miércoles, 17 de abril de 2013

En busca de la paz: ¿Como podemos construirla en Venezuela?





Desde anoche, no he dejado de pensar en la palabra paz. Obviamente, en medio de la situación que estamos atravesando, el concepto de pronto te parece necesario, imprescindible. Pero cuando lo analizas, cuando realmente necesitas comprender sobre que tipo de paz hablamos, la cosa no se hace tan sencilla como esperabas en un principio. Porque la paz que creo todos buscamos es razonable, es necesaria y sobre todo es equitativa.

Por supuesto, no hablo de la Pax Romana, que aparentemente es la que desean imponer el Señor Nicolás Maduro y los funcionarios de gobierno: la paz a la fuerza, la paz donde se criminaliza el disenso, la paz donde se calla al que no tiene el poder por medio de maniobras legales. La paz legislada. Tampoco deseo la Paz de los sepulcros, por supuesto. La paz del miedo, la paz de quien no se atreve a expresar su opinión por el temor a la agresión, a la violencia, a la muerte. Muchísimo menos quiero la paz resignada, la paz de quién no desea intervenir en la compleja situación que vive y que tampoco tiene medios para cambiarla. La paz que yo deseo es la que me permita comprenderme como ciudadano, la que nace del respeto hacia mis derechos legales, la que aspiro como parte de una nación a la que amo y respeto. Esa es la Paz que necesito, esa es la paz que decidí construir.

Porque esa es la decisión que tomé luego de toda una noche de reflexiones. Y que duro puede ser el insomnio, mientras escuchas cohetones, ollas sonar, gritos e insultos desde la calle. Que inquietante puede ser analizar a tu país como una consecuencia ideologica, más que como un conjunto de ideas. Que complicado es reflexionar cuando sientes miedo y furia. Pero decidí hacerlo, porque la paz que necesito no se construye con odio - que contrasentido la sola posibilidad - sino ejercitando mi capacidad de comprenderme, más allá de toda esta furia y desconcierto. Que complicado es eso, sobre todo ahora, donde la Paz parece un concepto sujeto a una diatriba política, al poder del más fuerte. Y es que la Paz no se decreta, no se impone ni se obliga. La paz se comprende, se fomenta, se construye, se disfruta.

Mi amigo F. es un chavista convencido. También es un hombre muy educado e instruido que voto por el candidado de su preferencia. El domingo tuvimos una conversación interesante sobre el posible resultado de las elecciones,  y lo que podría significar un estrecho margen. Siempre que ocurren uno de estos enfrentamientos nacionales, tenemos esas conversaciones que van desde la convicción personal hasta el análisis del país que vivimos en una sola conversación.

- Es preocupante que la ventaja de uno de los candidatos esté por debajo del 5% con respecto al otro - dijo. Eran las 4 de la tarde de la jornada electoral y aunque habñia todavía había una gran afluencia de electores a las mesas, ya algunos rumores sobre el resultado comenzaban a circular  - sobre todo porque la gobernabilidad se tambalea con un piso de popularidad tan endeble.
- De manera que solo hablamos de popularidad  - le pregunté.
- Si y no. Un presidente recién elector es una incognita y una promesa. El electorado le está dando la oportunidad de construir una política nueva sobre lo que no funcionó sobre el pasado.
- No tuvimos un presidente nuevo en catorce años, recuerdalo.

F. se echó a reír  Siempre encaja con bastante deportividad mis criticas sobre la presidencia de Hugo Chavez, un hombre a quien respeta y sigue queriendo, a pesar de que reconoce sus errores y el hecho que su legado político podría resquebrajarse. F. se encoje de hombros y me sirve un poco de café.

- Chavez siempre supo reinventarse. Era un político audaz que siempre se presentó nuevo y fresco. Incluso cuando estuvo enfermo y con un gobierno de catorce años a cuestas, convenció al electorado que su propuesta era novedosa.
- Maduro no puede.
- No sabe como hacerlo. Y ese es el problema de esa mínima diferencia. Le será dificilisimo gobernar con una oposición que lo detesta y un electorado que le exige soluciones a los problemas inmediatos. La paz política en esas condiciones será muy complicada de lograr.
- ¿Existe la Paz política?
- Solo es una ilusión legal. En la política se busca dialogo, pero en nuestro caso, debido a lo radicalizados que estamos, se busca es que la mayoría siempre tenga derecho a voz en contra de la minoría.
- Eso te parece justo?
- Es la realidad.
- Entonces no te lo parece.
- En la política nada es justo. Es político.

Un concepto extraño, que me llevo unos minutos aceptar. Suspiré, confusa.

- De manera que la paz es social ¿Eso me dices?
- Esa es la realidad.

Pensé mucho en esa conversación anoche. Porque mientras el país se debate en tensión, mientras los enfrentamientos ocurren cada vez con mayor frecuencia y el temor parece llenar al ciudadano común, el país necesita encontrar un punto de unión que resuma todas las ideas que conforman su ideario para comprenderse así mismo, para analizarse bajo una optica viable que permita la convivencia. Porque esa Paz que aspiramos, esa idea que invocamos sin comprenderla muy bien, es la necesidad de crear y construir un concepto sobre nuestra forma de lidiar con lo diferente, con lo que no comprendemos, con lo que es frontalmente opuesto a lo que creemos por principio. Una idea que lleva esfuerzos conjugar pero que creo posible, creo real y más aún, creo necesaria.

¿Que necesitamos para construir la paz? Todavía no tengo la pregunta, pero cuestionarme la idea, es ya de por si, un paso hacia esa esperanza. O al menos eso creo.

C'est la vie.

1 comentarios:

@hivanhd dijo...

¿Cómo lograr paz y tranquilidad en este momento? Con mediación internacional, no veo otra forma. El ejemplo de Chávez mediando entre las FARC y el gobierno de Álvaro Uribe en 2007, debería servir de guía para los seguidores de Chávez/Maduro. ¿Porqué interviene Chávez? Porque entre el gobierno de Uribe y las FARC, no hubo acuerdo posible. Eso nos está pasando justo hoy. La actuación de Diosdado Cabello ayer en la AN, indica que no hay posibilidad de diálogo. En esto me baso para mi opinión. Saludos.

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