sábado, 22 de mayo de 2010

Del Tarot y otros pequeños Misterios




Soy una apasionada del Tarot, tanto de la concreción mágica los arcanos como de su belleza metafórica. Tengo una númerosa colección de cartas que atesoro como una de mis posesiones más preciados y siempre que puedo, miro el mundo a través de su lírica belleza. Siento una fascinación casi infantil, por esa crudeza misteriosa y sentida que se esconde en su puro simbolismo.

Una letania lejana de la voz de los Dioses.


El poeta T.S. Eliot era también un amante inveterado de las antiguas voces. En “The Wasteland" le otorga un sentido inquietante y onírico seis cartas, tres de las cuales inventó e incluyó en su propio concepción personal del Tarot: The Drowned Phoenician Sailor, The Belladona, la cual es relacionada directamente con La Emperatriz y The One Eyed Merchant. Las otras cartas restantes - The Man with Three Staves, The Wheel y The Hanged Man - son partes del tradicional maso de cartas. Sin embargo, creo que para Elliot, el valor de las cartas radicaba en su capacidad de crear arquetipos reconocibles, un rostro familiar en medio del juego de espejos del subconciente humano. Al menos, asi lo menciona en las notas a "The Waste Land", donde añade además haber sido introducido en las artes del Tarot, aclarando que su comprensión de ellas tiene un sentido meramente intelectual y razonable.

El tarot es una fuente de conocimiento profundamente ancestral, y no solo por el sentido místico que pueda otorgarsele. Creo que la belleza de los arcanos recide precisamente en esa multiplicidad de valores conceptuales que posee en si mismo, la capacidad de convertirse en un diorama de ideas y conceptos reconocibles inclusos para quienes no están familiarizados con los arcanos. El tarot se manifiesta como un vehículo capaz de estructurar las formas inconcretas de nuestro espiritu, siluetas apenas esbozadas que aun así, nos son cercanas y comprensibles. Tal vez, su magia reside precisamente en eso. Una antigua alquimia donde la razón y el instinto puro se unen para crear un lenguaje propio.

La otredad del valor absoluto de una idea, concluyó acertadamente Elliot.

Un eco reconocible en los pasillos del tiempo, es mi opinión.

La paradoja desnuda de una contradicción que de alguna convalida un nucleo de significado: Una antigua y maravillosa sabiduria.

2 comentarios:

TAIKUN dijo...

Muy interesante este articulo, aunque a mi me enseñaron a leer los naipes españoles, y algún dia me gustaría aprender a leer este tipo de cartas

Miss B dijo...

La experiencia cognoscitiva te aseguro será muy interesante, Tai. Gracias por leer y comentar :D

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