lunes, 15 de abril de 2013

Construyendo la Venezuela posible: Las cinco razones por las que creo que la oposición triunfó.





En este artículo no hablaré del posible - y aún por comprobar, acta en mano - fraude que se cometió contra el electorado Venezolano. Tampoco será para quejarme o lamentarme del resultado electoral o como ocurrió. Decidí escribir este apresurado análisis, porque en lo personal, considero que la oposición triunfó.

Seguramente, usted querido lector, de este su blog de confianza, no estará de acuerdo. Hoy es un día de emociones encontradas, y también un día de angustia y desconcierto. O si usted es oficialista - gracias por visitar este, su blog de confianza - le parecerá quizás que 200 mil votos es suficiente para cumplir el objetivo: ganar. A ambos les digo: ganar no siempre es un hecho concreto, es una multitud de consecuencias. Y en nuestro país, luego de catorce largos años de diatriba política, algo ocurrió. Algo sorprendente y que en lo particular me hace comprender a Venezuela de manera distintas.

¿A que me refiero? Lo resumiré en cinco ideas simples:

* En 10 días, la oposición logró convencer a un importante número de votantes oficialistas sobre un dicurso de unión:

Durante diez años, el chavismo ha basado su discurso en la confrontación. Aprovechándose de la grieta histórica de las enormes diferencias sociales en nuestro país, el difunto Presidente Hugo Chavez, propugno una paradójica política de inclusión de mayorías tradicionalmente marginales, a la vez que ignoraba y menospreciaba la existencia del contrario. En otras palabras, el difunto Presidente creó un nuevo tipo de excluido: El que piensa de manera distinta al discurso oficial. Chavez jamás disimuló que gobernaba en pro y en favor de sus seguidores, jamás disimuló ni un poco el radicalismo de su discurso y su ideología.

El resultado de ayer, demuestra que existe un elector oficialista que está cansado de esta visión cortoplacista y sectaria del país: Alrededor de 700 mil votantes oficialistas brindaron un voto de confianza al discurso de reconciliación del candidato opositor, lo cual demuestra que el discurso oficial de pugnacidad y violencia está perdiendo vigencia. Un triunfo social apreciable dentro de un país tan polarizado como el nuestro.

* La oposición comprendió sus fallas organizativas y se restructuró en una base política funcional, orgánica y efectiva:

Una de las cosas que más me sorprendieron del día de ayer, fue la capacidad de movilización de lideres espontáneos que decidieron, bajo cuenta y riesgo propio, colaborar con la jornada electoral de manera activa. El ciudadano común se comprometió con la contienda electoral y fue sorprendente, la manera como esta cuota de participación y trabajo continuo, logró entusiasmar incluso al votante más recalcitrante. También, considero un triunfo importante la tarjeta única. Debo admitir, que tuve muchas dudas sobre esta modalidad electoral, pero analizando el resultado fue un importante paso para asegurar la unidad y sobre todo, la conciencia de integración del discurso opositor.

* La oposición dejó de ser descontento genérico:

Por catorce años, el opositor se enfrentó a un panorama complicado: tenía mucho por lo cual quejarse, pero ningún objetivo. Y elección tras elección, votó por el candidato ocasional para intentar enfrentarse a un líder carismático como Chavez. No obstante, la oposición aprendió de sus errores y finalmente, logró un gran paso que hace una década, parecía imposible: construir un discurso político viable, basado en la únidad, política públicas claras y la inclusión de mayorías y minorías dentro de una visión de país conjunta. Además, el sector opositor aprendió la importancia de tener un líder representativo, capaz de conectarse con el electorado y representar la inquietud de una manera directa. En otras palabras, construimos un discurso político consecuente.

* La diferencia mínima mina el liderazgo de Nicolas Maduro:

Chavez siempre fue un fenómeno de masas. Nunca le apoyé pero siempre me sorprendió su habilidad política, su inteligencia comunicacional y sobre todo su sagacidad para comprender el momento histórico que vivía y moverse en consecuencia. Al contraste, Nicolás Maduro es un hombre discreto, con poco o ningún conocimiento de un discurso político eficaz y que en mi personal opinión, fue superado por la circunstancia coyuntural que está protagonizando. En otras palabras, el recién elegido Presidente Maduro dificilmente puede representar a un chavismo radical, ideologicamente convencido y mucho menos al más flexible, compuesto por ciudadanos de a pie en busca de soluciones concretas a sus requerimientos diarios. Como presidente de un país dividido, en confrontación y con graves problemas estructurales, Maduro necesitaría un discurso lo suficientemente inteligente que abarcara no solo a sus propios seguidores, sino a la mitad del país que le adversa para sostenerse en precario equilibrio. Cosa que a juzgar por su discurso de la noche anterior, el flamante presidente no ha comprendido aún.


* Venezuela quiere paz:

¿La gran lección del resultado electoral del domingo 14 de abril? Que el discurso violento, pugnaz y peligrosamente provocador de las alturas del poder, es rechazado por una buena parte del país. El ciudadano venezolano dejó de considerarse parte de una "batalla" ideologica y empieza a cuestionarse la viabilidad de un modelo de gobierno que es incapaz de resolver los problemas básicos y mucho menos responsabilizarse por sus propios errores y corregirlos. De manera que esa erosión del electorado oficialista demuestra el hecho simple que el Venezolano necesita respuestas y sobre todo, una manera de comprenderse más allá del hecho político.

¿Estas de acuerdo conmigo? ¿Tienes otras razones? ¿Quieres contradecir las mias? Nos leemos en los comentarios!

1 comentarios:

José M. Ramírez dijo...

Te agradezco tu energía para escribir estas reflexiones, con las que coincido en gran medida, en estos momentos de tanto peso sobre nuestros hombros.

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