jueves, 3 de junio de 2010

La normalidad o la danza de las cosas cotidianas


Lo acepto, muchas veces soy un poco ingenua con respecto a mi opinión sobre el mundo y su manera de estructurarse. Pero creo que el hecho que espere de quienes me rodean algo mejor y más contundente que la simpleza de pensamiento que al parecer es moneda común en estos días, no es ingenuidad realmente. Es un tipo de esperanza muy concreta. Un anhelo intelectual diría yo.

Habitualmente, el mundo blanco y negro de la sociedad occidental, deja al margen cosas tan sencillas pero completamente humanas como la vejez, la muerte, el cansancio, la imperfección fisica, el mal humor mañanero, lo corriente y lo vulgar. Es triste pensar que la forma de integrarte a una idea general y social, implieque renunciar a esas caracteristicas tan humanas, pertenecientes a esa cuarta dimensión del pensamiento que muchos se niegan a admitir que existe. ¿No es igual de sagrado un día gris y sin ningun tipo de interés que otro luminoso y espléndido? ¿No es igual de importante los placeres simples como beber un vaso de agua que grandes épicas personales? Es triste, que el mundo se nutra de una amplia fantasia venial, basado en una idea faustuosidad y perfección. No Somos perfectos y creo que la gran mayoría de nosotros no queremos serlo! Yo soy feliz simplemente en esta particular sensación de encontrarme viva, de disfrutar de mi tristezas tanto como de mis satisfacciones, de esos momentos corrientes como de los elevados y finiseculares. La vida es más que un esquema formulado a base de arqueotipos. Es caos, desorden, crudeza, fuerza, pasión e intensidad.

El mundo, sí, tan vivo, como nuestra capacidad para disfrutarlo y vincularnos a su idea más esencial.

2 comentarios:

Adriana C Lopez dijo...

Esta es una publicación para guardarla y leerla por lo menos una vez a la semana.

soy ahora asidua a tu blog jajaja

Miss B dijo...

ajajaj Pues muchas gracias Villana mia, por leer mis locuras. Un besooote!

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