sábado, 20 de agosto de 2011

La palabra castigadora





Suele ocurrir con frecuencia, aunque en mi caso particular podría decir que es la primera vez que me atañe directamente: alguien intenta expresar su ira y frustración amenazandote con un castigo divino. En esta ocasión el comentario me pareció tan paradigmático - una especie de mandato con tintes religiosos pero cargado de rencor - que me pregunté si forma parte de un cierto metalenguaje social, esa costumbre de ampararse en lo divino como amenaza simbólica. Frases como "Dios te Castigará" "La Justicia Divina es Impacable" y otras al estilo, poseen una cierta carga emocional que implican la necesidad de expresar la cólera como algo sobrehumano, amparado por preceptos divinos que ejecutarán un tipo de castigo reinvidicativo. La idea me resultó tan primitiva como contradictoria que decidí echar un vistazo a la historia y tratar de encontrar el origen de esta curiosa costumbre.

Fe y religión: armas implacables.

Durante siglos, la religión, la fe y la superstición han sido usados como métodos de control social.Organos de poder divinizados o lideres que utilizan la fe como arma para impartir justicia particular, son elementos comunes en gran parte de las costumbres de numerosas sociedades. Tanto en oriente como en Occidente - entre las teogracias y el control eclesiástico de las Instituciones - el poder religioso ha tenido un papel preponderante. De hecho, durante el medioevo La religión se utiliza como un instrumento de control social de una manera tan extendida que deviene en una confusión de instituciones que se mantuvo durante siglos:  la Iglesia creó estados pontificios y además, se aseguró la potestad de otorgar validez a reinados y jerarquias. En siglos de extrema pobreza, utilizó la promesa de la Salvacion para expresar una idea trascendental sobre la pobreza, las enfermedades y el hambre. De hecho, pensamos de manera individualista, idealista, religiosa por influencia o imposición de ideas desde miles de años. Y el Estado va a arraigar, implantar, profundizar y cuidar que siga así. El Estado y las religiones controlan o tienen influencia sobre la educación y los medios de comunicación..

Las relaciones sociales determinaran el modo de pensar de las personas. El hombre en su evolución no tuvo ninguna religión ni dioses, con el tiempo se fue desarrollando el conocimiento y por la ignorancia comienza a explicarse los fenómenos naturales de manera divina, inventar que hay alguien quien tira los truenos, los rayos, la lluvia, etc.


¿Cómo se desarrolló la religión?

En el régimen de la comunidad primitiva, todos los miembros adultos tenían en lo fundamental, los mimos derechos. La religión, por lo tanto, presentaba asimismo una forma parecida: se llamaba religión natural. En ella, el hombre concibe en toda la naturaleza fuerzas iguales entre si; y ello, no solo en los reinos animal y vegetal, sino también en los objetos inanimados; de un trozo determinado de madera o de una fuente de agua. Entre estas fuerzas no existe una que domine o que sea dominada por otra., por lo tanto en la comunidad primitiva todos eran iguales.

De manera que la religión en si, es la respuesta del hombre a lo que considera divino e inexplicable: por este motivo tanto los  fenómenos naturales y poco después, ideas que escapan a la explicación cientifica han formado parte del imaginario cultural. Poco después, cuando el poder religioso y el poder político crearon una única base social, la fe institucionalizada se convirtió en un lenguaje profundamente arraigado en la conciencia cultural. De hecho, la religión comenzó a formar parte de la moral cultural y una forma de precepto personal que poco a poco se confundió con lo que habitualmente llamamos pensamiento social.


La palabra y la Herejia:

Durante casi seis siglos, la Iglesia Católica tuvo y ejercio el monopolio del conocimiento. De hecho, cada doctrina politica, moral y cientifica debía obtener la aprobación del Vaticano para poder ser transmitida como parte del conocimiento secular. Esta diatriba - y potestad de ley - devino en la herejia, que no es otra cosa que el castigo a la opinión religiosa, o la oposición intelectual y de hecho a un dogma establecido. La herejia era severamente castigada por la Iglesia; habitualmente el hereje era condenado a muerte. De manera que cualquier idea que contradijera el estatuto eclesiastico, podía no solo ocasionar la muerte sino también la destrucción del material que pudiera considerarse "herético".

A través de los siglos y sobre todo en países especialmente religiosos, la Herejia contribuyó a que el dogma religioso se convirtiera en un concreto castigo social. De manera que con el transcurrir del tiempo, la intención divinizada del castigo y la amenaza se transformó en una idea directamente relacionada con la religiosidad. No es extraño escuchar en el discurso religioso, incluso en el actual, esas veladas referencias a la divinidad, la creencia, la forma de expresión religiosa, como arma para la reinvidiación y el rencor. La contradicción de ambos términos resulta no solo desconcertante, sino evidencia de lo intrinseco que resulta para la sociedad y nuestra cultura, la necesidad de invocar la divinidad como constructor de opiniones y sobre todo, objetivo de orden social.

De la fe, la creencia y otras formas de discurso religioso:

Por supuesto, este tipo de costumbres no son exclusivas del Cristianismo. Todas las religiones monoteistas, tanto orientales como occidentales, poseen una evidente herencia de un pasado autocrata y personalista. Muchas veces resulta inquietante la manera como la fe y las convicciones religiosas se transforman en armas, tanto en el discurso como en la practica, para otorgar sentido a sentimientos meramente emocionales como el odio y el temor. De nuevo, el discurso religioso convertido en recurso acusador, de enfrentamiento o para enaltecer una diatriba argumento que carece por completo de cualquier rasgo transcendental.


Desde luego, no será la última vez que algun creyente levante su dedo acusador para amenazarme con la Ira divina para ocultar su cólera. Pero probablemente la próxima vez comprenderé mejor lo ocurrido y de donde procede la vieja idea de castigar usando a Dios como excusa.

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