viernes, 4 de febrero de 2011

Tributo al amor.



La celebración del sexo como elemento religioso es una práctica muy antigua de la que hay pocas trazas en el occidente, solamente en la ciudad griega de Corinto y las ciudades canaanítas de la costa levantina. Originalmente, la unión carnal como elemento de unión con el aspecto divino de una creencia religiosa - llamada erroneamente prostitución sagrada - se encuentra en Babilonia, cercano el tercer milenio a.J.C. como una de las formas de culto a Ishtar ( quien es la misma Innana sumeria con atributos diferentes). En su forma de Ishtar, la diosa de la cultura sumeria se convierte en la diosa de la belleza y la sensualidad babilónica, a la que agradaban los actos de amor carnal y que para asegurar su veneración y culto se consagraban vírgenes al servicio del templo, dedicándolas a la prostitución sagrada, es decir a la prostitución selectiva y puntual, cuyo provento se dedicaba exclusivamente al servicio del templo.


En el gran templo de Ishtar  en Babilonia, el E-ana, cercano al Gran Esagifa, moraban las sacerdotisas que se dedican al servicio de la diosa, es decir a efectuar actos de fornicación con los que pagan el precio del rito que se entera en la caja del Templo. Las sacerdotisas tienen horarios fijos de culto, no aceptan sino a aquél que ha pagado el precio a la Diosa y no aceptan desviaciones del acto sencillo y directo. Están reputadas como religiosas y se les acuerda un tratamiento honorable cuando salen al exterior de su templo. Igualmente se dice que cada adolescente debe consagrar su primer acto sexual a la diosa y que este acto debe ser efectuado dentro del templo en la forma de un rito, similar al de las sacerdotisas regulares del templo. Sobre esta forma de veneración carnal directa a la diosa hay muy pocas referencias, se tienen modelos de arcilla y representaciones de los órganos genitales tanto femeninos como masculinos en arcilla cocida, encontrados en los depósitos del templo y algunas referencias en Heródoto y Diodoro Sículo y luego en Luciano, las cuales fueron repetidas por otros escritores posteriores en sus obras históricas y costumbristas. Los escritores clásicos son los únicos que describen este culto de forma objetiva, ya que en la Biblia encontramos numerosas referencias a los actos "abominables” de las canaanitas, como adoradores de una diosa lasciva de origen babilónico, pero ninguna descriptiva. Ishtar es la diosa del panteón sumero-acádico que se equipara a la Astarté canaanea y a la Afrodita griega. El origen del nombre es incierto, tenemos la palabra acadia Ishtarati que significa diosas. La palabra “diosas” escrito ideográficamente en sumerio significa Innana, que puede derivar de Nin­anna “Dama del Cielo”; escrito silábicamente en acadio dariva de la forma Esh-tar, que probablemente significó “Dama de las Batallas”. La Innana/Ishtar babilonia tiene tres diferentes mitos y tres formas distintas de reinado divino, en las que se presenta en un aspecto diferente. El primero de ellos es el que interesa particularmente porque es el aspecto de divinidad de amor carnal, divinidad sensual, concernida especialmente con el sexo extramarital. Los otros dos son el aspecto marcial como Señora de las Batallas y el otro aspecto es el planetario­-celeste asociada con Venus, la estrella de la tarde.
Innana/Ishtar

En su aspecto de divinidad amorosa Innana/Ishtar es la protectora de las prostitutas y de los amoríos extramaritales, que por cierto no tenían connotación especial en Babilonia, ya que el matrimonio era un contrato solemne que perpetuaba la familia como sostén del estado y como generadora de riquezas, pero en el que no se hablaba de amor o de fidelidad amorosa. “Una prostituta compasiva soy”, dice Ishtar. Innana/Ishtar no es una diosa del matrimonio, ni es una diosa madre. El matrimonio sagrado o la sacra hierogamia que se representaba todos los años en el templo babilónico no tiene un implicación moral ni es modelo de matrimonios terrestres, es un rito de fertilidad altamente estilizado con tonos litúrgicos.

El primer escritor que describe el sexo ritual o la prostitución ritual es Heródoto en el siglo V a.J.C. , en sus “Historias” cuando describe el centro religioso de la gran ciudad de Babilonia, ya venida a menos y anota las costumbres poco usuales para un griego. Luciano en el siglo II, a.J.C., también describe el mismo rito, pero esta vez en la ciudad de Biblos en el Líbano, en un templo de Astarté. Las descripciones de actividades sexuales son comunes en los glifos y relieves de los siglos del período dinástico temprano, con posiciones eminentemente simples, durante el período dinástico acadio tenemos que estas escenas tienen lugar en una cama con las patas en la forma de patas de leones, con varias otras figuras como testigos en una especie de banquete por lo que se deduce que debe tratarse no de un acto privado sino del matrimonio sagrado (hierogamia sacra). Del principio del II milenio hay placas de terracota cocida que representan escenas de actividades sexuales y otros que representan órganos genitales femeninos y masculinos que deben ser amuletos. Durante el período asirio se representa el acto sexual, con la mujer siempre recostada en un altar, en los relieves y plaquetas, estas figuras deben representar no la hierogamia sacra sino otra forma de adoración sexual, probablemente lo que se ha llamado prostitución sagrada. Muchas de estas plaquetas y figurillas se han encontrado en el Templo de Assur, claro indicio del carácter sagrado del acto sexual que rapresentan.

En cuanto al carácter compasivo del rito, las prostitutas se llaman también “las compasivas” , teniendo piedad de ...“toda la raza humana”, según dicen que dijo alguna vez María Magdalena la prostituta de los Evangelios. El significado de esa “compasión” se define como con la pasión compartiendo la emoción, emoción que parece ser tan vieja como. la humanidad misma. Siendo tal vez derivado de la figura de Diosa Madre, al mismo tiempo generadora y nutricia, es decir que se ocupa del bienestar físico def hombre y de un bienestar más sutil aún, el bienestar psíquico. lshiar fue llamada la “Protectora de las Prostitutas” Hac. Har, raíz de los vocablos, “hourí”, “hora”, “hetaera” y “harlot”, además de “harem”. Los atributos de Afrodita derivan de su nombre, cuya raíz es aphrodis , la consumación gozosa de la sexualidad, el acto carnal. En la “Odisea” su nombre se usa en este sentido aunque es muy raro encontrar referencias a esta diosa en la época Micénica. En su viaje al oeste, el concepto de la diosa Ishtar/Astarté, divinidad sexual, celeste y maternal al mismo tiempo, el primer paso en la ruta es la isla de Chipre, el sitio de Paphos. En la “Teogonía” de Hesíodo Afrodita nace de la espuma del mar y toma tierra en Chipre, en Paphos. Esa espuma, dicho sea de paso, fue formada por el choque de los órganos de sexuales de Uranos que Cronos cortó con una hoz y arrojó al mar. De Chipre a Citerea es un corto trecho y de allí a Corinto, otro. (ver el mapa) La ciudad del istmo tuvo conexiones marítimas con todos los puntos del Egeo, además de con muchos de Levante y por supuesto con la isla del cobre, Chípre, durante casi todo el I milenio a.J.C. Las “jóvenes complacientes y hospitalarias” que describe Píndaro, en el período de las Guerras Médicas, son devotas de la Aphrodita Pandemos. El culto a la Afrodita corintia en la forma de prostitución ritual debió haber continuado hasta tiempos romanos según escritos romanos que cuentan sus experiencias en templos corintios, antes de la destrucción de la ciudad en el 146 a.J.C. La Biblia habla de las “abominaciones canaanitas”, en términos de prácticas sexuales ofensivas porque eran efectuadas en honor a dioses locales, pero no habla de la practica, extendida y confirmada, de la prostitución sagrada en Babilonia en honor a la diosa Ishtar, la misma Astarté o Ashtoret canaanita, sino en términos muy vagos y menos condenatorias que a su contraparte canaanita. Una cierta repulsión o un inconsciente deseo de obviar esta práctica ha influenciado para que no se haya escrito una verdadera investigación seria del tema, que tiene ramificaciones sorprendentes en el campo de los estudios religiosos.

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