jueves, 8 de julio de 2010

De privados delirios conceptuales o mi soundtrack mental


Mis amigos a menudo se burlan un poco de mi obsesiva afición a la Opera, los rondos venecianos, Hisperiones del siglo XV, música medieval de óboe, Bach, Beethoven, Camile Saint-Saëns...en otras palabras, toda una mírida de variaciones músicales del tipo cultural, minoritario y carente de lo que podríamos llamar, una expresión moderna del concepto músical. Sin embargo, también tengo una profunda aficción por una pequeña selección melómana, que considero más amplia y menos esquiva que la anterior. Un juego secretos de sombras en los pasillos del Castillo de mi memoria. Aqui incluyo una lista recopilatoria de lo que podría decir es mi música contemporánea favorita.

1) Mogwai . Come On Die Young

Mi disco favorito de Mogwai. El segundo de los escoceses y quizás el más representativo, debido a que los consolidó como banda después de la impresión favorable que causó en los medios de crítica musical "Young Team".

La primera vez que lo escuché ya había oído "Young Team". Era de madrugada. Lo había recibido por correo en la mañana, pero decidí dejarlo para algún momento más propicio en que pudiera degustar cada nota como una sensación personal y beaítica. Como siempre, mi insomnio me regaló una noche inquieta y desconcertante, asi que tomé el disco Lo puse en mi discman - al escribir esto me senti subitamente vieja ajajaja - y lo escuché acostada en el suelo de mi estudio. Todo un viaje. Es una recopilación músical que te envuelve desde el inicio. Círculos de guitarra que se repiten una y otra vez casi en todas las canciones. Ambientes muy oscuros y mucho más trabajados que en el anterior. Mucha tensión, mucho ruido ambivalente y ondulante. Luego, cerca del final, una canción que por un momento me pareció lo más tranquilo que había escuchado de mogwai, se convirtió después de 5 minutos en un Hades personal. Christmas Steps. Ese bajo distorsionado y altísimo que da paso a una joya del expresionismo musical, un tratado sobre el manejo del silencio y los tiempos en la música. Definitvamente, los músicos se estaban volviendo unos maestros en la construcción de texturas y eso se demuestra a cada rato en el disco que representa el punto exacto de cocción de su estilo. Donde la mestría en el manejo de sus recursos (además de los instrumentos, infinidad de pedales de efectos y distorsión) se equilibra a la perfección con la presencia del espíritu de la banda en su forma más pura. Desde el título del disco, que engloba el espíritu del que hablo. Una frase que desde el momento se convirtió en mi frase favorita. Desde el primer track con la voz arrogante de un Iggy Pop hablando del significado del punk, que define también todo lo que es esta banda: "When I'm on the grips of it I don't feel pleasure, I don't feel pain [...] It's when you can't feel anything, and you don't want to either. Do you understand what I'm talking about, Sir?".

Sí, desde que puse "play" por primera vez, lo entiendo, Sir.




2) Radiohead . Ok Computer

Infaltable en mi pequeño soundtrack mental. Lo escuché cuando tenía 22 años y sigue transmitiéndome las mismas emociones a pesar del excepticismo con el que pretendo abordarlo ¿Cómo me va a emocionar igual que cuando tenía 22 años? Sólo voy a escuchar "Airbag", que tiene unos acordes de guitarra que podría catalogar de dolorosamente bellos. Pongo "play" y termino escuchándolo completo, a pesar que mi intención no era esa en absoluto.

Incluso "Climbing Up the Walls", de la que llegué a denostar en algún tiempo, alegando que el grito del final no era tan estremecedor como todos creían. Que las guitarras de mogwai expresan mucho más. Y el hecho es que el grito, lo quiera o no, me produce escalofríos. Un disco que estará siempre en mis recopilaciones musicales más personales - incluso, con más fuerza que Kid A - mientras la música exprese mi necesidad de comprender el mundo a través de una acustica sin sentido.

3) Mono . Walking Cloud and Deep Red Sky, Flag Fluttered and the Sun Shined

Un disco que escuché hace relativamente poco - cuatro años. Otro mundo cenital, envuelto por completo en la voz de la angustia-- Escuché "Halcyon" y me atrapó.

Durante meses llegaba a casa en la noche a escucharlo completo a oscuras, con los abiertos y ciegos. Según los propios autores es un disco inspirado en la tradición de su país natal, Japón, y de hecho, muchas de las armonías de las canciones tienen relación con las de la música tradicional japonesa, como "2 Candles 1 Wish", o el inicio de "16:12", primer track del disco.

Mono tiene una forma de aportar dramatismo a su música que los hace muy diferentes a bandas similares y anteriores, como mogwai. El disco es una película de terror japonesa, al mismo tiempo que un viaje a las provincias tradicionalistas del país. Un atardecer en la playa viendo a los pescadores caminar por la arena de regreso a casa, y un encuentro violento en las calles de Shibuya. Minimalista, violento, artístico, terrible, hermoso.


4) Sigur Ros . ()

Este disco marca un momento muy importante en mi vida. Además, cuando lo escuché no creía que una creación músical pudiera ser tan hermosa y abiertamente expresiva a la vez. Un disco donde la expresión de los sentimientos no es embarazosa, donde la naturaleza misma de la música es ese expresionismo. La única realidad. Donde la música habla por sí misma y la negación de las palabras se hace aún más manifiesta que en cualquier otro disco instrumental. La música lo es todo. La música es sentimientos, y no hay nada que temer, pues los sentimientos son bellos por primera vez. Si acaso hay un disco en el mundo que te hace una mejor persona cada vez que lo escuchas - más allá del sabor del cínismo que palpita en la sensación de la más pura incredulidad - es este.



5) Godspeed You! Black Emperor . Lift Your Skinny Fists Like Antennas to Heaven

Disco doble. Dos tracks por disco. Cada track de 25 minutos aproximadamente. Cada uno está dividido en partes que vendrían siendo las canciones. Un disco que debe ser escuchado completo de principio a fin, aunque dure 100 minutos.

La primera vez que lo escuché me sentí transportada por una profunda sensación de fascinación y desconcierto. La belleza creandose a si misma a través de la luz de las notas, y de hecho es lo que más hay en la música. Esa luz que te va guiando desde el inicio, que a veces disminuye y otras abunda, que por momentos no escuchas (¿o ves?) aunque sabes que está ahí, confías en ella y te dejas llevar por los pasajes instrumentales repletos de crescendos, paredes de sonido, ruido, saturación sonora a cada momento, alaridos de guitarras cuya naturaleza real esmotivo de especulación ya que parecen más gritos de animales o seres imaginarios que guitarras. Violín y cello al servicio de la creación de paisajes desolados. Poco antes que la irrupción de la batería militar anuncie nuevamente que se aproxima el ocaso de la luz. Y al final del viaje de dos horas imaginado por estos 9 canadienses, te das cuenta que la luz a la que te aferraste durante tanto tiempo para no caer en el vacío no era otra cosa que el silencio.


6) Tom Waits . Mule Variations

Fue el primero que escuché de Tom Waits. Es increíble el grado de expresividad artística que posee este gran músico. Conjunción de arte dramático (que se aprecia a la perfección en sus presentaciones en vivo) con literatura, música, y lo que caiga en el plato.
El disco corresponde a su título. En cada canción se percibe un registro de voz diferente. Diferentes formas de cantar, diferentes voces, diferentes formas de expresar. En ese sentido es el más variado de los discos de Tom Waits. Esto junto a esa expresividad abierta del tipo, que me atrapó desde que lo conocí. La capacidad de hablar de sí mismo y a la vez transformarlo todo en arte.. Esa unidad estética de su música, donde todo se encuentra justificado, hasta lo que parece inintencionado. Variación no sólo de registros vocales, sino también estilísticos. Baladas muy melódicas, armonías blueseras, experimentos sonoros, himnos poderosos, canciones que bien podrían considerarse punk por la actitud primero y por las letras después. Un disco autorreferencial (y se que puede resultar una perogullada decir que un disco de Waits es autorreferencial, pero este lo es aún más que otros), que se vuelve tan entrañable como su autor. Conjunción perfecta entre alma y cerebro. Entre arte y sentimiento.



7) Smashing Pumpkins . Siamese Dream

Muchos hablan de "Mellon Collie", otros prefieren "Siamese Dream", yo estoy entre los últimos. Porque es más corto. Porque es más conciso. Porque al final, después de escuchar muchas veces ambos discos, te das cuenta que "Siamese" es más sencillo a pesar de que "Mellon Collie" tiene canciones más accesibles. Pero "Siamese" sí es más sencillo, y a la vez más cercano a la perfección.

Solo es mi deficiente opinión melómana, por supuesto. El hecho es que es otro de esos discos que parece que siempre hubieran formado parte del soundtrack de mi vida. Todas las canciones son perfectas. Todas una conjunción de energía con melodías construidas excelentemente. Canciones que te hacen sentir triste y feliz a la vez, ¿qué otra cosa se puede pedir? Letras perfectas ¿Qué le puede faltar? El disco que define toda una etapa de la banda y de la música de los 90's. Cuando entre paredes de sonido y ambientes oscuros saturados de ruido, al son de una melodía proveniente de un carrito de helados, podías cantar sintiéndote inmensamente feliz: "Today is the greatest day I've ever known!" y no sospechar la presencia de un desorden bipolar de la personalidad.




8) Belle and Sebastian . The Boy with the Arab Strap

El primer disco que escuché de estos escoceses, que se llegarían a convertir en una de mis bandas favoritas. Gustándome en un grado casi enfermizo, al borde del fanatismo (en ese tiempo consumía sus discos todo el tiempo, rarezas, sencillos, cualquier cosa que encontrara). El hecho que dos bandas escocesas me gustaran tanto (mogwai era la otra).

Recuerdo que cuando oí el disco por primera vez me sorprendió por su unidad y su perfección. En la música, en el arte gráfico, en las letras. Una perfección que experimenté desde que lo vi en el estante de la tienda Esperanto, y me atrapó el verde de la portada. Entonces me di cuenta que traía "Sleep the Clock Around", que había bajado en mp3 y tiempo después sería mi favorita de la banda. Así, descubrí en el disco una perfección que va de la mano con una sencillez y la presencia de un sentido estético refinados. Algo que tiene el raro efecto de hacerte sonreír cuando menos te lo esperas, y esto ocurre desde el primer track.

Después de un tiempo te das cuenta que la perfección que percibes desde el primer acercamiento (que es prácticamente la primera vez que tienes el disco frente a ti) es el resultado del poder de la banda de jugar con tu capacidad de asombro. Regresarte casi a un estado experimentado en la niñez, cuando las cosas más sencillas ejercían un poder abrumador. Cuando eras capaz de quedar cautivado ante un sonido, una voz, una melodía, o un color verde tan maravilloso en la portada de un disco.



9) Sparklehorse . Vivadixiesubmarinetransmissionplot

El primer disco de esta banda/one man band llamada Sparklehorse, o Mark Linkous, como se prefiera. Lo llevaría sin dudarlo a una de mis cámaras personales de mi castillo de la Memoria, porque me hace muy feliz, sencillamente. Alguna vez en una reseña sobre la banda, escribía que Sparklehorse es música para maniacodepresivos. Aún así reitero que me hace feliz. Y es que el hecho que sea una música extremadamente lenta, con espacios amplísimos entre las notas, una voz cantando a un volúmen muy bajo, casi susurrándote al oído, letras melancólicas de temas campiranos, poco antes que entren los guitarrazos y los pedales de efectos, sumiéndolo todo en un ambiente totalmente eléctrico. Todo ello, no quiere decir que la música tenga algún punto bajo. Es maniacodepresiva por el contraste entre los momentos en que pareciera que la guitarra no va a regresar nunca más, que el músico va a poner "stop" a la grabación y se va a ir a leer poesía, o a tomarse una siesta, y justo en ese momentotodo se vuelve violento y alocado.

Pero incluso la parte "depresiva" es como para saltar de felicidad ante el asombro de encontrar semejante sensibilidad artística. Unas letras con influencia de Tom Waits (de hecho Linkous y Waits son amigos, los dos viven en granjas y se reúnen ocasionalmente para matar botellas enteras de Jack Daniels, incluso han grabado juntos) ¡Esa forma de cantar! La voz mezclada a un volúmen altísimo para que casi sientas que Mark te canta al oído, la guitarra acústica a punto de salirse de la grabación, todos los instrumentos apenas insinuándose, pero al mismo tiempo poseedores de una fuerza enorme. La música más hermosa del mundo si no existiera Sigur Ros.




10) Slint - Spiderland

Su segundo disco después de "Tweez". En 1991 estos chicos de Kentucky hacían una tipo de música que habría de tener influencia en bandas contemporáneas o posteriores por unos años, como todas aquellas etiquetadas como "grunge", al igual que en bandas que 7 o 10 años después habrían de hacer esa música después denominada como post-rock. Así que habría mucho que decir acerca de esta banda, y siendo este su disco más representativo (aunque "Tweez" suena mucho más salvaje, y es excelente también), podrían escribirse páginas.

Pero más allá de las fechas y los datos que comentaría cualquier escritor de reseñas musicales, resulta más interesante hablar de ese sonido denso, oxidado, crudo, que podría ser perfectamente el enlace entre los ambientes oscuros de bandas ochenteras como My Bloody Valentine (lo que fue bautizado como "shoegaze") y el sonido afilado de las guitarras noventeras de Sonic Youth o Mogwai. Esos son los lugares que se ubican en el disco, transformados a través de las letras en casas abandonadas en ruinas, calles desiertas a la media noche, lotes baldíos a las afueras de la ciudad, todos ellos saturados de ruido, distorsión, volúmenes altísimos y armonías que bien podrían provenir de una película de terror.

La última canción "Good Morning Captain", es un homenaje de 7 minutos a "The Rime of the Ancient Mariner" de Coleridge, y en general, las letras y las historias de las canciones remiten un tanto a Faulkner, Steinbeck y la literatura estadounidense de ambientes rurales. Por lo que no es difícil imaginar a los miembros de la banda como granjeros sentados en un garage lleno de cables, amplificadores y pedales de efectos, leyendo poesía de Dylan Thomas, chupando Jack Daniels encima de un coche desvencijado, e imaginando cómo cambiarían la historia de la música de toda una década, sin salir del dulce anonimato en el intento.

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