donde la Madre Tierra, esa deidad enorme y sin nombre que parece fluir de la mera idea de divinidad, brinda pequeños milagros a todos los que los piden. Una idea preciosa, sin duda. Durante estos últimos días y por razones bastante distintas, he pensado en los milagros. ¿Que son? ¿Creemos en ellos realmente? La mayoría responderá que no, pero seguirá sonriendo al encender una vela, cerrando los ojos al besar, asustandose en la oscuridad. Prodigios de la imaginación, los llamaba mi abuela. Yo los llamo, por supuesto, pequeños milagros. ¿Que haríamos sin ellos?

La Dama blanca:


Siendo el plenilunio de enero el primero de la estructura anual, tradicionalmente se le han atribuido algunas de las virtudes de los Dioses cuya energía se vincula al primer mes del año: La dualidad de Jano, Dios de las dos caras, la fuerza del renacimiento de Felicitas, el equilibrio y energía armónica de Pax y la belleza y la sensualidad de Venus. Para la tradición Italiana de la magia, la primera Luna del año es propia para la videncia y otras formas de creación mágica que impliquen la visión trascendente y concentrada de la energía personal y como dije, para pedir deseos.  Para beneficiar la concentración y la fuerza espiritual, suelen llevarse a cabo rituales como el siguiente:

Para su realización necesitaremos:

Dos velas blancas.
Una flor de pétalos blancos.
Un vaso con agua ( nunca fría )
7 hojas de Laurel


Disposición:

Coloca las velas a tu derecha e izquierda. Frente a ti, el vaso con agua fría y la flor. Distribuye las hojas de alrededor del conjunto, formando un círculo. Ahora, cierra los ojos e imagina que un circulo de luz blanca te rodea. Siente que el ambiente en la habitación donde te encuentras se caldea levemente, a medida que el resplandor del círculo de luz se hace más poderoso y definido. Cuando sientas que tu nivel de concentración ha llegado a un punto óptimo abre los ojos y bendice los elementos que utilizarás de la siguiente manera:

"En nombre de la Diosa blanca, secreto del bosque del pensamiento
consagro, purifico y lleno de fuerza estos instrumentos mágicos
que me permitan encontrar la senda del conocimiento
en mi espíritu.
Así sea"

Ahora enciende la vela a tu derecha diciendo:

"Que el canto de plata y luz de la Diosa sea mio"

ahora, la vela a tu izquierda:

"Que el secreto proverbial del conocimiento
se revele a mi espíritu y al nombre secreto de razón
Así sea"

A continuación, toma la flor y deshojala. Cuando lo hayas hecho, toma los pétalos y forma a tu alrededor un círculo - siguiendo el sentido de las agujas del reloj - mientras invocas de la siguiente manera:

"Que sea en la fuerza blanca del misterio de la Dama
el conocimiento, el fervor y la ternura
el poder de la convicción
El renacimiento de todas las ideas y mi convicción
Soy la voz del tiempo nuevo
En mi nace la voz eterna
del conocimiento y el poder de mi espíritu creador
Así es"

Cuando hayas completado el círculo, toma la copa de agua y levantala, invocando de la siguiente manera:

"Que sea el Universo en mí
El eterno llamado ancestral
Soy hombre y soy mujer
la Luz de la Luna y el Sol en mí
Así sea"

Ahora bebe un trago de agua y siente como el líquido resbala por tu garganta y disfruta de la manera como tu cuerpo reacciona al estimulo sensorial: la sensación como el agua refresca tu paladar y brinda a tu cuerpo una maravillosa sensación de relajación. Ahora, cierra los ojos e imagina que te encuentras en un valle amplio y rodeado de enormes árboles de robustas ramas. Bajo tus pies, la hierba crece fresca y alta, la noche se extiende como un manto púrpura. La luna brilla en lo alto, enorme y reluciente. Levanta los brazos hacia el resplandor plateado que ilumina la noche y comienza a danzar, sin orden ni concierto, disfrutando de la forma como tu cuerpo se inclina y se mueve libremente. El sonido del viento te envuelve y más allá, escuchas el alegre barboteo de un río cercano. La luz de la luna te envuelve, es un brillo poderoso y cegador que llena el mundo, que carece de confín y que cada vez se hace más poderoso, a medida que tu baile se hace más rápido, más enérgico, más sentido. Siente como la fuerza de la naturaleza impregna tus movimientos, los hace poderosos y exquisitos, palpita en cada pensamiento y emoción que la luz de la luna te hace sentir. El parpadeo de la divinidad en ti.

Ahora abre los ojos, disfrutando de ese poder tan personal que nos brinda creer y crear. Para culminar el ritual, permite que las velas se consuman y luego, come y bebe algo para librarte de la energía sobrante.

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