lunes, 9 de diciembre de 2013

Voz y voto: ¿Que aprendimos con los resultados electorales del 8 De diciembre?





Ya lo he dicho antes: siempre voto. Ya sea por necesidad democrática, por mero idealismo e incluso por malcriadez - nunca ponérsela fácil al gobierno -  he votado en cada proceso electoral que se ha llevado a cabo en Venezuela desde que puedo hacerlo.  Me han tachado de crédula, de romper estrategias políticas basadas en negociar el voto. Me han acusado de ser ingenua, de no comprender lo que ocurre, de brindar una medida de confianza demasiado alta a un sistema político que se desploma a pedazos. Me han acusado de “sermonear” al que decide no hacerlo, de ser simplemente “una pieza política” utilitaria que recorre el matadero tramposo de un sistema electoral viciado. Incluso en una ocasión, alguien me llamó ignorante, con una sonrisa burlona, por comprometer mi idea cultural al continuar votando a pesar de todo. Siempre encajo los reproches levantando mi dedo tintado en púrpura. Porque lo único que me hace votar, más allá de la estrategia, de la prebenda, es mi convicción que es la única manera que tengo de expresar mis ideas con respecto a lo que ocurre en mi país claramente, sin interpretaciones medias. Voto porque soy una Venezolana consciente de mi deber histórico. Voto porque sé muy bien cual es el peso de una decisión política de este calibre. Voto a pesar de saber - y no tener dudas al respecto - que participo en un juego donde las reglas están viciadas y nunca favorecerá al elector que se opone al poder. Lo hago porque mi ejercicio ciudadano tiene un valor concreto: el de demostrar - y demostrarme -  que la democracia es el único camino que conozco y acepto. Y lo hago con orgullo. Lo hago con responsabilidad. Lo hago con dignidad.

Y como en cada ocasión, analizo los resultados desde la óptica del ciudadano que intenta comprender que que mira el panorama intentando entenderlo como un mensaje político e incluso, una manera de mirar el país a través de su voz democrática. Esta ocasión no es la excepción: El panorama político que nos dejan las elecciones Municipales del 8 de diciembre es de lectura obligatoria no solo para nuestros dirigentes, sino para el ciudadano.  Al fin al cabo, es el elector que sigue insistiendo en participar y comprende que su participación electoral tiene un valor concreto, el que necesita mirar el espejo del voto su voluntad ciudadana.

¿Que nos dejan entonces estas elecciones, donde hubo un fuerte elemento de ventaja oficialista y en el que la oposición se enfrentó a la censura comunicacional sin precedentes? Unas cuantas lecciones que asimilar en adelante y que creo podrían resumirse así:

Que debe analizar la  Oposición política al Gobierno de Nicolás Maduro:

* El país dividido: La diferencia de votos entre el partido de gobierno PSUV y la coalición de partidos opositores MUD fue de 800 mil votos y un poco más. Con una considerable abstención, el mensaje que envía el electorado es que hay una división muy evidente no solo en el universo votante sino además, en la opinión política nacional. El Chavismo de nuevo rozó su piso histórico de 44% sin rebasarlo y la oposición continuó en un crecimiento sostenido aunque gradual de cara a los resultados del catorce de abril. Para la oposición, la ventaja radica en que demostró su músculo político a pesar del desmesurado ventajismo de un Gobierno que controla medios de comunicación y utiliza las instituciones gubernamentales para promover su mensaje político. Al contraste, la oposición solo contó con la divulgación boca a boca, redes sociales y modestas campañas locales, que tuvieron un triunfo moderado en la participación electoral

* Representatividad: El triunfo de la coalición de la MUD en varias de las ciudades más importantes y pobladas del país - incluso en la simbólica Barinas - deja muy claro que los logros conseguidos durante la pasada campaña presidencial aún continúan reportando beneficios. La estructura partidista y de participación tuvo un efecto multiplicador, así como la del apoyo a lideres locales. Por supuesto, las victorias fueron en ocasiones muy ajustadas, pero continúan siendo sustentables en el valor concreto de lo que cada  estado representa dentro del mapa político actual.

* El resultado de reforzar la vigilancia de votos y robustecer el aparato de resguardo electoral: Luego de lo sucedido el 14 de abril y sus consecuencias, los partidos que conforman la Unidad opositora, debieron analizar cuidadosamente como proteger el voto, luego de encontrar como su mayor debilidad el voto asistido y además, la maquinaria de votación por lista que usa el partido de gobierno durante cada evento electoral. En esta ocasión, la organización de mesas y testigos ciudadanos fue lo suficientemente efectiva como resguardar el voto en lugares críticos y además, reducir los delitos electorales en la mayoría de los casos.

* Un tibio triunfo en las provincias y regiones: Y mientras el triunfo del mensaje de la coalición de partidos opositores en ciudades y núcleos urbanos fue notorio, también lo es la indiferencia de pueblos y caseríos. Muy probablemente, se continúa cometiendo el error de insistir en concentrar los esfuerzos unicamente  en los lugares más poblados y olvidar los pequeños, lo que a la larga repercute en un resultado electoral preocupante para la oposición.

* Las primarias lograron su cometido: A pesar de uno que otro traspiés - como el de Ismael Garcia en el Municipio Libertador de Caracas - la formula de escoger lideres locales para la contienda política logró un contundente respaldo. No obstante, también las divisiones entre partidos y las luchas intestinas entre independientes erosionaron la estructura unitaria y provocaron en algunos casos, lamentables consecuencias.

* El elector tiene la última palabra: Casos como el del Hatillo y la victoria de David Smolansky demuestran que el elector siempre tendrá la última palabra, más allá de las decisiones políticas, lo cual demuestra que a pesar de todo lo ocurrido en el ámbito electoral durante los últimos quince años, el elector Venezolano comienza a estar consciente sobre su poder de participación.

* El abuso desmedido de los medios administrativos legales, electorales y judiciales por parte del gobierno: Lo cual deja claro que la oposición deberá enfrentarse a una mirada crítica sobre a lo que se enfrentará en venideros procesos electorales, cuanto está dispuesto a aceptar y como reclamar sus derechos. Lamentable  el evidente sesgo informativo y aún peor, la parcialidad de funcionarios que dejaron muy claro, que la ventaja del Poder continúa siendo considerable y aplastante de cara a la noción electoral del ciudadano.

Que debe analizar el Gobierno de Nicolas Maduro sobre los resultados electorales de ayer:

* Que el descontento general supera con creces el voto duro y las prebendas pre electorales: A pesar del espaldarazo en encuestas que brindó el decreto de "precios justos" a Maduro, el efecto no fue duradero y a la vista de las reacciones en los centros más poblados, tuvo muy poco efecto. La crisis económica, la inseguridad,  el preocupante deterioro de la calidad de vida hicieron mella en la maquinaria partidista y a pesar de la simpatia que pueda o no seguir despertando los lideres oficialistas, en el resultado electoral.

* La estructura de regiones y el sector rural continúa funcionando: La presencia oficialista en sectores rurales continúa siendo importante y preponderante al momento de analizar los resultados electorales. El Gobierno, con su política de beneficios inmediatos a pequeños centros poblados, a logrado crear una red de votos cautivos que continúa siendo el elemento diferenciador en eventos electorales de porcentajes ajustados. La gran mayoría de las regiones se inclinaron hacia la opción opositora, en contraposición a los centros más poblados, donde el mensaje opositor fue mayormente aceptado.

* La división también afecta al oficialismo: El oficialismo perdió su perspectiva única y llega a elecciones fragmentado en multitud de opciones independientes que erosionaron lo que era el tradicional aparato unitario y partidista del gobierno. El efecto no fue demasiado notorio, pero igualmente incidió en el resultado final con algunas cifras dispares. El portaaviones presidencial comienza a erosionarse, en ausencia del lider carismático.

* El efecto Post Chavez: Finalmente, comienza a percibirse el efecto de la muerte de Hugo Chavez Frías sobre las candidaturas y eventos electorales. Luego de largos meses de exaltación de la memoria y la insistencia en convertir la participación política en una manera de honrar la memoria del Presidente Difunto, el efecto comienza a desvanecerse progresivamente y de manera notoria: la caída electoral en la emblemática Barinas - ciudad de nacimiento de Hugo Chavez - el mismo día en que se celebraba el llamado "día de la Lealtad" a su memoria, tiene variadas lecturas, pero sobre todo deja en claro que el panorama político interno del chavismo, comienza a cambiar.


¿Una lista corta? Seguramente. Y es que es muy probable que a medida que los resultados sean más claros, los análisis serán mucho más directos y profundos. Pero por ahora, el elector como yo, mira al país político  como piezas de un panorama cambiante, en constante transformación y que parece construirse a diario a medida que la responsabilidad ciudadana se hace más evidente y sobre todo, nuestra manera de asumirla.


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