jueves, 7 de junio de 2012

De la lucha de clases a otros conceptos surrales en la Venezuela del siglo XXI.




Hoy me ocurrió una de esas escenas surrealistas, que parecen suceder únicamente en Venezuela. Caminando por la calle, me tropecé con un muchacho que de pie junto a una enorme moto de detalles cromados, arengaba consignas gubernamentales. Con bastante energía gritaba "Que la lucha era de clases", "Abajo la burguesia empobrecedora" ( Sic ) y una cuantas más por el estilo. Asombrada, me detuve y lo miré de arriba a abajo sin ningún disimulo: No solo llevaba puestos unos carisimos zapatos de una conocida marca, sino que además, tenía en la mano lo que reconocí como un smartphone de última generación. El hombre me dedicó una mirada desdeñosa pero no detuvo su griterío machacón, de manera que seguí mi camino. Una cuadra más allá continuaba escuchando el barullo de su voz y el eco repetitivo de "La Lucha es de Clases."

Que concepto tan curioso. Tal vez por ser hija de dos hippies liberales o porque todos mis conocidos son gente más o menos de mi misma edad, el concepto de clases, jerarquías y maneras de tratarse entre clases me resulta por completo desconocido. Pero aun así, me pareció tan intrigante la idea al completo, que me dediqué por unas horas a investigar sobre el tema. Y resultó que la idea clasista en Venezuela es tan vieja como por supuesto, parte de esa expresión social que tan ingenuamente llamamos prejuicio. Lo realmente novedoso es que el venezolano democrático, ese que se crió durante cuarenta años sin pensar en un enfrentamiento de castas sociales, ahora le parezca tan real y comprensible la idea.

De la burguesía ignorante y otros temas:


Sabes que algo va muy mal en la manera de una sociedad de percibirse cuando el Gobernante de turno erige como bandera de conceptos políticos, consignas tan viejas como extrañas al gentilicio nacional. Peor aun, cuando esa lucha de clases proviene de grupos supuestamente antagónicos cuyos limites parecen ser bastante difusos. Hablamos de un país clasista con una población adicta al mercantilismo, al mass media, a los objetos de culto y consumo y cuyo mayor interés, parece ser acumular la mayor cantidad de objetos costosos que sea posible. Todo lo cual, resulta aun más extraño cuando el Gobierno, intenta implantar un "pensamiento socialista" que basa sus ideas en una neo burguesía enriquecida por la súbita riqueza gubernamental. Todo lo anterior es el caldo de cultivo ideal para estas extrañas mezclas y contradicciones que vemos en las calles Venezolanas a diario.

No obstante, aunque ahora nos parezca muy extraño, Venezuela es un país eminentemente clasista. Y no solo a nivel sociológico sino cultural,  y sobre todo a nivel económico. Probablemente se deba, como teoriza Robert Nisbet en su interesante libro "Introducción a la Sociología", que nuestra latinoamérica tan joven y simplemente tan adolescente en muchos aspectos de su idiosincrasia, heredó a destiempo todo tipo de valores deformados de una Europa decadente. Como sea el caso, nuestro país tiene una larga tradición de estamentos, castas y sobre todo grupos sociales que hacen de nuestra sociedad más fragmentada de lo que suponemos.

Y es que creo que, como la gran mayoría de la gente de mi edad, estaba convencida que la división social que actualmente vive nuestro país, es parte del fenómeno social - político que vivimos, en realidad esa visión de la estratificación por esferas sociales es parte de una extraña costumbre de nuestro nacional de establecer relaciones de valor con lo económico y social, en apariencia. Debido a eso, me resultó sumamente extraño, leer sobre "clases altas y bajas" en un país donde la percepción social es tan difusa. Estudié sobre símbolos de estatus, sobre la tendencias económicas y al final de todo, concluí, no sin cierto desconsuelo, que Venezuela simplemente sufre del mal más antiguo de todos: la ignorancia, el destierro social y algo más turbulento y preocupante, una cierta arrogancia sin fundamento que nos hace sentir en ocasiones superiores, en una especie de concepto irrespetuoso sobre el análisis de la sociedad.

 La cultura: un lenguaje Universal.

Preocupa un poco que cuando comienzas a ahondar un poco en el tema del clasismo, irremediablemente encuentras que la segregación, el prejuicio, la idea de clases tiene mucha relación con la poca o mucha educación del pueblo donde ocurre el fenómeno. Y aunque el prejuicio, el racismo y otros males sociales no son novedosos ni mucho menos característica de algún país en particular, si asombra el hecho que continúen sobreviviendo en este mundo moderno, globalizado y aparentemente democratizado a todo nivel que heredamos de las últimas décadas. Pero el hecho simple es que no es así. No obstante, esta "Lucha de Clases" contemporánea, pareciera tratarse más de un enfrentamiento de ideas sin sustento que realmente una idea comprendida en sí misma como real. Porque la lucha se lleva en internet, a través de sofisticadas redes sociales, utilizando todas las herramientas de un mundo tecnológico que no disgrega identidad y capacidad social. Lo que hace me pregunte ¿Que hay de sustentable, real en todo esto? ¿Que sentido tiene ese aparente enfrentamiento entre rivales ideológicos que luchan con las mismas armas y lo que es peor, sin conciencia real de sus alcances como individuos y representantes de las ideas que promulgan? No lo sé, y tal vez la respuesta sea tan compleja que me lleve unos cuantos años comprenderla.

Una idea social  como forma de expresión y sobre todo, como forma de comprensión global.

C'est la vie.

2 comentarios:

Adrián Afonso dijo...

Es interesante como abordas el tema,poca gente se ocupa de analizar cual es el origen de esta locura que vivimos, desgraciadamente el problema es que durante cinco siglos poco hemos cambiado... para complicar las cosas unos cuantos políticos se han dedicado a explotar esa ignorancia enraizada en la mente de los individuos que componen nuestra sociedad!¿Quienes somos los venezolanos? ¿De que estamos hechos?¿Hacia donde vamos?

Miss B dijo...

Esas preguntas Adrián, me las hago constantemente, y lo preocupante es que no solo no encuentro una respuesta - no una satisfactoria, al menos - sino que además preocupa que no comprendamos que mientras no nos tomemos un rato para elaborar conclusiones, continuaremos cometiendo los mismos errores.

Gracias por leer y comentar!

Publicar un comentario