sábado, 25 de mayo de 2013

La Diosa, la bruja, la brujería: La Luna como símbolo del poder femenino.





Enciendo una a una las velas a mi alrededor y sonrío, mirándolas brillar en la oscuridad. Cada vez que celebro Luna Llena, tengo esta exacta sensación de pertenencia, de comprenderme mejor que nunca. Y es que como bruja, la Luna representa algo tan concreto como esencial en mi manera de expresar mis creencias: Un símbolo de trascendencia. Parece sencillo, pero no lo es y es que quizá ninguna otro elemento natural ha sido tan reverenciado y divinizado, como la Luna. Numerosas culturas y tribus, creencias y mitologías, han encontrado en la Luna ese símbolo que puede representar la divinidad sin rostro, la figura religiosa que la mayoría de las veces, carecía de forma más allá de su abstracción como figura visible. Resulta curioso que el concepto de la Luna como Divinidad sea común entre culturas sin ninguna otra característica en común, además que su particular visión hacia este objeto natural.


Al seguir la huella de esta gran cadena de creencias, lo único claro que logro concluir, es que la Luna expresa una idea muy concreta sobre maternidad, divinidad y la mujer. Tal vez debido a su aparente conexión con el ciclo menstrual femenino - y el papel de este dentro del misterio de la concepción - la Luna se convirtió en el primer símbolo de la Diosa como creadora. De hecho, el nombre griego de Europa, madre eponímica de la Europa continental, significa “luna llena” y proviene del título de Hera o Io como la blanca Luna-vaca, y también de otras versiones de la diosa como Demeter y Astarté. Para muchas culturas, la Diosa paré literalmente al mundo, es la madre fertilizadora y también, la que arrebata la vida. Sin duda, el ciclo de la Luna en el cielo nocturno fue la primera manera de contar el tiempo y asociar su tránsito con el ciclo natural que muchas tribus tuvieron a disposición. No es casual, entonces que para algunas sociedades primitivas, la Luna simbolizara el poder de crear, de construir y luego destruir. La vida, como paradigma, construyéndose a través de esa visión de la vida y la muerte como aspectos naturales y a la vez misteriosos.


No obstante, la influencia de la figura de la Luna no es meramente religioso, mitológico o ritualista. La concepción de la Luna como "Madre" parece extenderse en todas direcciones a través de la historia, tocando extremos que sorprenden por su diversidad:  Albión, el nombre originario de gran Bretaña, significa de manera literal “luna blanca” y según insisten algunas teorias, hacia refencia directamente a  la Diosa muda de los bosques, adorada y temida por campesinos, hasta que el moje Gildas le convirtió en un ficticio santo masculino llamado San Alban. Si esta hipótesis es cierta, sería un indicativo evidente de como la Luna, expresaba con mucha contundencia un concepto claro sobre pertenencia, construcción religiosa e incluso cultural.

La Luna, espejo del mundo y de la fe: 


Pero la influencia de la Luna no solo es rastreable a través de la cultura europea: la asiática y árabe también parecen haber brindado un lugar preponderante a lo femenino - creador, destructor - en su visión cultural: Al-Mah, la luna, fue una deidad principal de Persia cuyo nombre se convirtíó en el nombre hebreo Almah, “mujer núbil”: nombre que los cristianos han insistido en traducir como “virgen” cuando se aplica a la madre de Jesús. Otro derivativo fue el latín alma-mater, “alma-madre” viviente del mundo. Además, en la gran mayoría de leyendas Persas, chinas e incluso en lugares tan distantes como los pueblos aborígenes australianos, la Luna es fuente de sabiduría primitiva, simbolo de un tipo de poder profundamente arraigado: La luna procura la vida pero también, lleva la muerte.

Aún más interesante: En la Arabia que antecedió a la cultura Islámica,  la diosa Luna era tan preponderante - tanto en culto como en visión creacionista -  que su simbolo representó al país entero, y lo sigue haciendo de alguna manera, como muestra la luna creciente de las banderas islámicas.  También Manat, la vieja madre luna de la Meca, también fue adorada por tribus de beduinos y nombrada de manera llana como  Al-Lat, la Diosa. Este nombre fue masculinizado como “Allah”, quien prohíbe a las mujeres entrar a las mezquitas que alguna vez fueron templos de las sacerdotisas de la luna.

Sorprende además, que el culto a la Luna no sea exclusivo de culturas con una alta religiosidad: Los descreídos y pragmáticos romanos celebraban diversas festividades en honor  Luna Madre, bajo la admoninción de  Luna o Mana (Manía), madre de los espíritus ancestrales arcaicos llamados manes, anualmente propiciados en el festival Manalia. Cruzando el continente, La Diosa Mana también  regía en la arcaica Escandinavia, en Arabia, y el Asia central.  Etimologicamente, la Luna también formaba parte de idiomas primigenios, e incluso, muchas de las raíces semánticas actuales provienen de sus primeras advocaciones: “Mana” viene del sánscrito manas, “mente” un atributo de Ma, la madre primordial; estaba también relacionado con el latín mens, significando ambos “mente” y “luna” y también una cualidad misteriosa de poder espiritual: nu-men.



La Luna y la mujer: poderosa y controvertida. 

Por supuesto que, debido a su evidente vinculo con lo femenino, la Luna ha sido demonizada y más de una vez, tachada de signo "maligno" o "diabólico" en la historia. En una ocasión leí que según el filósofo, rabino y teólogo Moses Maimónides, el culto Lunar era la religión de Adán. Claro está, como rabino, Maimónides sabía de las implicaciones de su afirmación y más allá del símbolo del primer hombre creado, lo que el filósofo intentaba expresar probablemente era la trascendencia  de la  metáfora Lunar como hecho religioso: la Biblia contiene muchos trazos de reverencia pre-yahveísticas a la luna y no solo como creencia entre los pueblos primitivos, sino como expresión de un tipo de profesión de fe lo bastante poderosa como para transcender la mera creencia popular: Los reyes del Antiguo Testamento vestían “ornamentos como la luna y también lo hacían los animales que montaban” (Jueces 8:21). ¿Que se deduce de esa costumbre? Que el rito Lunar no era algo exclusivamente del pueblo llano, sino una costumbre religiosa aceptada y venerada por la casta más poderosa de la antigua sociedad judaica.

Siempre me ha parecido curiosa esa dualidad - en ocasiones contradictoria - de la visión judaica sobre la Luna. Muchas veces, los Profetas denunciaban a las mujeres hebreas por llevar amuletos lunares (Isaías 3:18) pero a la vez, la Luna era considerada un símbolo de poder jerárquico y originario. Me refiero en concreto que se consideraba a la Luna como una figura de autoridad, una divinidad con poder y personalidad propia. Una tradición talmúdicas decía que el mismo Yahvé tuvo que hacerle una ofrenda a la luna por haberla ofendido. Más asombroso aún: La diosa de la Luna no parecía demostrar mucho respeto por Yahvé ni por los suyos; según el Apocalipsis de Baruch: Cuando Adán y Eva cayeron en el pecado, todo lo demás se hundió con ellos “el cielo, el sol y las estrellas, incluso los más cercanos al trono de Dios; los ángeles y los poderes fueron movidos por la trasgresión de Adán,” todo excepto la Luna, que se reía. En todas las ocasiones que he leído esa historia, sonrío: La imagen que tengo es la de una deidad extraordinaria, hermosa y terrible, al limite del Universo mismo, con los brazos levantados para mostrar su poder y más allá, su independencia.

Tal vez fue así, ¿verdad?

La Luna como estigma, condena, herejía. 

Para la Iglesia Católica, la feminidad siempre ha sido un tema difícil  no solo por la manera que asume el papel de la mujer - como se menosprecia, en realidad - sino la manera como la doctrina parece sugerir una concreta minusvalía con respecto a la figura masculina. San Agustín, quién al parecer estaba muy interesado en la moral religiosa que expresaba la luna, condenó a las mujeres por su “impúdicas y coquetas” danzas en honor a la luna nueva. Aún así, el tiempo lunar era tan importante para la tradición Savior que los cristianos insistieron en remarcar que la luna llena apareció durante la crucifixión de Jesús –aún con un eclipse solar, que sólo puede suceder durante la etapa oscura de la luna.

El culto lunar siguió siendo asociado a la mujer y a lo femenino - como concepto y símbolo - durante buena parte de la Edad Media. Tal vez por ese motivo, en numerosos cánticos y baladas populares, la mujer celebraba y divinizaba,  no a Dios sino a su propia deidad, la Luna Madre, para quien cocinaban panes de avena.

Se dice que celebrar los cumpleaños con un pastel, es un antecedente directo  de la costumbre griega de conmemorar el nacimiento de  Artemisa, diosa de la Luna, cocinando pasteles en su honor.  Las brujas continuaron invocando a la Diosa “dibujando la luna”. En algunas áreas, los cultivos no podían ser recolectados ni las bodas celebradas a menos que fuera en los tiempos apropiados de la Luna. Todo lo que tenía que ver con el manejo de animales domésticos parece estar relacionado con la Luna. Y por supuesto, ninguna bruja ni adivino realizaban operaciones mágicas sin tomar en cuenta la fase lunar.


La Luna, la belleza, el tiempo nuevo:

Me desnudo. Siempre será una manera muy intima de celebrar la luna Llena, piel con piel, con esa sensación de ingenuidad, casi fragil, que me hace sentir la desnudez. Me inclino, enciendo la albahaca y miro las volutas de humo flotar en la oscuridad, el olor penetrante rodeándome, perfumandome el cabello y la sonrisa. Y de pronto, recuerdo una frase que leí ayer mientras investigaba para este artículo: "Agla, uno de los “nombres secretos de Dios” más usados en la magia hebrea, es usualmente traducido como “luz” pero significa específicamente “luz de luna”; es uno de los antiguos nombres de la diosa Luna". Y siento, esa conexión profunda, no solo por descubrir a la Diosa en mi vida en más de una manera, insospechadas y cada vez más sorprendente, sino además por este privilegio de celebrar mi feminidad de esta forma tan sentida, tan profunda y visceral. La herencia de la luna en mis venas, la más intima trascendencia, en mí.

C'est la vie.


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