viernes, 4 de marzo de 2011

Un árbol de imagenes, laberinto de ideas.



La historia comienza para mi, el día en que gané la portada del grupo "Fotografos de Venezuela" en la plataforma Facebook. Aunque ya conocía de oidas a la Escuela FotoArte, hasta entonces no habia tenido la oportunidad de cursar ningun taller o curso. O tal vez simplemente tenia la idea, como me habia sucedido varias veces antes, que la fotografía en Venezuela - al menos la que yo hacia - no calzaba en ningun lugar, ni tenía una forma concreta como expresarse. Después de todo, era simplemente un Hobbie apasionado, una idea visual profundamente personal, que no se parecía a ese documental tan ferreamente clásico que admiro, pero con el que realmente no comulgo. De manera que, cuando comencé a cursar El Digital II, en las por entonces, pequeñitas aulas de FotoArte - una oficina alquilada en un edificio de la ciudad - pensé que tal vez, esta sería la manera de comenzar un nuevo camino en mi forma de ver la imagen.

No me equivocaba.

Han transcurrido dos años desde esa primera experiencia y ahora, puedo decir que he recorrido un camino en paralelo al de la Escuela. Poco a poco y con mucho esfuerzo, me estoy educando fotográficamente de la manera que siempre lo deseé: he aprendido no solo técnicas, sino a apreciar mi trabajo bajo una óptica completamente nueva. Expuse mi trabajo personal e incluso, he tenido incluso la oportunidad de enseñar lo que he aprendido luego de años de experiencia como fotografa. Un logro que jamás creí posible y que quizá no hubiese sido posible sin la oportunidad correcta.

Y a la vez, ese pequeño proyecto de dos fotografos Venezolanos, comenzó a crecer, fruto de un esfuerzo silencioso pero constante, de una idea de fe y esperanza que a diario ha germinado en el mundo fotográfico del país. La Escuela Foto Arte dejó de ser una posibilidad para convertirse en una realidad concreta, fructifera: una  muestra que en el país, las buenas ideas que se luchan, que se sueñan y se elaboran con pasión y fe, vencen la árida idea del momento histórico que vivimos. Porque la imaginación y el deseo de crear superan siempre cualquier escollo y sobre todo, cualquier obstáculo que pueda intentar detener su avance.

Como un árbol, quizá un Olmo, quién sabe, de enormes ramas y en mitad de un laberinto creativo que se abre en si mismo a fuerza de voluntad.

Felicidades entonces, gente querida, y que lo que comenzó anoche sea solo el principio de algo incluso más amplio y bello!

0 comentarios:

Publicar un comentario