martes, 28 de agosto de 2012

Snow White and the Huntsman de Rupert Sanders






Juro que me senté con buena voluntad en la butaca para ver,  "Blancanieves and the Huntsman". Estaba bastante entusiasmada - bueno, no tanto, ya había leído algunas críticas - y realmente esperaba un buen espectáculo. Soy de las muy fieles al cine palomitero, porque si algo tengo bastante claro es que el cine tiene una gran labor, más allá de todo el contenido conceptual y metafórico que pueda tener un film: Entretener. De manera que la gran pregunta que cualquier cinéfilo de hueso rojo debe hacerse antes de ver una película es si acepta ese pacto sin rubrica de "creermelo todo, aceptarlo todo" ( como diría @Andres_MonKda ) imprescindible cuando las luces se apagan y comienza la proyección. De manera que aquí la gran pregunta es: ¿Me entretuvo Blancanieves and the Hunstman?

Si y no.


Últimamente hay un revival de los cuentos de Hadas como fuente de inspiración artística: desde exitosas obras de teatro, fenómenos literarios - ¿Qué otra cosa es "50 sombras de Grey" que el cuento de la bella Durmiente pero versión pretendidamente erótica? - y por supuesto, toda una nueva visión filmica de viejos mitos clásicos. Sobre todo, parece haber un gran interés en brindarle nuevo lustre a cuentos tan antiguos y aparentemente inocentes como "La Caperucita Roja" ( recordemos la lamentable versión de Catherine Hardwicke ) y "Blancanieves", con menor o mayor fortuna. En lo que va de año, hemos tenido dos versiones de esta última, "Mirror, Mirror ,The brothers Grimm: Snow White",  protagoniza por Lily Collins  como Blancanieves y una poco atinada Julia Roberts como la malvada madrastra. Dirigida por  Tarsem Singh, director de "The Cell" y la inolvidable "Los inmortales" decepcionó a propios y extraños. No obstante, la versión que parece haber tenido mayor repercusión ha sido la  protagonizada por la aparente actriz de moda Kirsten Stewart, el correcto Chris Hemsworth y una sorprendente Charlize Theron. Debuta en la dirección hollywoondense el inglés Rupert Sanders ( famoso actualmente por algo más que su talento cinematográfico ) lo cual auguraba al menos un trabajo correcto y sobrio.


Y "Blancanieves and the Hunstman" lo es. Aunque pudo ser mejor. Y eso es lo que se echa de menos.

Confieso que tenía altas expectativas con este pequeño experimento de crear una historia solida a partir de una premisa aparentemente sencilla. El trailer - y sigo dejandome engañar por un trailer bien producido - anunciaba una batalla visual espléndida, una cuidadisima puesta en escena y cuando menos, un duelo histriónico entre dos actrices de generaciones distintas, pero que aun así, tienen una identidad propia dentro del mundo cinematográfico. No obstante, y aunque la película no carece de calidad - podría decir que con esfuerzos rebasa la media de películas a su estilo estrenadas ultimamente - no posee una verdadera solidez que pueda sostenerla más allá del espectáculo palomitero que es. Muy bien arreglado y adornado para sorprender, eso sí. Y lo logra. No obstante, se lamenta que pudo ser mucho mejor de lo que fue.

Probablemente, el mayor error de esta film con grandes pretenciones épicas es justamente su intención de darle un aire casi triunfal a un guión que arroja agua por los cuatro costados. Porque aunque el primer tramo de la película sorprende y agrada, la desigualdades de ritmo en la narracción terminan transformando la historia en una colección de buenos momentos visuales sin conexión entre sí. Tal vez se deba a una edición deficiente - hay arcos argumentales que aparecen y desaparecen sin que puedan sostenerse en la trama principal - o al hecho que hay un verdadero abismo de actuación entre ambas actrices principales. Y es que tal vez la mayor debilidad de "Blancanieves and the Hunstman" es que hay una diferencia notoria en las escenas protagonizadas por una fabulosa Charlize Theron como la Reina Ravenna y una correcta rayando en su habitual simplicidad, Kirsten Stewart. Justamente es esa debilidad del personaje de Blancanieves, a quien se anuncia como némesis y contrapeso de la maldad pura, sin mácula de la Reina, donde la película vadea de un lado a otro sin definirse nunca. Porque allí donde Ravenna se muestra atemorizante, indeciblemente hermosa y cruel, Blancanieves solo es una adolescente con escaso peso argumental. La esperada disputa entre la belleza convertidos en simbolos del bien y del mal, se deshace en una evidente insistencia del guión en rodear a Blancanieves de un halo casi mistico, que Stewart no logra alcanzar jamás. La Blancanieves de Rupert Sanders - sin alusiones faranduleras de por medio - sabe a poco, carece de la atemporalidad y la fuerza que se le atribuyen, casi por calzador durante toda el metraje. Al final, cuando la película acaba, queda el brillo de una Reina de malignidad absoluta pero que incluso en sus momentos más crueles resulta sublime, mientras que Blancanieves debe conformarse con algo menos que una especie de ternura forzada, una idea de inocencia que no termina de cuajar.

Pero sobre todo, "Blancanieves and the Hunstman" es un espectáculo visual. La ambientación histórica está más cuidada de lo que suele estarlo en produccions de este tipo y agrada a la vista, la delicadeza en el uso de efectos visuales y bellos escenarios. El guión flojea, pero sería injusto juzgarlo muy duramente, siendo que intenta un precario equilibrio entre la fantasia pura y cierta reminicescias del drama histórico que tanto gusta en Hollywood.  En el apartado actoral, como dije, sorprende Charlize Theron. Su belleza, como recurso visual hipnotiza al espectador y su actuación permite a Ravenna alzarse de un guión chato, más allá de la maldad ramplona. Chris Hemsworth  como siempre cumple: de nuevo en su papel de muchacho fuerte de la película, no defrauda y en ocasiones su actuación es más que correcta. Kirsten Stewart lucha muy dignamente para apartarse de su Bella Cullen sin lograrlo, y de hecho, uno de sus mayores problemas es tratar de brindarle a su Blancanieves parte del heroismo que se le atribuye. Pero al final de todo, su Blancanieves solo es una adolescente cansada y confusa, sin mayor consistencia que una pretendida fortaleza que solo avistamos en un par de momentos nada brillantes. Sam Claflin, de nuevo es el héroe joven de la trama ( Fue "Phillip", el apasionado defensor de la Sirena secuestrada Piratas del Caribe: En mareas misteriosas ).  Mención aparte al grupo de enanos, todos interpretados por espléndidos actores británicos y que alejandose de los personajes anodinos de su hermano literario, forman una interesante grupo de personajes que componen por si solos varias de las escenas más memorables de la historia. Asombra y enternece Bob Hoskins, brindando a su personaje una sencilla ternura e Ian McShane, como el lider de este pequeño / gran grupo de héroes.


En resumen, Blancanieves and The Hustman no es una película que sorprenda a nadie, pero tampoco decepcionará demasiado. Tiene momentos hermosos, otros muy bajos, pero en general cumple lo que promete, recrear bajo un cariz de belleza un mito tan antiguo como entrañable como lo son los cuentos de Hada.

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