martes, 22 de marzo de 2011

De la juventud en mil rostros y otras pequeñas disquiciones de la memoria





¿Que se espera de alguien que acaba de atravesar el espejo y se encuentra en el mundo adulto? No podría decirlo con certeza, porque aqui la linea imaginaria entre el deber ser y la realidad se hace desdibujada, cuando no imperceptible. Admitamoslo,  hay una suposición concreta que de alguna manera, una persona que transita los veinti tantos  y llega a los treinta, debe tener al menos una certeza definitiva sobre que sucederá a continuación en su vida, o al menos, que el mapa con el cual recorrera el incierto terrero de la regiones adulta este dibujado con alguna claridad. No habia dudas ( al menos hasta hace un par de décadas) que  comenzando a tránsitar  la segunda / tercera década de vida, cualquiera ya tenia las armas que le proporcionarian una cierta idea  del camino que recorrería a partir de entonces y hasta la vejez. Uhmmmmm, en teoria, supongo que esa podía ser una idea reconfortante, que incluso producia una especie de ligera y nebulosa sensación de seguridad.

Pero en mi época, en este convulso principio del siglo XXI, la cosa no es tan sencilla y mucho menos, clara. Actualmente, un joven adulto como yo, sufre de lo que yo podría llamar una franca atemporalidad, lo cual se traduce como la perdida de esas caracteristicas que anteriormente definian a un adulto joven: La apariencia fisica, los valores y las consideraciones de un joven de treinta años carecen de la solidez que solian tener antiguamente. En la actualidad,, todos continuamos deambulando a ciegas por la vida, intentando concretizar una idea sin lograrlo la mayoría de las veces, pero aprendiendo de los errores concretos que cometemos. Somos niños adultos, que construimos nuestro propio concepto de vida a medida que conocemos las respuestas a las preguntas nunca hechas.

Para mi, el fenómeno no me es desconocido. Siempre me he sentido apartada de las lineas comunes de lo que es socialmente aceptable. Comencé en la Universidad siendo casi una niña ( crucé la secante de unos primaverales quince comenzando la universidad) y en realidad, durante mis veinte, me dediqué a luchar mis propias batallas personales, ninguna de las cuales tuvo relación con el acostumbrado ciclo vital de mis contemporáneos. Asi que la temprana adultez me encuentran soltera, sin hijos, con dos carreras Universitarias a cuestas, escribiendo lo que podría convertirse - o no - en una primera novela larga, mi visión fotografica casi concreta pero aun sin verdadera definición. En otras palabras, toda mi expresión intelectual y moral esta todavía por construirse. Continuo navegando en un mundo mayormente ideal ( y de ideas ) en donde no tengo una resolución o un concepto especifico al cual aferrarme. Soy aun, tan joven como cuando tenia diez y seis años. Y me siento tan audaz para intentar un drástico viraje como cuando decidí abandonar  el ejercicio del derecho por comenzar  una licenciatura en Letras Aun decido mi futuro y estaba preparada para esta estraña fractura del tiempo, en el cual mi perspectivas y metas estan llenas de frescura y me siento llena de una poderosa necesida de creación. En voz de una de las frases favoritas de mi abuela, todo se resume a una necesidad anecdótica: "yo no aprendo, creo". Me construyo día con día, me elevo en un sueño personal, tal alto y reposado que es el unico lugar donde obtengo un poco de paz. Soy libre y enorme en un cosmos visual e intimo.

En esta étapa de mi deambular conceptual, soy realmente el ave Fenix de mis sueños, remontando la noche de terciopelo de mis ojos cerrados. Sueño, me conformo a mi misma como una pieza fundamental de mi vida, y no como una consecuencia fisica. Soy más que nunca, la renacida, la Anadiomene de mis esperanzas.

Renazco,en el amor y en la furia, en la ignorancia y la sabiduria. Espero continuar preguntandome tantas cosas que muchas de ellas carezcan de respuestas. Comienza una nueva historia, donde con mayor fuerza, soy un personaje que va reconociendose a si mismo a medida que crece por medio de las palabras y el párrafo divino que creo que para él.

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