viernes, 15 de abril de 2011

Violette Bullé: de lo extravagante en lo cotidiano.





Lo primero que piensas al ver la obra de Violette Bulle es en la palabra ecléctico. Y poco después en la capacidad de ese elemento dispar para unir, en un único discurso, una sola propuesta. Porque Violette Bulle habla de muchas cosas en sus fotografias, en esas elaboradas imagenes que tienen la cualidad de parecer casuales. Pero a pesar de esa referencia a innumerables ideas, de esa capacidad para tocar decenas de registros a través de pequeños golpes de efecto, el discurso de la propuesta de Violette es coherente, poderoso y sobre todo cercano. Violette Bullé, con su irreverencia, su talento para embellecer lo cotidiano y brindarle un sentido - ya sea critica, ya sea burla, ya sea ambas cosas - ha creado un lenguaje fotográfico tan paradigmático como personal.

Si algo disfruté del conversatorio que se llevó a cabo ayer en los espacios de Escuela Foto Arte fue redescubrir la fotografía como un proceso alternativo de imagenes personales. El trabajo de Bullé, dividido en sus obsesiones, sus ideas más profundas y su busqueda personal de respuestas acerca de su manera de ver el mundo, tiene la particularidad de poseer un discurso de origen único, concreto: Violette ama lo cotidiano, lo urbano, esa Caracas de todos los días, que apenas notamos al caminar. La capital destruida, corroida a pedazos por la desidia, convertida en una especie de enorme exponente de un urbanismo imposible, caotico y destructor. Aun así, el lente de Violette encuentra belleza en esos enormes espacios desarraigados y resquebrajados: la calle descuidada y llena de basura se convierte en un escenario onírico, con tres sardinas inversomiles flotando en medio de la nada, creando una reinterpretación de lo cotidiano. O más allá, los trozos de asfalto rotos de una calle cualquiera, se convierte en la madriguera del conejo de una Alicia Post Moderna, quizá demasiado mayor para llevar el hermoso vestido de volantes y encajes azules, con una expresión de terror en el rostro mientras Caracas la devora, la atrae al centro mismo del caos, la deconstruye como un simbolo de esa perdida temible de la humanidad en la normalidad aparente.


Evidentemente, para Violette, como fotografa y creadora, el irreverencia, la furia, la necesidad de recrear ideas es un tema que se construye desde todo tipo de referencias visuales. Desde los desnudos intervenidos con objetos y materiales inverosimiles que despojan a la modelo de la pura vanidad para convertirlo en proclama, hasta la simple puesta en escena de una imagen bucólica en mitad del desorden de una Caracas furiosa y temible. Simbolos personales, convertidos en discurso, y quizá en lenguaje personal.

Y esta la otra parte de la fotografía de la autora, donde analiza la realidad de una manera casi filosofica: las cárceles embellecidas con sencillas imagenes de una cotidianidad lenta y ruda. La sonrisa triste de un hombre encerrado tras las rejas, el espacio enorme y vacio de un patio amurallado. O quizá simplemente el manojo de esposas, flotando en medio de la imagen, para recordarnos que la fotografia no solo expresa conclusiones existencialistas sino el poder de construir  ideas crudas, brutales y dolorosas dentro de lo que consideramos arte. La fotografia que denuncia, que cuenta, que ilumina, que purifica.
En suma, la fotografía con el poder de crear una idea directa sobre nuestra capacidad para reformular la realidad una y otra vez.

Esta propuesta y muchas más, encontré en el trabajo de Violette Bullé. Una experiencia interesante, poderosa y sobre todo singular, que me permitió de nuevo asombrarme - lo cual siempre resulta refrescante y encantador - sobre las ilimitadas posibilidades de la fotografía para contar historias. El poder de la pasión  y la imagen creando un espacio para el concepto.




2 comentarios:

Catherine Haack dijo...

Ya le he dicho a Violette que me encanta sus series, la verdad Violette encuentra en su foto detalle que a simple vista no se ven y hace que cada día mas sus series tengan admiración por las gente que las ve... y Aglaia gracias por escribir, de verdad me encanta leerte... besito!

Anónimo dijo...

Personas como Violette hacen falta en este mundo. Gracias a la escuela por mostrar el talento que tenemos acá. Saludos.

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