martes, 16 de agosto de 2016

Crónicas de la “Nerd” entusiasta: Lo bueno lo malo y lo feo de “Harry Potter and the Cursed Child”.




Hace diez años, JK Rowling cerró de manera desigual su Saga sobre el joven mago Harry Potter. El libro “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte” no sólo fue la conclusión a la larga epopeya del niño que vivió y su lucha contra el mal encarnado por Lord Voldemort, sino además, la despedida de su autora a sus personajes más queridos. Al final de un larga y dolorosa batalla en tinta y papel, el trío de héroes — convertidos en adultos y padres — se despiden del lector dejando paso a una nueva generación que anuncia que las aventuras en el mundo mágico no termina, sino quizás se transforman en algo más. Eso, a pesar de la insistencia de Rowling al anunciar que para ella, la historia de Harry Potter tenía un punto final bastante claro y ese comenzaba donde todo comenzó: en el Andén Nueve y Tres Cuartos de la Estación King Cross de Londres.

Pero Rowling fue incapaz de resistirse al influjo de su propio Universo literario: Primero a través de la página Pottermore y luego sobre las tablas del Teatro, la escritora no sólo intentó completar sino en algunos casos concluir las historias de varios de sus personajes. Durante diez años, Rowling redimensionó los límites del mundo mágico y trato de brindarle una nueva consistencia. Desde pequeñas biografías hasta complejas narraciones y descripciones sobre inéditas escuelas de magia, Rowling dejó muy claro que había mucho más que decir del Universo Potter de lo que nunca admitió y que más allá de eso, ella necesitaba contarlo.
Por ese motivo, cuando se anunció el estreno de la obra “Harry Potter and the Cursed Child” obra teatral escrita a tres manos por J. K. Rowling, Jack Thorne y John Tiffany, la noticia fue recibida con un enorme entusiasmo por los fans incondicionales de la autora. Sobre todo al conocerse la noticia que se trataba de una historia que formaría parte del llamado Canon oficial de las novelas y películas y que además ampliaría todo lo que hasta entonces conocíamos del Universo creado por Rowling. Poco a poco y a medida que se acercaba el día del estreno (el 31 de Julio del 2016, día del cumpleaños del héroe del mundo mágico) corrieron ríos de tinta sobre la trama, sus implicaciones y sobre todo, lo que tendría que contar Rowling al público devoto que creció con sus personajes y sobre todo, a toda una nueva generación que se familiarizó con el mundo mágico gracias a la exitosa franquicia cinematográfica. En paralelo se anunció la publicación del guión de la obra en formato digital y papel, que podría ser considerado como la octava parte de la Saga Original. Se trataba de todo un reto: construir toda una nueva mirada sobre una historia conocida y amada por cientos de fanáticos alrededor del mundo y añadir a eso, esa necesaria evolución que toda obra que se reinventa desea mostrar. ¿Lo lograría Rowling?

Luego de leer lo que se ha llamado “la conclusión de la Saga Potter” debo decir que como fanática de la obra pero sobre todo lectora, la historia me decepcionó tanto como para lamentar en cierta forma esta nueva adición al Universo original. No sólo se trata de una mezcla desordenada y floja de todo tipo de líneas argumentales que no encajan lo suficiente como para sostener la trama, sino además, por el hecho que la narración es tan autorreferencial y torpe que carece de verdaderos alicientes para mantener el interés. En suma, se trata de una historia superficial, que no añade ni profundiza en el universo creado por Rowling y que termina de alguna manera, volviéndose un remedo sin mayor lustre de las obras originales.
¿Cómo podría resumir los que creo son los principales errores y desaciertos de una historia sin mayor trascendencia? quizás en cinco puntos esenciales que resumen todo lo anterior:

* Una obra sin contexto:
Quizás debido al hecho que se trata de una obra de teatro, la historia entera carece de contexto. Todo es muy apresurado, en ocasiones sin sentido y recorre líneas argumentales débiles que son incapaces de sostener la narración y los constantes — y la mayoría de las veces, por completo incomprensibles — plots narrativos. En más de una ocasión, la historia roza lo incoherente y más parece un conjunto de piezas mal encajadas con un origen en común que una historia concreta.

Más allá de eso, la obra avanza de manera apresurada y llena de traspiés. No hay una línea argumental que logre completarse o mucho menos, brinde consistencia a la narración. Una y otra vez, la línea argumental decae, se hace aburrida o lo que es peor, directamente incomprensible. Como resultado, lo que sus autores intentan contarnos parece convertirse en un cúmulo de escenas sin sentido, fragmentos de información que no encajan en ninguna parte y conclusiones apresuradas sin mayor coherencia.

* Apresurada, autorreferencial y sin ninguna novedad a la vista:
Quizás el mayor problema de “Harry Potter and the Cursed Child” es su completa incapacidad para mostrar algo novedoso, a pesar de la promesa implícita que conoceríamos otra faceta del mundo mágico y sus personajes. Pero en realidad, sólo se trata de una historia que debe tanto a sus predecesoras que resulta indistinguible de cualquiera de ellas. Sin elementos novedosos, la narración se convierte en un ciclo interminable y machacón de lugares comunes y sobre todo, una revisión carente de efectividad de los libros originales. Una y otra vez, los autores parecen en exceso conscientes del peso de la mítica saga de la cual procede su obra y no dudan en rendirle homenaje en multitud de ocasiones. Pero aunque en las primeras escenas se agradece esa mirada casi nostálgica sobre las historias previas, a la larga se convierte en un peso incómodo con el que “Harry Potter and the Cursed Child” es incapaz de lidiar.

* Una historia confusa y la mayoría de las veces, contradictoria:
Todo lo anterior se traduce en una serie de rupturas en la línea argumental y narrativa que hace que la historia que se cuenta en “Harry Potter and the Cursed Child” termine por contradecirse a sí misma. Quizás se deba a que la historia carece de tono e identidad propia y debe lidiar con una fragilidad narrativa que resulta en ocasiones embarazosa. En varias de las escenas, los personajes parecen ir de un lado sin el menor sentido o congruencia. Desdibujados, la mayoría de las veces poco creíbles, frágiles en su capacidad para sostener una narración que se derrumba por momentos en un tedio casi inevitable. Como si los autores de la obra fueran incapaces de integrar por completo a la narración esa nueva perspectiva que la obra anuncia cada vez que puede pero que no llega jamás a mostrar. No hay una sola mirada sobre este nuevo recorrido por el Mundo mágico que no parezca apresurado, que contradiga parte de la historia original o que directamente se derrumbe por efecto de una inercia argumental sin mayor sustancia.

* La poca o nula evolución de los personajes:
Con la excepción de Harry Potter, personaje central de la obra junto con su familia, la historia es un calco argumental de cualquiera de los libros de Jk Rowling. No se percibe madurez, profundidad y mucho menos complejidad en los personajes que avanzan por la historia con una torpeza sorprendente. En más de una ocasión, se hace evidente la intención de los autores por mostrarnos al trío protagonista de la misma manera como los recordamos desde los libros o películas y esa intención — repetitiva y en ocasiones irritante — es justo una de las mayores debilidades de la trama. A pesar de los casi veinte años transcurridos desde que Lord Voldemort fuera derrotado, el mundo mágico parece pendular en una interpretación estática que resulta como mínimo limitante y restrictiva.

* La poca originalidad de la obra:
Quizás uno de las promesas que más expectativa levantó entre los lectores y el hipotético público de “Harry Potter and the Cursed Child” fue la de conocer el mundo mágico desde un nuevo punto de vista. Sin embargo, la obra muy pronto demuestra que no sólo no habrá grandes revelaciones sobre el Universo creado por Rowling, sino las muy pocas que existen carecen de solidez y tienen un notorio parecido con varios de los fanfic que durante años han sido debatidos en redes y foros de internet. Más preocupante aún resulta el hecho que la obra en si, no tiene elementos nuevos, originales. Tampoco hay una visión renovada del Universo Potter. Si acaso, la presentación en esbozos de un par de historias sin mayor trascendencia y una que otra mirada a lo que pudo ser un mundo más complejo y elaborado. La narración decae en giros a marchas forzadas y todo tipo de planteamientos sin mayor coherencia argumental. El resultado es una historia que avanza con dificultad sobre lo que parece ser una idea mucho más amplia sobre sí misma.

¿Conclusión? Si eres fanático del Universo Potter te agradará leer sobre lo que ocurrió con tus personajes favoritos (algunos) en una narración firmada por su autora. De resto, se trata de una experiencia decepcionante y fallida, a mitad de camino entre una obra menor de la autora y algo más parecido a un guión apresurado que a una secuela a toda ley de la obra original.

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