domingo, 11 de julio de 2010

Cantos y Sueños perdidos


Durante la fase de la Luna oscura, suelen llevarse a cabo rituales que propicien la fuerza de voluntad, el conocimiento de la energía interior y la focalización de la fuerza personal en un propósito definido. También se busca el equilibrio entre el poder espiritual creativo ( principio femenino ) y la concresión de la idea Universal a través de un acto material ( principio masculino ), comprensión que permite al practicante de magia una mejor comprensión del ejercicio de su voluntad y su decisión de continuar en el camino de la Diosa. Uno de esos rituales es el siguiente:

Necesitarás:

2 velas blancas.
7 hojas de Laurel.
Un cuenco para quemar.

Disposición:


Coloca las velas a tu izquierda y derecha respectivamente y frente a ti, el cuenco para quemar con las hojas de Laurel en su itnerior. Ahora cierra los ojos y concentrate en el ritmo de tu respiración. Toma largas y profundas bocanadas de aire, mientras percibe como todo tu cuerpo se relaja paulatinamente, envuelto en una exquisita sensación bienhechora. Concentrate en la forma como tu cuerpo reacciona a tu voluntad de expulsar toda sensación de cansancio y tensión de tus brazos y piernas, torso y cabeza. Imagina que el aire a tu alrededor se vuelve más cálido, incluso acariciante y toma una tonalidad opalina, palpitante y lleno de una suave luminosidad. Cuando percibas que tu concentración ha llegado a un punto óptimo, abre los ojos y enciende la vela a tu derecha invocando de la siguiente manera:


"Gran Madre de plata,
Tu rostro está oculto hoy
en el velo el tiempo y la oscuridad
sin embargo, el secreto se revela
en mi voluntad de aprender
a través de mi convicción
y el valor de mi determinación"

Ahora encenderemos a nuestra derecha:

"Que el enigma que guarda las sombras
me sea revelado en la luz del conocimiento
Soy hijo de la Luna y el sol
De la danza de las mareas
del Suspiro del amanecer
y la canción del viento antiguo
Que está noche sea mí
el conocimiento de la divina dualidad
Asi sea"



Cierra los ojos de nuevo y concentrate en percibir tu fuerza interior. Imagina que tu energía comienza a concentrarse a tu alrededor en la forma de un círculo brillante de luz blanca. Visualiza con todo detalle como esa luminosidad vibrante y llena de fuerza, emula con sus destellos el ritmo de tu respiración, los latidos de tu corazón. Ahora, ve como la luz te rodea, envolviendote lentamente, creando un espiral que se hace más consistente y poderoso a medida que se alza hacia el infinito. Sientete conectado con la energía de la Tierra y el tiempo que se manifiestan en ti a través del poder de tu mente.

A continuación, abre los ojos y enciende las hojas que has colocado en el interior del cuenco para quemar. Cuando las llamas comiencen a consumir el Laurel, coloca tus manos sobre el fuego, impregnandote del humo que se eleva del fuego ( cuidando de no quemarte ) e invoca de la siguiente manera:

"Soy la voz de la fresca primavera en mi voz
el Conocimiento frutal del verano
La meláncolica experiencia del otoño
La fuerza cerval del invierno
Muero y renazco en mi pensamiento y en mi convicción
Así sea"


Disfruta del penetrante olor de las hojas al quemarse, mientras imaginas que el humo se une al espiral de luz que has visualizado momentos antes. Ahora, la luz brilla con toda su fuerza, con toda su espléndida nitidez y el humor danza como pequeños anillos iridiscentes de él. Disfruta de la sensación de paz que te posee y calma tus pensamientos. Siente el intenso placer de encontrar un punto de equilibrio entre tu voz interior y el mundo que se manifiesta más allá de tu mente.

Cuando las hojas se hayan consumido por completo, daremos por finalizado la estructura energética que hemos llevado a cabo. Deja que la velas se consuman para completar el pase mágico que has llevado a cabo. Come y bebe algo para equilibrar la energía que has invocado mediante el ritual.

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