miércoles, 2 de mayo de 2012

El Best Seller y la Flecha: porque leer - o no - Los juegos del hambre de Suzanne Collins





Tengo por principio leer todo lo que me pasa por las manos: Bueno, malo, complejo, sencillo, de folletin, best sellers, de culto, de edición limitada. Y lo hago, porque estoy firmemente convencida que la lectura es un ejercicio de pasión que no debería discriminar por etiquetas de elaboración reciente: la idea de demostrar supremacia intelectual en la jerarquía del libro a leer es tema reciente. Porque casi todos los libros que ahora mismo consideramos clásicos, en algún momento de su historia, fueron éxitos de ventas que catapultaron a su autores al reconocimiento y la fama. De manera que quejarse de la lectura de éxitos de libreria no es otra cosa que una opinión contra la verdad más prosaica del mundo literario: lo que llega a manos de lector lo hace porque vende, porque es popular y resulta una inversión duradera para el mercantilista mundo editorial. El arte, la belleza y la trascendencia, vienen después por supuesto, pero el éxito que conyeva un buen libro entre los lectores, es parte fundalmental de la literatura y siempre lo ha sido.

Comento lo anterior, porque hace poco comentaba con un amigo sobre lo mucho que me había agradado la trilogía "Los juegos del hambre" de la escritora Suzanne Collins y su respuesta inmediata a mis halagos hacia la saga juvenil fue: "esa porquería no es literatura. Todo el mundo la está leyendo por moda". Me hizo reir su vehemencia pero aun más, la idea que cualquier libro con un mínimo de popularidad carece de calidad. Lo más intrigante del tema, es que de hecho esta es una opinión que he escuchado varias veces en diferentes momentos - y con respecto a diferentes libros - lo cual me ha hecho preguntarme hasta donde estamos conscientes que la literatura se hizo para leerse, para reflexionar, para disfrutar, para llorar y reír. La calidad por supuesto varia, y es indudable que un buen número de Best Sellers mantienen una cierta ramplonería propia del género. No obstante, la literatura es una idea que abarca desde lo bueno y lo malo, a lo más simple y lo complejo. Y no por ese motivo es desdeñable o aun peor, carente de valor. O al menos pienso eso.

Y eso lo demostró "los Juegos del Hambre".

Me refiero que a pesar que su temática es bastante sencilla - un Universo futurista decandente - y la trama no es precisamente original - lo que puede decirlo cualquiera que haya leído "El señor de las Moscas" de William Golding - mantiene un cierto nivel de dignidad que me ha sorprendido como lectora y sobre todo, como fanática del género ciencia ficción. Porque no nos engañemos: Los juegos del hambre es diversión pura y dura. Pero en un envoltorio lo suficientemente bien estructurado como para mantener el interés durante tres libros de tramas autónomas. Y no obstante que la calidad disminuye a medida que avanza la historia - y me temo que en ocasiones llega a niveles tan erráticos que afectan la unidad de la narración - es indudable que la escritora ha logrado dotar de una real consistencia el mundo creado para sus personajes. A pesar de los posibles traspiés - y hay numerosos - la historia se sostiene por si sola y ofrece al lector una experiencia tan agradable como trepidante. En suma, los Juegos del Hambre como trilogía no es una obra literaria de gran valor en sí misma, pero no decepciona en absoluto.

De manera que, podría decir que hay tres razones para leer - o no - la trilogía de los Juegos del Hambre. Y podrían resumirse así:

Lee los Juegos del Hambre sí:

1) Si te gusta la acción y la ciencia ficción tradicional: Porque la historia de hecho, bebe de la mejor tradición de la literatura fantástica. La autora crea un mundo de mitología que se sostiene sin problemas, a pesar que la visión personal del personaje principal tiende a simplificar la acción. No obstante, la trama resulta creíble, consistente y aunque en ocasiones, Collins hace evidentes concesiones a sus personajes en detrimento de la integridad del conjunto, igualmente las circunstancias en sí de la historia continúan manteniendo un buen nivel de interés.

2) Si no buscas una historia de amor: Mucho se ha dicho sobre los Juegos del Hambre, como un heredero de "Crepúsculo" en el mundo del lector juvenil y después franquicia cinematográfica. Y parte de esa supuesta herencia. es el inevitable triángulo amoroso. Nada más lejos de la verdad: En los juegos del Hambre, la historia de amor - que existe, por supuesto - es tan anodida como carente de importancia y de hecho los sentimientos de los personajes están sujetos a una serie de circunstancias que tienen muy poco de romántico. Y eso resulta intrigante: en esta historia donde la muerte y la violencia son los elementos más destacables de la acción, ningún personaje es completamente inocente o carente de culpas. De hecho, un elemento que hace bastante interesante la narracción de Collins es el hecho que el amor dentro de la historia es solo otro eje accional sin mayor peso ni trascendencia. En la lucha por la supervivencia, las emociones parecen perder valor y peso real.

3) Si disfrutas de una trilogía que se nutre de si misma: La trilogía de los Juegos del Hambre es una única historia repartida en tres escenarios completamente distintos que interactuan entre sí. La historia es secuencial y de hecho, es imprescindible haber leído la anterior para comprender la siguiente. Por supuesto que, cada libro podría funcionar como unidad, pero para beneficio del lector, los tres volúmenes se complementan unos a otros.

Al contrario, no leas la trilogía "Juegos del hambre" si:

1) Detestas la literatura destinada únicamente a entretener: porque aunque "Los Juegos del Hambre" es una historia bien ensamblada y con personajes  definidos, no tiene grandes aspiraciones. De hecho uno de sus puntos bajos es justamente ese: una vez planteada el dilema principal, el resto del argumenta gira necesariamente en torno a una única historia. Y aunque la trama es entretenida y jamás decae, no hay grandes planteamientos ideológicos y filosóficos. Solo se trata de entretenimiento en una historia inteligente pero sin mayores bordes o aristas argumentales.


2) Es una mezcla de muchas cosas: con todas las virtudes y defectos que eso implica. Porque mientras su plantamiento argumental está evidentemente inspirado en la extraordinaria "Señor de las Moscas" de William  Golding, bebe de tantas fuentes que termina perdiendo cierta coherencia: por un lado recuerda a la sociedad orwelliana de 1984, y a otros tantos relatos donde sociedades postapocalipticas son controladas por un gran gobierno, que en ocasiones parece más una revisión del género que un libro por sí mismo.  La autora misma confiesa inspirarse entre otras cosas en los ritos que describe la mitología griega en cuanto a los tributos que enviaba la ciudad de Atenas al minotauro. Al final, la acción parece un poco retazos  de muchas historias que en ocasiones no funciona del todo: no obstante el buen hacer de Collins, la historia tiene tantos bajos como momentos altos, lo que hace que la narración sea irregular y poco concisa.

3) Es un Best Sellers juvenil: con toda la ligereza del género. Y aunque la autora procuró eliminar elementos concretos del subgénero en beneficio de la historia en general, la narración transcurre un poco a los tropiezos: Collins no parece decidirse sin brindarle a sus personajes una visión prematuramente adulta sobre el mundo o mantenerlos incólumes, con esa inocente ferocidad juvenil con que los dotes a las primeras de cambio. Con todo, los personajes de "Los Juegos del Hambre" no son otra cosa que estereotipos. Mejor planteados y con más coherencia que en otros títulos del género, pero conservando la impronta de su origen: la esquematización, la simplicidad y la carencia de personajes complejas.


¿Son suficientes razones para atravesar - o no -  las Tierras de Panem en compañia de Katniss y Peeta? Eso lo dejo a la decisión del hipotético lector. ¿Recomiendo la lectura? Por supuesto: un libro siempre vale la pena ser leído, criticado, comprendido y quizá hasta desdeñado. Porque de eso trata el mundo de la imaginación ¿No es así?


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