lunes, 10 de febrero de 2014

La responsabilidad del líder y el papel del ciudadano ¿Qué ocurre actualmente en las calles de Venezuela?







La fotografía muestra a un hombre joven y atractivo que sostiene a un cachorro entre los brazos. A su lado, una niña pequeña ríe - después sabré que se trata de su hija - y también sostiene  un perro pequeño entre los brazos. Una escena conmovedora que retrata la vida familiar de Leopoldo Lopez, el auto proclamado líder que durante los últimos días, tomó el lugar de Henrique Capriles como rostro reconocible de la oposición venezolana. En otro momento, la imagen podría haber pasado inadvertida, en medio de ese infinito tránsito de datos del mundo 2.0. No obstante, ahora mismo parece un símbolo amargo del momento en que vivimos: La fotografía fue tomada el mismo día en que numerosos manifestantes fueron reprimidos violentamente por la Guardia Nacional Bolivariana. La protesta, espontanea y sin mayor organización, parecía responder al llamado que Lopez realizó llamando a protestar "en la calle y sin retorno". El incidente dejó un considerable número de heridos a cuestas. Además, el mismo día en Leopoldo Lopez incluyó la plácida imagen en la red social @Instagram, un grupo de estudiantes, detenidos durante las protestas que llenaron las calles de la ciudad de Mérida, fueron enviados, en un proceso judicial relámpago, a una peligrosa cárcel nacional. ¿Su delito? ejercer el derecho a la protesta. No obstante, Leopoldo Lopez no parecía enterado de la tensa y gravísima situación mientras sonreía para la cámara e incluía el momento en una popular Red Social.

Unas horas más tarde y en otro gesto probablemente inexplicable para el ciudadano común, le tocó el turno a Henrique Capriles de mostrar un rostro poco conocido de su política comunicacional: La burla y la ironía de la situación que padecemos. El ex candidato y actual gobernador del estado Miranda público lo siguiente en su cuenta Twitter personal:

@Hcapriles Conseguí mostaza!Milagro!El NO HAY,dos de las palabras + utilizadas por ntro Pueblo 

Además, el tweet incluía un selfie de Henrique, de pie ante un anaquel repleto del producto mencionado. Borrosa e improvisada, la imagen parecía resumir la postura del ex candidato, que durante los últimos meses no parece tener muy claro que postura tomar con respecto a la gravísima situación que atraviesa el país. ¿Lo asombroso? Ni antes o después del sorpresivo Tweet, Capriles hizo comentario alguno sobre lo que ocurre actualmente con los estudiantes maltratados o su peligroso estatus legal. En una maniobra confusa y carente de verdadera coherencia, el líder opositor parece intentar expresar su opinión sobre las protestas con la mera omisión y una visión limitada del escenario nacional.


Una actitud preocupante, sobre todo en un momento donde gran parte de los ciudadanos del país,  a quienes se les acusa con frecuencia de indiferentes, comienzan a expresar su descontento de cualquier manera a su alcance. Mucho más puntual: el momento social que sufrimos exige un tipo de coherencia en discurso y articulación de una estrategia política de la que lamentablemente, nuestros lideres carecen. La represión gubernamental aumentó en agresividad y violencia: A los estudiantes se les acusa de todo: desde subvertir el orden público hasta atentar contra la vida del Gobernador en funciones Vielma Mora. La represión que han sufrido ha sido de una violencia desconcertante y rayana en lo ilegal y la directa violación de los derechos humanos. No solo se les ha disparado ráfagas de perdigones de plástico a quemarropa, golpeados y maltratados en un tipo de actuación pública que viola directamente los derechos humanos de quienes protestan,  sino que además, han sido perseguidos y vejados por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana. Lo más preocupante del caso, es que aún, ningún líder o movimiento representativo de la oposición ha mostrado la cara en defensa de lo que los estudiantes están sufriendo o estructurado una respuesta efectiva a la crítica situación que se está registrando en las calles de nuestro país. ¿Qué esta ocurriendo entonces con el liderazgo que insiste en representar y asumir la bandera del descontento? ¿Existe realmente un líder que simbolice y asuma la voz cantante con la responsabilidad que se requiere? ¿Qué exactamente está sucediendo con la oposición Venezolana?

Nadie parece saber muy bien a donde nos dirigimos. Cuando le hago la pregunta a dos amigos que durante los últimos días me han insistido en la necesidad de protestar, ambos guardan un preocupante silencio. Finalmente uno de ellos, militante de un partido político Nacional, admite que la situación es por completo improvisada y lo que es aún peor, carece de precedentes. O esa es su opinión.

- Son protestas espontáneas. Nadie se responsabiliza porque en realidad nadie las organizó - me explica - luego de la Asamblea de ciudadanos, Leopoldo Lopez y Maria Corina Machado insistieron en la necesidad de retomar las calles, pero jamás asumieron el liderazgo directo.

- Leopoldo Lopez insiste a diario que la protesta debe ser en la calle - le corrijo. Durante los últimos días, el enfrentamiento entre lo que parecen ser dos alas de la oposición se ha hecho más cruento. Por un lado, la oposición liderizada por Henrique Capriles, no apoya las protestas callejeras. De hecho, el ex candidato insiste en que son tan inútiles como carente de sentido. En una enfática declaración dejó claro " se desmarcaba de cualquiera de ellas. Por otro lado, una parte de la oposición política insiste en la necesidad " de la protesta", en un intento de capitalizar el ambiente caldeado de un país en crisis. Ninguna de las posturas en dispuesta tiene la completa representatividad del sector opositor, por lo que el enfrentamiento se lleva a cabo en público y en un plantemiento lleno ed contradicciones.

- Pero no quiere decir que las auspicie o las organice - insiste mi amigo - Leopoldo solo está brindando el apoyo político que la protesta política necesita.

Que concepto tan ambiguo y tan deudor de verdadera eficacia. Durante los últimos quince años, la oposición política y la real, esa de calle y que padece directamente los estragos de una revolución que no le incluye como ciudadano han optado por la protesta - genérica y espontánea - como forma de expresión del descontento. ¿El resultado? Un desgaste sistemático del poder de convocatoria, una decepción general del ciudadano que se une a la confrontación con la intención de obtener un resultado inmediato sin lograrlo. ¿El resultado? Una oposición erosionada y polarizada, un discurso político superficial que no convence a los indecisos y a los decepcionados y una serie de fracasos que todavía hieren la propuesta de una alternativa viable al país que padecemos.

- Es decir, Leopoldo llama a la protesta, pero lo que ocurra no es responsabilidad suya ¿Eso quieres decir?  - comienzo a irritarme. No puedo evitarlo. Yo misma he sido parte de esas protestas aleatorias, que se tropiezan con la indiferencia gubernamental y la represión de los cuerpos de seguridad. De hecho, una vez, un funcionario anónimo se detuvo frente al edificio donde vivo, en mitad de un ruidoso cacerolazo y disparó una bomba lacrimogena que casi asficia a un bebé de meses que dormía en uno de los apartamentos cercanos al lugar donde impactó el artefacto. Soy victima de la improvisación, del discurso elemental y sobre todo, la ausencia de una propuesta legítima y lógica que fundamente la protesta.

- ¡Pero es que es ahora o es nunca! - dice entonces el otro muchacho, que no milita en ningún partido político pero que decidió que era "el momento" de protestar. Tengo una extraña sensación de vértigo al oir sus palabras. He escuchado consignas semejantes probablemente cada año desde el comienzo del llamado "Proceso Revolucionario". Paulatinamente, la oposición se convirtió en una masa sin objetivo claro en busca de una reinvidicación que no termina de llegar. Y es que la intención choca una y otra vez, con la visión de la realidad minimizada por una miopía cultural preocupante, por una forma de comprender la situación real que vivimos parcial.

- La cosa es calle y no retorno - vuelve a insistir el entusiasta. Me preocupa su ingenuidad, la manera como parece olvidar, de un plumazo y casi de manera selectiva, quince años de historia reciente - ¡Tenemos que salir todos juntos y exigir como ciudadanos!

- ¿Exigir qué? ¿A quién? - pregunto en tono neutro. Ambos me miran desconcertados. El militante del partido político aprieta los labios, incómodo y el entusiasta me mira con verdadera incredulidad.

- ¡La renuncia de Maduro! - exclama entonces el entusiasta, como si fuera la cosa más obvia del mundo y le asombrara que yo no pudiera entenderla. Me pregunto si este muchacho, que debe tener unos pocos veintitantos, recuerda realmente la dinámica callejera entre oposición y gobierno. ¿Entiende que la protesta jamás ha flexibilizado postura alguna del gobierno? ¿Está consciente que los funcionarios de Gobierno anteponen la ideología a cualquier tentativa de diálogo? ¿Comprende este entusiasta, que parece representar a cada uno de los insisten en la necesidad de protesta e incluso los que se arrojan a la calle a protestar sin otro motivo que el malestar, que el gobierno es un interlocutor sordo?

El panorama Nacional se complica y la conflictividad aumenta a diario. Y sin embargo, la pregunta que continúo haciéndome es ¿Estamos conscientes que responsabilidad como ciudadanos de este crítico momento histórico? Miro a ambos chicos, animados por las mejores intenciones, nadie lo duda, pero tan ciegos en su visión del futuro inmediato como en su necesidad de ignorar las lecciones de la historia reciente. ¿Realmente que necesitamos para comprender que la última palabra la tiene el ciudadano?

Unas horas después continúo pensando en el tema. ¿Como evitar hacerlo? Sin saber muy bien por qué lo hago, reviso los artículos de opinión que he coleccionado durante los últimos quince años de interminable crisis. Palabras más, palabras menos, todos los analistas parecen insistir que la oposición carece de rostro, que solo es un grupo de ciudadanos descontentos con poder de voto que intentan resistirse a la imposición de una ideología. Últimamente, he leído mucho sobre el papel del líder. Debates interminables sobre el papel de Henrique Capriles Radonski y sobre lo que pareciera ser un renovado liderazgo opositor, improvisado sobre la marcha y que insiste en aglutinar la voluntad de una parte de los ciudadanos de hacerse escuchar? . Ahora bien, nadie parece preguntarse es ¿Cual es la propuesta que expresa esta llamada radicalización de la protesta? ¿Cual planteamiento concreto ofrece Leopoldo Lopez y Maria Corina Machado al insistir en que la ciudadanía tome las calles? ¿Que estrategia propone al proclamarse como voceros de la voluntad popular? ¿Estan concientes ambos lideres que la protesta ocurre no porque obedezca a una idea concertada para presionar al gobierno sino a una expresión espontánea del ciudadano asfixiado por una situación que le aplasta?

Sin duda,  estamos de acuerdo: el descontento que padecemos es insostenible. Pero continúa sin ser generalizado. Hace días, comentaba que tal vez no ha llegado a la base misma del chavismo, y es verdad. Buena parte del chavista de base insiste en considerar a la "revolución" como la mejor opción de gobierno. Pero no está muy lejos que la necesaria inflexión ocurra. La grieta social existe, solo que no hay una alternativa que pueda capitalizar el descontento. La inseguridad, la escasez, se generalizan cada vez más rápido y el gobierno carece de medios para manejar la situación. Me refiero a que la época de improbable bonanza terminó y el Gobierno debe lidiar con una crisis económica gigantesca, además de luchar lo que insiste en llamar "el costo político". Más aún, el gobierno perdió la capacidad de maniobra y de pronto debe enfrentar un panorama de debacle financiera que la ideología no puede soslayar ni ocultar.

Todo esto, mientras la nueva clase media, esa que integran trabajadores públicos y otros funcionarios enriquecidos por el y la clase baja, beneficiada por el chavismo radical, comienzan a sentir los rigores de una administración torpe y cada vez más restrictiva. El Chavismo llamado de "base" encuentra de pronto que la propuesta ideológica no incluye el bienestar económico. La ceguera selectiva, esa que disculpaba al gobierno por los errores en beneficio de la ilusión de prosperidad, comienza a desaparecer. Y el país se tambalea, no solo entre el reclamo opositor, sino ese otro, recién nacido del chavismo descontento.

¿Están conscientes los nuevos lideres opositores de esta realidad? ¿Están trabajando para ofrecer una alternativa a la propuesta actual? ¿Abandonarán la consigna electoral y entenderán que el país debe avanzar hacia una idea que asuma la existencia no solo del descontento opositor sino el chavista? ¿Entenderá finalmente el opositor político que la verdadera lucha, cual sea, se llevará a cabo en la calle y no con protestas esporádicas y carentes de sentido?

Me preocupa pensar que no. Y lo más preocupante, que mientras la inquietud social aumenta, el papel de los lideres se desdibuja, se descoyuntura, carece de valor. ¿Cual es el papel entonces del ciudadano? ¿Que es lo que esperamos más allá de la visión cortoplacista y limitada de la protesta inmediata?

No lo sé y quizás esa incertidumbre sea lo que más me desconcierta actualmente.

Habrá que esperar, en medio de este vaivén de tiempo y de propuesta, cual será el siguiente paso que dará esa oposición emergente que intenta representarnos sin saber si podrá lograrlo.


Para leer: 

Este interesante análisis de @LauSolorzano sobre las protestas que actualmente ocurren en nuestro país: Las protestas, la oposición y Maduro. 

2 comentarios:

Bea dijo...

Nunca he sido leopoldista, de hecho hay algo en Leopoldo López que me hace rechazarlo de plano, recuerdo que en la navidad antepasada publicó una foto donde salía rodeado de regalos junto a su esposa e hija, a mucha gente le cayo mal la foto, era echarle en cara a un país que lucha por llevar comida a su casa, que ellos si tenían para pasar navidades llenas de regalos. Estas protestas me parecen sospechosas, se lo comentaba a un primo que es activista de PJ aquí en Carabobo y el decía que no vale la pena protestar en zonas clase media-alta porque a esa gente no hay que convencerla, el decía "cuando vayan a protestar a los barrios ahí si voy", y tiene razón.. a nosotros clase media venida a menos no necesitan convencernos de la mala situación del país, es al que todavía cree que estamos bien, que hacer cola por harina es normal y que maten al vecino en el barrio es destino..le tocaba, pues. A ese hay que convencer de que se puede vivir mejor.

Por eso yo no creo que estas protestas avancen mucho, es mi opinión personal, no tengo contactos (a excepción de mi primo) en partidos políticos que me ilustren sobre la agenda a seguir. La idea no es "salir de Maduro", es mejorar las condiciones de vida en el país, podemos salir mañana de Maduro y el desastre quedará igualito. Para mi, esa no es la idea.

De la foto de Capriles, supongo que quiso mostrar que al le gusta la mostaza y que también le cuesta conseguirla, es humano como todos nosotros. Y se evidenció que no sabe tomarse fotos con el teléfono.

Bea.

Unknown dijo...

Me parece absurdo llamar a las calle y lograr lo que no pudimos con el voto.El señor lopez mando a los estudiantes a reventarse por el pais mientras el esta jugando con el perrito en su zona de Confort
Nuevamente se repite la misma pistolada, la gente sale a protestar en la zonas de clase alta y media alta pero ni a carajasos va a las zonas populares.
La división social en Venezuela cada día es más evidente y profunda. Es muy difícil ganarse la confianza de las personas humilde que sobrevive con un sueldo mínimo cuando se defiende única y exclusivamente los intereses de un sector económicamente privilegiados.
En mi opinión capriles entendió que para ser presidente y líder tiene que tener una visión amplia de todos y cada uno de los sectores que forman parte de la sociedad , todos tenemos nuestra realidades y las vivimos como tal .
En las zonas populares hay mucho descontento y preocupación por el camino que tiene Venezuela en estos momentos.
Pero lamentablemente para ciertos grupos de oposición todos las personas humildes somos chavistas brutos.
Yo me pregunto porque el Leopoldo no salió a protestar el 8d? que casualidad que redujeron los cupos de cadivi y de pronto los extremistas se desesperaron y tiene una guerra por twitter.
los comentarios más radicales vía twitter casualmente proviene de venezolanos que se encuentran en el exterior “con tan buena voz y mandan a cantar a otro”.
Porque la gente no salió a votar el 8d? y lo más triste quienes no salieron a votar el 8d?.
Estamos jugando con fuego; tenemos un gobierno ladrón e ineficiente, un país quebrado, una oposición dividida, una sociedad intolerante y los únicos que están apostando a quedarse en el coroto por mucho tiempo SON LOS MILITARES.
Soy pobre, soy opositor, soy venezolano, siempre e votado y votare, amo mi país, este gobierno representa caos y atraso, corrupción, etc. yo solo quiero una Venezuela de oportunidades y unión, un país que se pueda trabajar honradamente, pero también quisiera que se acabara ese clasismo donde se etiqueta a todas las personas por lo que tiene y no por lo que somos.
ESTAMOS JUGANDO CON FUEGO AL LADO DE UNA PICINA DE GASOLINA¡.
gracias por permitirme expresarme.

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