martes, 16 de junio de 2009

Fauna fobica.


Odio los médicos. No es una fobia flagrante, pero si lo bastante persuasiva para que hoy - a 24 horas de una vulgar consulta de reconocimiento con un gastroenterologo - me sienta intranquila e incomoda. Odio la ciencia médica, no solo por el hecho que la considero inexacta con infulas de perfección ineludible, sino por ese nepotismo de decretar la idea de tu vida como una especie de formula matemática: estás bien, estás mal, estás vivo, morirás. Vaya, que trágico ha sonado eso último, incluso para mi tendencia ineludible a lo melodramático. El caso es que estoy nerviosa, inquieta y con la necesidad de encontrar una excusa - cualquiera - que me permita desconocer el mandato seudocientifico de "curarme en salud". Pero creo que tendré que ir, finalmente y enfrentar con "gallardia" - sí, más drama - mi gran momento estelar bajo la lupa clinica.

Si, si, lo confieso, estoy un poco harta y aburrida. He llorado un poco por razones desconocidas - la neurosis me terminará arrojando a los suelos, ya vereis descreidos! - y me siento un poco fébril. Nada nuevo ni muy sorprendente que relatar.

Se cierra la función por hoy!

Igy, para el tedio...


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