martes, 23 de diciembre de 2014

Una pequeña retrospectiva: mis fotografías favoritas del año.



Se suele decir que cada fotografía que toma un fotógrafo, es una ventaba abierta hacia su espíritu. Y lo creo, sin duda. Crecí con una cámara entre manos, mirándome a través de ella y con el transcurrir del tiempo llegué a comprender el valor y la importancia de cada imagen que atesoro, que creo, que miro a través de mi imaginación. No hay un documento capaz de reflejar con mayor exactitud y belleza los espacios interiores de su autor, que una fotografía. No hay un documento más poderoso, intimo, que una fotografía que abarque cada símbolo y metáfora de la mente de quien la construye. Un reflejo extraordinario, de cada idea y de cada aspiración de quien mira la fotografía no sólo como una puerta abierta hacia si mismo, sino incluso más allá, el mundo que se concibe a través de una imagen, de una construcción de la memoria.

Por ese motivo, cada año escojo las doce fotografías que construyen mi manera de ver el mundo. Doce imágenes que pueden resumir no sólo mi manera de comprenderme sino de dibujar, en luces y sombras la realidad como la concibo. Una manera de recorrer el año que casi termina, de asombrarme con mi transformación interior y sobre todo, de confiar y aspirar que el camino continuará construyéndose a fuerza de mirar el mundo maravillada, un instante eterno, infinito, inolvidable.

¿Y cuales son mis fotografías más preciadas de este durísimo y aún así, extraordinario año que está a punto de culminar? Las siguientes:

Un singular tesoro visual en mitad de los Andes Venezolanos.

Un instante en ninguna parte.

La profe @ArletteMontilla, en uno de sus particulares momentos de silencio.

Mi amadísima Arianna Arteaga, quien este año me enseñó a ser libre. O me recordó la importancia de serlo, en todo caso. 

El primer rayo de sol en mitad de una montaña extraordinaria. Pura esperanza. 

Un doble autorretrato. 

Un retrato de mi amadísima tia Mary, quien me enseñó el valor de sonreír a pesar de todo. 

El autorretrato que me tomé un día después de enterarme de la muerte de un querido amigo. Un fragmento de dolor fugitivo.

La primera pieza de mi proyecto (aún incompleto) #CasaDeBrujas

El autorretrato que me tomé como parte del proyecto visual que llevé a cabo junto con mis alumnos de mi clase de autorretratos del año.

Mi cuerpo, transformado en una pieza de arte a medio comprender. 

Mi primera portada para un libro de la editorial @FbLibros 

En ocasiones, miro mis fotografías y me asombra su poder para recordarme lo que deseo, lo que temo y lo que puedo alcanzar a crear. Y cada que esa sorpresa un poco infantil me desconcierta, comprendo que quizás ese es su mayor valor. Una pieza en el mecanismo inquieto de mi memoria. Una mirada furtiva a mi identidad. 

C'est la vie. 

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