domingo, 10 de marzo de 2013

Sobrevivientes de la historia: ¿Quieres somos los Venezolanos que heredamos el país después de Chavez?






Los últimos seis días no han sido sencillos. Historia viva, leí por allí, los que nos convierte en sobrevivientes del hecho, del presente que se crea a ratos de lucidez. Han sido, desde luego, unos momentos para reflexión  y creo que la oportunidad más clara que hemos tenido de analizar lo que nos ocurre, que nos ha llevado a esta coyuntura histórica que hemos heredado, como circunstancia y como escena para un posible futuro. Resulta inquietante pensar, en que la muerte del Presidente, puso sobre el tapete toda una serie de cuestiones que antes ignoramos o simplemente, nos parecieron invisibles y que son, sin duda, el detonante de la situación país que padecemos actualmente.



Uno de mis profesores de derecho solía decir que la opinión - y sus consecuencias - son un misterio: tan frágil y sujeto a interpretación como todos los misterios. Y es verdad: durante todo este luto extravagante y multitudinario ocasionado por la muerte del  Presidente Chavez, hemos comprendido - o al menos, ese ha sido mi caso - algunas cosas sobre la moral que nos lega una revolución a fragmentos, sin verdadera definición y huérfana de ideología. Me refiero, en concreto, al hecho que solo ahora, como nunca en catorce años de chavismo, de revolución con líder unitario, hemos comprendido que sostiene al Chavismo, que lo mantiene unido y sobretodo, cual será su trascendencia histórica.

Las escenas, las opiniones, las perspectivas:


De esta semana fébril me han quedado muchas cosas. A veces pienso que hay tanto que escribir, que me llevará meses enteros poner en palabras todo lo que he aprendido y vivido últimamente Pero para mi amiga E. la cosa es inmediata. De manera que decidió, como supongo muchos otros fotógrafos y periodistas, echarse a la calle para ser testigo de lo que estaba ocurriendo. Lo hizo cámara en mano desde luego, y tal vez protegida por esa distancia corta pero crucial del que cuenta desde la óptica del testigo. El segundo día del Luto nacional y mientras multitudes vestidas de rojo desbordaban Caracas, tuvimos una conversación que me sacudió un poco de mi cómoda postura de solo contemplar lo que ocurría como testigo de palo.

- Lo que te ocurre, es que no sales a la calle a tomarle el pulso a lo que pasa. Nunca entenderás porque Venezuela ahora mismo llora a Chavez, porque estás demasiado lejos de lo que es el chavismo para comprenderlo - dijo - y como tu millones de venezolanos.

Encajé la critica con deportividad porque sabía tenía razón, al menos en parte. Medité sobre su punto de vista algunos minutos antes de responder.

- Lo que ocurre en Venezuela no tiene catorce años de edad - dije entonces - lo que ocurre en Venezuela se engendró durante cincuenta años de democracia mal construida, de una bonanza petrolera sin cuento. La riqueza nos convirtió en pobres de ideales. Eso si lo entiendo.
- Es que ni siquiera es eso - insistió - nadie que no haya sufrido en carne propia la exclusión de un país excluyente,  comprende al chavista que se aferra a la figura del líder por vocación de creer, por necesidad de comprenderse a través de él. Y esa es la tragedia de la oposición: esa incapacidad de conectar, comprender y sobre todo, hablar el mismo idioma.

Pensé en el asunto durante horas. Pero no solo en esa visión de calle y de pie de E. como opositora y también, como observador necesariamente objetiva. Porque me gusta lo subjetivo, me gusta paladear la visión del otro, mirar a través de otra experiencia, sacar mis propias conclusiones. Tal vez por ese motivo soy escritora y no decidí ser periodista. El caso es que, durante el día, leí opiniones de lado y lado, de quienes creen fervientemente en el camino intermedio, de quienes intentar mirar a Venezuela más allá de la dolorosa fractura social. Y fue enriquecedor, cuando no estremecedor, descubrir todos los rostro de esta tragedia cultural que padecemos.

Porque Venezuela es esto: un país partido en dos mitades que se miran con desconfianza. De hecho, en estos grupo de opiniones y testimonios que reuní no hay ninguno diametralmente chavista. Y no porque no insistiera de ese lado de la acera para comprender las cosas desde allá, sino que no hubo nadie que le pareciera meritorio explicarme, como opositora, como son las cosas, según ese punto de vista. Muy bien, bastante válido. Asumo que este rio interminable de argumentos politizados y también de odio - de ambos lados - tiene una consecuencia bastante simple e inmediata: la desconfianza por el diferente.

Pero volviendo al tema, entre los testimonios que leí - y analicé - de toda esta experiencia que hemos vivido juntos, como sociedad y cultura, concluí que Venezuela necesita mirarse en el propio espejo de su calle, de su historia, de su diario cotidiano para comprenderse.

Leo con frecuencia a @lauSolorzano. Tiene un estilo de describir al mundo y su circunstancia que me encanta: fresco, directo y preciso. Una gran testigo de esta historia de todos los días que vivimos casi en comunidad a través de la web. De manera que interesó leer su crónica sobre su visita ( si quieres leerla, haz click aquí ) , por necesidad histórica casi, a los Próceres durante las exequias del Presidente Hugo Chavez. No obstante, en esta ocasión, la historia de Laura no solo me cautivó - que lo hizo - sino que me desconcertó.

Porque Laura, la misma que se declara adicta a las redes sociales y es una ávida lectora, se encontró con una Caracas extraña, dura y desconocida entre los miles de dolientes, que como feligreses de una religión sin nombre, hacían fila para tener el privilegio de despedirse de su líder  Me inquietó su descripción de estos deudos agresivos, puño en alto, que llenaban el Metro de Caracas el día 7 de Marzo. Leerla, mirar el mundo desde ese cariz, desde la comprensión que hay una Venezuela que no comprendo, que muchas veces ignoré quizá por esa simplicidad de la ignorancia arrogante, me angustió. Me dolió. Y de pronto, me encontré recordando las decenas de veces que sentí amargura ante el resultado electoral adverso, que intenté comprender el motivo por el cual el Presidente Chavez continuaba gobernando a pesar de todo, tal vez debido a todo lo que vivíamos como país. Durante horas, pensé en ese recorrido de Laura, en ese rostro de la Otra Venezuela, que no es mía, que no me reconoce, que no me acepta como parte de su realidad.

Ese mismo día, leí también dos testimonios muy reveladores, paralelos entre sí. Unas horas antes @SrtaMorrison, me había prometido contaría como fue su experiencia al ver pasar el multitudinario cortejo fúnebre del Presidente muy cerca de donde vive. Y lo hizo. Su historia, me dejó no solo intentando comprender a la juventud que creció bajo la alargada sombra de la Presidencia de Hugo Chavez, que se sintió identificada por él, y que más tarde, perdió probablemente la inocencia en el desencanto. Fue conmovedor, la imagen de la niña mujer que miró a Chavez - el hombre y el símbolo - primero como ideal y luego, con esa crítica de la experiencia, con esa dureza de admitir un error histórico más longevo que ella misma. Y no obstante, el mensaje continuó siendo el mismo: Chavez representó en alguna medida, toda una serie de ideas que se aglutinaron bajo una promesa que nunca llegó a cumplirse, de una ideología que jamás llegó a comprenderse y lo que es quizás más duro de aceptar, de una idea de nación que murió al nacer.


Siempre que @ArletteMontilla escribe sus Letras Tiradas, las leo con atención. Tal vez por su apasionado amor a la imagen, Arlette es una concienzuda observadora y sus opiniones siempre parecen desmenuzar la realidad con el mismo cuidado con que construye su lenguaje visual. Así que me interesaba leer lo que pensaba sobre este extraño fenómeno del mito Chavez naciendo en tiempo presente, construyéndose minuto a minuto frente a las pantallas del Televisor. Y es que Arlette encontró en Caracas - esa ciudad solitaria y fantasmal del duelo - una respuesta a esa idolatría ciega, a esa búsqueda frenética de lo que creamos como sociedad. ¿Fue Chavez un Padre Ausente? ¿Fue Chavez el símbolo de esa Venezuela anónima y huerfana que parece el legado más evidente de cuarenta años de democracia? Al menos eso encontró al recorrer las calles, a pie, cámara en mano. Una conclusión que en lo particular, me hizo asumir mi propia miopia hacia la trascendencia  - para bien o para mal - de un lider que encarnó la lucha sincera y quizá eterna del Venezolano excluido. Una manera de fe, sin duda.

De manera¿Que he concluido luego de esta larga y durísima semana? Tal vez, admitir mi lamentable ignorancia sobre lo que vivimos como país, lo que padecemos como sociedad y cultura. Un legado desconcertante, una idea histórica complicada de digerir y aún así, más evidente que nunca. ¿Quienes somos? ¿a donde vamos? ¿Que deseamos como cultura y sociedad? Son preguntas que parecen estar construyéndose a medida que esta inquietante experiencia de un luto de una Venezuela dividida avanza hacía su muy probablemente, imprevisible final.

C'est la vie.

Para Leer:

Debilidades y vicios: Con la esperanza de despedirse del Lider por @lauSolorzano
Letras Tiradas: Mitico e Inmortal por @ArletteMontilla
Misantropia Citadina: ¡Hasta Siempre Hugo Chavez! por @SrtaMorrison


2 comentarios:

fran dijo...

Excelente la compilacion,asi como la vision de las otras dos blogueras,espero algun dia ver mentes como las de ustedes al frente de nuestra Venezuela querida,mil gracias!!

valross69 dijo...

Ayer comenté de forma quizá algo dura, su artículo sobre la manifestación de la hija del Presidente Chávez...

Al buscar hoy si habría sido publicado mi comentario, no encontré su publicación. Me imagino que la borró...

Sea como sea, leí sus dos escritos sobre lo que ha ocurrido en las calles luego de la muerte del Presidente.

Se agradece sinceramente el intento de comprender...

Frases como esta sintetizan bastante la situación, no sólo la de Ud., sino la de millones quizá también:

"Leerla, mirar el mundo desde ese cariz, desde la comprensión que hay una Venezuela que no comprendo, que muchas veces ignoré quizá por esa simplicidad de la ignorancia arrogante..."

Eso... la simplicidad de la ignorancia arrogante...

Que Ud. esté intentando sobreponerse a ella, no para volverse ´chavista´ necesariamente, sino para intentar comprender, verdaderamente me parece cuando menos loable... Y se agredece sinceramente. Eso es lo que necesitamos en nuestro país y créame, me parece que está sucediendo, de ´lado y lado´...

Le sugiero que revise lo de "la ideología que jamás llegó a comprenderse"...

Se equivocan de punta a punta quienes creen que el fenómeno del ´chavismo´consiste solamente en la identificación con el padre ausente, y en la reivindicación y actualización de unos derechos negados por siglos... Por supuesto que eso también. Pero mucho más... Sí hay una reconstrucción del mundo simbólico y una reinterpretación del mundo ´real´ y su operatividad en las mentes y no sólo en las mentes sino en los corazones de millones de venezolanos. En los excluidos. Sí hay eso que llaman ´ideología´. Pero es mucho más que eso, que ideología, aunque la abarca también. Pero la supera. Sí hay una nueva manera de asumir el mundo y abordarlo de quienes siempre se creyó que eran incapaces de entender y menos participar o protagonizar nada...

Es una clave esencial de este proceso histórico que ignoran y pasan por alto totalmente quienes incurren en esa "simplicidad de la ignorancia arrogante"...

Saludos y parabienes para Ud...

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