viernes, 8 de octubre de 2010

¿Bienaventurados los frabricantes de Quesos?




Hace poco, Cinemax, en uno de sus momentos de preclara iluminación - cada vez más escasos sin duda - me ofreció la oportunidad de disfrutar de nuevo de una de mis peliculas favoritas, que lamentablemente hasta ahora no he encontrado disponible en formato de DVD. Me refiero a la pequeña epica del humor de los Monty Python, la vida de Brian, la gran obra satírica que caldeó los ánimos religiosos en una década donde la irreverencia comenzaba a tener tintes de lenguaje visceral.

La cólera de los creyentes era incontenible. La pelicula llegó a ser prohibida en comarcas escocesas muy apartadas en las que no había ni una sola sala de cine. Sin embargo solo tenían motivo para sentirse ofendidos los directamentea ludidos: los religiosos fanáticos, los escribas y fariseos de nuestro tiempo, los que no toleran las opiniones distintas y los que simplemente no estan a la altura del humor de los Monty Python. La mayoría ni siquiera había visto la pelicula.  Todavía hoy, John Cleese y Terry Gilliam insisten en que su monumental epopeya nada tiene que ver con la historia de Jesucristo. Eso sí, queda seriamente tocada su singularidad histórica como fundador de una religión. En efecto, la pelicula expone la pasión paralela de un hombre sencillo, Brian de Nazaret, nacido el mismo día, crucificado bajo el poder de Poncio Pilato, mesías por un día contra su voluntad. No cabe imaginar si quiera que habría sucedido su el revolucionario grupo cómido británico hubiese realizado su plan inicial, consistente en un recorrido alternativo de la vida de Jesús bajo el título Jesus Christ: Lust for Glory, propuesto por Eric Idle. El verdadero Jesús tiene una breve y dignisima aparición, aunque la multitud no comprende su sermón de la montaña, lo cual es sin duda uno de los momentos más hilarantes y criticos de toda la pelicula.

También Brian ( Graham Chapman ) era un incomprendido y alanza en su torpeza una grandeza trágica. Su mensaje capital "Todos sois individuos" le crean un conflicto mortal  con la despiada esperanza de salvación de su época. Ninguno de sus adeptos atiende a su invitación a "que se larguen". La comicidad del filme deriva de la enorme osadía en comprimir dos mil años de historia Universal en unos pocos personajes, todos ellos interpretados por los mismos Phyton. En el abnegado compromiso de Brian con el Frente Popular de Judea se refleja la eterna lucha contra imperialismo y a la vez, la dolorosa historia de Israel. El movimiento de resistencia contra la ocupación romana se deshace irremediablemente y su capacidad de combate se limita  a la retórica revolucionaria - ¿donde habré visto esto antes? - que no es en absoluto de menor entidad que las conocidas normas de comportamiento estudiantiles de las décadas de los 60 y 70. La permanente frustración de las expectativas con que habitualmente se abordan las pleiculas históricas, da lugar aquí a resultandos sorprendentes. El centurión romano (John Cleese, más conocido por el nuevo público por su papel en la serie de peliculas sobre Harry Potter, en donde interpreta a Nick casi decapitado ) no detiene a Brian cvuando está decorando los muros del palacio con un grafito. La historia se repite en una clase de latín, extraordinariamente dolorosa para Brian, en la que la frase "Romanos, Marchad a casa" se reduce a un problema estrictamente gramatical. Por otra parte, la dialéctica de la forma y el contenido da lugar a bromas muy logradas sobre administradores con fallos gramaticales, ex leprosos y mujeres que consiguen subrepticiamente participar en una lapidación poniéndose barbas falsas. El absurdo y hasta la monstruosidad de todo alcanzan su dimensión plena a Brian en la cruz, concretamente en forma de una canción pop: Always Look on The Brigth side of life ( ajajaja sí, para quienes se lo preguntan, tengo la canción en mi Ipod )


Contra su costumbre, estos especialistas de la escena cómica trabajaron durante mucho tiempo para dotar de unidad de contenido a su fulminante obra tardía. No obstante, el breve  intermedio de una nave espacial extraterrestre, rcordando cariñosamente los rellenos animados de Terry Gilliam, era imprescindible. El brillo óptico de la pleicula tiene su origen en los decorados de la serie de televisión Jesús de Nazareth, de 1977 ( que Rctv transmite cada semana de Pascua casi de manera tradicional ) de Franco Zefirelli, que esperaron dos años a ser reutilizados; fue una manera de resolver con elegancia los permanentes problemas financieros del grupo. Los escenarios tunecinos contribuyeron a parodiar esplendorosamente las ampulosas adaptaciones cinematográficas de la biblia. Los Python contaron también con el apoyo del ex Beatle George Harrison, quien salvó el proyecto en el último minuto creando su productora Handmade Films, porque simplemente quería ver una pelicula de Monty Python. Posteriormente, también hizo posible la realización de  Los heroes del Tiempo (1981) Y de Monty Python en Hollywood (1982) ambas de menor calidad que la primera. En la vida de Brian tiene una breve aparición interpretando a un hombre que vende el monte de los Olivos.

Una buena obra cinematografica trasciende en el tiempo. Pero estoy convencida que un buen momento de humor - inteligente, sagaz, critico - te atesora en la memoria, privilegio que solo se les concede a quienes entienden el humor como un poderoso instrumento de lenguaje. En mi opinión el Grupo Monty Python lo han logrado y por ese motivo, seguiré riendo al recordar a este mesias recalcitrante, quejumbroso y absolutamente real.

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