miércoles, 3 de septiembre de 2014

Las señales de Alarma: El sacudón devaluado.



Durante los últimos meses, Nicolas Maduro a intentado lidiar con una crisis heredada del populismo, abuso de poder y oneroso gasto público del gobierno de Hugo Chavez. Con una popularidad cimentada sobre el vinculo emocional que aún sostiene buena parte de la militancia chavista con respecto al difunto presidente, un liderazgo en entredicho y sobre todo, una visión retrógrada sobre el poder, Maduro enfrenta enormes dificultades para estabilizar su mandato sobre bases firmes. Aún peor, cuando la crisis económica se hace cada vez más preocupante y profunda en la medida que el Gobierno carece de perspectivas ciertas sobre como solventarlas. Y es que para el autoproclamado "primer gobierno Chavista", sobrevivir al personalismo y sobre todo, intentar remontar la cuesta de un sistema económico quebrado e ineficaz, parece estar convirtiéndose en poco menos que imposible. El radicalismo ideológico, la terquedad dogmática y sobre todo, la incapacidad para tomar decisiones de corte pragmático en medio de una crisis de credibilidad y popularidad, parecen ser los enemigos de un gobierno que se enfrenta a su propio estigma de populismo.

Se ha debatido hasta el cansancio sobre las medidas y posibles decisiones en el ámbito político y económico, que Nicolas Maduro debe tomar para estabilizar la economía del país. Decisiones muy poco populares o lo suficientemente agresivas como para hacer tambalear el escaso sostén de apoyo popular del que aún disfruta el gobierno. Desde el aumento del precio de la gasolina - o lo que es lo mismo, eliminar el subsidio que mantiene su precio en limites irrisorios - hasta estandarizar la oferta y la demanda de divisas extranjeras a un precio real, Maduro necesita - o mejor dicho, está obligado - a tomar toda una serie de determinaciones de peso para lograr solventar la gravísima situación financiera del país. Pero continúa sin hacerlo: semana tras semana, los anuncios parecen ser parte de la comidilla de los rumores de pasillo y de la Venezuela que asume, en buena lid, que las medidas económicas no sólo son necesarias sino imprescindibles. Pero para Maduro y el resto de los lideres de la llamada "revolución" la visión en realidad parece basarse no en las necesidades inmediatas y a corto plazo del país, sino en algo más específico: la visión de la ideología como único sostén de una propuesta social que ahora mismo, se presenta inviable.

Por ese motivo, la nueva posibilidad que Maduro hiciera anuncios sobre el tema económico, levantó considerables expectativas. Se habló sobre los escenarios posibles: el más de lo mismo - o esa insistencia ciega sobre la diatriba ideológica -, la estabilización progresiva - decisiones económicas de alto impacto tomadas de manera selectiva - o la más preocupante de todas: la radicalización de un modelo económico inviable. Luego de casi dos horas de alocución y sobre todo, los breves anuncios realizados por Maduro, que incluyeron nombramientos de nuevos ministros y el anuncio  de ineditas fusiones entre ministerios, queda claro que para Maduro la prioridad sigue siendo apuntalar la clave ideológica del Gobierno antes de solventar la debacle económica. Una visión preocupante porque deja claro que el Chavismo duro y radical impuso su opinión, lo que parece llevarnos a una nueva fase de radicalización del llamado proceso revolucionario.

¿Y cuales son esas señales inconfundibles que parecen señalar la radicalización del modelo económico y el planteamiento ideológico? Los siguientes:

* Elías Jaua fue designado como nuevo ministro del Poder Popular para las Comunas y Vicepresidente del Gobierno para el Desarrollo Territorial:

Elias Jaua es un hombre formado para y en consecuencia de los principios del socialismo más dogmático. Además, suele considerarse parte del ala más radical del Chavismo y además, un enemigo acérrimo de la desentralización administrativa y política. Su nombramiento como Ministro del Poder popular para las Comunas deja claro las intenciones del gobierno de avanzar hacia un Estado Comunal brindando un poder total de decisión y acción sobre la división territorial a un hombre que no sólo, tomará medidas a pesar - o no obstante - la oposición que pueda encontrar sino que está convencido de la necesidad de la transformación de la nación bajo el auspicio de la Revolución Chavista. Y es que el nombramiento de Jaua, en un momento político tan inestable como el que vivimos y sobre todo, en medio de un debate sobre la supervivencia de la Revolución a la figura de Hugo Chavez, deja muy claro que las intenciones de Maduro son puntualizar lo que se sigue considerando uno de los puntos de honor con respecto al planteamiento general del Chavismo: la refundación de la República en un modelo territorial que no solo devaste las bases de la participación política tradicional, sino que construya espacios de poder a la medida de su planteamiento ideológico.

* Rodolfo Marco Torres Como vicepresidente para Economía y Finanza: 

El poder económico continúa bajo el auspicio del poder militar y con el nombramiento del  general de brigada Rodolfo Marcos Torres, Maduro asegura el dominio de todo el planteamiento financiero gubernamental. Marcos Torres, que previamente fue el ministro de Estado para la Banca Pública de Venezuela hasta 2014 y se desempeña en la actualidad como presidente del Banco de Venezuela, Banco Bicentenario y Banco del Tesoro, es un hombre de linea dura que a menudo a presumido de su "lealtad" hacia el proceso revolucionario. Más preocupante aún, Marcos Torres parece asegurar la pretensión del Gobierno, no de implementar medidas que puedan estabilizar los mercados, sino de mantener el férreo control que ahora mismo ejerce.

* La designación de José Luis Berroterán como  ministro del Poder Popular para la Agricultura y Tierras:

José Luis Berroterán se ha llamado así mismo varias veces "Hijo de la Revolución". Ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Central de Venezuela en el año 1975, se le relacioné con diversas facciones del socialismo dogmático no sólo como estudiante sino como promotor de ideas "basadas en el poder comunal" en los años posteriores. Berroterán además, es un hombre de formación Marxista, que tiene una posición muy marcada con respecto a la visión de la Tierra como elemento integral del Estado comunal.

Sus primeras declaraciones luego de conocer su nombramiento dejan claro que seguirá la visión colectivista que el Gobierno de Maduro intenta impulsar en las regiones:  “Hay que familiarizarnos con las líneas que ha dado el Presidente Nicolás Maduro en el sector agroalimentario para aumentar la productividad y fortalecer las políticas agrícolas que ha venido llevando a cabo el ministro Yván Gil (Su predecesor en el cargo)”, además añadió que la vicepresidencia que dirige "debe estar conectada permanentemente con la Vicepresidencia de Economía y Finanzas" lo cual deja entrever las intenciones del Gobierno de aumentar el control sobre no sólo las líneas de producción de alimentos, sino también todo el sistema económico del país.

* La creación de la Autoridad Única Nacional de Trámites y Permisología, a cargo Dante Rivas:

Dante Rivas se ha desempeñado con relativo éxito en diversos cargos del tren ejecutivo y la política Chavista: fue Ministro del ambiente y presidente del Instituto de Transporte Terrestre, además de ser  recientemente designado Presidente de la fundación Poliedro de Caracas. Rivas se ha distinguido no sólo por una visión moderna sobre la agilización de procesos y trámites burocráticos, sino por representar la renovación del sistema de identificación del país. No obstante, su nombramiento como Autoridad única Nacional de trámites y Permisología levanta suspicacias: más que un movimiento estratégico que asegura la eficiencia, la unificación de todo tipo de elementos y procesos de áreas comerciales, parece sugerir la centralización ideológica del modelo a una única oficina plenipotenciaria. En otras palabras, el gobierno se asegura que todo trámite y proceso administrativo de relevancia deba realizarse a través de una oficina única, con sus propias reglas y muy probablemente, con su especifico requerimiento. Si se analiza esta decisión bajo la luz de posible aumento de controles sobre la actividad económica, la idea que sugiere es que el Gobierno, antes de abrir espacios para algunas libertades económicas, continúa con su acelerado proceso de control en todas las áreas productivas del país.

El panorama no parece ser promisorio: No solo la creación de nuevas VicePresidencias - con un incremento del aparato burocrático - sino la fusión de oficinas y despachos sin mayor relación entre sí que ciertas lineas administrativas de carácter estratégico, dejan en claro que para el gobierno, la crisis económica no es una prioridad inmediata y si, la necesidad de autorpreservar sus cuotas de poder. No deja de ser inquietante, que a la vista de la gravísima situación financiera que atraviesa el país, el mayor interés de Nicolas Maduro parezca ser apuntalar su exigua popularidad y un liderazgo accidental, más allá de un planteamiento verdaderamente eficaz que permita sostener la idea de la revolución. Y es que para el Gobierno Venezolano, la principal preocupación no es de índole social, sino esa insistencia en sostener los parámetros de un proceso político que no termina de completarse - y que probablemente no llegue a completarse nunca - sino esa visión del país a trozos, en fragmentos y carente de verdadera viabilidad.

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