jueves, 25 de junio de 2009

Del bien y del mal y otro fantasmas del desván de la memoria.



En ocasiones la linea entre lo moralmente admisible y lo que pareciera no serlo, es muy simple, casi imperceptible. Una especie de idea mimética, que puede resultar engañosa por el simple hecho que puede ser tanto personal como general, juridica como empírica. De hecho, de vez en cuando me pregunto si la realidad es tan simple - o puede concebirse asi en todo caso - como una prebenda intelectual: decidir que es lícito o que no lo es. Que es moral y socialmente consecuente con el espiritu de la equidad y que lo contradice. Somos criaturas sociales, es una teoria que se ha esgrimido hasta el cansancio para delimitar la perspectiva del "bien" y el "mal" como conceptos espirituales y humanisticos. Sin embargo, la disyuntiva continua resistiendose a los debates más enconados, a las reflexiones más encumbradas. Al final, la moral existe solo como en un esfuerzo de imaginación del hombre.

Todos estos pensamientos los tuve ayer durante el visionado de una extraña pelicula filandesa llamada "Sauna" del desconocido escritor Antti-Jussi Annila. Ambientada en una encrucijada histórica poco conocida - el trazo de la primera frontera entre Rusia y Filandia durante el año 1595 - la pelicula, estructurada a base de largos silencios y segundas lecturas sobre escenas sin verdadera resolución, otorga sentido al drama humano de la culpa, el debe moral, la idea de la redención y la simple busqueda de un significado a la sin razón del espiritu humano en busca de sentido para sus cuitas morales. Dos hermanos recorren los inhóspitos parajes de un país arrasado por la guerra y en su camino, asesinan en beneficicio sobre su propia supervivencia. No existe un debate concreto sobre el valor de la esperanza ni tampoco la perdida de la fe, pero a través de elementos puntuales - el fantasma de una de las Victimas que aparece para atormentar a uno de los personajes principales y el Sauna, elemento tradicional de la cultura Filandesa, simbolo de purificación - se elabora una concreta perspectiva sobre los debates tradicionales y más personales del alma humana: ¿Es mi decisión de crear el "bien" o de permitir al "mal" tentarme una forma de expresión espiritual? ¿Aspiro al "bien" o simplemente es una manera de consolar el temor a esa absoluta falta de humanidad y esperanza que subyace en nuestros peores temores? La pelicula acaba y durante el silencio que sigue a la última escena, una sensación de triste amargura palpita en algún lugar de esa conciencia intima que muy pocas veces analizamos en su justa medida.

A veces, la idea del tiempo personal, nos inquieta un poco. Nos otorga una nueva dimensión de las ideas más profundas, intimas, quizá originarias, que construyen nuestra visión del mundo. Y sin embargo, esa primitiva consecuencia, esa idea del mundo como forma intelectual siempre termina sucumbiendo a esa oscuridad interior, esa busqueda engañosa de redención que tal vez está destinada a repetirse una y otra vez, sin verdadera resolución.

Una idea del temor y la fe, entremezcladas en esa linea visceral del espiritu humano.

Se levanta el telón por hoy, en esta escena mimética, visceral e inquietante del pensamiento personal.


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