miércoles, 21 de abril de 2010

Despertar


Ultimamente he pensado mucho en el concepto de amistad. Esa relación infinitamente dulce y delicada, inquietante por su fragilidad, tal vez profunda por su ingenuidad. ¿Que es ese vinculo preciado, espontáneo, que nace sin que sepamos como y que se mantiene gracias a nuestra capacidad para comprendernos a través de él? La amistad no es solo el vinculo entre dos individualidades, una comunicación profundamente sentida, una afinidad simple que crece y se hace poderosa, sino también ese cariño sin dobleces que pocas veces conocemos a plenitud. La amistad como mito, como sueño, como esperanza...pero tmabién como decepción, como desengaño. Y quizá como simple final de una etapa.

Porque tal vez la amistad es eso precisamente: Un espejo donde vemos reflejado quienes somos, hacia donde vamos, que deseamos, que necesitamos para recrearnos como espiritu y como voz personal. Una imagen cristalina de nuestros pensamientos, deseos y pensamientos. Y cuando una amistad se rompe, no es más que esa pequeña muerte de una parte de nosotros que necesitaba renacer. Elevarse.

Tener un nuevo comienzo.
Como dijo una amiga querida: Todo tiene su final.

***


Este extraño mes de abril que comienza a terminar, se lleva muchas cosas de mi. Se llevó un poco de inocencia, pero me dejó a cambio una nítida experiencia. Este mes espléndido, recién nacido, donde comenzó a llover luego de una larga sequia. El abril del sueño más reposado, el abril de comenzar a releer mis favoritos. Y este será el abril que recuerde en el futuro como la fecha donde me liberé de los últimos vestigios de angustia y temor, de simple desazón. Abril, el mes donde anochece más tarde, donde el aire sabe mejor. El abril de mi niñez, con sus cuadernos recién abiertos, y el olor delicioso de un mundo a estrenar. De las palabras que comienzan a crearse asi mismas. Del renacer.

***
Un cadaver exquisito, este abril donde perdi y triunfé en lo pequeño y personal. Este abril donde reencontré algunas piezas de mi mente que pensé abandonadas para siempre. Este abril donde soy de nuevo yo misma, en todos los sentidos posibles, en la posibilidad magnifica y desesperadamente viva de creer y confiar. A veces pienso que esta inocencia recién descubierta se dibuja en una imagen: Me limitaré a coger las malvas (y las lilas, y los jacintos y las margaritas) que habitan en mi imaginación y sentirme chica de Waterhouse entre flores.

Paz para los locos.
Furia de primavera en mi voz.

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