viernes, 10 de mayo de 2013

La bruja y la Diosa: ¿Quién es la bruja en la historia?







La bruja, como simbolo, como figura mitológica y también como metáfora, es parte de una larga tradición de leyendas y tradiciones orales muy extendida por Europa y América. Es curioso, investigar al respecto y encontrar que la figura de la Dama del Bosque, la curandera, la vieja sabia, la Doncella pelirroja que fertiliza los cambios es muy recurrente en variadas culturas y aún más, venerada por muchas creencias diferentes. Una presencia recurrente no solo en el folclore sino también, esa cultura del boca a boca que sobrevivió a los largos años de violencia y oscurantismo.

Sonrío, con cinco libros abiertos en mi escritorio. Hay un par de cultura celta, otro de leyendas tradicionales Italianas y dos más de cultura y creencias de la España medieval. Y en  cada uno, encuentro el rastro de la Dama, de la bruja que recorre en silencio los bosques, de la mujer que levanta sus manos a la luna y canta. Una manera de descubrir mi propia historia, tal vez.

La bruja y la leyenda:


Habitualmente, la bruja - como símbolo - suele confundirse con figuras de connotación demoníaca, fruto de la idea medieval que propugna que cualquier visión religiosa que no incluya al Dios Católico constituye en si misma, una herejía.  Durante siglos, la Iglesia consideró "Enemigos de Dios" a todo al que no acatara de manera directa los dogmas eclesiásticos, por lo que la figura de la Curandera, la sabia, la curadora, fue tachada como "maligna" en numerosas ocasiones. La postura de la Iglesia se haría radical y destructora durante la época de la Inquisición, cuando El Vaticano utilizó el estereotipo de "la bruja" - como acólita del Diablo y además, estereotipo de la "maldad" - para castigar y asesinar. No obstante, siglos más tarde, el estigma de la "Bruja mala" continuaría formando parte de la imaginaría popular.

Las brujas están muy ligadas a la Diosa, sobre todo en su fase senil. A menudo comparten la vejez, la oscuridad, los misterios y la vinculación con la muerte. Las infanticidas y devoradoras como la bruja del cuento de Hansel y Gretel, cuyos orígenes se remontan a Diosas, como las Melanesias, Like-le y Kalwaldi, son creaciones populares: personajes unidimensionalmente malvados cuya crueldad carece de motivos. Medea de Cólquide, que ayudo a Jason en el la busqueda del Vellocino de Oro, es un personaje de estas características que en nombre del amor, sacrifica exagerada e indiscriminadamente, despedaza el cuerpo de su hermano menor y lo dispersa por el mar con el único fin de distraer a su padre y más tarde asesina a sus hijos, para vengar las infidelidades de Jason.

Donde el mito es un elemento vivo del culto y se ha incoporado al folclore, las actividades que la Diosa lleva a cabo con relación a la muerte, se siguen considerando parte del ciclo a largo plazo que perpetua la vida.

Estrechamente vinculada a la muerte y al renacimiento , Isis fue el gran ejemplo de la Maga y el prototipo de incontables hechiceras. Todas las Diosas encarnan el potencial de la Bruja, pero son contadas las que destacan por excepcionales. Las encarnaciones más poderosas y polifacéticas de la divinidad femenina - llámese Isis, Hécate o Kali - suelen ser degradadas por los escépticos y reducidas al tópico unidimensional de la figura de la bruja. Podemos decir que este enfoque permite que la mente humana aborde con más facilidad esos seres peligrosos e imprevisibles y se sienta más segura para ignorarlos o atacarlos, sin miedo a ser castigada. Para los Indios pueblos norteamericanos de Cochiti, mujer Amarilla es una bruja depredadora que persigue de forma implacable a su presa. En los poblados vecinos se convierte en esposa, benefactora o heroína. Para los Keres, su nombre significa Mujer Total, pues el amarillo es el color ceremonial femenino.


Circe en la odisea y Morgan Le Fay en las leyenda artúricas, son ejemplos de brujas que, pese a ser inenarrablemente viejas, se presentan como bellas jóvenes cargadas de sexualidad. En estos casos el encantamiento es una forma engañosa de acceder al amor, lo que supone consecuencias perniciosas, para el amante y para quienes lo quieren. Las epopeyas de la edad media suelen incorporar el tema de la Dama despreciable que seduce al héroe con su juventud y belleza, cuando en realidad, es vieja y fea. El cambio de forma, a menudo es la piedra de toque que permite evaluar las aptitudes del futuro monarca y saber si soportará la carga onerosa ( fea ) de sus deberes como la guerra y los sufrimientos posteriores con el mismo entusiasmo con que asume los privilegios.

Los cuentos de hadas germánico incluyen brujas moralistas como Frau Trude y Frau Holle, siendo esta ultima la versión dulcificada de la Diosa Hulde. Frau Holle castiga que sumarisimamente a una muchacha perezosa y descortés, al tiempo que es generosa con su esforzada hermana. De manera parecida la bruja Baba Yaga del folclore recompensa a la buena y amable Vasilissa y le parte los huesos a su hermana.


Miro mi pequeño pentáculo de plata y siento una extraña sensación que todas las historias que leí, las que aún investigo y esas con las que todavía tropezaré, son parte de una única idea: Trascendencia. ¿Es tan sencillo? Quizás no: puede tratarse solo de mi necesidad de comprender el mundo como una promesa y más allá, como un deseo por cumplirse. Pero igualmente, la bruja, ese nombre que heredé y que llevo con el orgullo de quien está convencido de sus propios temores y virtudes, parece formar parte de esa historia no contada pero siempre intuida que forma parte de la otra, de la oficial, de la evidente, de la aceptada. Una pensamiento hermoso, sin duda y como no, profundamente ingenuo. Como yo.


C'est la vie.

0 comentarios:

Publicar un comentario