martes, 4 de enero de 2011

La unica dimensión de un mundo perfecto.


Muchas veces me han llamado ingenua debido a mi opinión sobre el mundo y su manera de estructurarse. Estoy convencida que la bondad y la aspiración a la belleza son reales. ¿Es esta opinión un rasgo de inocencia? En realidad, no lo creo. El hecho de esperar algo mejor y más contundente que la simpleza de pensamiento que al parecer es moneda común en estos días, no es ingenuidad. Es un tipo de esperanza muy concreta. Un anhelo intelectual diría yo.

Habitualmente, el mundo blanco y negro de la sociedad occidental, deja al margen cosas tan sencillas pero completamente humanas como la vejez, la muerte, el cansancio, la imperfección fisica, el mal humor mañanero, lo corriente y lo vulgar. Es triste pensar que la forma de integrarte a una idea general y social, implieque renunciar a esas caracteristicas tan humanas, pertenecientes a esa cuarta dimensión del pensamiento que muchos se niegan a admitir que existe. ¿No es igual de sagrado un día gris y sin ningun tipo de interés que otro luminoso y espléndido? ¿No es igual de importante los placeres simples como beber un vaso de agua que las grandes épicas personales? Es triste, que el mundo se nutra de una amplia fantasia venial, basado en una idea de faustuosidad y perfección. No Somos perfectos y creo que la gran mayoría de nosotros no queremos serlo! Yo soy feliz simplemente en esta particular sensación de encontrarme viva, de disfrutar de mi tristezas tanto como de mis satisfacciones, de esos momentos corrientes como de los elevados y finiseculares. La vida es más que un esquema formulado a base de arqueotipos. Es caos, desorden, crudeza, fuerza, pasión e intensidad.

El mundo, sí, tan vivo, como nuestra capacidad para disfrutarlo y vincularnos a su idea más esencial.

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