martes, 11 de octubre de 2011

La Idiosincracia del ritual: De la costumbre al mito




Para los pueblos primitivos, las prácticas ritualistas tenían un sentido utilitario, más que religioso. El ritual mágico cumplia una función de bien social, una forma concreta de expresar que la figura protectora del Dios beneficiaba la vida de la comunidad. Es por ello, que los rituales curativos, los utilizados para convocar la lluvia o atraer la fertilidad a la tierra, los que bendecian a los grupos de cazadores o la fuerza de los ejercitos, estaban entre los más importantes de la forma religiosa de las primeras comunidades organizadas socialmente de la historia.

Grecia:

En Macedonia se acostumbraba a hacer una procesión de niños que caminaban alrededor de los todos los rios y pozos en épocas de sequia, guiados por una mujer joven cubierta con flores, que a su vez cantaba:

"Envíanos algo de lluvia
para que los campos sean fructíferos
Y vides y flores podamos ver
que el grano sea sólido y lleno
Y aumente la riqueza alrededor"



Indios Omaha:

Esta tribu solia rociar agua en el aire como una fina neblina, imitando la lluvia real. Algunas de las tribuys indias americanas usaban señales de humo para comunicarle al Gran Espiritu la necesidad de la lluvia.

Misuri:

Los Antiguos Granjeros trataban de estimular abundates lluvias colocando en aguas semillas de trigo, las cuales permanecían ahí hasta que se pensaba que la nueva cosecha era segura.

Sudamérica:

Los Indios Sudamericanos, particularmente los Muiscas de Colombia, lanzaban cenizas al firmamento para condensar las nubes e inducir a la lluvia. Para producir un buen clima tiraban las cenizas sobre el agua.

Europa Central:

También se usaron cenizas para controlar el clima, pero en este caso eran esparcidas sobre los campos para prevenir la caída de piedras de granizo.

Francia:

Una costumbre similar predominó en este país hasta tiempos rcientes, las cenizas eran usadas como defensa contra rayos.

América Látina:

Las hojas de palmas distribuidas por la Iglesia Católica el Domingo de Ramos, son guardadas en un lugar seguro por muchos practicantes del culto yoruba conocida como Santería. Estas hojas, llamadas gauno bendito, son quemadas durante las tormentas, pues se cree que apaciguan al Dios Changó, el dios del trueno de los Yorubas. También hay rituales para inducir la lluvia que requieren la quema de doce pequeños montones de pólvora. Estas prácticas también son dedicadas a Changó.

Rusia:

En una aldea cercana a Dorpat, Estonia, la inducción de lluvia era realizada usando magia imitativa. Tres hombres iban a una arboleda sagrada y se subían a un árbol de Abeto. Uno de ellos golpeaba con una olla con un martillo para imitar al trueno; otro friccionaba dos hierros candentes para crear chispas y simbolizar relámpagos; y el tercero, el verdadero instrumento que inducía la lluvia según la tradición, rociaba agua de una vasija a la tierra con un manojo de ramas. La combinación de estas tres acciones asegurarían abundantes lluvias.

Nueva Guinea:

Los magos también producen lluvia metiendo en agua la rama de un árbol, para luego rociar el líquido sobre la tierra seca. El mismo rito es practicado por los hacedores de lluvia de Nueva Bretaña, cerca de Nueva Guinea.

Australia:

En la tribu Mara del Norte de Australia, el mago intentaba producir lluvia entonando una canción mágica sobre un estanque. Luego tomaba agua en sus manos, para luego escupirla en todas direcciones. Posteriormente rocíaba agua sobre él mismo y a su alrededor, y regresa a la aldea. La lluvia aparece luego, de acuerdo a este ritual.

Java:
Cuando el agua es escasa, dos hombres se golpean entre sí con fuertes varillas hasta que la sangre fluye libremente en sus espaldas. La sangre simboliza la lluvia, que supuestamente aparecerá pronto.

Arabia:

Los árabes tenian un método para detener la lluvia, que creían era infalible. Cortaban la rama de un árbol, la colocaban al fuego, luego apagaban sus llamas echándole agua. Se decía que este procedimiento reducía la lluvia. Las tribus primitivas australianas usaban métodos similares con el mismo propósito.

Africa del Este:

El hacedor de lluvia de Wambugwe, Tribu del Este de Africa, produce un aguacero sacrificando una oveja negra y un ternero negro, este color simboliza las nubes densas que originaban la lluvia. Si lo que desea es retenerla, se dirige a su cabaña y calienta un cristal de roca en una calabaza.

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