martes, 8 de noviembre de 2011

Porque No deberias ver The Countess, de Julie Delpy







El camino está nevado, y la sombría dama arrebujada en sus pieles dentro de la carroza se hastía. De repente formula el nombre de alguna muchacha de su séquito. Traen a la nombrada: la condesa la muerde frenética y le clava agujas. Poco después el cortejo abandona en la nieve a una joven herida y continúa viaje. Pero como vuelve a detenerse, la niña herida huye, es perseguida, apresada y reintroducida en la carroza, que prosigue andando aun cuando vuelve a detenerse pues la condesa acaba de pedir agua helada. Ahora la muchacha está desnuda y parada en la nieve. Es de noche. La rodea un círculo de antorchas sostenidas por lacayos impasibles. Vierten el agua sobre su cuerpo y el agua se vuelve hielo. (La condesa contempla desde el interior de la carroza). Hay un leve gesto final de la muchacha por acercarse más a las antorchas, de donde emana el único calor. Le arrojan más agua y ya se queda, para siempre de pie, erguida, muerta. 


Alejandra Pizarnik
La condesa sangrienta




En ocasiones, cometo errores cinéfilos que ni yo misma me perdono: Uno de ellos, es haber visto la pesima versión Cinematografica sobre la vida de la llamada Condesa Sangrienta Erze Bathory, dirigida por la actriz Julie Delpy, que además tuvo la osadía de protagonizar con su escaso registro actoral, a la controversial figura histórica. Decir que la película carece de interés, sería reconocer que en algún momento el metraje pudo despertar curiosidad o incluso, sostener una trama sin sentido y fragmentada. De manera que solo diré que este bodrio solo demuestra que cualquier biopic debe cumplir una simple máxima: recrear el mundo interior del retratado de una manera sutil, inteligente, sin perder de vista el principal objetivo del cine, la belleza, el entretenimiento y la capacidad para contar una historia a través del poder de las imágenes.


Asi que No vean, por el bienestar de su buen gusto cinéfilo, por amor a la  figura aterradora de la Bathory, a los psicópatas que probablemente esperabas ver,  al cine y a todo lo que quieran y les encante, este intento fallido de recrear una historia que termina en algo peor que una narración vulgar de una historia poderosa. De verdad,  no lo hagan. Perderán muchas horas de su vida, se cabrearán si amaban a Erzsebeth y extrañarán todas las torturas míticas que podrían crear un ambiente de tensión y horror, que aqui por supuesto no existe en ningún momento; sólo verán una supuesta víctima de las envidias con una peluca terrible y sin ningún parecido a la condesa y se desesperarán esperando que empiece a desangrar chicas para mantenerse joven o cualquiera sea la magnifica justificación de su furia, que aquí se trivializa en un asunto tan simple como "ay pero que bonita quiero ser". Pues si, amables lectores, de este su blog de confianza, tenemos una especie de Bathory con aspiraciones de Miss-Sangrienta, que Delpy además borda con una torpeza tal, que termina preguntándose el esforzado espectador si vemos una parodía de cualquier otro film.  Por supuesto, que su antecesora, la Checa "Bathory" no puede calificarse como mejor:   También se tirarán de los pelos por la mala imitación de Guillermo de Baskerville y Adso de Melk en patines (rigurosamente cierto), la relación con Caravaggio (¿alguna noticia de que Caravaggio alguna vez haya pisado Hungría y/o se haya acostado con alguna mujer?), que la sangre de doncella fueran pétalos rojos (!) y lo malísima y aburrida que es en general.

Ahora las seiscientas doncellas gimen todavía más alto cuando alguien se acerca al castillo.

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