domingo, 11 de noviembre de 2012

La historia de una reconciliación: Via a los #10KilosMenos







Y esta soy yo, con casi 10 kilos menos. Es difícil explicar el tipo de felicidad que sentí - tan simple, tan aparentemente superficial - cuando tomé mis jeans, esos tan usados, tan queridos y que dejé de usar hace tres años porque simplemente no podía pasarlos de mis rodillas, y pude abrochármelos con toda facilidad.   Me miré en el espejo y por primera vez en mucho tiempo, me encantó lo que vi  Una especie de triunfo pequeño, tan personal, pero a la vez tan enorme, a muchos niveles. Pero sobre todo, recobrar esa amistad - perdida y tan dolorosa - con mi cuerpo.

Porque cuando maltratas tu propio cuerpo, de la manera que sea, empieza el silencio. Empieza el silencio inconsolable, un poco quebradizo. El de no mirarte, el de intentar comprender que te sucede. Y esa pérdida de control, esa sensación tan difusa de puro miedo. ¿Que me ocurre? Y luego la tristeza. Porque es una enorme tristeza, sentir que tu cuerpo no puede hablarte como antes, que simplemente calla, cansado y afligido por lo que haces.

Hay algo muy gracioso que me ocurre a menudo: la mayoría de las personas suelen creer que por dedicarme al autorretrato, soy una gran vanidosa sin remedio. En realidad, no es algo gracioso: es bastante angustioso. Porque miras tus fotografías y las analizas, preguntándote que miras, que dices, que construyes, a donde vas, que haces, porque el dolor sigue tan adentro. Y son preguntas dolorosas, cuando no decididamente hirientes.

Tal vez por eso, desde hace seis meses, tomé mis cámaras y comencé a fotografiarme. A solas, con mucha luz de día, destacando mis defectos. Todos ellos. Y a escribir sobre eso. A llorar y sentir miedo - siempre el miedo - y aún así, seguir. Mirar mi cuerpo cambiar, observarme, contemplarme más bien, y comenzar a sonreír  mi cuerpo y yo, porque comenzamos a comprendernos de nuevo. Y que travesía ha sido! enamorarme de mis defectos! de mi barriguita que se resiste a cualquier ejercicio! de mi piel muy blanca, de las diminutas venitas, de las estrías  de las pequeñas huellas de celulitis que mi afición por el descuido me obsequio. Que gran romance, el que he empezado, fotografiandome saltando, con los brazos arriba, riendo, sacudiendo la cabeza. Que desnudez tan bonita. Y que gran redención.

No sé si mostraré esas fotografías algun día. Seguramente sí: por ahora, sigue mi trabajo. Me falta aun camino por recorrer y lo haré, desde luego, cámara en mano.

Como siempre.

C´est la vie. 

4 comentarios:

Claris Trigueros dijo...

Eres tan hermosa y plácida. Somos una lucha constante contra el peso, yo te entiendo, tengo mi sombra de un montón de kilos que llegaron cuando se me fue el amor de él... ya ni recuerdo su nombre, pero alli está la lucha. Gracias por mostrarte como eres, somos muchas las que estamos en la trampa... Un abrazo luminoso

Miss B dijo...

Bella!! Creo que a veces, olvidamos que nuestro cuerpo es una expresión profundisima de quienes somos. Este año, fue un año movedizo, conmovedor y de grandes cambios en mi manera de pensar. Y de pronto, comprendí: soy yo, sin más ni más. Y al hacerlo me liberé de todo lo que no fuera creer en mi propio espiritu. Creo que esta reconociliación, es uno de los pasos hacia esa paz que busco.

Un besote, gracias por leer y comentar!

Unknown dijo...

Heeeermoso leer tu experiencia!... y choca esos 5 jejeje creo que estamos en las mismas.. y bueno no es facil.. entender, verte sin filtro y decidir cambiar solo por sentirnos mejor (amiga pasa la receta por faaaaavor jejeje ) abrazosss!!!

Unknown dijo...

Estoy tan orgullosa... y (no lo vamos a tomar a mal) un poco envidiosa, por tu exito!! a mi me falta fuerza de voluntad... hoy voy a empezar algo, un diario en relación a eso a ver como me va... Admiro muchísimo tu empeño, tu determinación y me inspira... yo creo que debo buscar adentro, no es la dieta que siga ni el control externo de un dr, es adentro que debo buscar y por ahi estoy empezando... gracias Bellisima... nos vemos en el bikini!!!

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