sábado, 14 de mayo de 2011

Del humor y el amor.

Algunos de mis amigos están convencidos que soy una cínica sin remedio, o peor aun, que mi gusto cinematográfico está más cercanp a los desvarios de David Lynch que a las estética y dura belleza de Kubrick. En realidad, ese tipo de opiniones me hacen reir un poco, porque digamos que personalmente me defino como una cinéfila de hueso rojo: disfruto del cine en todas sus expresiones - tanto del bueno, como del malo - , por lo que estoy convencida puedo decir que mi criterio a ese respecto es bastante ambivalente. Así que lo confieso (ábranse los cielos y cabalguen los Jinetes de la Apocalipsis), que no denigro por principio el género romántico. Más de una vez me he encontrado en la paradoja de defende algunas comedias románticas de la critica despiadada y prejuiciosa y de decir, al mismo tiempo, que casi todas las películas que se hacen recientemente dentro de este canon son malas. El que no haya muchos buenos productos de este tipo se puede deber a varios factores. A continuación trataré de encontrar algunos de ellos:

La profundidad de los personajes y su empatia con el público:


Para que una película del género romántico tenga sentido, es imprescindible que exista una conexión entre el espectador y la trama, una identificación entre la emoción que aflora en los personajes y el público, que facilite una cierta empatia con los sentimientos que intenta expresar. Y para cumplir este requisito, es fundamental que los personajes posean varias dimensiones de expresión concreta, que sean todo completamente reales, perfectibles y con un peso especifico dentro de una esfera realista. Si este elemento se encuentra bien desarrollado, la estructura esencial de la película se encuentra perfectamente justificada.


Por supuesto, que para exista este personaje de perfecta costura y lo bastante creíble para interesarnos, se necesita un actor que pueda recrear las emociones y el sentido más profundo que subyace en la historia. Aunque parezca que cualquier galán por el mero hecho de serlo puede protagonizar una película romántica - género considerado simple y carente de verdadero peso dentro de la cinematografia - el hecho es que quizá  requiera una mayor exigencia que un papel romántico: necesita un tipo de inteligencia emocional, sutil, intensa, aunque no exagerada, con cierto tono burlón, aunque no cínico que no todos los actores pueden sostener. Y siempre me parecerá una injusticia que solo los actores que expresan todo su registro emocional dentro de un drama social o político tengan validez al momento de juzgar una premiación o convalidar una carrera cinematográfica. Ser un actor correcto no sería, ni mucho menos, suficiente. Y la prueba está en todas las películas anodinas de las que tampoco se puede decir que el trabajo actoral sea malo, sino que simplemente carece de fuerza.

El cine romántico es esencialmente una expresión artística sobre personajes, en especial en lo que respecta a los personajes femeninos y su relación con el punto de vista masculino. Y en la actualidad, el desarrollo de este tipo de aspectos en los guiones adolece muchas veces de inteligencia y sustancia.

¿Un género poco flexible?

En apariencia, podríamos decir que si. Pero estoy convencida que con un poco de imaginación se pierde no solo forzar las pautas del género, sino darles una visión totalmente fresca y renovada. Siendo como es un género que acepta ciertas modificaciones concretas, se puede crear híbridos concretos entre unas u otras propuestas: por ejemplo, el de ciencia ficción, sin traicionar la esencia del film. De hecho, es una expresión cinematográfica que podríamos calificar de metalingüístico, es decir, una creación visual que puede aceptar más de una lectura o una unica interpretación.


Y sin embargo, estoy convencida que el hecho de enfocar la trama de las películas de este género de una manera muy lineal, es lo que menos influye para entorpecer el ritmo de la comedia romántica. Si la emotividad en su estructura narrativa nos conmueve, poco que importa que nos cuenten de nuevo una historia conocida. Creo que nadie duda que se trata de un tipo de película predecible en los que desde el principio, tenemos una idea bastante clara de como evolucionará, así como los obstáculos que se presentarán a medida que se desarrolle la trama o el final, probablemente una mera consecuencia de todo lo demás. Pero todo cualquier elemento cliché o repetitivo puede considerarse superfluo si la historia nos emociona o nos hace reír.



Pienso que este es uno de los elementos que distingue a la película romántica del resto de los elementos conceptuales del cine: en las obras de suspenso, ciencia ficción o terror, es un requisito indispensable encontrar la sorpresa dentro de los giros accionales que permitan reinventar la historia a través de la yuxtaposición de escenas. No obstante, en la comedia romántica la repetición no es solo concebible, sino comprensible sin afectar el ritmo de la narrativa o la expresión conceptual de los personajes.
El muro del Valor Tradicional:

No tengo ningún prejuicio contra las personas que tengan como valores morales la estabilidad familiar, el matrimonio y una feliz maternidad - o paternidad, si ese es el caso-. No es mi intención opinar al respecto en esta entrada. El problema es que cuando estos valores se intentan transmitir por un medio inocuo como es la comedia romántica, ocurre el desastre. Muchas veces se intenta sostener el nudo secuencial de una película mediante la expresión - inconsistente y muchas veces rígida - de cierta perspectiva sobre la expresión social.Así, lo que deberían ser comedias se queda en una primera media hora de risas y un desarrollo sensiblero y empalagoso que intenta sermonear a quienes tienen un pensamiento esencialmente distinto. No critico, entonces, el hecho de utilizar estos valores para impregnar a la historia de cierto significado - cada director tiene el derecho inalienable de expresar como mejor le parezca su visión de las cosas - sino que la integración entre ambos elementos sea totalmente discordante y tenga como resultado una mezcla sin sentido que termine provocando la destrucción de la estructura central del film.


Por increíble que parezca, esto ocurre ahora con más frecuencia que en años anteriores. Las comedias románticas clásicas y que dieron origen al género, de hecho se aseguraban de contravenir los valores tradicionales, o en todo caso, darle un sentido satírico. La protagonista salvaba al personaje masculino de una vida gris representa en la rival.


De esta tendencia de convertir las películas de este género en una forma de enviar una critica social politicamente aceptable a la audiencia, ha venido la imagen inocente y carente de textura sintáctica que actualmente se le suele atribuir a la comedia romántica. Se le considera estúpidas, que solo están dirigidas a un segmento del público - esencialmente femenino - y que reivindican las ideas más moralistas como una única opción de formar para comprender el mundo y ser una persona "decente". Lamentablemente, estas propuestas se acercan más al cuento de hadas y al culebrón, que al origen mismo de estas historias, que era de hecho,reinventar la normalidad en un tono irreverente y hasta cierto punto caótico.

La comedia romántica por excelencia, aunque lamentablemente cada día son más escasas, es divertida, transgresora, despreocupada, sencilla, que muestra la vida en su expresión más ligera, familiar y hermosa. El encontrar a la persona idónea, no se presenta en los guiones de las tradiciones películas del género romántico como una forma de alcanzar un momento de pura alegría o estabilidad, es decir como un fin en si mismo, sino como un camino para evolucionar de una manera personal y casi intima, de romper viejos esquemas y encontrar la libertad de encontrar el verdadero sentido a la personalidad, es decir, como un camino para un tipo de felicidad que está compuesta por el amor por supuesto, pero también un autodescubrimiento más allá de la mera expresión romántica.
Comedia sin risas:


La palabra comedia, últimamente se utiliza para definir una serie de productos de tendencia ligera que muchas veces, tienen poco o nada que ver con el género. Por supuesto, tal vez tal fusión de formas expresivas - desde la comedia más frenética y física hasta la más intelectual - tenga sentido si tomamos en cuenta que todas tienen un origen en común, pero el hecho es que desvirtúa lo que es la esencia dell humor cinematográfico. De esta manera, me temo que no solo la insistencia del valor tradicional como esquema narrativo puede arruinar la trama cómica, sino también la torpeza de algunos narradores fílmicos que no saben como explotar el humor y al mismo tiempo el argumento, basicamente debido a que ambos términos se confunde. La comicidad se fragmenta en escenas puntuales, que rompe la armonía narrativa, dejando un breve espacio sin resolución que termina por destruir la consonancia e integridad de la propuesta cinematográfica.


Por supuesto, no soy nadie para llamar a tal o cual director incapaz. Estoy perfectamente conciencia que me refiero a un género tradicionalmente complicado, y que lleva esfuerzo cohesionar un rompecabezas conceptual mediante imagenes y una trama que en ocasiones, carece de sentido lineal. Estoy convencida que la comedia es una de los géneros más complicados, a la vez que uno de los más subestimados dentro del mundo cinematográfico. Lo que si debo insistir, es que si un guión no tiene una base narrativa donde apoyar una idea subsecuente en una forma expresión más firme, nunca se llegará a un resultado coherente y atractivo. Claro que, este extremo ya es decisión de los productores, un tema que tocaré en una entrada futura.

Y si reincidir en el crimen se trata:

Y luego de tanto análisis y reflexión sobre la cultura romántica cinematográfica, llego a la conclusión de siempre: ¿por qué se insiste en producir comedias románticas que carecen de verdadera calidad y solo destruyen el género? La respuesta es más que obvia: Porque hacerlas mal es muy fácil y está casi garantizado que se obtendrá dinero con ellas. En lugar de un buen guión o un reparto desconocido, pero adecuado, estos productores saben que poniendo en su cartel a las estrellas más famosas que se puedan pagar, tienen garantizado el éxito.

El público sigue llenando las salas de cine, y llevando al tope de la taquilla el tipo de material superfluo que últimamente se califica como comedia romántica. Entonces, es inevitable preguntarse cual es el motivo que exista siempre un espacio para este producto cinematográfico malo. Me temo que la respuesta no es muy reconfortante: la mala factura fílmica ha sustituido al cine de envergadura. No obstante, conservo mis esperanzas que paulatinamente, el desencanto del cinéfilo medio nos conduzca a un replanteamiento del lenguaje cinematográfico. Sin duda, la paciencia del público tiene un limite.
Pd: Y si, la imagen que acompaña la entrada es una escena de mi pelicula romántica favorita: La maravillosa Love Acttually del director Richard Curtis

1 comentarios:

corazon de gacela dijo...

vengo contenido desde hace tiempo en rendirme a tus pies y decirte que eres admirable y que privilegiado ser tu seguidor secreto.
Me encanta tu desparpajo y seleccion de temas para tus entradas, tu disciplina teutonica y tus ganas de transmitir existencia comprometida sea como sea.
Hechas mano a cuanta historia ilustre un conocimiento util y necesario para descifrar los tiempos que nos toca vivir.
Eres mi aliada en la mision loca de mi vida de reinvindicar lo femenino a toda costa, pero con la firme conviccion y sustento historico de que no es una utopia.
Pero resulta que, por razones que sabemos, si es una utopia, y toca convertirla en conocimiento universal para lograr una nueva armonia existencial.
Respecto al tema que tocas, una vez mas lo desmenuzas y, que lindo, lo reivindicas desde tu experticia en el lenguaje cinematografico. Tengo la sensacion de que vas camino, como buena artista de la imagen, a irrumpir en el medio cinematografico.
Te recomiendo una serie TV, "californication", que para mi desmonta el asunto de la comedia romantica en un existencialismo actual y un manejo del humor como herramienta para interpretar y transmitir la complejidad de las relaciones humanas.

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