miércoles, 8 de febrero de 2017

Del Macho Alpha a la cultura de la seducción: el nuevo rostro de la misoginia.





Hace un par de años, la periodista Katie J.M Baker, tocó un tema polémico que hasta entonces, había pasado desapercibido: los hombres que odiaban a las mujeres. No hablamos, por supuesto, de los hombres que golpean, los abusadores natos, los criminales y violadores, sino de un tipo de rencor hacia lo femenino mucho más profundo, desconcertante pero sobre todo sutil. La periodista dedicó unos cuantos meses de investigación a los llamados pick up artists (conocidos comercialmente como PUA), empresas del mundo virtual que prometen a hombres solitarios y abrumados por su incapacidad para congeniar con el sexo femenino, la posibilidad de encontrar pareja. No obstante, lo que descubrió fue no sólo una visión sobre un tipo de machismo inquietante, sino una percepción sobre lo femenino a medio camino entre la imagen de la mujer fatal y la provocadora. Una imagen cultural que acentúa esa noción de la desconfianza hacia la mujer sino también, la percepción del hombre como víctima del estereotipo femenino.

La periodista escribió un extenso artículo sobre el tema en Jezebel donde analiza la subcultura de los miembros de la comunidad de anti-pick up, comunidad se dedican a denunciar las páginas de citas, tan en boga durante hace más de una década, que según sus propias palabras, “les han estafado económica pero también moralmente”. Pero no se trata sólo de las plataformas web, sino además descubrió la extraña subcultura de los llamados “Gurús de la Citas”, un estructurado sistema que insiste puede “ayudar” a cualquier hombre a interactuar de manera exitosa — no sólo en lo social, por supuesto — con una mujer. Claro está, la idea de los hombres tratando de encontrar un método de seducción infalible no es nada nuevo, pero los llamado PUA, llevan la idea a otro nivel, con una estructura de normas altamente estructuradas basadas en la psicología, que según prometen los miembros de PUA brindará a cualquier hombre un triunfo sexual inesperado. Según el planteamiento de PUA la interacción entre hombres y mujeres puede resumirse a reglas básicas, primitivas y sobre todo, de manipulación que permiten al hombre no sólo conquistar a la mujer sino garantizar algo muy parecido a su sumisión.

La cultura PUA explora la imagen de la mujer como objeto sexual, utilizando esa visión simplificada y primitiva del hombre que asume a la mujer únicamente como una presa sexual. No solo construye una imagen de un tipo de mujer manipulable sino la del hombre que puede utilizar la “debilidad” y emocionalidad de la mujer como parte del juego erótico. Una idea que no sólo asombra por su misoginia sino la implicación del planteamiento. ¿Los miembros de la cultura PUA son sólo un fenómeno de mercado o algo más inquietante? ¿Reflejan la interpretación cultural del hombre de una manera distorsionada o se trata de un visión concreta sobre la opinión masculina sobre la mujer?. De hecho, gran parte de quienes se enfrentan a la cultura Pick Up, no lo hacen en rechazo a las ideas que proponen sino debido a que el socorrido método no les permitió obtener los resultados que esperaban. Así que, cuando los usuarios se quejan de no sólo haber perdido un puñado de dólares sino también, parte de su autoestima, el inmediato cuestionamiento que se plantea es ¿qué consideran los usuarios como una estafa moral? ¿Que van a buscar estos hombres incapaces de relacionarse en el mundo real con una mujer, a un plano virtual que resume la experiencia en un par de click y una imagen abstracta sobre lo que una experiencia emocional puede ser? El asunto resulta incluso mucho más perturbador, si se reflexiona sobre él desde el punto de vista de las intenciones y necesidades del usuario promedio. No obstante, lo más grave sobre el tema, no es la percepción tramposa de los sites que de hecho, utilizan la desesperación del usuario promedio que les visita de manera rentable, sino la idea que sugieren sobre la mujer, el hombre, la sexualidad e incluso la abstracta concepción de la pareja y el amor romántico. Porque la mayoría de estos sites y por supuesto, quienes acuden a ellas como último recurso para lograr algún tipo de relación emocional o física, no lo hacen bajo la idea consciente de encontrar una mujer real. Según Baker, la mayoría de los usuarios intentan encontrar una satisfacción inmediata, despersonalizada y por completo, accesible. La autora de hecho sugiere que el origen del planteamiento nace sobre la idea de la mujer objeto. La mujer convertida en una criatura sexual, símbolo de la satisfacción masculina. Una idea comercializada y estandarizada sobre el sexo crudo, sobre la percepción del hombre y sus necesidades elementales.

La gran mayoría de los miembros de PUA, de hecho, insisten en que si hay un método concreto de seducción, un proceso mediante el cual cualquier hombre puede seducir a una mujer. En el libro “Penetrating the Secret Society of Pickup Artists” (aprendices a seductor), firmada del Neil Strauss y considerada como “la biblia” de la seducción moderna por los fieles creyentes del método PUA, deja bien claro que cualquier interacción entre hombres y mujeres es un “juego” no sólo por el aspecto lúdico o el intercambio intelectual que pudiera existir — y que según el libro, no tiene la mayor importancia — sino el menosprecio hacia la figura de la mujer. Según reconoce el propio Strauss, un prerrequisito de este elaboradísimo juego de seducción que tiene como único objetivo el sexo — no una relación, una comprensión emocional mutua, sino el acceso sexual a la mujer — es menospreciar al sexo opuesto.

Pero aún más grave, es ese menosprecio sutil, disfrazado de galanteo lo que parece ser el centro de la esta nueva visión de las relaciones hombre y mujer. En el libro de Strauss, pueden leerse frases como “Su objetivo: demostrarte que no eres nadie y que lo que ella tiene vale más que tú. Bajarte la moral. Tu objetivo: demostrarle que eres mejor que lo que ella tiene. Bajarle la moral” o “Si te resiste, admira su resistencia: tú limítate a ser el peor de los cabrones. Si pese a ello no cae, alégrate: tal vez existan mujeres diferentes en el mundo”. Los planteamientos se repiten una y otra vez: aquí lo esencial es dejar claro que la mujer es una criatura carente de voluntad y raciocinio y que reacciona de manera inmediata a una serie de estímulos planteados para atacar su autoestima e identidad. Aún más: la PUA insiste en que toda mujer tiene como único objetivo ser el objeto del deseo de un hombre. Cualquier otra cosa es accesorio.

Por supuesto, una idea semejante crea de inmediato una rama extrema. Pero en el caso de los anti pick up artist, la principal motivación no es oponerse a la visión que propone el llamado “juego de seducción” sino, a la idea que no siempre tiene el resultado prometido. Pero es que además, los miembros de este grupo no sólo culpan a la PUA por su poco éxito romántico, sino también a las mujeres. Para los reaccionarios a la idea PUA, lo inadmisible no es la visión sobre la mujer que propone el supuesto método, sino el hecho puede ser inefectivo. Los anti pick-up, son abiertamente misóginos y asumen que las mujeres — en general, sin ningún tipo de comprensión sobre la complejidad e individualidad del género — son culpables de sus rencores e insatisfacciones. Se trata de una compleja red de reflexiones primitivas y además, basadas en la cultura de la mujer objeto, que parece no sólo mostrar un rostro inquietante sobre la percepción masculina sobre la mujer sino incluso algo más turbio: esa insistencia cultural de la mujer como accesorio, como parte de una idea masculina en la que sólo calza a medias y siempre para satisfacción del hombre.

Hasta hace pocos meses, el sitio anti-PUA www.PuaHATE.com se convirtió en el lugar favorito de los desencantados y resentidos por la PUA. Además, se convirtió en una diatriba cada vez más pertubadora sobre las diversas visiones masculinas sobre la mujer. El periodista Mike Wendiling investigó para su artículo “La extrema misogonia de los anti — Pick up” en los foros de la web page y lo encontró fue una muestra escalofriante no sólo de odio hacia la mujer sino nuevas dimensiones de un tipo de misogonía preocupante y particulamente virulenta. Weddiling además, conversó con el periodista Patrick Keans que ha participado en varias oportunidades en PutHate.com y para quién la misoginía de los foros es una muestra del resentimiento masculino que produce una cultura que vanagloria al hombre y convierte a la mujer en deseable. “En uno de los foros, uno de los usuarios preguntaba ¿Las mujeres feas completamente inútil para la sociedad?” Otros sugirieron que las mujeres gordas se debe impedir que salir de la casa hasta que llegaron a un índice de masa corporal saludable” contó Keans para el artículo de la BBC “ y así, cientos de tópicos directamente denigrantes y dedicados al menosprecio de la mujer que no es accesible sexualmente.

El 26 de marzo de 2014, Elliot Rodger de veintiún años asesinó a seis personas (tres con un cuchillo, tres con una pistola) y luego se suicidó. En un video publicado en su canal personal de YouTube, Elliot explicó que el motivo por el cual cometería el crimen fue el “el rechazo que durante toda su vida sufrió por parte de las mujeres”. En el video, Elliot deja claro que se vio obligado a tomar la decisión debido “Durante los últimos ocho años de mi vida, desde que llegué a la pubertad, me he visto obligado a soportar una vida de soledad, rechazo y deseos insatisfechos. Todo porque las chicas nunca se han sentido atraídas por mi. Chicas que le dieron su afecto, sexo y amor, a otros hombres. Pero nunca a mí. Tengo 22 años de edad, y yo todavía soy virgen”.

Para Elliot, el motivo de todo su dolor e incluso, la ira asesina que desencadenaría en un asesinato, se debe a las indiferencia femenina o mejor dicho, a su incapacidad de seducir a una mujer. Elliot llama a sí mismo de manera “hombre perfecto”, y declara que va a “castigar a todos ustedes [las mujeres]” para no reconocer que él es “el caballero supremo.” Además, en el video detalla con espeluznante exactitud todos los detalles de la masacre que cometería poco después. La mayoría de las afirmaciones de Elliot parecen provenir de su incapacidad para utilizar el método PUA o mejor dicho, en el hecho que jamás le resultó efectivo. Una y otras vez, Rodger insiste en que fue convertido en el “macho Beta”, excluido por los alfa del ritual de apareamiento. Como activo participante del foro PUAHate.com, clausurado a raíz de la matanza, se encontraba convencido en todo lo contrario a lo que la cultura PUA sugiere un hombre debería ser. En esa perturbadora mezcla de dolor, resentimiento soledad que desencadenó en tragedia, Rodger demostró que la la misoginia que se ampara en el menosprecio de la mujer, puede ser mortal.

¿Fue entonces Rodger una victima de una cultura que simplifica las relaciones entre hombres y mujeres hasta lo primitivo? en el caso de Elliot Rodger y otros tantos como él parece serlo: la lógica del resentimiento crea las condiciones para una venganza abstracta, hacia la mujer como objeto inaccesible pero a la vez, digna de menosprecio. La culpa de la imagen de la mujer predadora, que es incapaz de brindar al hombre lo que necesita — y desde esa perspectiva inquietante, lo que le pertenece por derecho — y que merece sufrir un juego perverso donde el principal trofeo es inmediata y simple satisfacción sexual. La mujer que sólo existe en la medida que complace y más allá, en su capacidad para cautivar.

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