miércoles, 9 de diciembre de 2015

Manual del Ciudadano Preocupado: Diez lecciones que nos dejaron las Legislativas Venezolanas 2015.




En Venezuela, los días siguientes a cualquier evento electoral suelen estar cargados de rumores, discusiones y sobre todo, un irrespirable ambiente de tensión. Sea cuales sean los resultados obtenidos en urnas, la mayoría de los Venezolanos sabemos que no podremos disfrutar de un análisis ponderado y mucho menos equilibrado sobre lo que ocurrirá a continuación, consecuencia directa de la noción de “batalla” que el oficialismo suele endilgar al hecho electoral. De manera que el escenario — siempre cambiante — de la Venezuela post electoral, siempre será una combinación del rumor, la tensión y las presiones a las que el elector se ve sometido con frecuencia.

Las elecciones legislativas 2015 no son diferentes: a medida que transcurren los días luego de conocido el resultado del evento electoral, los chismes, rumores y terrores parecen haber sustituido la sana euforia que se vivió durante la noche del día domingo 6 de diciembre y buena parte del día siguiente. Todo gracias a la insistencia de la mayoría de los actores políticos oficialistas en crear un clima de preocupación y pugnacidad que supone un aumento de las tensiones políticas en los meses venideros. El gobierno, parece incapaz de analizar el resultado electoral de manera pragmática, mientras que la oposición política y los ciudadanos que la apoyan, se mantienen a la espera de alguna maniobra desde el poder que pueda empañar el triunfo en las urnas. Entre una y otra postura, subsiste esa noción del país fragmentado, profundamente polarizado y convertido en un campo de batalla ideológico.

A pesar de lo anterior o quizás, debido a ello, las Legislativas 2015 dejan toda una serie de planteamientos que no sólo renuevan la percepción política Venezolana sino que además, permiten comprender con mucha más claridad el panorama social que nos espera en los años venideros. No sólo reconstruyeron el mapa sobre los intereses y apoyos políticos de un país que durante casi década y media intentó sobrevivir a la polarización, sino que demuestran que la conformación de poder comienza a transformarse en un reflejo de la crítica situación que padecemos. Siendo así, tal vez resulta imprescindible analizar el aprendizaje inmediato que nos dejan las recientes elecciones y además, asumir el peso de la responsabilidad ciudadana que nos confiere su resultado. Una manera de capitalizar no sólo el resultado como aprendizaje político sino además, como una expresión válida de nuestra capacidad para comprender al país que nace a partir del resultado electoral.

¿Y cuáles serían las lecciones que las elecciones legislativas 2015 dejan para Venezuela? probablemente las siguientes:

* El chavismo no es invencible:
En realidad, Chávez era invencible o así lo asumió la imaginaria popular. Como político, el difunto Presidente era un hombre con un profundo arraigo popular que logró no sólo encarnar la tradicional figura del hombre fuerte Venezolano, sino también aglutinar las esperanzas de la tradicional izquierda del continente. Además, construyó un mito propio, basado en una altísima popularidad y sobre todo, una imagen imbatible que se perpetuó y se acentuó luego de triunfar en catorce elecciones sucesivas. De manera que realmente, Chávez como figura era invencible: Tenía un amplio arraigo popular y además, una conexión emocional inédita con sus seguidores. El militante chavista brindaba una absoluta lealtad a Chavez, como figura política.
No obstante, el chavismo que le sobrevive no pudo mantener esa misteriosa y en ocasiones inexplicable, capacidad de Chávez para conectarse de manera directa con su militancia. La prueba está en la lenta erosión del piso político oficialista, hasta alcanzar un mínimo histórico que parece sustentado en la base fanatizada y radical. No obstante, el votante tradicional parece no sentirse especialmente vinculado al chavismo como fuerza y mucho menos, en la necesidad de mostrar lealtad a un proyecto con el que dejó de sentirse identificado.

* La oposición puede triunfar electoralmente, a pesar del ventajismo y la parcialidad del ente Comicial:
Y lo hizo, gracias a una organización impecable de resguardo del voto y la voluntad popular. Luego de años de cometer errores de método y estructura, la oposición parece haber encontrado un sistema que le permitió no sólo estimular al votante sino además, asegurarse que la voluntad popular fuera respetada. Como si eso no fuera suficiente, la oposición Venezolana, durante años segregada y limitada a la idea de una parcialidad fanatizada y violenta, ahora se convierte en la primera fuerza política del país y también, en un administrador del Estado político Venezolano. Todo un logro luego de los múltiples obstáculos que debió atravesar por años.

* El Militante chavista moderado puede ser crítico con su gobierno.
Y actuar en consecuencia. El voto castigo — o lo que se supone lo fue — fue quizás el principal elemento que sustentó el triunfo electoral opositor. El Chavista no sólo ponderó sus opciones sino que decidió en consecuencia a su opinión con respecto a lo que ocurre en el país. Finalmente, el voto ideologizado y basado en la lealtad emocional, pudo ser derrotado.

* El CNE es aún más parcializado de lo que suponíamos:
A las 6:00 de la tarde del día Domingo 6 de diciembre, las mesas electorales a lo largo y ancho del país debieron ser cerradas para comenzar la contabilización del voto y posterior transmisión de datos. Fue entonces cuando Sandra Oblitas, rectora del Consejo Nacional Electoral, decidió extender — sin motivo ni razón aparente — el cierre de mesas hasta una hora después, violando así y de manera frontal la ley electoral Venezolana. Unas horas después, se le vio preocupada por el posible resultado electoral, a tal extremo que fue captada haciendo una seña contundente para indicar la derrota oficialista a pocos minutos del primer boletín oficial. Todo lo anterior, aunado a sus declaraciones previas sobre la “imparcialidad” del órgano rector, a pesar de su insistencia en hacerse la vista gorda con respecto a los desmanes y extravíos del Gobierno durante la campaña electoral.

Como si todo lo mencionado no fuera suficiente, la Rectora Principal Tibisay Lucena demoró el primer boletín oficial durante casi seis horas luego del cierre de mesas, a pesar de haber prometido a la Periodista Patricia Janiot en una entrevista previa, que los resultados estarían disponibles tres horas después de finalizado el acto electoral. De hecho, la mayoría de las agencias de noticias alrededor del mundo, comenzaron a mostrar resultados — basados en las actas e informaciones de los partidos en disputa — mientras el CNE se mantenía en un preocupante silencio. Por horas, la tensión en el país aumentó hacerse insostenible: Hubo rumores y hasta se habló de intervención militar. Finalmente, una seria y notoriamente nerviosa Tibisay Lucena ofreció resultados a las 12:06 am del 7 de diciembre, casi 19 horas después de comenzado el acto electoral.

* La imagen de Chávez no es infalible:
Desde su muerte, la imagen de Chávez está en todas partes. Desde edificios públicos hasta propaganda callejera, el rostro y sobre todo, el icónico monograma de los ojos del Difunto presidente, parecen estar en todas partes. Como no podía ser de otra manera, el Gobierno apeló también a su recuerdo para la última recta de las elecciones legislativas: justamente en el momento más complicado y cuando comenzó a ser obvio que la diferencia entre ambos bandos era tan amplia como para preocupar a la cúpula Chavista. De nuevo, un Chávez rejuvenecido y llevando su acostumbrado uniforme color verde oliva, llenó calles y avenidas invitando a votar. De hecho, el Chavismo concentró su campaña en un único slogan: el #6DGanaChavez.

Pero Chávez no ganó y de hecho su imagen protagonizó una derrota histórica para el oficialismo, que aún intenta digerir.

* El Gobierno jamás admitirá sus errores:
Si alguien tenía la esperanza que una derrota histórica en urnas electorales produjera una rectificación progresiva del Chavismo, las declaraciones luego del descalabro electoral se debió sentir decepcionado. No sólo se trata que la cúpula oficialista asumió la derrota como “un error” del pueblo sino que además, no tiene el menor propósito de enmienda, lo cual incide directamente en la tensión del clima post electoral. Desde las declaraciones y Tweet del actual presidente de la AN Diosdado Cabello, reprochando a la militancia chavista su falta de “lealtad” hasta las destempladas frases de Nicolas Maduro insistiendo en que “ganaron los malos” es evidente que para el oficialismo, replantear el sistema y el método político de la llamada “Revolución chavista” no es una opción inmediata.

* Que los lugares más polarizados de Venezuela son las llamadas zonas populares:
Y no, como siempre se ha insistido, las zonas en que se divide ideológicamente Caracas u otras zonas del país. Para muestra, un botón: En el 23 de enero (Bastión tradicional del Chavismo) la MUD triunfo por una diferencia de apenas 130 votos. Lo mismo ocurrió en la parroquia San Agustín en donde ganó el chavismo por una mínima diferencia de 500 votos. ¿La gran conclusión? La polarización afecta e incide con mayor fuerza en los otrora lugares emblemáticos del chavismo, lo que pone en tela de juicio el supuesto arraigo popular de la bancada oficialista.

* El Chavismo afronta la derrota en silencio, nunca de manera pública:
Durante las 6 horas que transcurrieron antes del anuncio de los resultados electorales, Caracas y otras zonas del país se mantuvieron en un tenso silencio. Usualmente, la militancia Chavista suele desbordarse apenas se cierran las mesas de votación y en una especie de guerra de nervios contra el contrincante, se dedica a “celebrar”, incluso mucho antes de finalizada cualquier totalización de actas. Este acto agresivo y sobre todo ilegal, es la manera del Chavismo de no sólo presionar y dejar en claro que su triunfo electoral es evidente, sino también de avasallar y presionar a las minorías a quienes lograron vencer. En esta ocasión, el silencio en Caracas demostró de inmediato que había poco que celebrar en el Comando de Campaña Bolívar Chávez.

* La oposición aprendió la lección: Números y actas en mano.
Durante las primeras horas del 6 de De diciembre y mientras la tensión aumentaba en las calles del país, la oposición comenzó a mostrar de manera muy cautelosa e inteligente, que no sólo tenía a mano los resultados sino que además, eran lo suficientemente alentadores para celebrar. Poco a poco, las cifras — cada vez más sorprendentes — del triunfo llenaron las Redes Sociales y comenzaron a difundirse de boca en boca. Para los primeros minutos del 7 del Diciembre, todo aquel que tenía acceso a conexión de internet, tenía información más o menos cierta sobre las cifras que manejaba el comando de campaña de la oposición, lo cual evitó — o podría haber evitado — alguna manipulación sorpresiva del resultado. ¿Para el recuerdo? el video de Lilian Tintori celebrando, que terminó colándose en las redes y haciéndose viral de inmediato.

* Que La salida es votando:
Y cualquier atajo que promueva el enfrentamiento, la polarización, la violencia y sobre todo, el desconocimiento de la voluntad popular sólo incrementará el poder y la capacidad de maniobra del gobierno. Quedó demostrado además, que el gobierno es incapaz de asumir es una derrota electoral, después de insistir en que su origen es democrático y que “el pueblo” les ha brindado el poder del que disfrutan, lo cual permite a la oposición no sólo capitalizar el descontento genérico sino además, convertirlo en fuerza electoral.

¿Que ocurrirá de ahora en más, siendo que el poder en Venezuela comienza a interpretarse con cierta pluralidad? Es obvio que el gobierno se enfrentará como pueda al hecho de perder el control absoluto de instituciones y sobre todo, la mayoría de la que siempre ha presumido. Ese “como pueda” seguramente incluirá todo tipo de atajos legales e interpretaciones fraudulentas de la ley que puedan favorecerle. Pero por ahora, el electorado Venezolano manifestó una opinión y un reflejo de su acontecer diario. Y fue una clara necesidad de cambio. ¿Ocurrirá? El 5 de enero tendremos algunas respuestas.

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