jueves, 14 de abril de 2011

Bajo el Escalpelo de la Lógica: House M.D




Suelo obsesionarme de vez en cuando con algunas series de televisión. No pasa con frecuencia - realmente detesto sentarme a mirar cualquier programación televisiva, como no sea cine B de Cinemax a mitad de la noche e History Channel - pero cuando ocurre, me regodeo con bastante culpabilidad en las viscitudes de sus personajes y tramas. Por ello, quiero dedicar un espacio especial a quién es, con toda seguridad, mi personaje favorito en toda la pléyade de series televisivas que pululan en la programación de cable. Me refiero a Gregory House, personaje principal de la Serie de "House M.D" .

A estas alturas y después de ocho fabulosas temporadas, el argumento es conocido por todos: La serie gira alrededor de las vivencias del Doctor House, quién a través de su maravillosa construcción narrativa, destroza el concepto de lo que es (o debería ser) para la sociedad el médico ejemplar. Este vuelta de hoja de la series médicas, se apoya mayormente en la personalidad de House - grosera, cínica, gruñona, egocéntrica - pare recrear un giro completamente novedoso sobre las tramas de temática hospitalaria. House rompe cualquier esquema establecido anteriormente por los esforzados galenos televisivos: adicto a los tranquilizantes, déspota con sus subordinados y que no acepta órdenes de sus superiores, es un individuo que simplemente plantea que el ejercicio de la médicina no es garantia de una moral superior o sensible. Desde detalles en apariencia iconoclastas, como no acepta ponerse la bata blanca dentro del hospital y va a trabajar en zapatillas de deporte, manejar Honda de competición hasta tener una pierna inmovilizada y aceptar sin remilgos y con gran crueldad su minusvalia, le otorga una dimensión por completo distinta al personaje. Básicamente es un auténtico antihéroe. Pero cuidado, que su aspecto y actitud no nos engañe. Es el mejor en su trabajo: Medicina de diagnóstico. Una auténtica eminencia en la materia, un genio de la medicina. Su increible método de analisis lógico, sustentado en la prerrogátiva de un analisis puro y pulsar de cada propuesta casuistica, dotan a House ( como personaje y como evidencia de valor dentro de la trama) como una figura de proporciones épicas: el bien y el mal, el poder de crear y destruir.

En el universo cuántico de la serie, House es un sagaz y casi maligno titiritero que mueve cuidadosamente los hilos de su equipo de subalternos. En el ficticio Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de New Jersey, House dirige con acierto un extraño departamento dedicado a enigmas médicos y aunque la serie ha sufrido lentas y sustanciosas transformaciones a través del tiempo, el núcleo continua siendo el mismo: la personalidad de House, esa capacidad del personaje para desmenuzar cuidadosamente su propia personalidad y la de su entorno médico con cínismo, profunda insatisfacción y un existencialismo tan bien administrado como en ocasiones intolerable.

House disfruta con un cierto júbilo malsano del nivel superior en que se coloca a si mismo por el magnifico matiz de su capacidad para suprimir sentimientos y trabajar a base de datos fidedignos y carente de algun rastro emotivo. No en vano, siempre acaba demostrando que él (como punto de inflexión de la serie ) es quién poseé la epifania, la iluminación terciaría que provee al método de un significado casi sublime y esplendidamente dramático.

Lo que resulta más interesante en House MD es que en realidad es una serie de misterio. Aqui nunca encontraremos los dramas adulcorados como en Grey´s anatomy o la crudeza cotidiana que caracterizó al desaparecido E.R. El planteamiento de House m.d como nudo argumental, se basa en el hecho en que House sólo acepte casos imposibles, los más raros, difíciles y que resulten un reto para sus conocimientos y su ego. A lo largo del episodio intenta buscar una relación entre los síntomas, buscando pistas en cualquier parte (en ocasiones mandando a sus colaboradores a que entren en la casa del paciente sin su permiso) para solucionar el caso. Este enfoque detectivesco, como si de un Sherlock Holmes moderno se tratara, combinado con la personalidad arrolladora de su protagonista es en mi opinión lo que hace de House una gran serie.

Hugh Laurie, el actor que interpreta a House ha sido merecidamente alabado por la crítica y premiado (con el globo de oro por ejemplo hace seis años) por su magistral interpretación, y la serie es actualmente uno de los programas más vistos en los USA y en buena parte del mundo. Y aunque el programa ha sufrido el natural desgaste del paso del tiempo y las transformaciones argumentales propias de las exigencias televisivas, Laurie ha logrado mantener el tono y la fuerza del personaje intacta. Incluso en las temporadas donde El mundo de House ha sufrido violentos sacudones, la esencia continua siendo la misma: la poderosa diatriba del intelecto, la lógica y una socarroneria grosera y casi ofensiva para definir el mundo del eminente doctor.


Por supuesto, que House posee un precario equilibrio entre su mundo privado ( que funciona con la precisión de un amargo y helado mecanismo emotivo ) y quienes le rodean. Para lograr sus objetivos y solucionar sus casos, House no duda en enfrentarse con sus superiores e incluso con la administradora del hospital, la doctora Lisa Cuddy, con la que mantiene una relación dedifícil equilibrio que finalmente devino en tensión sexual y finalmente, en una relación desigual y dura. Apoyado y cuestionado a partes iguales por sus colegas, House trangrede las leyes, apuesta por métodos revolucionarios y no se deja intimidar ni por la enfermedad ni por las limitaciones de la ciencia.

House destaca también por una original aproximación a los casos. El hecho de que el servicio donde ejerce el protagonista sea una unidad dedicada a enfermedades raras da oportunidad a los creadores para mostrar de una manera muy realista qué es lo que afecta a cada paciente: escáners, radiografías, y secuencias figuradas del interior del cuerpo humano, añaden un toque trasgresor y nuevo a esta producción.

También debo acotar que en mi opinión, el éxito de House se debe en gran parte a las ingeniosas frases que los guionistas crean para recrear la turbulenta y asimétrica personalidad de House. Pero House es mucho más que una serie en la que un cojo nos hace reír con su sarcástico humor. En si mismo, Gregory House representa la depuración casi absoluta de cualquier sentimiento que no avale su espléndida lógica. Cada frase nos recrea un momento del mundo interior de House y el constraste con el exterior, brinda una tensión tremendamente inquietante, una trasgresión exacta y peculiarmente limpia que nos permite comprender a House en una óptica contradictora: amamos a House pero a la vez, lo detestamos. Una contradicción que se extiende entre dos extremos disímiles, de la misma manera en que la emotividad del ambiente médico se contrapone a la frialdad cruel de House.

Otra caracteristica a resaltar es que la trama argumental no se basa unicamente en las intervenciones quirurgicas y los tratamientos revolucionarios, sino en el planteamiento de cómo tratar la enfermedad a través del arte dedudicto. Y como ya he dicho, el proceso de investigación de la enfermedad es brillante, una estructura de ideas magnifica, basada en una secuencia exponencial de valores lógicos que recrean con magnifica eficiencia la inteligenciadel personaje principal.



Como mencioné antes, me parece curioso también, el parecido de House con Sherlok Holmes, uno de mis personajes favoritos de la literatura. Efectivamente, David Shore, el creador de la serie, dijo que el personaje de House está inspirado en Sherlock Holmes, sobre todo por la capacidad de resolver lo irresoluble y por el uso de las drogas. House usa las técnicas de deducción de Holmes para diagnosticar a sus pacientes. Yendo más profundo, el mejor amigo de House es James Wilson apellido muy parecido a Watson (compañero de Holmes), y House es muy similar a Holmes, así como también es importante recordar que el número de apartamento de House es el 221B, mismo número que el del apartamento de Sherlock Holmes, el 221B de Baker Street. Como Holmes, también lleva bastón y es igual de prepotente que él. Holmes era un experto violinista, mientras que nuestro médico favorito toca el piano. En el penúltimo capítulo de la 2º temporada, House está a punto de inyectarse morfina siendo interrumpido por la llegada de un caso interesante. Exactamente el mismo nefasto hábito que tanto abominaba el bueno de Watson,quien rezaba para que un caso interesante hiciese innecesario "volar a la nieblas concisas de la morfina"

En resumen, House plantea la idea de la vulnerabilidad humana, a través del contraste de la fria lógica con la emotividad que puede despertar en nosotros un cuadro médico, incluso los más pequeños. House, representa la esencia misma de la medicina: la necesidad de utilizar la inteligencia humana para encontrar la respuesta a los vericuetos de nuestra ambigua naturaleza.

Una ambiguedad, la mayoría de las veces, mortal.

1 comentarios:

Gustavo Pérez dijo...

Excelente post, tenía como tres días leyendo y no había podido culminarlo.

Pero a lo que vamos, Greg House sin duda es un personaje sin igual, todo él condensa una constante critica a distintos pensamientos sociales.

Creo que lo mejor de Greg sale a relucir cuando debe enfrentar casos ligados a Dios, la amistad, el derecho o no de mentir y la irremediable pregunta de qué hay en el más allá. El pensamiento filosófico de House y su sarcasmo para rebatir los argumentos de los pacientes, es simplemente, perfecto.

House no solo termina demostrando capitulo tras capitulo que tiene la razón, sino que es capaz de auto flagelarse para que no queden dudas y dejar a su equipo, colegas y televidentes perplejos y preguntándose, ¿cómo lo hace?

Un saludo!

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