lunes, 6 de diciembre de 2010

Delirios, dias en busca del sol y otros menesteres.

 
 
Últimamente, he tenido unos días podría decir que un poco desconcertantes...Comenzando por el descubrimiento que mi obsesión con el acontecer diario y las noticias de indole político pueden ser una eficaz herramienta del contradiscurso ( me refiero en concreto a la sensación de absoluto desconcierto que de nuevo me dejó la última escena del Ciudadano Kane y mi capacidad para relacionarla con el ámbito social de mi país) y acabando con la desconcertante comprensión que las sucesivas releecturas de el Gogol de Capote puede darle un sentido fascinante a mi propia perspectiva sobre la normalidad. Claro, claro, un poco de Proust acá, algo más de Dickens para aderezar la melancolía, una corta medida de Fitzgeralt Scott y heme aquí! un poco abrumada por el valor esencial de la palabra más depurada. Que elegante sin duda, esas pobre criaturas narrativas que intentan escribirse a sí misma y tienen el rostro de un placer inaudito; Una sórdida vacuidad en la pequeña penitencia de intentar recomponer mi esperanza en una linea de pura angustia. Mi país se desmorona lentamente, se hace un reflejo borroso de si mismo y los ciudadanos sentimos una especie de temor apocalíptico ante la caída de las luces. ¿Quienes somos? ¿A donde vamos? Aparentemente, Venezuela guarda silencio en medio de la incertidumbre.


Bien decía Voltaire que si no existía Dios, había que inventarlo para tener bajo control a mujeres y criados. Que poca concreción, de esta época "revolucionaria" - de nuevo, otra revolución de las ideas que muere lentamente, desplomándose en medio de imprecaciones y un dualismo frenético- carente de absoluta coherencia. ¿No era Ea de Queiroz quién también afirmaba que era necesario no extender ciertas verdades entre el vulgo; pues sin formación suficiente para asimilarlas correctamente, el pueblo podía tomar el rábano por las hojas y armar una revolucioncita? Un pensamiento inaudita mente cruel, sobre todo por la agónica muerte del valor social, este devastada cultura que perdió el rostro y el confín. Que lamentable que la unica esperanza social que ha tenido el pueblo de Venezuela en los últimos 60 años se convierta en fragmentos irreconocibles de lo que fue una construcción anecdótica. Siento una profunda desazón, una sensación de perdida inenarrable. ¿Donde está el país que deseo, que anhelo, el que estaba inextrincablemente vinculado a mi futuro? Sí, sé la respuesta, perdido en medio de una pobreza intelectual de vértigo y una completa perdida del rostro joven de una sociedad que se encamina directamente hacia su mayor temor: la perdida de su idiosincrasia en medio del caos. Ah, sí, algún cínico me dirá qué no hubieran dado los eximios representantes de las Luces por legitimar su recato ideológico poniendo como ejemplo las revueltas en la banlieu de París o los suicidios aniquiladores del fanatismo islámico: y claro, a quién se le ocurre insuflar la liberté-egalité-fraternité en las cabecitas de quienes nunca tendrán medios para ejercerlas.Pero mi país, la Venezuela abstracta que aun está por construirse es la obra de todos quienes por omisión, por temor, pacatismo o angustia, dejamos que tenga la forma de una frustración enorme y sin razón.

Ah, que insoportable esta sensación de pura incertidumbre. Soy una hija de una época convulsa, una transformación Violenta, sin mediad y carente de sentido. Muere Venezuela, la idea ideológica se desplaza lentamente, sustituye la necesidad de comprendernos como un concepto étnico. No somos nada más que un mutismo venial.

Ah, creo que como me siempre en mis momentos más frenéticos, me refugiaré en las palabras Ezra Poud:

Id, cantos míos, al solitario y al insatisfecho,
id también al que tiene los nervios deshechos, al esclavo de las convenciones,
mostradles el desprecio que siento por sus opresores.
id como una gran ola de agua fría,
mostradles mi desprecio por los opresores.

Hablad contra la opresión inconsciente,
hablad contra la tiranía de la falta de imaginación,
hablad contra las trabas.

Id a la burguesa que se está muriendo de tedio,
id a las mujeres de los suburbios.
id a los espantosamente casados,
id a aquellos cuyo fracaso está oculto,
Id a la desgraciadamente casada,
Id a la esposa comprada,
id a la mujer impuesta.

Id a aquellos de lujuria exquisita,
id a aquellos cuyos delicados deseos son frustrados,
id como plaga contra la estupidez del mundo;
id con vuestro filo contra esto,
reforzad las cuerdas sutiles,
llevad confianza a las algas y los tentáculos del alma.

Id amigablemente,
id con palabras sinceras.
Estad ávidos por hallar nuevos males y un nuevo bien,
estad contra todas las formas de opresión.
Id a aquellos que están embotados por la madurez,
hacia aquellos que han perdido su interés.

Id al adolescente que es sofocado en familia...
¡Oh! ¡Cuán asqueroso resulta
ver tres generaciones en una misma casa reunidas!
Es como un árbol viejo con renuevos
y con algunas ramas podridas que ya se caen.

Salid a desafiar la opinión popular,
id contra esta servidumbre vegetativa de la sangre.
Estad contra cualquier clase de opresión.


C' la vie.

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