miércoles, 13 de septiembre de 2017

El monstruo que nos habita: Todas las referencias al Universo literario de Stephen King en la película “It” de Andrés Muschietti.





El terror como género literario suele reflejar con mayor o menor exactitud, la época de la que procede. Y por eso motivo, con frecuencia se le atribuye a Stephen King el mérito de haber convertido al terror en una referencia cultural inmediata, una precisión que intenta explicar — sin lograrlo del todo — el éxito inmediato de la mayoría de sus novelas. Pero para el escritor, la literatura de género es algo más que la mera referencia y quizás por ese motivo, todas sus obras se sostienen sobre un sustrato complejo que se basa justamente en la versión de lo social sobre el terror. Y es la novela “It” con su lóbrega y colosal atmósfera de cuentos de hadas macabro y su variedad de subtextos y análisis sobre lo que el miedo puede ser, el mejor ejemplo de esa intención literaria del escritor de crear una conciencia cultural más amplia. No sólo se trata del potencial de la historia para ser espeluznante sino también, la búsqueda de King de brindar al miedo una dimensión por completo nueva. Una mirada hacia la naturaleza humana como fuente de todo tipo de horrores y monstruos, pero también, una reflexión sobre el temor como raíz esencial de la identidad del hombre. Una apuesta arriesgada que “It” supera con creces y añade una precisión mucho más poderosa: ¿Quienes somos a la sombra de lo que nos asusta? ¿Que crea y sostiene los demonios personajes que nos atormentan?

La nueva adaptación cinematográfica de la novela juega con ambos elementos en un intento de meditar sobre lo temible desde el mismo punto de vista, sin lograrlo siempre. Aún así, mantiene la misma tensión sobre la noción del miedo como un estrato de la conciencia humana — con el payaso Pennywise convertido en un avatar inquietante sobre los peores temores infantiles — y además, lo dota de cierta multidimensionalidad que añade interés al arco argumental central. El director Andrés Muschietti no sólo intentó crear una visión sobre el Universo de King sobre la premisa del miedo originario sino que además, basó su adaptación en el hecho del horror escondido en lo cotidiano. Y aunque no logra en todas las ocasiones sostener la propuesta — por momentos, el guión parece cierta solvencia en favor de los sobresaltos gratuitos — la película insiste en la incógnita que rodea al libro: el miedo como expresión misteriosa de lo individual y su inmediato reflejo en lo colectivo.

Uno de los mayores aciertos del film, sean las constantes referencias a un Universo fundacional mucho más amplio, que el guión maneja con mano sutil y que dota a la película de una curiosa identidad como mapa de ruta a través de una historia más compleja. La adaptación creada por Cary Fukunaga, Chase Palmer y Gary Dauberman, crea una doble lectura inmediata de todo tipo de visiones y análisis sobre no sólo el miedo como elemento único, sino también como un grotesco juego de espejos que analiza el mundo infantil y el mundo adulto a través de un puente figurativo de dolores y pesares compartidos.

¿Y cuales son las referencias más evidentes a esa versión del miedo que sustenta todas las novelas de Stephen King y las convierte en una unidad temática? Quizás las siguientes:

La mirada del viejo reptil:
En la novela “It”, el némesis inmediato de la criatura malvada y atemporal que se esconde detrás del rostro de Pennywise, es una entidad mística y extraordinaria encarnada en la forma de una tortura llamada “Maturin”. En la novela, no sólo es la sabia voz de una conciencia invisible que guía a Los Perdedores en su lucha contra Pennywise, sino además encarna cierta noción sobre lo inmutable desde la concepción de lo primitivo. La película no ignora la percepción sobre la inteligencia sin nombre que se enfrenta al mal imposible: Andy Muschietti utiliza diversos símbolos para recordar a los lectores de la novela y empapar al nuevo público de la percepción mitológica particular del argumento literario. La tortura aparece una y otra vez en varias escenas e incluso, parece ser parte de cierta estética fatalista y nostálgica que el director utiliza como trasfondo esencial de la película. Es una forma efectiva y concreta de hacer referencia inmediata no sólo al libro “It” sino a la saga “La Torre Oscura”.

La pandilla de los perdedores y el dolor:
De la misma manera que en el libro, la película celebra el compañerismo y el pacto personal de los Perdedores desde la muerte, en una versión sobre la caída de los temores y la angustia existencial que sorprende por su efectividad y buen hacer. Para King, la muerte es una transmigración de conciencia — tema que toca con enorme efectividad en la novela del 2015 “Revival” — y además, una comprensión sobre los horrores invisibles que acechan en el inframundo. Todo eso está en la película “It” reversionado y convertido en un análisis certero y elocuente sobre la comprensión de la incertidumbre y los temores no superados. Además, Muschietti crea una percepción sobre lo desconocido más cercano al dolor y a la aflicción que al castigo moral, logro que también es parte de la versión literaria de la película.

La delicia del mal:
Para Muschietti incluir alegorías sobre otras manifestaciones del terror monstruosas del Universo King, fue una manera de establecer lazos argumentales y visuales con la propuesta literaria del escritor. Por ese motivo, no sorprende que uno de los personajes lleve una camiseta con un visible estampado de la carrocería de Christine — novela de 1983 también llevada al cine — y que sea su figura inquietante lo más reconocible en medio de una de las escenas más tensas de la película. ¿Se trata de un paralelismo entre el mal en estado puro del coche asesino y el payaso que acecha en Derry? Muschietti no lo aclara pero evidentemente se trata de un golpe de efecto que logra crear un nuevo nivel de tensión dentro del entramado de la película.

El miedo en todas partes:
De la misma manera que el libro, en la película de Muschietti el miedo está en todas partes. El pueblo de Derry se convierte no sólo en una visión inquietante sobre los horrores secretos y los vicios ocultos, sino que además en una metáfora del real poder que sostiene a Pennywise. Una y otra vez, el director convierte a la apacible estampa del pueblo en un mapa del miedo convertido en un influjo atemporal. No sólo se trata que Pennywise medra en la oscuridad de Derry, sino que además el pueblo alimenta a la criatura con una visión temible sobre los pecados inconfesables que parecen mezclarse con el poder real del monstruo que habita en las alcantarillas. En el Derry literario nada es lo que parece y el Derry cinematográfico hereda por completo esa visión del bien y el mal originario desde una concepción casi cósmica del origen de las vicisitudes del ser humano.

Pequeñas visiones del inframundo:
En el Universo literario de Stephen King, los “Deadlights” es un tipo de magia y además, una referencia inmediata a la verdadera naturaleza de la criatura “It”. En la película, Muschietti utiliza el recurso para recordar que Pennywise apenas es una forma física de un un terror inexpresable e impensable, que se manifiesta no sólo a través de la forma del payaso sino también de otras tantas formas que demuestran que “IT” es un tipo de criatura mítica que evade una explicación racional. Además, Muschietti se toma el trabajo de recrear las literarias “Deadlights” exactamente como King las describe en varios de sus libros. Todo un tributo al lector.

Los símbolos diminutos del terror:
Muschietti se aseguró de llenar a la película de todo tipo de alegorías sobre el pasado tenebroso de Derry pero también, del miedo colectivo que Pennywise ha provocado durante décadas. Y aunque no lo incluye de manera expresa en el guión, hay toda una serie de pequeños guiños al universo literario con la clara intención recordar que Derry es un extraño carnaval de horrores: desde la omnipresente torre de agua de Derry, hasta todos los pequeñas alegorías a los pueblos en apariencia inofensivos pero peligrosos que King ha venido describiendo por décadas en todos sus libros. De hecho, la Torre de Agua — clásica visión del Universo de It — aparece también en la novela “Dreamcatcher” en la que el escritor le otorga la simbología del paso entre este universo y otros tantos que se manifiestan en la oscuridad y al filo de la razón humana.

Derry, te queremos:
Tanto en el libro como la película, Derry es una alegoría sobre lo siniestro de la naturaleza humana tan o más inquietante que la figura de Pennywise. Una y otra vez, el pueblo se muestra como una percepción metafórica de los rigores de la crueldad y es de hecho, la noción del pueblo trampa lo que sostiene la mayoría de las percepciones sobre la crueldad y el terror en la historia. En la película además Muschietti lo deja muy claro al dejar entrever una de las escenas más duras del libro que no se cuenta en el film, mostrando un globo con un visible rótulo de “I Love Derry”, que sin duda los lectores devotos reconocerán de inmediato. En el primer capítulo de la novela, Adrian Mellon es atacado por una turba enardecida justo por llevar un sombrero en donde puede leerse claramente la misma leyenda. Al final, el ataque de odio escala cuando la criatura que habita en las cloacas del pueblo asesina a Mellon y convierte toda la escena en un grotesco símbolo del odio convertido en algo más abyecto y retorcido. Es entonces, cuando Pennywise su primer tributo en sangre y el ciclo de muerte en el pueblo, comienza de nuevo.

Más allá de toda consideración y crítica — a la película se le acusa de superficial y una mezcla poco efectiva de trucos argumentales no muy sorprendentes — Muschietti logró captar la inquietante y terrorífica atmósfera de la visión de King sobre el terror. La perspectiva de la nueva versión de It — parece tener una idea muy clara hacia donde sea encaminarse no sólo como producción cinematográfica, sino reinvención del terror. Y ese quizás, es su mayor triunfo.
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