jueves, 22 de octubre de 2015

Nuevos medios para el horror: La leyenda urbana contemporánea







Un hombre con un traje negro y el rostro cubierto por una máscara medieval se acerca a la pantalla. El video es inestable y el cortísimo metraje parece transcurrir entre pequeños zigzagueos de ruido blanco. El hombre se mueve de derecha a izquierda frente a una sombría pared de ladrillos con ventanas. Un foco de luz parpadea en una de sus manos y mientras el cortísimo metraje avanza una serie de símbolos y letras aparecen en rápida secuencia. Algunos son evidentes: en uno de los fotogramas puede leerse una frase en clave morse que se traduce como “RED LIPSLIFE TENTH”. Un poco más adelante, aparece en una rápido parpadeo la palabra “muerte”, en español . Cuando el video acaba, el espectador tiene la inequívoca sensación que “algo” ha ocurrido, aunque realmente no comprenda el qué.


El misterio está servido: de inmediato, el cortísimo clip se convirtió en el más reciente enigma de Internet y además, en un enigma que cientos de personas alrededor del mundo se empeñan en analizar. Razones no les faltan: el tétrico material audiovisual parece cumplir todos los requisitos para convertirse de manera vertiginosa en la más reciente leyenda urbana moderna. Enviado de forma anónima por correo postal desde Polonia al editor de GadgetZZ, el video parece no sólo ser una excentricidad visual sino también, un criptograma bien ensamblado para despertar la curiosidad de los usuarios más entusiastas de internet. No sólo se trata de la corta y siniestra escena sino también de los aparentes mensajes que incluye, en un juego de capas de significado y pistas criptográficas que al parecer esconden algo más. ¿O sólo se trata de la imaginación hiperactiva de una generación ávida de sorpresas?

Las supuestas “revelaciones” del video incluyen pequeñas pistas de ingenio que muchos de los esforzados “investigadores” espontáneos del mundo 2.0 han disfrutado en descifrar: la máscara que lleva el misterioso personaje corresponde a la de un médico medieval y de hecho, era el símbolo de los que atendían a pacientes de la plaga. Además, el hombre muestra en su mano abierta un foco de luz intermitente con lo que parece ser un código que aún no ha podido descifrarse pero que guarda cierto ritmo. Se ha insistido en que el lugar abandonado no sólo es parte de un escenario construido ex profeso, sino que se encuentra plagado de sugerentes evidencias que el video es algo más que una curiosidad internauta. Por ahora, una multitud de entusiastas ha logrado descifrar lo que son pistas mezcladas con las imágenes más evidentes (espectrogramas muestran rostros en la pista sonora, además de todo tipo de palabras y frases amenazantes). El debate parece aumentar con las horas: mientras algunos aseguran que se trata de una obra artística, otros insisten que hay algo definitivamente inquietante en la serie de símbolos utilizados dentro del corto metraje. Lo más escépticos insisten que podría tratarse de una obra viral e incluso, una campaña basada en el más reciente libro del autor Dan Brown “Inferno”, que incluye una escena idéntica al vídeo.
Cualquiera sea la explicación, hay algo muy claro: Internet es el lugar ideal para potenciar, acentuar y difundir mitos urbanos. Tanto, que se ha convertido en una caja de resonancia para crear verdaderos fenómenos de difusión impensables en otra época. Desde los conocidos rumores que viajan de la red social a las aplicaciones de mensajería instantánea — de dudosa credibilidad pero dados por cierto por el mero hecho de existir — hasta los Hoax de inmediato alcance mundial, la verdad virtual parece ser tan poco consistente como peligrosa. Una ilusión sobre el misterio y lo verídico que parece no sólo bordear el absurdo sino tener su propio lugar de la cultura popular. Incluso, existe un término para describirlo: creepypasta, el juego de palabras que define ese copy-paste (ese copiar y pegar sucesivo que hace que una información falsa se convierta rápidamente en un fenómeno de masas) pero además, insistiendo en ese elemento siniestro el copy por creepy. La cultura de lo inmediato y lo amenazante vía web.

No se trata de un fenómeno aislado o minoritario: la difusión de información no verificada a través de Internet es quizás el entretenimiento — y negocio, por supuesto — más difundido en una plataforma donde el anonimato y lo inexacto es parte de la comprensión del mensaje que se envía. Ocurre con tanta frecuencia que poco a poco, la idea de los misterios y leyendas urbanas nacidos y difundidos exclusivamente para — y por — internet se han convertido en un elemento cultural por derecho propio. Una interpretación sobre la realidad inmediata que sostiene sobre la noción de la verdad como parte de la accesibilidad de medios y facilidad de acceso y sobre todo, de la creación de un entorno propio donde pueda prosperar. Y es que dentro de la web, todo parece ser real hasta que pueda probarse lo contrario, como si lo verídico debiera enfrentarse directamente a esa percepción sobre lo probable. Una perspectiva cuando menos preocupante.
¿Y cuáles podrían ser las leyendas urbanas más populares dentro de la web? En un medio de infinitas posibilidades, la respuesta no es sencilla. Y sin embargo, podríamos decir que quizás las siguientes:


* Slender Man:

Heredero directo de la mitología del Found-footage audiovisual y quizás, la leyenda urbana más célebre de la actualidad vía web, Slender man es una combinación de cuento de terror clásico con una serie de visiones sobre el miedo urbano que ha revolucionado lo que hasta entonces, había sido el Fan-Fiction tradicional. El personaje nació como una obra monitoria en los foros de Something Awful, de manos del dibujante Eric Knudsen (aka Victor Surge) y desde entonces se ha convertido en una obra de culto para una considerable parte del público internauta. Y es que el fenómeno parece alimentarse así mismo: de los originales bocetos de autor (que muestra a Slender Man como una criatura sobrenatural fantasmagóricamente alta y delgada, vestido con traje y con un rostro pálido y sin rasgos) la figura se ha convertido en material habitual — y viral — de ilustraciones, cortometrajes, webseries y videos virales sin otra pretensión que aterrorizar.

“La naturaleza de Slender Man es tan difusa porque no hay ningún think tank de gente pensando qué características oficiales tiene. Los contenidos relacionados con él se generan de forma aleatoria. Nosotros mismos nos inventamos su origen en Croatian Files para adaptarlo a nuestra conveniencia. Ni siquiera sabemos cuál es el origen aceptado oficialmente para la criatura”, comenta Juanja Torres, coautor junto a Miguel Ortiz de la más destacada webserie creepypasta en español, Croatian Files. En otras palabras: el fenómeno se creó así mismo y se sustenta en el misterio — sin origen y a través de medios difusos — para alimentar justamente esa noción acerca de lo sobrenatural.

Lo demás es historia: en la actualidad “Slender Man” se ha convertido en un fenómeno de masas con millones de seguidores en numerosas comunidades internautas. Desde películas autofinanciadas hasta juegos de video, Slender Man es un símbolo del poder de Internet para construir mitos propios. No obstante, la repercusión del personaje no parece limitarse exclusivamente al mundo virtual ni ser del todo inofensiva. En mayor del año pasado, dos niñas de doce en Wisconsin (EEUU) fueron arrestadas por herir con 19 puñaladas a una compañera de clase. En sus declaraciones a la policía, las niñas insistieron que intentaron asesinar a su amiga para transformarse en “secuaces de Slender”, en referencia al lóbrego mundo del personaje. Unos meses más tarde, una niña de trece años intentó apuñalar a su madre con el rostro cubierto con una máscara y llamándose así misma “pupila de Slender man”. En septiembre, las autoridades de Florida detuvieron a una niña de catorce años que intentó incendiar casa, en la que había encerrado a su hermano de nueve años. Durante la investigación, se descubrió abundante información sobre Slender Man (personaje y mito urbano) en el portátil de la adolescente.

¿Se trata de una forma de histeria colectiva o simples casualidades? Lo cierto es que Slender Man, como figura retórica o simplemente símbolo de ciertos temores subyacentes contemporáneos, continúa siendo una metáfora de esa fértil capacidad de la web para crear sus propios horrores.


* Polybius:

Se trata quizás de una de las leyendas urbanas más antiguas de Internet y forma parte de esa noción paranoica, sobre el poder y su intervención en la cultura popular. El mito insiste que en el año 1981, se popularizó un juego de video llamado Polybius. Según la información que puede encontrarse en diversos sitios web, el videojuego había sido desarrollado por la firma inneslöschen (que se traduce del alemán “pérdida de los sentidos”), la cual se insiste era una rama secreta del Gobierno de los Estados Unidos y más específicamente una dependencia de internet. El juego, en general, era bastante sencillo: Se trataba de la visual de una nave que disparaba, en rápida sucesión a una serie de enemigos. A diferencia de muchos juegos semejantes, en Polybius el jugador se mantenía en un lugar fijo, mientras la pantalla simulada giraba rápidamente en torno a los objetivos. Además, Polybius tenía una gráfica brillante y con variados efectos luminosos.

La leyenda Urbana asegura que sin embargo, lo realmente inquietante en Polybius no era su rudimentaria interfaz, sino las alucinaciones auditivas y visuales que provocaba. Se habla el juego producía cuadros severos de epilepsia, pesadillas e incluso lapsus de memoria temporales. Incluso hay quien dice que las luces estroboscópicas del juego enviaban mensajes en clave que incitaban a la resignación, el no cuestionamiento de la autoridad.

La leyenda persistió durante buena parte de la década de los ochenta y llegó a incluso considerarse por cierta por algunos años. No obstante, la leyenda urbana parece haber surgido cuando se lanzó Tempest, un juego de arcade muy semejante al que describe la leyenda.

* John Titor:

Aunque nadie parece saber muy bien su origen o procedencia, John Titor se convirtió en un personaje habitual en los foros de internet durante la primera década del milenio. El usuario, que nunca se identificó más allá del alias y mantuvo en un escrupuloso anonimato su verdadera identidad — de tenerla — aseguraba ser un viajero del tiempo del año 2036. A través de sus mensajes — muy elaborados y en ocasiones plagados de datos técnicos — John realizó cientos de profecías sobre el futuro distante de EEUU, con una connotación claramente apocalíptica. Según Titor, para el año 2004, Norteamérica sufriría una guerra civil y poco después se desencadenaría una guerra nuclear devastadora, cuya principal víctima sería territorio soviético.

Por supuesto, se trata de una historia muy sugerente como para que la fértil imaginación internauta la ignorara. Desde la publicación del primer mensaje el 2 de noviembre del año 2000 en los foros de discusión del Time Travel Institute — donde Titor daba la descripción de una máquina del tiempo en apariencia funcional — hasta su sorprendente declaración insistiendo se trataba de un viajero del tiempo, Titor logró capturar la atención de buena parte de los usuarios de foros célebre como Art Bell. Por casi tres años, Titor debatió con el resto de los usuarios, identificándose como un soldado estadounidense del año 2036, cuya misión era conseguir una computadora IBM 5100, y editar un error crítico en programación que denomino “timeout” UNIX 2038, sin explicar el motivo por el cual algo semejante había provocado su aventura a través del tiempo.

Finalmente, en el año 2001 Titor anunció que regresaría a su mundo. Para entonces, sus crípticos y en la mayoría de las veces erróneas profecías, se habían hecho muy populares en el mundo virtual y fuera de él: había cientos de blogs, foros y páginas web en general que debatían sobre la realidad de las ideas expresadas por el misterioso personaje. Para cuando Titor dejó de formar parte de buena parte de los foros donde participaba, su leyenda urbana era lo suficientemente sólida como para pasar a engrosar la creciente lista de “fenómenos inexplicables” vía web. Eso, a pesar que dos años más tarde, el alemán Johann Meier, declaró que era el autor de una novela de ficción en 1986, titulada “T1-Thor: Cronogea y los 4 Engranes del Tiempo” cuya copia original había sido robada en una casa de verano en California. Según Meier, el manuscrito había sido luego difundido como la historia de John Titor.

Blindmaiden:

De reciente cosecha, los sitios web terroríficos — o hechizados — parecen ser la más reciente encarnación del antiguo fenómeno de objetos aterradores. Una de las más llamativas es la supuesta existencia de la página web “Blindmaiden”, que no sólo parece ser un “portal” hacia un tipo de horror difícil de imaginar. Según el mito, a la página sólo es posible acceder si te encuentras a solas, a la medianoche de un día sin Luna y sin ningún tipo de objeto religioso a tu alrededor.

Nadie parece saber muy bien de qué se trata “El horror absoluto” a la que hace referencia la leyenda urbana, pero según varias versiones, se trata de una serie de imágenes de asesinatos especialmente sangrientas, que aseguran “aterrorizar” al visitante. No obstante, se insiste que además, la página te ofrece la posibilidad de “participar activamente en la experiencia”, lo que al parecer se traduce en una especie de “recorrido” por el verdadero “terror” que esconde la página. Si aceptas la sugerencia, la página te mostrará un recorrido visual por habitaciones que de pronto, terminan siendo muy semejantes a las de la casa del usuario, que finalmente descubrirá es parte de un macabro juego que culminará con su asesinato.

Claro está, no existe registro alguno o fecha de publicación de una página semejante en internet, aunque hay versiones de una página original que desapareció de los servidores de la web aproximadamente en el año 2005. Más allá de eso, la leyenda parece basarse en intercambio de información de dudosa procedencia y por supuesto, de los rumores alentados por la mitología que se construye a través de la web y youtube. Más allá de eso, Blindmaiden parece ser un recorrido por toda una nueva forma de comprender el terror y la manera en que lo comprendemos.

Con toda probabilidad, Internet ha sido la forma de difusión de información y cultura más significativa en la historia, después de la imprenta de Gutenberg. Por ese motivo, no debe sorprender que también sea el vehículo para la creación y análisis de esa otra visión de la mente humana: la que está obsesionada con sus terrores y la oscuridad aparente de su propia imaginación.

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