jueves, 7 de octubre de 2010

Sobre la tortura y otras formas de Violencia institucionalizada

La ejecución sumaria es una de las formas de castigo más extendidas en el mundo antiguo. Sin embargo, su método y su forma ha variado a través de los siglos sensiblemente: en la medida que las leyes han centrado la penalización no solo en la tortura sino en la justicia - o en la apariencia de ella - las formas de ejercer la violencia se han tornado más controladas y eficientes. No obstante, un pasado cruel y sumamente cruento se manifiesta a través del tiempo, en la aplicación de las leyes de convivencia y en la forma más expedita de la racionalización de la ley como dogma social.

He querido realizar una pequeña investigación sobre este tema, muchas veces ignorado por la legislación y la jurisprudencia histórica. No obstante, en lo particular me ha parecido de inestimable valor darle un sentido concreto a la expresión de la violencia de la cultura humana.


Aplastamiento mediante elefante.


Es un método que se extendió a través de la India y otros países meso orientales - en el sur y sudeste asiático - durante casi 2.000 años. Las primeras crónicas que lo describen pertenecen a los anales históricos de diferentes sultatanos, donde se le consideraba una ejecución especialmente dura y que solo se aplicaba a criminales que hubiesen ofendido de palabra y de forma a la magestad del Sultan regente. Las primeros indicios de su utilización como forma de penalización aparecen  en las narraciones de palacio del Sultán Mahmud de Gazna, de la dinastía de los gaznauíes, gaznavíes o gaznávidas, que gobernó desde la actual ciudad afgana de Gazni unos dominios que iban desde el Ganges a Mesopotamia.

El método variaba según la gravedad del crimen cometido: Los elefantes se utilizaban para aplastar, desmembrar o torturar a los condenados en ejecuciones públicas y solo se les concedía una muerte rápida si la victima suplicana al Sultán perdón por la falta cometida. Los romanos y los cartagineses también usaron este método en ocasiones. La práctica fue finalmente suprimida por los imperios europeos que colonizaron la región en los siglos XVIII y XIX.

El toro de Falaris.

Se le atribuye su construcción como arma de tortura a Falaris, tirano de Agrakas, que murió en el año 554 adC. Se utilizaba especialmente para la ejecución de enemigos del Reino Visigodo de Tolosa, aunque no obstante, se presume que incluso los romanos lo utilizaron en las provincias más levantísticas del Imperio como método de disuación de los focos de protesta y resistencia que esporádicamente intentaban expulsar a Roma de los territorios conquistados.

Era Un método de tortura y ejecución especialmente cruel: Se trataba de una efigie de bronce con forma de toro e interiormente hueca. El condenado era encerrado en el interior. Bajo la panza del toro se encendía una hoguera para que el reo se quemara allí dentro. Unos orificios situados en la boca de la efigie permitían que se oyeran los gritos de este, de tal forma que el toro parecía bramar.


El Sacrificio Azteca.

Para los conquistadores Europeos, uno de los aspectos más polémicos relacionado con los aztecas han sido los sangrientos sacrificios humanos que impresionaron sobremanera a los españoles que arribaron a México en el siglo XVI. Según el soldado-cronista Bernal Díaz del Castillo, al aproximarse al Templo Mayor y observar el altar de Huitzilopochtli; "...este tenía en las paredes tantas costras de sangre y el suelo todo bañado de ello, como en los mataderos de Castilla no había tanto hedor. Y allí le tenían presentado (al dios tutelar) cinco corazones de aquel día sacrificados...".

Los aztecas consideraban que ellos eran el pueblo elegido para mantener con vida al Sol, el cual únicamente podía alimentarse con un elemento que se hallaba en la sangre de las madres muertas en el parto, la sangre de guerreros muertos en combate y la sangre de prisioneros sacrificados en el altar mayor. Para los sacrificios empleaban un cuchillo realizado sobre silex con turquesa, hematites y obsidiana. Subían al prisionero hasta la «Piedra de los Sacrificios» del templo (llamada techcath), donde cuatro sacerdotes lo tumbaban, estiraban y sujetaban. Después le extraían el corazón con el cuchillo, levantando la masa sanguinolenta al aire mientras pronunciaban la ofrenda suprema a Tonatiuh, el dios del Sol. El corazón se guardaba en una vasija especial, llamada cuauxicalli, tallada con diseños que representaban un águila, mientras que el cuerpo era arrojado por las escaleras del templo.

La barra candente.

Este método fue utilizado para asesinar al Rey Eduardo II de Inglaterra, luego de llevar al país a peor  ruina de su historia debido a los favores reales que dispensaba a un grupo de favoritos de escasa inteligencia politica, sobre todo a los Despencer padre e hijo, y a Piers Gaveston, lo que causó finalmente que la nobleza, dirigida por la reina Isabel y su amante, Sir Roger Mortimer, además de ayudados por el Papa Juan XXII, organizaran desde Francia, adonde habían huido, la rebelión total e invasión de Inglaterra.

Era una forma de ejecución especialmente humillante: Consistía en introducirle al ajusticiado una espada o una barra de hierro candente por el recto.  Solía decirse que era habitualmente utilizado entre los cortesanos de las diversas casas Europeas debido a que no dejaba marcas visibles de violencia.

Kielhalen.

Debido a la proliferación del comercio marino y las transacciones de indole diplomático que tenian como principal caracteristica el envio de flotas y navios a tierras vecinas, este método sumario de castigop - que solía desembocar en la muerte - se practicó desde los siglos XVI hasta XIX por la Marina Real de los Países Bajos y la Marina Real Británica (también por algunos piratas).

Aunque no era legalmente aceptado por legislación alguna, era una forma de castigo corporal severo que se aplicaba cuando los marineros estaban en el mar y por lo tanto, la única autoridad real a la que podía recurrirse en busca de justica era el Capitán del navío o en todo caso, el tripulante de mayor graduación. El marinero era atado a una cuerda que pasaba bajo el navío, lanzado al agua desde un lado del barco, y arrastrado bajo la quilla del barco hasta el otro lado.

Aunque no era un castigo especialmente utilizado para el asesinato, por razones obvias la victima terminaba muriendo al cabo de pocas horas o días.


El caballo de madera o burro ingles.

Era un castigo sumario que fue permitido y auspiciado por la legislación Inglesa durante más de 200 años, no obstante su ambito estuvo restringuido a castigos seculares o militares en fronteras del Imperio especialmente violentas o dificiles de controlar mediante los métodos comunes. El Ejercito Británico lo uso en el XVII como forma de castigo o tortura, sin buscar la muerte del penado, sentándolo en el potro durante una o dos horas. Así, en el libro del tribunal militar de la Guarnición de Tanger, perteneciente al Ejercito Británico y escrito durante el periodo 1663-1669, se puede leer que el soldado William Merriday fue sentenciado a montar el caballo de madera con cuatro mosquetes atados a sus talones: un peso relativamente leve que evitaba dañar irremediablemente al soldado. Los británicos abolieron este método de castigo tras la ascensión al trono del rey Jorge I.


No obstante, en su forma de aplicación más violenta, se montaba y fijaba al condenado, desnudo y con las manos atadas a la espalda, en un largo madero horizontal cuya sección tenia forma de V invertida y estaba sostenido por cuatro patas. Después, se le colgaban grandes pesos atados a los tobillos. La idea del castigo era dislocar las articulaciones y producir un dolor insoportable que en ocasiones, ocasionaba la muerte de la victima de forma fulminante.

La muerte de los mil y un cortes.

Aunque requería una elaborada construcción y muchas veces, se le consideraba inaplicable debido al largo que tiempo que el ejecutor debía utilizar para llevar a cabo la sentencia, la muerte por mil cortes, también llamada "Muerte de los mil y un cortes" o "Muerte de los cien pedazos" (en chino, Ling Chi o Leng T’ché) fue una forma de suplicio chino utilizado desde el año 907  abolida en abril de 1905

La práctica consistía en descurtizar al reo, que previamente era drogado con opio y atado a un poste. Los pedazos del cuerpo eran depositados ante el reo, que era mantenido con vida hasta la extracción de la hipófisis y consiguiente muerte.

El antecedente histórico de la practica se encuentra en un castigo llamado "La lenta muerte por el cuchillo",  una forma de suplicio chino para aplicar penas de muerte a siervos que hubieran matado a su amo, o en delitos de lesa majestad.

Necklacing.

Es una forma de ejecución relativamente reciente, aunque tiene antecedentes históricos en los métodos inquisitorios españoles y Alemanes utilizados contra los Anabaptistas durante la reforma. Esta cruel practica consistía en amarrar un neumático al cuello de un hombre, rociarlo de gasolina y prenderle fuego. Se origino en Sudáfrica, en el contexto de los enfrentamientos entre el Congreso Nacional Africano (CNA) y el Partido de la Libertad Zulu Inkatha, durante la lucha contra el Apartheid. Se aplico a los negros que o bien colaboraban con el poder blanco o bien no participaban en las huelgas y actos revolucionarios.

1 comentarios:

TAIKUN dijo...

Me imagino q estas no son todas las clases de tortura, pero me dejaron impactado las q leí, aunque la del elefante la vi en una película de la india.


Veo q desde tiempos remotos había "creatividad" para ciertas cosas

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