domingo, 24 de marzo de 2013

Del Simbolo a la creencia: La Simbologia de la Luna en diferentes culturas.






La mitología que rodea a la Luna es tan antigua como intrigante: prácticamente no existe cultura o creencia que en algún momento, no haya adorado o mitificado a la célebre Dama nocturna. Por supuesto, en las creencias donde la figura femenina es parte importante,  existe una gran variedad de leyendas e historias relacionadas con la Luna, algunas de las cuales tienen su origen en mitos e historias mucho más antiguos. Muchas veces, son simples apreciaciones exageradas, en otras ocasiones se encuentran vinculadas a una percepción de lo desconocido muy primitiva y esencial. Todas sin embargo, ensalzan la importancia de nuestro vinculo con la Luna, el símbolo de la Gran Madre Secreta en numerosas creencias paganas.


Del velo del misterio al Sueño nocturno. 

Al investigar un poco sobre los orígenes de la adoración a la luna, sorprende un poco encontrar que no es una visión nueva, sino que de hecho, forma parte de un grupo de creencias ancestrales más o menos rastreables a través del tiempo hasta sus orígenes más remotos. Entre los mitos más antiguas se encuentran, de  hecho, los de Israel y Babilonia, que por mucho tiempo profesaron adoración a a Luna como símbolo femenino e incluso, como representación celeste del misterio y el enigma. Por supuesto, la costumbre era foránea - al menos en el caso Israelita, que ya por entonces daba sus primeros pasos hacia el monoteismo -  y tal vez heredadas de culturas mucho más antiguas. No en vano El profeta Jeremías predicaba en contra de la adoración a Luna que los antiguos hebreos habían copiado de los fenicios y los babilonios: "Observan lo que hacen en las ciudades de Judea y en las calles de Jerusalén. Los niños recogen la Leña, los padres encienden el fuego y las mujeres hacen los bizcochos para la reina del cielo". Esta reina del cielo a la que se refería Jeremías era probablemente Ashtoreth, la Diosa de la fertilidad y de la Luna entre los fenicios, más tarde identificada como Isthar en Babilonia.

Con el correr de los siglos, sin embargo, la creencia en la Diosa que la Luna representaba perduró en el tiempo, a pesar de contradecir la mayoría de los cultos Patriarcales y monoteístas que comenzaron a prosperar en diferentes culturas. Por ejemplo: Jericó, la famosa ciudad Bíblica cuyas paredes fueron destruidas  por el mítico Josué y los israelitas, estaba dedicada a la Diosa Lunar Jerah a quien también se le ofrecían bizcochos y otras delicadezas. Muy probablemente, la leyenda entera tenga algo de simbólico, de esa lucha ancestral que comenzó a sucederse en las tribus entre las deidades femeninas y masculinas. Resulta curioso encontrar numerosas referencias a la "Diosa ímpia" representada en ocasiones por mujeres poderosas y crueles y a la vez, por la Luna, siempre considerada un simbolo auspicioso entre las sociedades más primitivas del medio Oriente y otras regiones meridionales asiáticas.


De la costumbre al mito: La visión de la tierra y el tiempo. 

No obstante, la creencia en la Luna - como metáfora y símbolo de la Diosa Madre primigenia - no se limita a una contradicción de la idea con su contraparte masculina.  Existe una clara preeminencia de la figura femenina en culturas donde lo sagrado por mucho tiempo fue considerada un concepto más relacionado con  creacionismo que con el Mecanicismo  La Diosa era la madre, amante y cruel, que daba la vida y otorgaba la muerte. Y tal vez, esa metáfora del poder divino y también terrenal se tradujo en la insistencia de tribus y otros conglomerados culturales en jerarquizar la linea matrilineal sobre la patriarcal al momento de nombrar heredero real. También sorprende, que la mayoría de las festividades relacionadas con rituales de poder, tenían una estrecha relación con el ciclo lunar. ¿Una manera de venerar a la Diosa sin nombre o reconocer su existencia de manera tácita?

La costumbre de ofrecerles bizcochos a las Diosas Lunares - que aun conserva buena parte de la Tradición mágica Europea y oriental - también se practicaba en Egipto, la China y la India. Esta costumbre persistía aun en Lanchashire, Inglaterra en el siglo XVIII. Y se cree que los panecitos de frutas con cruces de azúcar populares en los Estados Unidos durante la celebración de la Pascua Florida, provienen de costumbres paganas asociadas con la Luna.

En la China aun se preparaba bizcochos lunares los cuales se hornean en moldes redondos con diseños lunares en formas de crisantemos. Estos bizcochos están rellenos con maíz, nueces, almendras, pedacitos de albaricoque secos y pasas. Se preparan durante el festival de la Luna en la mitad de agosto que es la época de la vendimia en la China. Estas ofrendas lunares se hacen para obtener de ella el don de la fertilidad y de la vida y ayuda durante las cosechas.

En el Japón, la Luna de la cosecha se conoce como la Luna del Boniato o patata dulce. En esa noche, que tiene lugar en el octavo mes del calendario japonés, se acostumbraba poner ofrendas de la planta conocida como susuki en los balcones de las casas para asegurar una buena cosecha. El Susuki se usa porque se parece a la raíz del arroz. Los japoneses acostumbran observar a la Luna en determinadas fechas. Observar a la Luna se conoce como Tsukimi y la fecha ideal es la noche de Luna llena de la cosecha, llamada Jogoya.

Un pensamiento intrigante, ese de analizar la simbología de la Luna más allá de su mera idea romántica y tratando de encontrar sus raíces históricas. No deja de preguntarse el curioso, el que investiga por mera y pura curiosidad - como una servidora - hasta donde llega esta influencia secreta, sutil pero evidente de la Diosa, esa figura femenina ambigua, mortal y amante, que forma parte de la mayoría de las creencias actuales. Una idea para analizar, y quizá para debatir, en esa región abstracta de nuestra mente que con tanta ingenuidad llamamos convicción.

C'est la vie.

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