martes, 30 de abril de 2013

La mujer y la Iglesia: La eterna contradicción, la visión represora.






Desde hace algunas semanas, he dedicado una buena cantidad de tiempo a investigar sobre un personaje histórico, que en mi humilde opinión, ha sido menospreciado muchas veces por las crónicas oficiales: María de Nazareth, Madre de Jesús. Un olvido que me parece poco menos que escandaloso, siendo que es probablemente María, la testigo más elocuente sobre la naturaleza humana y divina de un hombre que más de 1.000 millones de personas veneran como el "Hijo de Dios". Ha sido una invesigación apasionante, que me ha demostrado que por siglos, la información sobre María se ha diluido en manipulaciones de las llamadas Santas escrituras, así como de otros documentos de carácter histórico que podían brindar una nueva visión sobre su determinante papel en la educación, vida y obra de Jesús de Nazareth. Mi investigación apenas comienza y es probable que me lleve sus buenos meses conseguir algo en claro. Por ahora, lo que sí he logrado concluir es el confuso, mezquino y en ocasiones mal interpretado papel de la mujer dentro de los Evangelios y más aún, la historia sacra que se acepta como "cierta". Otro elemento lamentable en esa visión "oficial" de lo divino, si tomamos en cuenta que las mujeres, fueron parte y fundamental del evangelio como principio de fe.

De lo femenino y la visión bíblica:

El papel de la mujer en la Iglesia, sobre todo en las sagradas escrituras, siempre ha sido controvertido. Sobre todo, por el machismo de la visión judaica y sus herededos más inmediatos, como son los primeros grupos cristianos. Los Evangelios, por supuesto, son una prueba de lo que hablo. Por años, el papel de la mujer se omitió, tal vez de manera natural al considerarsele poco significativo al momento de narrar lo acontecido durante los años de evangelización de Jesús en Galilea y zonas aledañas. Lo preocupante es que los Evangelios se presentan como documentos históricos irrebatibles. ¿Lo son realmente? hoy por hoy, existen serias dudas al respecto, basadas especificamente en la perspectiva usada por los evangelistas para transmitir el mensaje de Jesucristo: "El Evangelio es un testimonio de los creyentes. Lo que los evangelistas cuentan no es historia, sino expresión de su fe en Jesucristo", explica el prestigioso teólogo holandés Edward Schillebeck. Lo cual, cuestiona la idea que los Evangelios están basados en hechos históricos comprobables. ¿Hasta donde lo son? ¿Que ocultan la serie de omisiones y olvidos selectivos que parecen contener las Santas escritoras? Un tema apasionante, si tomamos en cuenta que son los únicos testimonios de "primera mano" sobre Jesús y su vida como predicador y posterior transformación en lider religioso. ¿Pudo el texto ser manipulado lo suficiente para solo expresar una visión de las cosas? Últimamente, el debate en relación a su autenticidad - o mejor dicho, su fidelidad a los hechos - parece sugerir que sí.

¿Cual es la imagen que nos brinda los Evangelios considerados oficiales sobre Jesús? De acuerdo con la estricta ortodoxia católica, Jesús era por completo bidimensional. Conocemos pocos detalles sobre su vida familiar, visión del mundo, opiniones más allá de la concreta perspectiva religiosa. También, hay una idea que parece debatirse con frecuencia.  Me refiero en concreto al hecho, de su relación con lo femenino, su idea, opiniones o particular visión de vista sobre las penosas condiciones de la mujer en la judea de la época.

Para la Iglesia Católica, la visión de Jesús como hombre, siempre ha sido un tema tabú que se ha mantenido al margen de cualquier discusión oficial. La doctrina más tradicional siempre ha insistido que Jesús era Divino pero también normal, lo que insinua el hecho que padecia o disfrutaba de todo lo que la naturaleza humana podría brindar. No obstante, siempre se insiste que se mantuvo puro y célibe durante toda su vida. Una vez leí que "En muchas ocasiones da la sensación incluso de que la iglesia católica cae en el docetismo (la herejía que convierte a Jesús no en un hombre real, de carne y hueso, sino en un ser que, aún teniendo apariencia humana, era en realidad "otra cosa") a la hora de "limpiar" la figura del Nazareno". Y es cierto: La idea de la figura de Jesús que transmiten los Evangelios es la de una figura que carece de cualquier rasgo humano, que solo en contadas ocasiones muestra dolor o angustia, miedo o simple confusión. ¿Tiene sentido está dualidad?

Pero...¿Como era su relación con el sexo opuesto, con la idea de lo femenino? Siendo parte de una sociedad tan represiva y dura como la judaíca, ¿Obedecía los dictamenes de una religión que obligaba a la mujer a soportar casi términos de esclavitud con relación al hombre? Leyendo algunas interesantes recopilaciones sobre costumbres de la época, no puedo menos que preguntarme ¿Podía Jesús admitir el trato denigrante, duro y sobre todo destructor de la sociedad Judia a la mujer? Su comportamiento con María Magdalena y María, la hermana de Lázaro parece sugerir que no. De hecho, hay pasajes en los Evangelios que a pesar de mostrarse como un hombre apegado a la tradicionalidad judia en algunos aspectos, también muestran a un Jesús en extremo liberal con respecto a su visión de lo femenino. Otras preguntas que no he dejado de hacerme mientras investigo y leo sobre el particular: Si nos atenemos a la más estricta ortodoxia de la Iglesia católica, Jesús era un hombre completo, de cuerpo entero y, consiguientemente, sexuado. Dios se hizo hombre, y dentro de esa condición está la sexualidad. ¿Cómo la ejerció? ¿Qué relación mantuvo con las mujeres? ¿Como fue su visión de las mujeres que le rodeaban? ¿Cual podría haber sido su opinión con respecto al amor romántica? Preguntas intrigantes que parecen sugerir otro aspecto silenciado por los evangelios durante mucho tiempo.

Habitualmente, los  más conocidos teólogos coinciden en negar - y de manera tajante -  que Jesús se hubiese casado. No obstante, los más liberales y sobre todos los que analizan el hecho sobre la idea de Jesús como parte de la sociedad Judia, se preguntan como yo, el motivo por el cual Jesús contravino lo que parece ser una sagrada admonición del Talmut.  Porque el celibato contravenía las leyes religiosas de su época. "Quien no tiene mujer es un ser sin alegría, sin bendición, sin felicidad, sin defensas contra la concupiscencia, sin paz; un hombre sin mujer no es un hombre", dice el Talmud.  Intrigante, que un hombre tan respetuoso y sobre todo, conocedor de las costumbres judias no obedeciera al dictamen más evidente, a uno de los que parecía expresar con mayor fuerza la influencia divina en la vida familiar Judaica. Y menos, si ése hombre era un rabí, un intérprete de la Ley que, por lo tanto, no podía oponerse al Talmud.

De hecho, el famoso teólogo americano John Paul Meier, sostiene la tesis y hace un interesante análisis sobre la idea:  "Jesús nunca se casó, lo cual lo convierte en un ser atípico y, por extensión, marginal en la sociedad judía convencional". En otras palabras, hay una evidente contradicción entre la imagen del Jesús respetuoso de la ley y el que se opone de manera voluntaria a una idea que funda la percepción de familia y sociedad de su cultura. Una contradicción tan enorme que no cabe menos que preguntarse si es real.


María Magdalena, el enigma:


Para tristeza de todos los fans del libro de Dan Brown, "El Código Da Vinci", no hay elementos claros que demuestren que María Magdalena fue algo más que una de las más destacadas discipulas en la vida de Jesús, hecho da por si bastante sorprendente en una sociedad como la judía. Obviamente, eso coloca en una situación muy incómoda a los exegetas que niegan de plano que Jesús y María Magdalena pudieran sostener algo más que una sólida amistad. Porque María Magdalena es, a todas luces y bajo todos los análisis, uno de los personajes históricos que más cerca estuvo de Jesús. En el grupo de mujeres que acompañaban a Jesús y a sus discípulos, ella nunca falta y sorprende, su papel protagónico, su evidente papel preponderante dentro de esa otra historia de Jesús, que parece comprenderse a medias dentro de la historia oficial. Es la primera receptora de los acontecimientos pascuales. Por eso se le suele llamar "la apóstol de los apóstoles". No obstante, la Iglesia y buena parte de los teólogos modernos insisten en negar pudo haber tenido alguna relación emocional con Jesús. De nuevo, la necesidad de despojar a Jesús de todo rasgo humano, dejarlo a solas con su divinidad.

Las discípulas de Jesús: 

Por supuesto, lo que si es muy claro y evidente en todos los textos que consulté, canónicos, oficiales y apócrifos, es que la visión de Jesús sobre la feminidad es un aspecto muy revolucionario de su doctrina. Sorprende sobre todo, que Jesús insistiera en una renovación de la idea de la mujer como "pecadora", "Débil" y "sumisa". Jesús, probablemente de manera deliberada, rompe con todas las tradiciones y tabues con respecto a la actuación y papel de la mujer en una sociedad asfixiante, donde la mujer pasaba del tutelaje del padre a la del Marido, sin disfrutar nunca de ninguna libertad personal, moral, económica o personal.

Una actitud que impresiona, incluso con las muy contadas referencias que sobrevivieron sobre la actitud de Jesús que sobrevivieron a las primeras correcciones evangélicas. En una sociedad que rezaba:  "Te doy gracias, Señor, por no haberme hecho mujer", su liberalidad mostraba un nuevo y renovado aprecio y respeto por la figura femenina. Y leyendo todos los textos que encontré sobre el tema, sobre todo el interesantisimo libro de Antonio Piñero, 'Jesús y las mujeres' me pregunto si toda esta visión firme, hermosa y sensible del sexo femenino no era parte de la educación que recibió de esa otra mujer significativa en su vida, que permanece entre las sombras, pero que sin duda tuvo la mayor influencia en su pensamiento futuro, en su manera de ver el mundo: Su Madre. En una sociedad que consideraba a la mujer inferior, donde se le obligaba a llevar la cabeza tapada para ocultar lo que pudiera ser considerado pecaminoso, que le prohibía  detenerse a  hablar con un varón, que según la ley  no podía ser testigo creíble en un juicio, no podía heredar y, en caso de que su marido muriese, pasaba a ser propiedad de su hermano, la actitud de Jesús era reivindicatoria y revolucionaria. En una sociedad donde la mujer era considerada impura por esencia y naturaleza, su punto de vista era de por si, una contradicción a la cultura en la que vivió.


En palabras de  Antonio Piñero "Jesús fue un rabino relativamente anómalo en el panorama de los maestros de la Ley del siglo I, porque tuvo un ministerio activo en el que las mujeres no sólo estaban presentes, sino que eran discípulas", en otras palabras "Jesús no quiso sacralizar la sociedad patriarcal de su época" , lo que hace que su actitud sea una muestra de igualdad esencial entre hombres y mujeres. Resulta curioso leer estas conclusiones y luego comprobar que la Iglesia Moderna parece haber heredado bien poco de esa visión abierta y sincera de su máximo lider con respecto a la mujer y sus derechos: Hoy por hoy, la mujer sigue siendo la gran olvidada de la religión católica, sin derechos para ejercer ministerios de importancia y disminuida en una especie de papel secundario, infantil, bajo el tutelaje del hombre. ¿No es una idea que contradice la actitud de Jesús, modelo y ejemplo a seguir dentro del catolicismo?


¿Qué imagen he obtenido de mis investigaciones hasta ahora? La de un Jesús que desafía de manera frontal y decidida las ideas patriarcales de una sociedad represiva y misógina. Un hombre que supo comprender la igualdad, más allá de una idea sectaria que divide al mundo entre dominantes y dominados. Un visionario capaz de comprender a la mujer y al género como parte de una idea incluyente.  Quizás, el primer libre pensador de una cultural sumamente limitada.

Muchas ideas interesantes que analizar, sobre todo hasta llegar a esa idea que pienso abordar en un futuro artículo: ¿Cuan importante fue la influencia de María sobre la educación de Jesús?

3 comentarios:

Jesús dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miss B dijo...

Hola Jesús!

Creo que estás un poco alterado y realmente no comprendo porque, pero igualmente, intentaré responderte lo mejor que pueda, para tranquilizar lo que parece te preocupa tanto.

En primer lugar, te indico: No soy católica ni cristiana, soy observadora y amante de los temas de discusión que suponen investigación histórica. De manera que, antes de escribir el artículo, me tomé la molestia de conversar con teólogos. No simplemente leer y repetir lo que encontré sobre las escrituras. Y la respuesta de la mayoría siempre fue bastante parecida: Los Textos del Evangelio fueron tomados como textos históricos por mucho tiempo, aunque actualmente, y palabras del prestigioso teólogo holandés Edward Schillebeck."El Evangelio es un testimonio de los creyentes. Lo que los evangelistas cuentan no es historia, sino expresión de su fe en Jesucristo" Lo cual me parece bastante aceptable, es lo que se puede suponer de textos inexactos que se contradicen entre sí. Por tanto, mi opinión al respecto, siendo que estás tan preocupado por dar la tuya, es que sí, estoy convencida que todos los Evangelios son textos subjetivos que retratan a Jesús según la opinión del escritor. Y en lo particular, dudo que incluso se tratara de eso. Recordemos que los Evangelios son revisiones de versiones de terceros sobre la vida de un personaje histórico que ninguno de los evangelistas, excepto Juan, conoció.

Ahora bien, el punto que toqué en el artículo, es la actitud de Jesús con respecto a la mujer, tomando en base los Evangelios. Como dije antes, no soy Cristiana, ni católica y todas mis conclusiones fueron las de una lectora que leyó los evangelios, se tomó la molestia de ir a conversar con teólogos, escribió algunos correos a profesores de distintas universidades y sacó una serie de conclusiones. Y aquí estás, estas son las conclusiones que obtuve de leer durante varias semanas material al respecto.

De manera que Jesús, si te molesta como toqué el tema, pues es comprensible, pero ni me disculparé ni muchísimo menos me preocupa si la consideras buena o mala. Fue mi conclusión y la sostendré porque es fruto, como te dije de mi detallada investigación sobre el tema.

Adrián Afonso dijo...

Te admiro Aglaia, discutir con gente que no le gusta escuchar es un acto de valentía.

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