lunes, 9 de agosto de 2010

El esplendor de un Linaje Modesto:

Siempre he pensado que el antecedente más inmediato de la fotografia son los frescos familiares que podemos encontrar en muchos palazzos y mansiones Italianas. Mediante esta técnica pictorica se logró plasmar, quizá por primera vez, la necesidad de crear un orden estructurado de recuerdos y memorias particulares, que permitieran remitirse a un punto común y exacto dentro de la memoria social más general. En otras palabras, creo que la necesidad de conservar rostros e imagenes de referencia intimista y privada dió origen al retrato como forma creativa.

Un buen ejemplo de lo que menciono es el cuadro titulado: La familia Gonzaga, realizado por Andrea Mantegna, hacia 1470.


Los Gonzaga vivieron en una región pantanosa e insalubre. Padecían de gotas, malaria, raquitismo y una escasez crónica de medios. Pero el orgulloso clan llamó al artista más "moderno" de su tiempo para hacer un retrato de familia. Hoy todavía se puede admirar esta imagen de grupo en la sala de audiencias del palacio ducal de Mantua.

Las Cortinas doradas de piel repujada, recogidas a un lado, permiten ver en una terraza. Un distinguido grupo se ha congregado delante de una pared de mármol entre los limoneros: la familia y la corte del Margrave Ludovico de Gonzaga de Mantua, en el norte de Italia.

Solo los Señores de la caza se pueden identificar con absoluta certeza: el margrave Ludovico, con una carta en la mano, aparece deliberando con un secretario. Una de las hijas se apoya de las rodillas de la margravina, la alemana Barbara de Branderburgo y, a su espalda, sin duda algunos de sus diez hijos. Frente al rostros serio y sombrío del secretario, resalta un par de cortesanos de mirada arrogante, los bastardos de los Gonzaga o los maestros de ceremonias. Llevan las medias en rojo y blanco de su propia dinastia. Rubino, el perro del margrave, y una enana completan el cuadro familiar.

Los Gonzaga, vestidos de suntuosos trajes dorados y bendecidos con una larga descendencia, se presentan como una familia orgullosa y afortunada. A medidos del siglo XV ya tenían tras de sí una ascensión fulminante. Desde que en 1328 un antecesor suyo, un terrateniente sencillo pero acaudalado, se convirtiera en "capitano" de la ciudad de Mantua, había consolidado su poder, lo habian aumentado y finalmente legitimizado, comprnando al emperador el titulo de Margrave.


Frente a la riqueza de los Medicis Florentinos, los ingresos de los Gonzaga eran más bien escasos. Su pequeño Reino en el valle de Lombardía era modesto en comparación con las grandes comn las grandes potencias de Venecia y Milán, y la imagen del Papa Pío II cuenta en 1460 de la ciudad de Mantua resulta bastante desconsoladora: "pantanosa e insaluble...lo unico que se oía eran las ranas". Ludovico Gonzaga decidió poner término a todo aquello: no sólo mandó a desecar los pantanos y empedrar las plazas, sino que también intentó llevar a su corte a los mejores arquitectos y pintores de Italia.

Por encargo de duque, Leon Battista Alberti (1404-1472), arquitectos y tratadistas de Quattrocento, proyectó Iglesias en el nuevo estilo, según el modelo de los templos de la Antiguedad.

Los frescos de Mantegna se transformaron en salas de audiencias, relativamente pequeña, en un auténtico palacio que, se ignora el porqué, más tarde recibiría el nombre de "cámaras de los novios". Amplió el espacio gracias a ilusiones de perspectivas, abriendola hacia el cielo y hacia los lados, hacia el paisaje y la terraza.


Quizá Ludovico Gonzaga se haya vengado sutilmente de los poderosos, inmortalizandose asi, en toda la gloria de un fresco que aun nos sorprende y nos fascina. Ni aun los Sforza, con todo su poderio, pudo retratarse en la belleza absoluta del ojo de los Dioses que habitaba en el pincel de Mantegna.



2 comentarios:

Glo ba (((boom))) (zaz) ión dijo...

Pues sí, de una cosa viene otra, y en el caso de la fotografía se pensó en su momento que sería la que suplantaría a la pintura, afortunadamente fue algo absurdo, pues ésta, la fotografía, comenzó siendo un experimento científico (hay, ya todo esto lo sabes jeje). Bueno, qué fino que hayas dedicado tu tiempo para documentarnos esta historia de tan humilde pintor, tomando en consideración una de sus obras.
El final me gustó muchísimo!!


Meny

Miss B dijo...

Que bueno que te gustó bella! En lo particular, estoy obsesionada con los retratos familiares renacentistas y del medioevo. Me parecen extraordinarios porque son basicamente formas de conocer no solo a los retratados sino su vida.
Gracias por pasar y comentar Meny!

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