sábado, 16 de marzo de 2013

Brujeando en domingo: El incienso de la Diosa. Entre recuerdos y magia pura.







En silencio, mezclo los ingredientes como recuerdo lo hacia mi abuela. Nunca he sido especialmente hábil en estas cosas, me digo sonriendo, mientras la masa se hace homogénea y un olor penetrante llena la habitación. Me lleva un considerable esfuerzo lograr que la combinación de frutas y especias tome la consistencia que según el libro de las Sombras de mi abuela debería tener y de hecho, no lo consigo del todo. Pero aún así, me siento satisfecha. Desde hacia varios días, me he dedicado a preparar lo necesario para llevar una gran celebración de Equinoccio. Tal vez se deba a que no ha sido un mes especialmente sencillo - ha tenido sus altas y bajas, sus extraños momentos de locura - o que simplemente, la celebración del eterno renacimiento siempre me ha hecho feliz.   Me llevo la taza a la nariz y cierro los ojos:  el olor que recuerdo de mi infancia parece elevarse y envolverme, llenar la habitación y cada rincón de mi mente.  Como buena bruja que era, mi abuela siempre dedicó buena parte de su tiempo a esa magia sutil que siempre trae consigo elaborar sus propias herramientas, ese poder de lo puramente artesanal. Y es que antiguamente, las brujas confeccionaban los inciensos y otros productos aromáticos que utilizarían durante la celebraciones y rituales que se llevaban a cabo durante el calendario solar y lunar del año. Era parte de la tradición, reunirse en la cocina y reír juntas, mientras cortaban, machaban y anudaban todos esos pequeños objetos que parecían impregnarse de las risas, la alegría y el amor que suponía aquel ritual tan familiar y cálido,. Se usaban recetas sencillas y sobre todo, destinadas a crear elaboraciones perdurables y que pudieran ser conservadas de un momento estacional a otro. Una de estas recetas es la del incienso para las celebraciones solares.

Para su realización necesitaremos:

3 Partes de Gomorresina de incienso.
1 parte de bayas secas de enebro.
1/2 Partes de bayas de Muérdago.
5 Gotas de aceite enebro.
1/2 Parte de pieles de naranjas secas.
9 Gotas de aceite de Laurel.
1/4 Parte de clavo entero.
1/4 parte de anís estrellado.
5 gotas de aceite de canela.
5 gotas de aceite de Pino.
1 parte de mondas secas de naranjas
1 parte de resina de Mirra
2 partes de Resina de pino
1 parte de una mezcla de vino, miel y aceite de Oliva, que se mezclará para obtener un infusión firme.

Muele todos los ingredientes secos cuidadosamente, de tal manera que puedan ser combinados en una mezcla firme y homogénea  obteniendo así un polvo fino. Toma los aceites y mezclalos en porciones equilibradas en un bol de cristal o vidrio. Procura que no se produzcan grumos o acumulaciones de uno solo de los ingredientes liquidos. Deja reposar ambas composiciones por separado durante uno o dos días. Después, combina el fino polvo en que convirtió los ingredientes secos juntos con los aceites y componga una mezcla de contextura firme. Se recomienda para el proceso utilizar cubiertos de madera, para conservar así la integridad de los olores de los ingredientes utilizados.

Por último, añada al resultado la infusión de vino, miel y aceite de oliva. Obtendrá como resultado una mezcla consistente de olor penetrante. Envuelvela en papel encerado o aluminio y dejala reposar durante todo un ciclo lunar, o en su defecto, tres semanas, en un lugar oscuro y seco. Finalmente, córtalas en pequeñas rodajas que podrá encender sobre carbón vegetal o cualquier base oleósa orgánica que le permita el encendido del incienso que ha llevado a cabo.

La invocación del incienso:

Sí deseas consagrar el incienso a su propia energía, toma las rodajas compuestas y colocalas sobre un plato blanco. La noche de Luna llena, déjalas junto a una ventana, donde la luz del plenilunio pueda bañarlas e invoque de la siguiente manera:

" Que el aliento de la Diosa secreta
Purifique
consagre y llene de fuerza este incienso
que utilizaré para celebrar la convicción
con que enarbolo mis creencias
Así sea"

Por último, enciende una vela blanca y coloque el plato a su lado. Deje que la vela se consuma. Cuando retire las rodajas de incienso invoque:

"Crea poder en mí
Crea fuerza en mí"

Para conservar mejor el incienso, envuelva las rodajas en trozos de tela gruesa.

Cuando termino de envolver el último trozo de incienso en un trozo de tela del color de la tierra fértil, siento paz. Esa paz de las pequeñas cosas que forman parte de tu mente y tu manera de ver la vida, el poder de crear y confiar.

C'est la vie.

0 comentarios:

Publicar un comentario