lunes, 4 de noviembre de 2013

Venezuela se desangra: Veinte minutos de violencia en un país víctima.




Hace unos cuantos días, el presidente de la República Bolivaríana de Venezuela, dedicó veinte minutos a “denunciar” en los medios de comunicación del país, sobre el “ataque masivo” que había sufrido lo que llamó “la presencia revolucionaria” en la red de microBlogging Twitter. Veinte minutos donde la prioridad comunicacional del país, fue debatir sobre la utilización de las redes Sociales como “ofensiva” de la Revolución roja. Veinte minutos donde Nicolas Maduro acaparó el espacio radioeléctrico para dejar claro cuales son las prioridades de un gobierno que distorsiona el concepto de servicio público que todos como ciudadanos merecemos. Veinte minutos donde la administración que lideriza Nicolás Maduro puntualizó la manera como la ideología barata que padecemos, es mucho más importante que el bien común.

Ahora bien, durante esos veinte minutos en que el país se vio obligado a escuchar la interminable perorata presidencial sobre un juego de poderes imaginarios, sucedieron las siguientes cosas:


* Minuto 1:
Josefina fue asaltada en el barrio donde vive y golpeada hasta que perdió la vista del ojo derecho.  Es único sostén de familia y madre de tres niños menores de cinco años.

* Minuto 2:
Alberto fue tiroteado luego de sufrir un asalto. Había entregado el automovil, cuando uno de los asaltantes levantó el arma y le disparó sin motivo alguno. Murió desangrado en mitad de la calle mientras la ambulancia intentaba sortear el tráfico de una Caracas lluviosa.

* Minuto 3:
Ana María fue violada por un desconocido a la salida de la Universidad donde estudia. Fue acuchillada seis veces y sobrevivió solo gracias a que dos transeúntes la llevaron en una mototaxi a un hospital cercano.

* Minuto 4:
Pedro perdió dos dedos por la explosión de una toma ilegal de electricidad de un poste de alumbrado público a dos cuadras de su casa. Como mecánico, no solo sufre la amputación, sino también su medio de trabajo.

* Minuto 5:
Gertrudis tiene una hora escuchando a sus niños llorar de hambre. No encontró harina Pan, tampoco leche. Su casita al Sur del Lago se tambalea bajo el sol chirriante. Los escuchará llorar, cuando Maduro terminé de hablar sobre lo ocurrido en Twitter y cuando continúe con su perorata televisiva, esta vez narrando sobre como encontró el rostro del difunto Presidente Chavez en la pared de un tunel a medio construir.

* Minuto 6:
Yuleixi espera en una larga cola para comprar papel de baño y leche. Lleva una hora bajo el sol. Le queda aun unas dos más.

* Minuto 7:
Antonio atropella a un motorizado que cruzará de manera imprevista en plena intersección de la autopista. Cuando se baja del automóvil, el motociclista le apuntará al rostro con una 9mm robada a un policia y le disparará. Luego se subirá en su motocicleta y huirá.

* Minuto 8:
Jaime, de ocho años, está jugando en la vereda junto a su casa. Una balacera comienza dos callejones más allá. Corre a esconderse pero una bala perdida le hiere en la cabeza. Morirá antes que su madre sepa que ocurrió.

* Minuto 9:
Misia Jacinta debe operarse de una peligrosa hernia estomacal. Pero no puede hacerlo: a pesar de haber trabajado durante toda su vida como funcionaria del Ministerio de Educación, no tiene un seguro médico que pueda cubrir los gastos. Y el costo de la medicina privada es inalcanzable para ella. De manera que Jacinta, tiembla de dolor e intenta trabajar enseñando, que es lo único que sabe, a pesar de todo. Tiene una hija viuda que mantener y tres nietos que no conocieron a su padre.

* Minuto 10:
Eduin cruza la autopista a toda velocidad en su motocicleta cuando un automovil lo golpea y lo arroja a una cuneta.  Morirá allí, mientras el conductor huye y un grupo de curiosos lo observa a unos cuantos metros de distancia.

* Minuto 11:
Verónica perderá la oportunidad de estudiar en la Universidad extranjera con la que soñó asistir desde niña porque el trámite en CADIVI que necesitaba para completar la inscripción no fue aprobado. Es la segunda vez que ocurre y aún no sabe por qué no pudo aprobar el trámite.

* Minuto 12:
Juan y María Paula despiden a Tomas, su hijo de diecisiete años, que hoy, irá a vivir a Canadá. Ya despidieron el año anterior a Efrain, que vive en EEUU y también a la hija mayor, Sonia. De los cincos hijos del matrimonio, solo uno vive todavía en Venezuela. Manuel, el mayor, murió hace tres años víctima de un asalto sin culpables.

* Minuto 13:
Pedro baja la santamaría de su negocio por última vez. Durante treinta años, su panadería fue la única del barrio. Pero desde hace unos cuantos meses, no obtiene ganancias ni tampoco puede abastecerse de lo mínimo para producir. De manera que la decisión es inevitable. Piensa que será temporal. Piensa que quizás después…

* Minuto 14:
 Lupe acaba de morir en la sala de emergencias del Hospital Vargas. Se está desangrado desde hace una hora, víctima de una herida que nadie sabe muy bien como se produjo. ¿Fue un disparo? ¿Fue una puñalada? Nadie sabe muy bien que ocurrió con la mujer con sandalias, tendida de lado en la camilla sucia. Nadie lo sabrá tampoco. El médico de guardia acaba de pedir la envuelvan en una sábana y la lleven a algún otro lugar. Anónima. Perdida. Irreparable.

* Minuto 15:
Luis fue asesinado por un hombre con quien discutía por el resultado del Baseball Nacional. Ambos estaban un poco ebrios y la discusión se volvió violenta. Nadie sabe quién disparo primero. Quizás tampoco importa. No al menos, a la inconsolable esposa de Luis, embarazada de un dos meses.

* Minuto 16:
Katiuska sufre de SIDA y está enterándose que los medicamentos que necesita para mantener la salud, no están disponibles en el país. Aterrada y temblando de miedo, se pregunta que ocurrirá a partir de ahora. Se mira en el reflejo del espejo, delgada y pálida. Y no se reconoce. Ve la muerte muy cerca.

Minuto 17:
Conchita escucha la ráfaga de disparos y se arroja al suelo de su viejo rancho en Lidice.  Se cubre la cabeza con los brazos, solo puede pensar en su marido que fue a comprar el pan, en su hija que debe venir del trabajo, en su nieto que juega dos cuadras más allá. Cuando escucha el grito de angustia, aprieta los ojos y solo suplica que todos hayan sobrevivido una vez más.

* Minuto 18:
Le llaman “Camejo”. Vende drogas desde hace tres años en la esquina del barrio. No cualquier droga: de la buena, de la cara. Tiene su clientela. Muchachos del barrio y desconocidos que solo conoce por la angustia en la mirada, las manos temblorosas. Ahora, se acaba de convertir en asesino. La víctima, uno de sus “competidores”, no pasará d veinte años. Los ojos vidriosos del muerto le observan desde el charco de sangre y Camejo solo puede pensar que no siente nada y que está agradecido que el cadáver no sea el suyo.

* Minuto 19:
Carmen termina de doblar las últimas camisas del esposo muerto. Lo mataron hace dos días. Nadie sabe quien o por qué: lo encontraron tendido en el suelo de la plaza dos cuadras más allá. La niña, delgada y cansada, la mira desde la cama, tan asustada como su madre. Tiene apenas doce y ya es huérfana.

* Minuto 20:
Ariana, diseñadora de Modas, está dibujado cuando recibe la llamada. Un desconocido disparó y mató a su padre. “Por hacer nada” me diría después. Por simplemente ser víctima del País violento y sin nombre que padecemos.

Veinte minutos de veinte historias. Veinte minutos de veinte rostros de una Venezuela que nadie quiere ver. La Venezuela de las Historias mínimas, la Venezuela de la tragedia sin nombre. Esta es la Venezuela de la ideología barata del odio. La Venezuela que heredamos después de quince años de dolor.

Así estamos.

Esta es Venezuela.

1 comentarios:

Agustin dijo...

Me he vuelto un lector impedernido de tu blog...
Me has devuelto ese habito de leer...
:-)

Diria que son 20 mins de la Venezuela que el regimen se rehusa a ver...

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