martes, 1 de marzo de 2011

De la palabra radiante




Jorge Luis Borges siempre es una casualidad afortunada que suele acaecer de vez en cuando en mi universo cuántico como lectora. Es una voz  analítica, perpendicular, tan densa que en ocasiones sus palabras van a  la deriva en mis pensamientos, en busca de un tiempo propio dentro de mi concepción de la verdad. No puedo evitar sonreir al sumergirme en su mundo, en su aspecto más surreal y escolástico. Sin duda Borges será Borges, incluso más allá de su irreprimible espiritu catedrático y su renuencia a la creación  más sencilla. Un sueño de valores difusos, una expresión ferviente en medio de las sombras del verbo y la comprensión.

Un ejemplo de la obsesión de Borges por la creación extraordinaria de la palabra, es Siete noches,  otro feliz descubrimiento que debo al azar, o la inescrutabilidad de lo casual, en todo caso. Un tormenta significativa en medio del ritmo barroco que suele impregnar la prosa del magnifico escritor. Fue el detalle de El carro de heno de El Bosco y que figura en la portada, el que me llevó a sus páginas. Siete noches son siete conferencias que pronunció Jorge Luis Borges en el año 1977, en el teatro Coliseo de Buenos Aires. Pero es mucho más que eso, también es recordar Sudden light, el poema de Dante Gabriel Rossetti que aparece en una de sus páginas y que comienza así:

I have been here before,
But when or how I cannot tell:
I know the grass beyond the door,
The sweet keen smell,
The sighing sound, the lights around the shore.

Luego sigue rotundo,

You have been mine before.
.
(...)

Quién sabe. Tal vez el tiempo sea solo esta didáctica comprensión del momento perecedero y su elevada creación de la verdad.

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