lunes, 7 de septiembre de 2015

ABC del fotógrafo curioso: Las preguntas que todo fotógrafo debería hacerse alguna vez




En una ocasión, se le preguntó a Diane Arbus cual era el elemento más importante e imprescindible en sus fotografías. Arbus, por entonces de cincuenta años y habiendo dedicado casi la mitad de ellos a fotografiar, no dudo en la respuesta “El cuestionamiento sobre lo que me rodea pero sobre todo, sobre mi misma”. Una respuesta que no sólo parece resumir la idea sobre la fotografía como expresión vivencial sino también, como expresión concreta de una idea que se transforma. Y es que más allá de toda interpretación semiológica y conceptual, la fotografía es un reflejo de la opinión, las ideas y mundo privado de su autor. Una construcción de símbolos coherentes que sostienen un lenguaje visual.

De manera que, al momento de analizar la fotografía como hecho documental y personal único, es necesario reflexionar sobre la idea visual como reflejo de nuestra identidad. Una obra artística por derecho propio con la capacidad de sólo elaborar una serie de planteamientos sobre la personalidad y la manera de mirar del fotógrafo, sino las razones que sustenta esa percepción subjetiva sobre el mundo que le rodea. Así que, como arte y técnica, la fotografía no sólo admite una profundización necesaria — la clásica “problematización” de la percepción conceptual que se relaciona con la imagen — sino la comprensión del documento visual como complejo. Una concreción de puntos de vista que se mezclan entre sí para cimentar lo que el lenguaje y el discurso fotográfico puede ser.

Por tanto, ¿qué y cómo debe cuestionarse el fotógrafo? ¿Qué necesita evaluar y analizar de su cuerpo de trabajo para llegar a conclusiones más o menos claras sobre la madurez, consistencia y coherencia de su planteamiento? Quizás las siguientes cuestiones:

* ¿Cuál es el tema que analizo en mis imágenes?
Es un hecho, que la fotografía es un discurso. Y esa elaboración de ideas contiene toda una serie de elementos y características basados en la dimensión del planteamiento fotográfico que el fotógrafo abarca con su propuesta fotográfica. Esa visión intima, esa correlación de entre lo que muestra y expresa que crea una pieza visual única. Por ese motivo, es conveniente que el fotógrafo analice sus imágenes desde el punto de vista del ¿qué digo? Pero sobre todo, de la necesidad de analizar y comprender la idea creativa como una serie de elementos que se entrelazan entre sí para construir una visión elemental sobre un objetivo de trabajo. ¿Qué hace a un trabajo fotográfico original? ¿Qué ideas repercuten en su solidez? ¿Cuál es la esencia de esa demostración de opiniones y conceptos que hace único un documento inmediato? No se trata sólo hacia donde se dirige la mirada del autor, sino hacia donde mira y las razones que le hacen construir una idea válida a partir de la reflexión que logra a través de ambas propuestas.

Se suele decir que todo artista tiene obsesiones creativas muy específicas, lo que equivale a decir que todo el que crea, expresa ideas muy concretas bajo diferentes aspectos visuales. Y el fotógrafo no parece escapar de esa disyuntiva: todo creador visual analiza el espacio, las escenas y la relación entre ambas cosas de manera personal y sobre todo, desde una perspectiva subjetiva y única. O al menos, es la noción inmediata sobre lo que consideramos consecuente y reconocible en un cuerpo de trabajo estructurado. Así que todo fotógrafo debe preguntarse alguna vez, cual es el tema predominante en sus imágenes, hacia donde dirige su enfoque conceptual, que ideas lo forman, que planteamientos lo sustentan. No sólo se trata de analizar los símbolos y metáforas que utiliza sino también, profundizar en el hecho fotográfico como una consecuencia inmediata de las referencias inconscientes. Todo fotógrafo capta la realidad de forma distinta y lo hace, a través de esa capacidad insistente de todo creador visual de analizar y replantear la consistencia de lo que dice a través de sus imágenes en un documento coherente.

* ¿Cuánto influye mi habilidad técnica sobre el resultado de mi trabajo fotográfico?
Con frecuencia, se habla que la fotografía depende tanto de la herramienta técnica que los límites entre la capacidad creativa y la relativa inmediatez tecnológica podrían confundirse. No obstante, como herramienta, la cámara cumple con el único cometido de permitir al fotógrafo plasmar su visión artística de manera más sencilla y directa. No obstante, ese proceso de toma y captura de la imagen tiene por si mismo, una importancia consistente por el mero hecho de hacer más directo, claro y apreciable el punto de vista del fotógrafo. En otras palabras: a mayor habilidad técnica, menos problemas tendrá el fotógrafo de utilizar de manera conveniente e impecable la herramienta fotográfica para crear una imagen consistente. Una visión mucho más precisa sobre las ideas que construye y sobre todo, como las maneja.

La habilidad técnica del fotógrafo es un tema en constante discusión, sobre todo por la reflexión fundamental de hasta donde influye la cámara — como herramienta para la creación artística — sobre el resultado final. La respuesta a ese planteamiento tan común suele ser una muy básica: la cámara sólo es capaz de expresar lo que el fotógrafo intenta transmitir a través de su visión personal o lo que es lo mismo, ninguna aparato tecnológico puede tomar decisiones emocionales y artísticas. Por tanto, la fotografía, aunque depende de la cámara para su conclusión, necesita de la opinión del fotógrafo para su existencia.

Por tanto, el cuestionamiento sobre este particular, debe abarcar no sólo la percepción de la idea técnica o cuando de ella puede permitirnos una expresión cualitativa de lo que somos o quienes somos, sino también del lenguaje que se construye. Una cámara es un vehículo de expresión, no la expresión misma, pero siendo como es, la línea que une la aspiración artística con la realidad, puede entorpecer ese proceso artístico que se crea desde la imaginación del autor a la imagen que se capta.

* ¿Me resulta muy sencillo tomar las fotografías que forman parte de mi cuerpo de trabajo?
Más de una vez, un fotógrafo alcanza un nivel de habilidad técnica que le permite no sólo captar las imágenes que desea de una manera muy sencilla sino lograr resultados óptimos sin el menor esfuerzo. Con frecuencia, esa habilidad en el planteamiento repercute directamente en el resultado conceptual: decimos lo mismo, de manera muy semejante y sobre todo, basados en planteamientos idénticos. Una influencia casi inevitable sobre el hecho de la fotografía como recurso y también, como idea elemental que se construye así misma dentro de un ciclo de comprensión y reflexión visual. No obstante, esta “zona de comodidad” puede no sólo afectar el trabajo del fotógrafo como autor, sino también como creador visual en constante crecimiento.

La llamada “zona de confort” (ese espacio creativo que implica que las dificultades técnicas y conceptuales son mínimas y por tanto, peligrosamente cercanas a la repetición), construyen un tipo de idea endeble basada en ciclos creativos específicos. No se trata sólo de una reiteración del tema, sino en la incapacidad del autor para replantearse la expresión artísticas de forma original. Y esa insistencia no sólo en el mismo planteamiento sino bajo los mismos elementos creativos, agota no sólo las posibilidades del lenguaje visual, sino que construye límites y prejuicios sobre lo que se crea como expresión estética. Una peligrosa franja donde la facilidad de recursos puede provocar una visión endeble sobre conceptos aparentemente complejos o lo que es aún peor, una idea artística simplificada por necesidad.

Por todo, todo fotógrafo debe preguntarse alguna vez si su obra admite la transformación de medios, recursos, planteamientos e innovaciones. Si tanto su estructura técnica como su expresión estética, admiten una reconstrucción lo suficientemente fuerte como para mostrar otro rostro del mismo discurso, pero bajo un cariz original. ¿Repites con frecuencia símbolos y metáforas exactas? ¿Los principios técnicos en lo que se basa tu obra son muy parecidos a pesar del tiempo y la profundización del cuerpo fotográfico en el que trabajas? Cuidado, puedes estar creando una frontera de ideas y reflexiones que te limite en lugar de brindarte una absoluta — y necesaria — libertad creativa.

* ¿Pienso en mis imágenes como un trabajo artístico?
Con frecuencia, un autor imita a sus referentes inmediatos. Lo hace, por el hecho que todo artista se nutre de lo que ve, percibe y admira y sobre todo, por una necesidad instintiva de construir una visión estética comprensible bajo parámetros muy específicos. No obstante, llegado a cierto punto, el hecho fotográfico personal debe exceder la tendencia a la imitación o lo que es lo mismo, el fotógrafo debe plantearse ideas personales construidas a partir de su particular punto de vista. Tarde o temprano, el fotógrafo deberá tomar decisiones artísticas propias y avanzar hacia una expresión estética personal y elemental. En otras palabras, una forma de mirar y asumir la identidad estética a través de elementos propios y quizás reinvenciones de temas específicos.

De manera que es necesario que el fotógrafo se pregunte hasta que punto su discurso visual necesita beber de otros semejantes al suyo para sostenerse. Insistir en el hecho de encontrar elementos originales y específicos que brinden personalidad a su obra artística. ¿Qué hace única la obra de un fotógrafo? ¿Qué la hace reconocible? ¿Qué le brinda estilo? ¿Qué le permite aspirar a cierta originalidad de planteamiento? ¿Cómo reflexionamos a partir de ideas visuales básicas? ¿Qué asumimos como real y constructivo dentro de la idea esencial? ¿Qué elaboramos como discurso esencial dentro de un análisis a profundidad de nuestro trabajo? Son cuestionamientos que el fotógrafo debe hacerse por pura necesidad objetiva de construir un lenguaje creativo personal.

* ¿Mi trabajo fotográfico revela mi punto de vista personal sobre algún tema en el específico?
El fotógrafo Minor White solía decir que cada fotografía es distinta, incluso si proviene de la misma cámara y la toma el mismo autor. Lo es, por cada documento fotográfico procede y se nutre de la expresión visual como herramienta creativa pero también, porque el documento inmediato es capaz de mostrar la evolución conceptual, intelectual e incluso espiritual de su autor. Todos hablamos de un tema en específico al fotografiar y lo hacemos de manera muy definida. Así que es necesario preguntarse si nuestras imágenes son capaces de revelar esa evolución, de asimilar las ideas y planteamientos personales para convertirse en una expresión autoral fidedigna.

¿Quiénes somos al crear? ¿Cómo nos mimetizamos con nuestra obra artística? ¿Cuáles son los elementos que demuestran no sólo el transcurrir del tiempo sino también la inevitable madurez que conlleva? ¿Cómo nos interpretamos a través de los planteamientos visuales? ¿Cómo reflexionamos sobre los diferentes ciclos personales que atravesamos y que tanto los refleja nuestro trabajo fotográfico? Se trata de toda una serie de interrogantes que no sólo permiten al autor construir ideas visuales consecuentes sino además, asumir su responsabilidad sobre los elementos creativos que forman nuestra obra y como nos relacionamos con cualquiera de ellos.

* ¿Cuáles son mis principales influencias?
Todo trabajo fotográfico es un conjunto de referencias inconscientes de su autor, lo que equivale a decir que creamos lo que vemos, percibimos, reflexionamos. Lo que nos impresiona, nos asusta, nos obsesiona, nos cautiva. Esa concurrente expresión de símbolos y metáforas están construidas sobre hechos artísticos específicos: períodos históricos, pintores, música, libros. Incluso hechos estéticos intangibles como discursos intelectuales y puntos de vista ideológicos. De manera que todo fotógrafo debe preguntarse alguna vez cuales son los elementos que forman su obra, que lo construye, sobre qué se sustenta. ¿Tu trabajo es un replanteamiento de lo sensorial? ¿O construyo elementos visuales a partir de análisis concluyentes sobre lo que me inspira? ¿Qué sustenta mi creación artística? ¿Qué le brinda un punto de vista personal? ¿Se trata de mi sensibilidad hacia alguna disciplina artística específica? ¿De trata de una reconstrucción de ideas esenciales que considero elementales para crear? ¿O incluso, son solo opiniones políticas, culturales, sociales reconstruidas como lenguaje artístico? ¿Qué asumes como imprescindible en tu planteamiento fotográfico? ¿Qué elementos forman parte de propuestas estéticas concretas? ¿Hay una definitiva influencia de algún movimiento artístico? Mirar tu trabajo como parte de una mezcla de opiniones y expresiones le brindará a tus conceptos visuales el necesario marco conceptual para su profundización y re construcción de la idea visual como reflexión autoral.

* ¿Tengo referentes? ¿Necesito investigar sobre alguno en particular?
La referencia suele definirse como la influencia artística inmediata de todo autor, lo cual equivale a decir que es el principal sustento estético y conceptual de una obra de trabajo específica. Por tanto, todo fotógrafo debe preguntarse de donde proviene su mirada conceptual, su necesidad técnica y sobre todo, su reflexión sobre como mira y por qué lo hace de la manera en que lo hace. ¿Te intriga la manera como la fotografía clásica reflexiona sobre los espacios y las escenas conceptuales? ¿Comprendes tu fotografía a través del punto de vista del documento visual como ventana a una interpretación ideal? O por el contrario, ¿analizas tus ideas visuales como una reflexión personalísima sobre lo que te rodea? ¿Quién o quiénes son los artistas que influencian tu obra? Reflexionar sobre los cuestionamientos anteriores te permitirá no sólo asumir la profundidad de tu obra, sino también la idea o ideas que manejas en ella.

* ¿De cuál otra rama artística se nutre mi pensamiento artístico?
La fotografía con frecuencia se analiza como un planteamiento multidisciplinario que analiza su planteamiento desde numerosos puntos de vista. Para algunos fotógrafos, la fotografía es una forma de expresar ideas estéticas mientras que para otros, una mera captura de la realidad. Entre uno y otro planteamiento, se encuentran una serie de puntos de vista relacionados con otras ramas del arte que no sólo permite la construcción de ideas sino que además, repercute sobre el hecho fotográfico mismo. ¿Asumes la fotografía como un concepto, como un evidente planteamiento pictórico? ¿O se trata de una expresión compleja con algunas influencias literarias? ¿Lo sensorial forma parte de tu idea de lo que el arte puede ser? ¿Lo reflexivo en tus imágenes forma parte de una propuesta que re elabora símbolos concurrentes basados en otras disciplinas artísticas? ¿Qué tipo de percepción visual construye tu fotografía? ¿Tiene un claro ingrediente cinematográfico? Todas estas preguntas te permitirán no sólo analizar tus referentes sino también, las ideas que manejas y como lo haces.

¿Mis imágenes son fruto de algún momento personal inmediato o forman parte de un proceso artístico?
Cada fotografía es una opinión, una construcción de ideas específicas, una expresión de valor, una obra estética. Por lo tanto, cabe preguntarse si ese documento personalísimo obedece a un impulso creativo momentáneo o forma parte de una estructura mucho más profunda. ¿Por qué fotografiamos lo que fotografiamos? ¿Qué construimos a través de nuestro planteamiento creativo? ¿Profundizamos en una única idea o estamos componiendo toda una serie de expresiones de la realidad basadas en una sola? ¿Comprendemos la fotografía como un proceso creativo o lo analizamos como una serie de pequeñas concreciones de opiniones dispares? Analizar nuestra actividad creativa desde este tipo de planteamientos nos permite no sólo profundizar en ellos sino además, reflexionar sobre los motivos por los cuales construimos ideas creativas consistentes.



Una lista corta sin duda, pero que resume una serie de inquietudes e interrogantes sobre lo que puede ser — o no — el proceso creativo fotográfico. Y es que más allá del clic del obturador, la fotografía es un recorrido por nuestro paisaje personal y sobre todo, nuestra manera de comprender lo que nos rodea, lo que creamos y por qué lo hacemos.

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