viernes, 27 de octubre de 2017

Una recomendación cada viernes: The Sun and Her Flowers de Rupi Kaur.





En nuestra época, la celebridad es un atributo inmediato, poderoso y en ocasiones sin explicación. Y Rupi Kaur lo ha descubierto a través quizás, de la forma más inesperada: logrando un sorpresivo reconocimiento de crítica y público a través de la poesía. Toda una hazaña para un poeta moderno que a menudo debe luchar y enfrentarse a ciertas ideas sobre la noción sobre la poesía como género literario minoritario e incluso, inaccesible a la popularidad de redes y crítica. Pero Kaur no sólo ha logrado el éxito sino que creó toda una nueva corriente por sí misma: una nueva generación de “Instapoetas” — escritores muy jóvenes y casi siempre sin experiencia editorial previa que publican sus versos principalmente en Redes Sociales — y brindarle un sentido ecléctico de la trascendencia. Kaur además, elaboró una percepción sobre la poesía como medio de expresión que tiene algo de cotidiano, doloroso, privado. Kaur escribe sobre el amor, el sexo, las relaciones, el desarraigo, la soledad, las heridas cotidianas y lo hace con poemas que recuerdan pequeños garabatos privados al margen de un libro. Y es esa cualidad privada, poderosa y quizás efímera lo que brinda sentido a su manera de descubrir ideas colectivas y sobre todo, profundamente ideales. Porque Kapur también analiza tema muchos más inquietantes y duros, como el abuso, el racismo y los temores culturales. Su mirada es una expresión de fe y de comprensión casi inocente sobre la fuente del conocimiento moderno — la verbigracia que se manifiesta como una fuente de conocimiento de la cultura pop — y a la vez, una meditada versión sobre la poesía como herramienta de construcción de ideas muy elaboradas sobre la época que le tocó vivir. El resultado es una mezcla de existencialismo y poder espiritual que conmueve por su contundencia.

Por supuesto, Kapur no está a salvo de otro mal moderno, derivado de la fama inmediata: la crítica burlona que denosta su trabajo por el mero hecho de existir — crearse y expresarse — a través de las redes sociales. Su versos libres, a menudo fragmentados en un ritmo inusual y con una mirada ingeniosa sobre el mundo, han despertado todo tipo de escepticismo y sobre todo rechazo en una considerable cantidad de público que asume el hecho de la virtualidad como una fractura en la visión academicista sobre la poesía. Pero Kapur insiste y ha creado no sólo una percepción novedosa sobre el verso como vehículo de expresión sino además como, reflejo de algo más intrincado. Una fórmula infalible que le convirtió en un éxito en el mundo virtual y también, en el literario.

Con su debut literario “Otras maneras de usar la boca” (2017) Kapur se convirtió en un fenómeno que rebasa los límites de la virtualidad y se convierte en una nueva expresión del lenguaje poético. Traducido a casi treinta idiomas y con más de medio millón de ejemplares, el libro se convirtió en un enigmático best sellers que demostró que la poesía está transformándose con rapidez en otra versión de la realidad y que el mundo editorial, lo está mostrando como una comprensión masificada de su valor esencial. Entre ambas cosas Rupi Kaur construye una estructura esencial sobre la poesía como vehículo de búsqueda de la identidad, algo esencial para una generación educada por internet y sobre, todo muy consciente del valor de la individualidad. Para Rupi Kaur, la poesía nace y se extiende como un valor agregado a su forma de comprender el mundo y también, un específico trayecto de un poder personal inalienable. “Empecé a escribirlo pensando en un público de mujeres jóvenes asiáticas o emigradas, como yo. Y al principio funcionó así. Pero a medida que hacía los tours en el resto de Canadá y en Estados Unidos y leía los poemas en festivales vi que cada vez había más mujeres occidentales. Me sorprendió pero luego me di cuenta de que eran cuestiones universales y, pese a las diferencias culturales y sociales, hay muchos puntos en común” contó hace poco en una entrevista al periódico Español “El Mundo”. La poeta, que revolucionó las redes con una imagen suya con la pijama manchada de sangre menstrual, que Instagram censuró por motivos pocos claros, se ha convertido en el símbolo de una generación de escritores obsesionados con los espacios silenciosos de la imaginación, la necesidad imperiosa de elaborar conceptos personales y de luchar contra el anonimato de la masa. Pero Rupi Kaur es mucho más que un fenómeno: es una defensa a ultranza de la poesía como hecho literario personalísimo y una compresión ideal del tiempo personal y la experiencia como lienzo personalísimo. Eso, a pesar que se le acusa de encontrarse muy cerca de la delgada línea entre la accesibilidad y la simplicidad mecánica. No obstante, Rupi Kaur se enfrenta al estereotipo, a la medida limitante y persiste en que la poesía sea un eco de una búsqueda interna incesante. Todo es un ciclo en la poesía y en la noción de Kipur sobre su entorno. Una recreación constante de una belleza simple, arraigada y potente.

Su segundo libro “The Sun and Her Flowers” llega precedido de la polémica: Nayyirah Waheed, otra poeta que también utiliza Instagram y otras redes sociales como vehículo de difusión, acusó a Kaur de utilizar frases enteras de su trabajo e incluso, plagiar directamente frases, cuyo parecido es evidente. No obstante, el pequeño escándalo mediático no logró otra cosa que dejar muy claro que ambas escritoras están mirando a la poesía desde la misma concepción: Una expresión emocional que se resiste a la métrica, que se concentra en la búsqueda de cierto consuelo existencial y una mirada hacia el temor y la fragilidad de la belleza que sorprende por su coherencia, a pesar de su aparente desorden. Tanto Kaur y Waheed, como Warsan Shire, Yrsa Daley-Ward y Amanda Lovelace, son un ejemplo evidente de un nuevo movimiento que combina todas las inquietudes de una generación que utiliza las Redes Sociales como una expresión perenne y rica en elementos literarios, para plasmar la realidad y la conciencia sobre su propia existencia — su dilema existencial remoto, como diría la jovencísima y fallecida Marina Keegan — que convierte a la literatura en una gran explosión espontánea. A pesar de su aparente sencillez, el nuevo género tiene una crudeza lírica heredada de los post de Tumblr — sufrientes y sinceros — y esa sinceridad adolescente que traspasó para la virtualidad para crear algo más. El desafío es inmediato, potente y extraordinario: Las nuevas poetas analizan la feminidad, el mundo, los deseos y dolores desde una perspectiva singular y sensitiva.

En su nuevo libro, Kaur busca una idea mucho más profunda que la mera juventud y tristeza melancólica de su obra: el poder femenino que se manifiesta a través de ideas tan antiguas como la miel, el agua, la anuencia de imágenes sobre la Madre Tierra, el simbolismo del dolor menstrual e incluso, los pequeños silencios de toda una generación de mujeres jóvenes que aún intentan encontrar su voz artística sin lograrlo, en menoscabo de su ideal como grupo o incluso, la eterna disputa generacional. En “The Sun and Her Flowers”, Kapur logra equilibrar la carga elemental entre esa percepción sobre la mujer y el crecimiento, el desvarío, la conciencia, la búsqueda, el entorno constreñido al sufrimiento íntimo. Y de nuevo, crea un movimiento poético que no necesita nexo geográfico, semiótico o incluso simbólico. Está hablando de las mismas ideas de cientos de jóvenes en el mundo, pero llevadas a cierta belleza triste y casi fragmentada que asombra por su perenne fortaleza. Kaur no está escribiendo sólo para mujeres muy jóvenes, continúa haciéndolo para ella misma, para su necesaria percepción sobre los espacios y dolores que desaparecen en medio de las tormentas emocionales. A pesar de las críticas, hay una perenne valentía y una búsqueda de la belleza que se agradece, se basa en una elaborada franqueza y una firme elucubración de la identidad. Todo a través de la poesía, del poder de la evocación, de su capacidad para conmover.

“Instagram hace que mi trabajo sea tan accesible y pude construir un número de lectores”, dijo Kaur hace poco, desconcertada por su propio éxito “Pero siempre siento que dentro del mundo literario hay desventajas, por supuesto, porque tienes esa etiqueta unida a tu trabajo y luego, por alguna razón, eso significa que no eres una fuente literaria creíble”.

Claro está, que sea Instagram el lugar en el que publica, hace que el medio transforme el mensaje en algo más elaborado y extraño. Pero sobre todo, hace que su poesía se transforme con el tiempo. Para Kapur, escribir poesía es una mirada al mundo en que le tocó vivir, a la belleza, al tiempo y a los espacios definitivos y profundos que sostienen cualquier obra literaria. A pesar de la insistencia que la obra de Kaur “no es literatura real”, su trabajo continúa siendo punto de referencia y sobre todo, una mirada profunda e inteligente sobre el quehacer literario en nuestra época. “Los críticos pueden pensar que los lectores de Kaur son jóvenes y mujeres, por lo que su trabajo no puede ser serio, lo que obviamente está mal”, dijo Matthew Hart, profesor de literatura inglesa y comparada de la Universidad de Columbia, cuando se le preguntó sobre la noción de la literatura nacida en Redes Sociales como un fenómeno más allá del mismo acto de creación literario “A pesar del medio, su estilo no parece ingenuo” añadió. Quizás esa noción sobre lo persistente de la poesía como expresión de asombro hacia el mundo y su capacidad para reflejar el poder de los dolores y alegrías universales, lo que emparenta el trabajo de Kaur con la poesía como visión extraordinaria del mundo. Y sin duda, ese es su mayor mérito.

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